-La limpieza del gimnasio estaba a cargo de Aomine y kuroko, todo estaba de lo más normal hasta que Aomine rompió el silencio.
-Oe Kuroko, tú ya ¿has besado a alguien?
-No –prosiguió con sus labores.
-¡Queee! ¿Y porque? me refiero a que eres bastante atractivo y una gran persona.
-Tal vez se deba al hecho de ser un completo fantasma, mi presencia es nula – soltó Kuroko sin expresión alguna.
--Estoy consiente de eso incluso a nosotros nos costó acostumbrarnos a tu presencia, pero no creí que te afectara a tal grado.
-¿Ya lo hiciste? –cuestiono el menor.
-Con quien crees que estás hablando soy Aomine Daiki, una estrella en el baloncesto y el más popular de la escuela y – le da la espalda – NO aun no- se queda en silencio esperando respuesta, al no recibirla de reojo mira al celeste para evaluar sus reacciones, el menor seguía en su tarea sin darle importancia a su amigo -¿No dirás nada? Le cuestiono el mayor con cierta duda en su semblante.
-Debería –respondió tajante.
-No …. Esto es ridículo.
-Siempre hacemos limpieza ¿qué tiene de ridículo?
-No hablo de la limpieza Kuroko, hablo de nosotros, pronto nos graduaremos y no tenemos ninguna experiencia ni en un maldito beso ¿Y si no lo hago bien, si soy brusco, si no dejo respirar? O si – un balón le rebota en la cabeza - ¡ahh!.
-Discúlpame pero tenías que calmarte y tranquilo que lo harás bien.
-¿Cómo lo sabes?
-Solo lo sé.
-Mmmm – mirada escéptica.
-Pero , si es tan importante para ti puedes practicar con migo - mirada seria.
-Estas escuchando tu propuesta? Es totalmente ilógica, no podemos somos amigos y ambos somos hombres.
-Si lo sé pero en teoría es lo mismo, no somos tan diferentes tenemos labios, lengua, dientes y papilas gustativas que es lo más necesario para tal actividad, que seamos amigos lo hace más factible que con un desconocido y no quieres quedar mal con ninguna chica- exponía Kuroko.
-La cara de Aomine era todo un poema, sus ojos grandes y llenos de ilusión e intriga sus mejillas tornadas en un leve carmín los labios entre abiertos las palabras querían salir pero algo lo impedía, trago en seco y con gran determinación salió un “ACEPTO”.
-Muy bien y ¿Dónde practicaremos?
-Aomine analizaba su situación ….. ven – lo tomo de la mano y lo jalo por los pasillos, el menor solo igualo sus pasos sin protesta alguna, se detienen en una puerta y tras cerciorarse que no hay nadie en su interior, empuja al menor dentro y cerrando tras de ellos con cerrojo.
LOS VESTIDORES 15 MINUTOS DESPUES.
-Aomine kun haremos algo o ya puedo retirarme, se está haciendo tarde y me esperan en casa.
-Si lo haremos, es que tenía que prepararme mentalmente ya estoy listo- se acerca con paso firme tomando al menor de la cintura con la mano derecha y con la libre toma su nuca para acercarlo lentamente, aguantando la respiración y perdiéndose en la mirada azulina sintiendo como le latía el corazón a mil por hora y antes de poder hacer contacto con esos labios finos se detiene – Kuroko podrías ¿cerrar los ojos?
-Claro pero ¿Por qué?
-Solo as lo quieres, así podremos terminar esto pronto- el peli celeste solo afirmo con la cabeza y realizo la petición del mayor, sin más Aomine continuo sus movimientos para así rozar tiernamente los labio empezando a disfrutar de la textura y el sabor, ese sabor que empezaba a embriagarlo y relajarlo esto era mejor de lo que había pensado –el sentir que correspondían el beso y era dulcemente cobijado en los brazos, lo alentaba más – uniendo aún más los cuerpos y delinear los labios del menor solicitando su permiso para poder entrar a su cavidad el cual no fue denegado y con gusto fue recibido, sin soltarlo ni romper el momento fue encaminando a Kuroko a las bancas para lentamente recostarlo en ella, posesionándose encima sin dejar de caer su peso por completo, colocando una rodilla en medio de las piernas del menor que rosaba placentera mente su intimidad, en un instante todo cambio.
-Aomine mordisqueaba el labio inferior adentrando su lengua con fuerza recorría cada rincón sus manos comensaron a moverse por el cuerpo de Tetsu, de su pecho a sus piernas y viceversa en un beso lleno de deseo pasional deslizándose por la latera hasta topar con su oreja lamer su lóbulo y cuello.
