Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Complicado. por Floralis

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

• Los personajes no son míos, son de Terajima-sensei.

• Actualmente me encuentro enferma, por lo cual no he podido actualizar nada ¡Pido mil perdones!

• Si no respondo comentarios es porque me siento verdaderamente mal, ni siquiera he podido escribir algo decente, y me cuesta encontrar la forma de responder. ¡Lo siento mucho! Ya podré tener inspiración suficiente, tanto para actualizar como para responder los comentarios. Solo sean pacientes conmigo, por favor.

Esa mañana el entrenador lo llamó temprano, y Sawamura acudió a él sintiendo que los nervios se lo estaban comiendo vivo. Había una sola razón por la cual el entrenador probablemente lo estaba citando, y esa razón era la bola de nudillos que tanto se estaba esforzando en aprender. ¿Qué pasaría con él? ¿Acaso el entrenador lo regañaría? ¿Le pediría que dejara de intentarlo? Si bien era cierto que estaba arriesgándose a quebrar su postura, él quería tener un lanzamiento que lo ayudara a convertirse en un jugador clave, algo que lo impulsara a alcanzar -finalmente- el título de As. 

El entrenador se encontraba de pie, con los brazos cruzados, acompañado por Rei, quien tenía una sonrisa en los labios y ajustaba sus gafas con un brillo en los ojos. Sawamura tragó saliva ruidosamente y se acercó sintiendo las piernas como si estuvieran hechas de gelatina. ¡Agh, rayos! ¡Si tan solo pudiera saltarse la parte en la que debía sostener ese encuentro! Lo que más temía era que Kataoka le prohibiera continuar lanzando. Si él no hacía eso... Si no encontraba la manera de continuar avanzando...

— He oído rumores muy interesantes acerca de ti —eso bastó para que un escalofrío recorriera toda su espina dorsal—. Acerca del problema que tienes con uno de los de primer año.

Eijun pestañeó confuso. ¿Se refería al incidente con Okumura?

— Eh... ¡Ah, sí! ¡No se preocupe, Jefe! ¡Lo tengo completamente controlado!

En realidad no. No sabía mucho acerca de Okumura, pues casi no habían intercambiado palabras desde aquella ocasión, y no estaba seguro acerca de lo que pasaba a través de su mente retándolo a convertirse en el As para atrapar sus lanzamientos. Era verdad que eso había impulsado incluso más sus ganas de obtener dicho título, pero no era la única razón por la cual anhelaba portar el número uno en su espalda. Había tomado las palabras de Okumura como un desafío, sí, pero no estaba haciendo todo eso por alguien, lo hacía por sí mismo.

Porque ése siempre fue su sueño.

— ¿Estás seguro? Porque Okumura Koushuu se muestra completamente reacio a atrapar para ti a menos que te conviertas en el As.

Sawamura tragó saliva.

— Soy plenamente consciente de eso, Jefe, pero le aseguro que todo está bien entre él y yo —se llevó la mano a la nuca y se la frotó con una sonrisa forzada en los labios—. Al principio es verdad que discutimos un poco, pero creo que lo peor ya pasó ¡Al menos ahora puedo volver a hablar con él sin sentirme incómodo! —o al menos eso era lo que creía.

Kataoka pareció examinarlo a través de esas gafas oscuras que casi ocultaban su mirada. Casi. Sawamura sintió que no se encontraba del todo convencido acerca de sus palabras, y eso produjo en él una sensación muy extraña en la boca de su estómago, como si estuviera siendo duramente juzgado.

— En cualquier caso, ésa es una decisión muy importante que antes debe ser consultada conmigo —Sawamura sintió que el peso de las palabras del entrenador caía sobre él como una gran roca—. Como pitcher y como jugador titular, debes saber que ese tipo de decisiones no pueden ser tomadas a la ligera —"Lo sé" pensó Sawamura—. Cuando Okumura decidió imponer esa condición para atrapar para ti, debiste haber venido a hablarlo conmigo.

Sawamura levantó la mirada.

