Amor Prohibido.
Mentir está prohibido.
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—Esto es un asco. — arrojo los documentos que leía sobre su escritorio, su ceño levemente fruncido y su voz tenía un tono de molestia.
— ¿Qué es lo que el tío Masaomi dice? — Pregunto su acompañante, tomo la primera hoja y comenzó a leer palabra por palabra, una sonrisa se dibujó en sus labios y él solo quería asesinarlo. — Por la tanto y para el beneficio de generaciones futuras mi único hijo y heredero de mi fortuna, Akashi Seijūrō, deberá presentar un hijo legítimo, (de ser necesario se pedirá una prueba de paternidad) para poder tener los derechos sobre la fortuna de la familia Akashi. De no ser así en un plazo de dos años, toda la fortuna pasara a manos de mi socio y gran amigo Hanamiya Gorou.
—Ese viejo, incluso muerto me sigue dando problemas. — Akashi suspiro y se recargo en el respaldo de su silla.
—Bueno cariño… — la mirada fulminante que recibió le advirtió que Akashi no estaba para juegos. — Lo siento.
—Tetsuya, ahora no tengo tiempo para esto, hay muchos documentos que firmar y tengo varias citas hoy.
— ¿Entonces que harás? — cuestiona mientras lee las demás hojas, como se esperaba de Akashi Masaomi, dejo todo claramente establecido y no había forma de salir de esa situación. — ¿Dejaras que Hanamiya se quede con todo?
—Me molesta la idea, pero mi padre sabía qué tipo de persona es Hanamiya, además no necesito nada de ese dinero, yo tengo mi propia empresa. — Observo como su gran amigo dejaba las hojas sobre la mesa, por fortuna y gracias a todo el esfuerzo que Akashi realizo él no tenía que depender del dinero de su padre.
—Pero le vendría bien a la empresa. — Comento el peliceleste. Era cierto que la empresa estaba en el mejor momento, sin embargo, si quería seguir creciendo e incluso si quería comercializar con empresas extranjeras debían hacer un esfuerzo mucho más grande, la empresa era relativamente nueva y aunque el nombre de Akashi Seijūrō era conocido por casi todos sus socios, aun había cierta desconfianza. — Solo piénsalo, Akashi.
— ¿Y de donde se supone que sacare un bebé?
— ¿No te enseñaron eso en las clases de educación sexual? Yo puedo explicarte, incluso con dibujitos… — El sarcasmo de Tetsuya logro sacarle una pequeña carcajada.
—Me refiero a que… yo no quiero un bebé… no quiero a una de esas cosas en mi vida, mi vida es perfecta como es ahora.
—Claro, señor soy exitoso, tengo dinero y soy mejor que Christian Grey en la cama.
— ¡Exacto! — concedió Akashi.
—Akashi… solo te digo que es una buena oportunidad para expandir nuestros horizontes. Sé que te has esforzado, pero siendo sinceros sabes que gran parte de tu éxito es por el apellido “AKASHI”.
—Lo sé. — Akashi cierra sus ojos por breves segundos.
El silencio inunda la habitación por varios minutos, Tetsuya entiende a Akashi y sabe también que no sería justo para ese bebé ser solo concebido por motivos tan egoístas, un bebé es un ser humano, una vida tan valiosa como la de Akashi o la de él, no es algo que puedas tener y después desechar, un niño necesita cuidados, necesita amor, una familia.
— ¡ESPERA! — Grito el peliceleste, un recuerdo lejano llego a su memoria.
— ¿Qué sucede ahora?
— ¿Recuerdas a tu novia en la preparatoria? — Pregunta mientras busca su teléfono celular con desesperación.
— ¿Cuál de todas? — Cuestiona, observa a su amigo moverse e todas las direcciones posibles, buscando algo en sus bolsillos, sus ojos celestes chocan con los suyos, su sonrisa no se borra y la de Tetsuya tampoco.