-Tetsu toma al mayor por el cuello el también deseaba continuar con el momento, los besos eran largos y demandantes las carisias cada vez más necesarias y la ropa solo era un estorbo que pronto seria eliminado. Aomine tomaba el borde de la prenda con los dedos levantarla lentamente al tiempo que repartía besos alrededor del ombligo, con la lengua comenzar a delinear una a una las costillas llegando asus pequeños y rosados pezones absorber uno de ellos y pellizcarlo entre sus dientes y lamer tratando de calmar el dolor que con sus dientes pudiera haber provocado dejarlo duro e hinchado para después poder proseguir con el otro hasta obtener el mismo efecto,
Continuar con la prenda y con delicadeza pasarla por el cuello del dueño levantándole ambos brazos, sin quitar por completo la prenda, anudo ambas manos a la banca –sin gran fuerza y dejando la suficiente soltura para liberarse si así lo desea.
-Aomine embozo una sonrisa y con rapidez lo despojo de lo restante separo ambas piernas del celeste, se recostó en el resto de la banca boca abajo quedando su cara a la altura del miembro de su compañero , lo tomo con ambas manos comenzó a masajearlo de arriba hacia abajo estrujando un poco los testículos en el proceso – la respiración de Tetsu le indicaba que iba por buen camino, se acercó y dio un húmedo y lento lengüetazo al miembro del menor de la base a la punta acción que repitió un par de veces más – sin apartar la vista de la cara de su acompañante hasta ver un leve sonrojo y un suspiro casi imperceptible lo hizo excitarse mas – sin pensarlo se acercó y de golpe devoro con ansia y deseo aquel pedazo de carne que comenzaba a gotear por el placer intensificando los suspiros y jadeos, dejo el manjar que estaba probando para deleitarse una vez más con esos labios que no hacían nada más que incitarlo .
-Tomo la mejilla del menor para profundizar más quería detener el tiempo y no dejarlo ir jamás. Tetsu parecía un ángel sus facciones se habían suavizado sus ojos entre serrados y brillosos por el placer los labios ahora rojos y un poco hinchados su piel tersa cubierta por una ligera capa de sudor tan blanca como la nieve, donde se podía apreciar por claramente por donde en mayor poso sus labios, de pronto un movimiento que nunca creyó factible y de más morboso acabo con su cordura, el menor había girado su rostro hacia la mano del mayor lamia y mordisqueaba seductoramente cada uno de los dedos sin proponérselo había lubricado perfectamente las herramientas para su perdición.
-Aomine introdujo lentamente uno de dichos dedos a su entrada moviéndolo en círculos sin dejar de besarlo al poco tiempo ya eran dos los intrusos, pero toda queja era ahogada en los labios de ambos, se habían dejado llevar por el deseo y lo demás ya no tenía sentido importancia el tercer dedo entro con mayor facilidad, al notar que ya era suficiente se paró y comenzó a despojarse de sus prendas.
-Por favor Aomine, te quiero sentir dentro ya.
-El nombrado solo sonrió colocando una pierna a cada lado de la banca sentándose en ella, colocando las piernas del menos a cada costado poco a poco entro en él no quería lastimarlo, una vez dentro suspiro profundamente juntando todo su autocontrol dándole tiempo al celeste de acostumbrarse, comenzó lentamente pero era tan jodidamente buena la sensación que le producía que sin proponérselo intensifico las embestidas más rápidas y profundas llegando a un punto que no solo hizo gemir a Tetsu sino pedir mas .
-El menor se liberó de la banca aunque sus manos seguían atadas no le impidió bajar sus piernas para ahora enrollar la cintura de su acompañante y volver a posar sus brazos en su cuello, logrando quedar sentado en las piernas del mayor dándole más facilidad para penetrarlo y dándose placer el mismo al rozar su miembro entre los dos vientres , sus manos se aferraban a la cabellera de Aomine mientras este devoraba su cuello, pecho y todo lo que estuviera a su alcance las embestidas eran certeras y profundas más y más rápidas tensando cada musculo e inundando su espina dorsal de pequeñas descargas ninguno de los dos podía aguantar más sus contracciones tomaban el control.
-Tetsu fue el primero en correrse arqueando su espalda y dando un fuerte grito de placer, su entrada se contrajo de tal forma que apresaba deliciosamente el miembro de Aomine y al sentir el esperma sobre él fue todo un afrodisiaco un par de embestidas más y se corrió dentro de su chico. Por qué ya era su chico y lo dejaría en claro.
Al fin algo le salía mejor de lo planeado.