— Lo sé muy bien, señor, pero... ¿Puedo ser sincero? —hizo una breve pausa y prosiguió sopesando sus palabras—. Cuando Okumura vino a retarme, me sentí feliz. Sé que no debería, pero solo añadió más razones por las cuales debo convertirme en el As, y esa razón es demostrar que yo sí puedo alcanzar esa meta, que no soy tan inútil como parece, que puedo con eso y mucho más. Sé que quizás estoy siendo egoísta, sé que los dos estamos siendo egoístas, pero siento ¡Siento que es una forma de demostrarnos apoyo el uno al otro! Como si estuviéramos diciéndonos "Espera y verás que me convertiré en el mejor para ti"

. . .

Quizás eso último no resultó necesario, pero no tenía forma de expresar su punto. 

Quería que sus palabras y motivos llegaran al entrenador, quería -de verdad quería- ser comprendido. Anhelaba con todas sus fuerzas que Kataoka pudiera permitirles continuar con eso.

Los ojos de Kataoka parecieron brillar a través de las gafas.

— Ya veo —respondió—. Así que ése es tu punto de vista respecto a toda esta situación.

— ¡Sí, señor!

Hubo una pausa.

— Sin embargo, eso no significa que no los pondré juntos en algún partido. Creo que el hecho de que Okumura atrape para ti en un juego real es una buena forma de revelar de qué es capaz, ya que casi no han tenido oportunidad de formar una batería juntos ¿O me equivoco?

— Solo estuvimos juntos por un par de ocasiones...

— Cabe decir que Okumura es uno de los estudiantes que nos ha interesado para formar parte del primer equipo —informó Rei con tranquilidad—. ¿Quién sabe? Es probable que sea catcher titular cuando los de tercero se gradúen. Sería beneficioso para todos si comenzaran a practicar y conocerse un poco.

Sawamura asintió con la cabeza.

— Lo sé, lo entiendo, pero permítanme hacer esto, por favor. ¡Se lo ruego, Jefe!

Rei entreabrió la boca en una leve expresión sorpresiva, pero Kataoka pareció reflexionar un poco acerca de ello. No dijo nada por un momento en el que las miradas de Sawamura y del entrenador permanecían fijas sobre la otra.

— Entendido —Kataoka resultó ser breve—. Supongo que has crecido lo suficiente para comprender las consecuencias de tus acciones y decisiones.

Al percatarse de que el entrenador había optado por dar el visto bueno, Sawamura sonrió feliz.

— ¡Sí, jefe!

— Bien, puedes regresar al entrenamiento.

— ¡Sí, jefe!

Sawamura dio media vuelta y se marchó más animado ahora que sentía que había dejado un peso innecesario atrás.

— ¿Está seguro de esto? —preguntó entonces Rei, contemplando la espalda del estudiante alejarse—. Además no ha mencionado nada respecto a la bola de nudillos de la que hemos oído hablar.

Kataoka no respondió, no necesitaba hacerlo.

Había visto en los ojos de ese niño un brillo diferente, uno determinado a cambiar.

Quizás las cosas se pondrían interesantes a partir de ese entonces.


 — ¿Para qué te ha llamado el entrenador esta mañana? —fue la pregunta que -con curiosidad- Seto formuló a su mejor amigo, quien comía el almuerzo en el más profundo silencio.

Okumura no respondió inmediatamente, pues no solo estaba concentrado en engullir los tomates deshidratados, también se encontraba repasando mentalmente todo el episodio vivido, como si formara parte de un drama que detestaba. Había sido víctima de la mirada severa de Kataoka, y no pudo evitar apretar los dientes a causa de eso. Sí, su decisión había sido precipitada, pero él tenía sus propios motivos para haber llegado a esa conclusión.

Recordó entonces las palabras que su senpai había dicho mientras se hacía el dormido.

¿Por qué sentía que lo estaban presionando a atrapar los lanzamientos de Sawamura?

Él había tomado una decisión que la parte contraria parecía respetar, conocía las consecuencias y él mismo se estaba haciendo responsable, pero...

— ¿Estás bien? —preguntó Seto entonces al percatarse de la tensión que rodeaba a Okumura—. No tienes muy buen aspecto.

— No te preocupes —respondió él—. Solo preguntó acerca del hecho de que no atraparé para Sawamura-senpai. 