—Una pequeña castaña, de ojos cafés, piel pálida y que temblaba como gelatina… ¿Furihata-san? creo recordar así se llamaba.
—Es excelente que tengas tan buena memoria, amigo. Yo no la recuerdo. — Tetsuya suspira y deja su búsqueda aun lado.
—La chica que te abofeteo cuando le dijiste que: “Si te abriste de piernas para mí en la primera cita, ¿Qué me garantiza que no lo hiciste con alguien más?”
—Creo que la recuerdo… ella me dijo que estaba embarazada… — y los engranajes empiezan a girar, todo coincide y Akashi comprende el entusiasmo de su amigo.
—Si ella decía la verdad.
—Mejor dicho si ese bebé era mío.
—Se puede pedir una prueba de paternidad, si ella decía la verdad y si tuvo al bebé… si eso sucede tendrías la herencia y no tendrías que pensar en tener un hijo y tu vida seguiría igual.
— ¿Se llamaba Furihata? — Cuestiona nuevamente y observa a Tetsuya sonreír mientras asiente repetidas veces. Levanta la bocina del teléfono y solo espera algunos segundos antes de que la voz de su secretaria se escuche. — Yuki, necesito que llames a Hiromi-san… hay una persona que necesito localizar.
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—Kouki… ¡Cariño!
—Buenas tardes, Kagami-san.
—Por favor, llámame por mi nombre, no me hagas sentir tan vieja. — la mujer sonrió ligeramente, mientras ponía una de sus manos sobre su mejilla, ladeando levemente su rostro.
—Tomoe-san. — corrigió inmediatamente.
—Eres tan adorable… es una lástima que no te guste mi idiota Taiga. Creo que serias perfecto para él.
— ¡MAMÁ, DEJA DE DECIR TONTERIAS! — Gritaron desde el otro lado de la tienda en donde ambos jóvenes trabajaban. Las sonrisas de los clientes invadieron el local.
—Tomoe, deja de molestar a los muchachos. — Pidió la dueña, quien atendía la caja, pero aun así reía por las ocurrencias de su amiga y las reacciones de sus chicos.
—Kouki-chan ¿Puedes envolver este ramo de rosas, por favor? — Una de las clientas se acercó a preguntar, Kouki sonrió encantadoramente y asintió, indicándole que le siguiera y que inmediatamente la atendería.
Tomoe le observa sonreír, pero también observa las ojeras y sus ojos rojos, ha estado llorando y no puede culparlo.
—Ese chico sí que es testarudo. — Comenta Tsubame detrás de la caja registradora. — Le dije que no viniera, pero esta tarde llego como siempre, puntual y con una sonrisa en su rostro.
—Kouki se parece mucho a su madre.
—Eso es bueno, teniendo en cuenta que el deslamado de su padre jamás se presentó para conocerlo o ayudarles. — Tomoe sonríe y no puede estar más de acuerdo con Tsubame, Kouki sonríe mientras atiende el pedido de aquella jovencita, Taiga se aproxima inmediatamente pidiendo ayuda para envolver un ramo de margaritas y tulipanes.
—Taiga y yo le hemos ayudado en todo lo que podemos, pero no es fácil para él…
—Es duro quedarte solo, Tomoe.
En medio de la plática de aquellas dos mujeres y justo cuando Kouki había terminado de preparar los ramos, la campanilla de la puerta sonó.
—Bienvenido. — Dijo Kouki mostrando una sonrisa a ese nuevo cliente… literalmente un nuevo cliente, ya que jamás lo había visto en la tienda.
— ¿Furihata Kouki? — Pregunto a todas las personas presentes, Tomoe y Taiga alertas por cualquier cosa, el más mínimo movimiento.
—Soy yo… ¿Quién es usted? — Pregunta a la figura completamente desconocida frente a él.
—Soy Hiromi Shinta y fui enviado por tu padre… Él quiere conocerte.
続行します??