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2010 por Andhara

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La noche era calida pero como siempre en esas tierras una ligera brisa se levantaba al caer el sol. Edu se refregó los brazos intentando entrar en calor. Estaba en la puerta de su casa, al pie de la carretera esperando que le fueran a recojer. Pese que Alex le había dicho que estaban al caer, los minutos a la interperie se le estaban haciendo extremadamente largos. Cuando se decidió por entrar a su casa a buscar una sudadera unos faros llegaron por las curvas de la carretera, frenando a escasos metros de él. 

Edu subió a la furgoneta, sentandose al lado de Alex y saludando. Ona conducía con Pere a su lado en el copiloto liandose un cigarro. La verdad es que Edu veía algo extraño en él, se sentía ciertamente intimidado. 

-¿Preparado?-dijo Ona mientras volvía a arrancar. Llevaba su larga melena suelta, los rizos brillantes y limpios. Un top violeta y unos pantalones de tejano oscuro. Los labios violetas y grandes pendientes de madera colgaban de sus orejas. 

- A ver donde me vais a meter...-comento riendo. 

- Estará lleno de francesas y alemanas. Ves cogiendo practica: Veux-tu baiser?

- ¿Que quiere decir exactamente?

- Que si quieren follar. El "Voulez-vous coucher avec moi" esta muy visto.-dijo Alex riendo estrepitoso. Edu rió también distendido.

- Bueno, Pol habla francés, no? Lo puedo usar de traductor.

- Si a Pol lo usas de traductor te robará el ligue.- dijo Pere. Estaba serio, pero a Edu le pareció una broma así que rió.- Mejor prueba suerte con las alemanas que tendrás menos competencia.

- ¿Vosotros también habláis francés?

- Todos chapurreamos algo aquí pero Pol lo habla de verdad, su padre es francés.-dijo Ona

- ¿Que tiene que ver que su padre sea francés? No le conoce.-añadió Pere. Edu se bloqueó, estaba perdiendo el hilo de la conversa.

-Pues no se, lo llevará en la sangre o algo. Su madre también sabe de todas formas. -dijo Ona molesta.

- Mira que dices tonterías a veces.-dijo Pere sonriendo y despeinandole el pelo. Ona sonrió.

Pronto llegaron a la discoteca. Era un edifició pequeño en una zona industrial entre industrias pesqueras y pinos. Un gran cartel de neón recaba la palabra "Ogigia" con un logo tropical.

- Pol me dijo que se llamaba Otto.

- Antes se llamaba así y no nos acostumbramos al nuevo nombre. ¿Ogigia? Es que suena fatal. Ógigia, ogígia...-repetía Ona con distitnas accentuaciones.

- Ogigia es el nombre de una isla de La Odisea. Donde vive la diosa Calipso y conquista a Ulises y eso.-dijo Alex.

-Ya esta el humanista de los huevos! Simplemente suena mal, que más da de donde venga. 

Coches y motos llegaban al parking, levantando los maleteros y mezclando músicas variadas entre ellos. Jovenes se congrevaban alrededor de estos mientras tomaban las primeras copas. En estas llego Pol en su moto. Al sacarse el casco Edu vió como llevaba el pelo suelto, unas vermudas y una camiseta negra. Llevaba una camisa de cuadros para cortar el aire. A las discotecas donde el solía ir jamas podrías entrar con pantalones cortos y por primera vez en su vida Edu se preguntó por que.

Después de saludar a todos Pol se acercó a él. Se paró delante suyo y le desabrochó el primer y el segundo botón de la camisa. 

- Hola.-dijo por fin mirándole directo a los ojos. 

Edu no había olvidado su consejo pero al salir de casa se había sentido estúpido con un look tan desenfadado. Ahora viendo como iba él lo realmente estúpido era llevar la camisa como un niño de comunión. 

- ¿Mejor así?-preguntó

- Mucho mejor.-pronunció lento, haciendo resvalar las manos antes de soltar su camisa.

-Ei! A partir de la 1:30 hay que pagar y yo estoy pelada. Bebed rápido o entraré sola.- Edu tomó consciencia de la situación y de repente, sin entender bien porque, se sintió tremendamente avergonzado. Apartó la mirada y haciendo un paso atrás. 

- Que va, que va. Yo tampoco pienso pagar.- dijo Alex, sumandosele más voces de aprobación. 

