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Los herederos milagrosos por Shiru-sama

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Notas del fanfic:

Parejas; Kagakuro KiKasa AoSaku AkaFuri MidoTaka

-Capítulo 01: No estuve tan solo como pensé-

(Caso uno y dos: Takao Kazunari y Kasamatsu Yukio)

     El reloj marcaba la una y veinte de la mañana cuando el llanto de un bebe comenzó a escucharse.

     En una preciosa cuna de color blanco con algunos detalles en amarillo descansaba un bebe recién nacido, su rostro estaba rojo de la fuerza que hacia al llorar. El pequeño bebe de cinco semanas vestía un vestidito color miel, mantenía sus ojos cerrados y apenas se lo notaba una pelusita rubia en la cabeza de tan clara que era.

     Un joven de 21 años se acercó a la bebe tomándola en sus brazos y hamacándola suavemente, el infante tardo en cesar el llanto, pero, aun después de parar, continuaba gimoteando, por lo que, la persona que la cargaba, comenzó a cantar una canción de cuna mientras salía de la habitación.

     Recorrió un pequeño pasillo hasta llegar a una cocina, con cuidado puso su mano en el rostro del bebe para luego prender las luces. El repentino cambio de luz hizo que cerrara automáticamente sus ojos azules, y en cuanto podía los abría de a poco intentando adaptarse a la repentina luz.

     -¿Tienes hambre Akane?- le pregunto en un susurro mientras se encaminaba a la heladera

    Mientras con una mano sostenía cuidadosamente al pequeño ser, con la otra sacaba un poco de leche en polvo previamente preparada y puesta en un pequeño biberón. El joven sabía muy bien que no podía dejar al bebe en su cuna o algún otro lugar porque, en cuanto se sintiera apartada de su calor, empezaría a llorar de nuevo, por eso tuvo que poner agua en una olla y luego colocarla en el fuego, y así inmediatamente meter el biberón para que calentara con una sola mano mientras con la otra sostenía a la pequeña contra su cuerpo.

     Con cuidado volvió a tomar a la bebe con ambos brazos, la acerco suavemente a su rostro y le beso la frente.

     -Lloras demasiado- le rezongo con una voz de molestia fingida mientras se permitía sonreírle, sus ojos azules enseguida viajaron a la pequeña pelusa que tenía por pelo él bebe –Me hubiese gustado que tuvieras el cabello igual que yo- menciono algo nostálgico, y es que su cabello era azabache y el del bebe se notaba que sería un rubio claro, rozando con el dorado

     -¿Senpai?- una voz a su espalda hizo que diera un suave respingón

     -Joder Takao, no me asustes así- le dijo antes de darse la vuelta encontrarse con otro azabache de ojos azul metálico, y con una pansa apenas resaltada -¿Akane te despertó?-

     -No… es solo que de repente me dieron unas inmensas ganas de comer algo dulce… como una tostada con miel, manteca y azucar- le explico antes de acercarse a la heladera -¿Tenemos todo eso?- cuestiono mientras miraba el contenido del aparato

     -Tus antojos son extraños…- comento en voz baja a la vez que sacaba el biberón del agua, ya estaba listo para que la pequeña la bebiera -Tenemos todo, el pan está en aquel estante al fondo- señalo mientras se sentaba en una silla que estaba en la cocina, ya listo comenzó a alimentar a su pequeña

     -Me salvaste de nuevo, últimamente eh tenido muchas ganas de comer cosas dulces y de tomar agua congelada, esto de los antojos es algo nuevo para mí, me alegro de estar viviendo con alguien más experimentado- canturreo feliz mientras se preparaba su dichoso pan

     -No es como si yo hubiera tenido 20 hijos ¿sabes?... simplemente puse cosas amargas, acidas, dulces y picantes porque cuando yo tenía tu estado siempre quería cosas distintas, no quería que Akane saliera con alguna mancha en el cuerpo por culpa de un antojo- explico el joven con la pequeña en brazos

     -¿Cumpliste todos tus antojos senpai?, eso es increíble- admitió impresionado antes de darle un bocado a su tostada echa con mucha miel, manteca y azúcar

     -En realidad no, por la noche se me antojo comer frutillas pero estaba solo y no podía salir de casa por eso tuve que aguantarme- ese comentario llevo al final de la conversación dejando un extraño silencio, la pequeña ahora dormía, con la panza llena y el calor propio de la persona que la tuvo basto para hacerla dormir nuevamente –Quizás no es un buen momento pero, ¿me dirás el por qué no vuelves con Midorima y le cuentas sobre el pequeño?-