Seto lució completamente alarmado.

— ¿¡En serio!? ¿Q-Qué fue lo que dijo?

Okumura vaciló un poco antes de responder, y bajó la mirada a sus palillos.

— Que no me correspondía tomar esa decisión, porque aún estoy a prueba —respondió con sequedad llevándose más tomates deshidratados a la boca, percatándose del sabor amargo que comenzaba a formarse en su boca. Eso no tranquilizó al otro.

— ¿Y qué piensas hacer? —Seto forzó una sonrisa bastante obvia, aunque claramente estaba preocupado por la situación.

— Ya he tomado una decisión, no voy a cambiar de parecer —Había tragado los tomates con dificultad, pero no había levantado la mirada del plato.

— Pero ¿Y si Sawamura-senpai no está de acuerdo? ¿Y si se ha molestado y ha dicho todo al entrenador?

La duda pareció atravesar el semblante de Okumura, quien al final acabó replicando de la siguiente manera:

— Si hubiera hecho algo así, el entrenador me hubiera llamado mucho antes.

Seto arqueó las cejas, pero acabó prestando atención nuevamente a su almuerzo. Okumura, por su parte, comió el resto de los vegetales centrándose únicamente en ellos. Sin embargo, una voz conocida llamó su atención. Sawamura había ingresado a la cafetería en compañía de Asada, conversando entusiasmado acerca de los lanzamientos que podrían practicar luego del entrenamiento de la tarde. Sin pensarlo dos veces, Koushuu se puso de pie ante la alarmante mirada de Seto, y se dirigió hacia su senpai.

— ¡E-Espera! ¿Qué intentas hacer? ¡No vayas tratando de buscar una pelea! —escuchó decir a su amigo, pero Okumura lo ignoró, después de todo no tenía interés en provocar una nueva riña.

Al llegar junto a Sawamura, notó que su expresión cambiaba a una más nerviosa. Su senpai inmediatamente había adoptado un gesto corporal defensivo, y Asada se convirtió en un manojo de nervios bastante obvio. Okumura no prestó atención a este hecho insignificante, y en su lugar, se acercó un poco más a Sawamura para que solo éste pudiera oírlo.

— ¿Puedo tomar un momento de su tiempo, senpai?

Observó cómo el rostro de su senpai palidecía y se llenaba de sudor, pero al final, su boca se abrió y masculló una sola palabra:

— C-Claro...

Okumura asintió y dio media vuelta, comenzando a caminar para salir del edificio y buscar un sitio ideal para intercambiar algunas palabras. Sawamura lo siguió en silencio guardando las distancias, y Koushuu agradeció que no estuviera abriendo la boca y emitiendo palabras sin el más mínimo sentido como era su costumbre.

Al llegar tras el edificio, donde nadie más se encontraba, Okumura detuvo sus pasos y se giró a encarar a Sawamura, quien lucía igual que un preso al que lo habían conducido a su condena. Koushuu intentó ser el primero en hablar, pero para su sorpresa, su senpai se adelantó.

— Esta mañana, el Jefe me llamó para hablar respecto a tu desafío —dijo. Koushuu sintió la garganta seca. Entonces ¿Había sido él quien...? Pero como si hubiera leído sus pensamientos, Sawamura agregó rápidamente lo siguiente—: Alguien se lo ha dicho ¡N-No fui yo! ¿Está claro? ¡Yo nunca huiría! Pero por un momento pensé que tú podrías ser la persona que le ha contado...

Okumura lo observó largo y tendido sintiendo casi como si lo liberaran de un peso innecesario de encima.

— ¿Qué fue lo que te guió a esa conclusión? —cuestionó con genuina curiosidad.

Sawamura no lució tranquilo en lo absoluto al oír esa pregunta. De hecho, desvió la mirada y juguetó nervioso con sus dedos.

— ¡N-No lo sé! Quizás... Que él tratara de que tú y yo formemos una batería, pero que tú te niegues y, entonces... —trató de explicarse moviendo las manos exageradamente como si fueran imprescindibles para relatar lo ocurrido.