Poco rato después entraron a la sala. Sonaba la misma canción que sonaba en todas partes. Edu la odiaba, no por la canción en si, sino porque estaba ya saturado de ella. Pese a esto, intentó seguir tímidamente el ritmo con el cuerpo, sumándose al corro de personas semidesconocidas. No mucho tiempo después el grupo ya se encontraba diseminado y varias chicas se habían acercado a hablar con él. También eran de Barcelona, de un barrio cercano al suyo. De repente empezó a sonar una famosa canción y sin ni darse cuenta la mayor parte de las chicas había desaparecido, encontrándose solo con una rubia, llamada Aina (o Anna, quizás no había escuchado bien), que le agarraba la mano para bailar. Era menuda y guapa, en cierta forma le recordaba a Clara porque tenían un tono de pelo y ojos similar, aunque fuera algo común en Bracelona. Bailó unos minutos con ella, haciendola girar y evitando acercarse demasiado. No se consideraba un gran bailarín y en realidad tampoco tenia mucho interés en la chica como para irse arrimando. Ella le abrazó, colgándosele del cuello. 

- ¿Donde tienes el apartamento?-creyó escuchar.

- En la parte alta, es una casa.

- Yo estoy en el puerto, con las amigas.-le dijo mientras le miraba picarona. 

- Emmm...yo...tengo una novia ¿sabes?- Edu mintió y se sintió un poco patético por ello. Por suerte no estaban sus amigos por allí que le tratarían de loco por rechazar a una chica guapa como ella.

- Oh, que pena. De todas formas estamos de vacaciones. Ya sabes...-le dijo al oído.

Edu se separó, ligeramente cabreado. No tenia una novia pero se sintió igualmente ofendido por esa chica imaginaria a la que estaban faltando el respeto. 

- Voy a fuera, después nos vemos.- Edu la soltó y en ese momento solo pensó en encontrar a Pol.

- Ona, ¿donde esta Pol?- dijo fuerte a su oido.

- ¿Pol? Está fuera. Está un poco rallado.

- ¿Que? ¿Por que?- Ona se encojió de hombros.

- No se... preguntale tú.- pese a su respuesta Edu tubo la sensación de que Ona lo sabía. 

Se dirigió a la salida encontrándole sentado en el maletero de la frugoneta.

- Ey, ¿que haces aquí?

- Pienso. Supongo que estaba confundido.- Pol se sentó a su lado.

- ¿Confundido?- preguntó Edu tremendamente confundido, pero de verdad.

- Es igual, dejalo.- dijo haciendo ademán de levantarse. Edu le agarró el muslo, manteniendolo en su sitio. Pol le mantuvo la mirada, serio.

- ¿Que tal con las chicas esas?- Edu giró la cabeza, perdido.

- Al parecer era una encerrona. Me han dejado solo con una de ellas que me ha empezado a acosar.

- Lo se. Lo he visto.- Edu frunció el ceño y suspiró.- ¿Que haces aquí?

- ¿Eh? He venido a buscarte.-Edu no entendía absolutamente nada. 

- A buscarme dice. Ya te has cansado de la rubita supongo.

-¿Pero que dices Pol? ¿Que coño es todo esto?

- Ya te he dicho que lo dejaras. Déjame, vale? Estoy borracho.

- No quiero dejarte. Me apetece estar contigo.

- Enserio Edu, para ya. Vamos dentro si quieres.

- No. Suda de dentro. Ni siquiera me gusta bailar. He venido por ti, por las risas. No en plan para que estés aquí ralladisimo. ¿Quieres que nos vayamos?

- ¿A donde?

- A donde tu quieras ¿que más da?- Edu calló, en silencio por unos segundos.

- Vale.

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Llegaron a una playa desierta. Sin mediar palabra Pol se sentó en la arena y Edu le imitó. Observó durante largo rato el mar. Obscuro y absoluto. Como la primera noche que llegó. Las luces reflejadas como estrellas centelleantes.

- Buah, como me falta ahora mi guitarra.- dijo.

- Tio...perdona por lo de antes. A veces tengo bajones así aleatorios. Ni caso, ¿okey?

- Tampoco he entendido nada así que da igual.-rió, intentando quitarle hierro.

- Mejor.-susurró Pol mientras se apoyaba ligeramente en su hombro izquierdo y en silencio contemplaron el mar hasta que el sol apareció de entre las aguas.



 


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