     Kasamatsu Yukio, es el nombre del joven que carga en brazos a la pequeña. Él fue el responsable de ofrecerle un techo donde resguardarse a Takao Kazunari, otro joven doncel de 19 años que cargaba con un bebe en su vientre, de aproximadamente 3 meses. Takao llego un día por la noche alegando que había peleado con su pareja, y tres días después se enteró del hecho que cargaba con una vida dentro de él, y en cuanto esto se supo fue al hospital, acompañado de Yukio, el cual aún no había dado a luz. Pero no fue hasta la tercera consulta que se hizo que se enteraron de que Kazunari tenía un embarazo riesgoso, la vida, tanto para él como para él bebe que cargaba, corría peligro si él bebe pasaba los primeros meses en el vientre, por ello debía mantener una cantidad increíble de cuidados. Y aunque Yukio intento persuadirlo el otro no quiso regresar a su casa, y no era por egoísmo que Kasamatsu intentaba que el menor volviera, era porque, la ex pareja del azabache estudiaba medicina, eso podía ayudar increíblemente al estado que estaba pasando el otro.

     -… Es difícil de explicar- confeso dejando la comida de lado

     -Lo sé, pero cargar con esa razón te ara mal, recuerda que tu estado no es muy bueno y es que apenas es el principio del embarazo… puedes hablar con migo, no me molesta ser tu psicólogo un rato-

     -… ¿Tu sabes que yo una vez estuve embarazo?- pregunto evitando mirar al mayor, pero este último abrió los ojos en señal de sorpresa, no se esperaba tal confesión

     -No lo sabía- contesto un poco aturdido

     -Apenas tenía 17 años cuando paso, Shin-chan y yo nos habíamos arreglado tras una pequeña pelea y tuvimos sexo de reconciliación, creo que fue allí cuando sucedió ya que fue la única vez que no usamos protección… me sentí muy mal durante dos semanas y sentía asco por algunas comidas a tal punto que corría al baño a vomitar, por eso fuimos al médico, y allí me entere, estaba feliz y aterrado por cargar con una vida, pero aun así era un fruto del amor que sentíamos por eso estaba más feliz que asustado, pero esa felicidad me duro muy poco… durante la noche de la cuarta semana me desperté sintiendo como algo mojado bajaba por mis piernas, asustado llame a Shin-chan, y él me llevo rápido al hospital en cuanto vio que aquello era sangre, el medico de turno que nos atendió nos dio una larga charla que no entendí muy bien, pero que luego Shin-chan me resumió, el caso es que, aunque sea doncel, mi cuerpo no está muy bien “adaptado” por lo que existía la posibilidad que eso pasara, si el embarazo se hubiera extendido como este hubiera tenido el mismo problema que ahora, los dos estaríamos corriendo peligro de muerte, pero eso no llego a pasar, e incluso me dijeron que era imposible que volviera a quedar embarazado. Desde entonces el tema de un hijo no volvió a tocarse… no hasta hace unos pocos meses, tuvimos una discusión luego de volver de la casa de mis ex suegros, el padre de Shin-chan sabe que soy un doncel y sin saber lo que había ocurrido comenzó a decir que él quería un nieto, hablaba muy emocionado de ese tema, y yo tuve que fingir que nada pasaba, me sentía frustrado pero solo fingí sonreír mientras hablábamos. El verdadero problema surgió cuando llegamos a casa, el tema del bebe se mencionó y yo me enoje y le grite, el me grito y empezamos a discutir, yo sé que cuando discutes con alguien no piensas en si lo que dirás lastimara o no a esa persona, pero es lo que de verdad piensas y Shin-chan me dijo algo que yo creía que pensaba, pero nunca me atreví a preguntar- luego de ese largo discurso Takao comenzó a jugar con sus manos mientras mordía sus labios, sentía que las lágrimas caían pero traba de ser fuerte

      -… Sé que te dolerá decirlo, pero no te hará bien retenerlo… así que dime ¿Qué fue lo que te dijo?- pregunto el azabache antes de acomodar mejor a su hija en sus brazos

      -“No sé por qué estoy con vos aun sabiendo que no puedes tener hijos”- repitió tal cual lo escucho

      -… Cuando escuchaste eso corriste a esconderte aquí- dedujo un poco incómodo, pues no sabía muy bien que decir ante aquellas palabras  