— No ha ocurrido algo así —informó Okumura. Sawamura levantó la mirada y posteriormente sonrió.

— Lo sé, pero aún así... imaginé que había ocurrido algo como eso —Sawamura pareció un poco cohibido por haber pensado algo así por un instante—. Después de todo, el Jefe indicó que planea que formemos una batería para descubrir tu potencial —Koushuu abrió un poco más los ojos, pues él no había sido informado de algo así, y todo indicaba que su senpai tampoco mentiría con algo así—. ¡En todo caso, no planeo perder! ¡Definitivamente obtendré el número del As! ¿Me has oído, Okumura? ¡Lo obtendré pase lo que pase!

Koushuu quedó mudo por unos instantes, y entonces asintió con la cabeza.

— Yo tampoco me quedaré atrás —fue todo lo que dijo.

— ¡Más te vale que no! ¡De lo contrario me enfadaré mucho!

Okumura no añadió más mientras veía la sonrisa de Sawamura, pero luego desvió la mirada. Lo había citado, pero ya no tenía nada de lo que hablar. Sawamura se había adelantado.

— ¡Y por cierto! ¿De qué querías hablarme? —preguntó éste, pero Okumura sacudió la cabeza de forma negativa.

— Olvidé lo que iba a decir —mintió dándole la espalda.

— ¿¡Eh!? ¿Cómo es eso? —Sawamura rió luciendo verdaderamente feliz por motivos que Koushuu no comprendía. ¿Acaso una persona podía ser tan feliz respecto a prácticamente nada?

— Pero senpai, no pierda de vista su camino —agregó antes de caminar en dirección opuesta.

Sawamura pestañeó y lo contempló alejarse.

Koushuu se preguntó si podría retornar a donde había dejado a Seto, pues necesitaba terminar su almuerzo, pero al doblar la esquina se encontró con un rostro familiar. Miyuki Kazuya se hallaba apoyado contra la pared, cruzado de brazos. Por un instante se preguntó si había escuchado todo lo que él y Sawamura habían hablado, pero prefirió ignorarlo y proseguir con su andar.

— Así que están apoyándose mutuamente en su propia forma de ser —Las palabras del capitán llegaron a él, deteniendo su andar. Okumura giró a verlo—. ¿Qué ocurre con esa expresión? Es como si hubieras visto un fantasma —Koushuu no respondió. No sabía qué decir, de todas formas, pero había algo en la expresión de Miyuki que indicaba que éste anhelaba que replicara. Al final, Miyuki suspiró pesadamente—. El otro día ¿Estabas despierto, verdad?

Okumura recordó entonces la ocasión en la cual había disimulado dormir y Miyuki se había acercado y había dicho algunas cosas extrañas.

Su silencio pareció confirmar la respuesta que Miyuki temía, así que se acercó y apoyó la mano sobre el hombro de Okumura.

— Lo dejo a tu cargo —dijo con una sonrisa que Koushuu halló irritante.

— ¿Eso es todo lo que va a decir, capitán? —replicó éste—. Me da igual lo que usted piense, pero pienso que está entregando su posición bastante pronto. ¿O es que hay algo más en todo esto?

Miyuki rió, lo cual provocó que la irritación de Koushuu no hiciera más que incrementar.

— Si eres tan curioso respecto a eso, te lo diré.


Al día siguiente, Sawamura despertó más animado que de costumbre a pesar que no había ningún progreso respecto a la bola de nudillos que estaba intentando aprender. Yui había dado lo mejor de sí mismo al intentar dirigirlo, e incluso le había brindado consejos útiles que estuvo estudiando esos últimos días, pero Sawamura no se encontraba del todo satisfecho con sus propios resultados.

«Es difícil aprender a controlar una bola de nudillos» Recordó «Requiere de tiempo y un buen control del brazo»

Pero sentía que faltaba algo más.

¿Qué podría ser?

Así, mientras trotaba alrededor del campo intentó pensar con más claridad, pero resultaba difícil.

Sin embargo, apenas terminó con el calentamiento, a lo lejos divisó una cara más que conocida que conversaba con Rei.

¿Ese era...?

No podía ser

¿¡Era Chris-senpai!?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).