      -No supe a quién acudir… pero quise esperar unos días, tuve mi celular a mano todo el tiempo, inclusive le había mandado un mensaje que estaría en tu casa, solo quería que él me mandara un mensaje o me llamara, que me pidiera que volviera, y créeme que estuve a punto de volver, pero me entere del embarazo y entonces pensé que si no me quería sabiendo que no podía tener un hijo, entonces yo no lo quería a él ahora que espero un hijo-

      -También es su hijo, tiene derecho a saberlo- comento Yukio, pero rápidamente se arrepintió

      -¿Kise sabe acerca de Akane?- respondió algo molesto

      -… Las cosas con ese idiota fueron distintas- contesto mirando ahora a su hija

      -¿Tu lo amabas?- se atrevió a preguntar limpiando sus lágrimas, pues aunque se sentía mal, el antojo por la comida seguía y si continuaba llorando la comida le iba a caer mal

      -Algo así… pero ese imbécil no podía cuidar ni de sí mismo ¿Cómo crees que podría cuidar de Akane y de mí?- en ningún momento de la conversación Kasamatsu había dejado de mirar a su pequeña

      -Cuando lo dejaste realmente se desesperó, incluso me rogo para que le dijera dónde estabas viviendo, te busco por todos lados… fue lindo de cierta manera-

      -Aunque Kise no quisiera verlo, entre él y yo existe una diferencia y es la edad, cuando me hice un test de embarazo y este salió positivo, ese idiota solo tenía 18 años, y aunque solo fueran dos años de diferencia habían muchas cosas que nos la marcaba, él estaba en su último año de secundaria, y yo ya había entrado en mi segundo año en la universidad de leyes… aunque no quisiera admitirlo, ese idiota tenía un gran futuro en el modelaje además que planeaba entrar al curso de aviación. Él ya había decidido que era lo que quería hacer, y si yo me hubiera quedado las cosas hubieran sido realmente difíciles, quizás el embarazo no hubiera sido tan difícil, ya que mi madre siempre me apoyo y me aconsejo durante todos los meses pero… el problema real hubiera salido a relucir cuando Akane naciera, tu as visto lo apegada que es a mí, es incluso más que Kise, lo mínimo que aguanta sin tenerme cerca son 2 o 3 horas como máximo, y como yo soy mayor y cumplo la mayoría antes, empezaría a trabajar y tendría que dejarlos juntos a ambos… ese idiota hubiera sido como un chicle con ella, y tú mismo sabes cuánto le molesta y fastidia a la pequeña cuando alguien, además de mi la toca mucho- explico mientras acariciaba el rostro de la pequeña

       -Lo sé, una vez la abrace y comenzó a llorar, se veía realmente tierna frunciendo el ceño y suspirando cuando lograste calmarla- recordó el azabache más alto, y es que, una vez que Kazunari vio a la pequeña quiso tomarla y en un arranque de dulzura apenas la acerco a su cuerpo para intentar abrazarla, esta comenzó a llorar de manera descontrolada, y a veces cuando está “de buen humor” deja que la abracen pero frunce el rostro y su mirada se torna seria como si estuviera enojada, y es que realmente lo esta

        -Estoy seguro que si los dejara solo a ambos, cuando llegara me encontraría a Akane llorando desesperadamente y a Kise junto a ella llorando por no saber qué hacer, o si no me llamaría al celular cada 5 minutos preguntando que debería hacer, por las noches tendría que aguantar sus insistentes discursos de que la pequeña lo odia… no podría con eso- le dijo antes de levantarse dispuesto a llevar a la pequeña a su cuna

        -Pero esa no es la única razón ¿verdad?- Takao sabía que aquello era solo una excusa que su amigo usaba para encubrir la verdad

        -… Si yo me hubiera quedado y si comenzaba a trabajar, Kise tendría que quedarse con Akane todo el día, tendría que dejar el estudio y su carrera como modelo… y aunque existiera la posibilidad de que él hubiera sido el que trabajara, un trabajo parcial no nos hubiera ayudado mucho- con esas palabras se dio por finalizada la conversación y Kasamatsu se fue, Takao por su parte se quedó a comer un poco más

        El azabache más bajo se paró frente a la cuna de su bebe, para luego desviarse, aun con la pequeña en brazos, y la recostó en la cama, seguido puso unas cuantas almohadas para que la pequeña no se callera, para así, por fin, acostarse junto a la niña.

       -Sé que tome la decisión correcta… yo solo puedo cargar con esto, te cuidare y serás inteligente, tendrás un fuerte carácter… creo… aun así tengo miedo… Akane por favor, no te parezcas a tu padre- murmuro antes de cerrar los ojos

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        Ya eran las 6:35 am cuando Kasamatsu salía del departamento, cargaba con un morral y llevaba a Akane en una carriola, la pequeña estaba profundamente dormida, y el ruido de los autos o las distintas voces no parecían molestarle, pero su padre, por otro lado, iba con prisa, se le hacía tarde para llegar a su trabajo, iba retrasado y aún tenía que dejar a su pequeña en la guardería con su madre.

        A las 6:50 se encontraba frente a una guardería “La gran sonrisa”,  tras un suspiro el azabache se adentró en el pequeño local, las mujeres que allí trabajaban y algunos hombres lo saludaron, Kasamatsu devolvió el saludo pero no se detuvo a hablar con nadie, como acostumbraba a hacer.

       -Buenos días hijo- lo saludo una mujer, de mirada compasiva y cabellos negros recogidos en un moño –Pensé que ya no vendrías-

      -Lo siento, anoche Akane se despertó en la madrugada y me tuve que quedar despierto, hoy me desperté tarde, gracias por cuidarla de nuevo- Yukio le entrego un bolso blanco con detalles en amarillo, que mantenía guardado en un espacio bajo la carriola y que, dentro, tenía cosas para la beba

      -¿Cómo se encuentra Takao-kun?- le pregunto mientras recibía el bolso

      -… Se ve alegre… más de lo que debería- murmuro con la mirada agacha

      -¿Aun no le has dicho?-

      -No tengo las agallas para hacerlo…- confeso algo enfadado, y es que, en la última consulta, el medico a cargo le había dicho; “Dile a tu amigo que no sabemos si su cuerpo aguantara el embarazo, y aunque lo tengamos monitoreado no puedo darles la seguridad de que no sufra un aborto natural… les recomiendo no encariñarse”

     -Aun no entiendo como un doctor puede haberte dicho eso… estamos hablando un de un hijo no de un animal que encontramos en la calle- le dijo enfadad recordando las palabras “les recomiendo no encariñarse” dichas por el profesional

     -Solo hacen su trabajo… lo siento se me hace tarde, vendré por ella a las 7 como siempre- y sin más, el azabache le dio un beso en la frente a su hija y con un gesto con la mano se despidió de su madre para luego irse corriendo

     La mujer solo vio a la pequeña durmiendo y sonrió, su nieta estaba frunciendo el ceño, seguramente soñaba con algo o alguien.

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     -Disculpa Kimi, tengo que ir a buscar algo al almacén de la esquina, ¿podrías cuidar a Akane un minuto?, Yukio no debe tardar en llegar, así que si viene por ella solo dile que fui a hacer un recado y que no me espere, de seguro Takao lo está esperando- le pidió la mujer de cabellos recogidos a su compañera mientras se quitaba el delantal que funcionaba como uniforme laboral

     -Por supuesto señora Kasamatsu, cuidare de ella- contesto la joven empleada de bonito cabello rojo y ojos plateados

     Pocos minutos después de la ida de la abuela de Akane, un rubio entro al local, aparentaba aproximadamente 19 años y venía acompañado de una mujer, esta era alta tenía 28 años, usaba el cabello suelto, y este era también rubio, y unos lentes de sol negros que no dejaban ver el color de sus ojos.

     -¿En qué puedo ayudarlos?- pregunto amablemente la joven, noto que las personas venían discutiendo sobre algo pero en cuanto la vieron ambos callaron, la mujer le hizo seña al rubio para que se alejara mientras ella se quedaba hablando con la joven empleada

     Para cuando la señora Kasamatsu llego lo primero que se encontró fue a un conocido rubio de ojos dorados observando con un brillo de emoción en los ojos a su pequeña nieta, y a su joven empleada con la bebe en los brazos ofreciéndosela, seguramente, al rubio para que esta  cargara.

     -Wauuu… que ligera es…- murmuro emocionado mientras la cargaba –Es pequeña… ¿Cómo se llama?- pregunto a la vez que cruzaba miradas con la niña

     -Su nombre es Akane y su familia es extranjera por lo que su apellido es difícil de decir Ryouta- dijo la madre de Yukio

     El rubio reconoció la voz de inmediato y se dio vuelta, sus ojos dorados se pusieron sobre la mujer y sin darse cuenta abrazo a la bebe en un arranque de felicidad, pero esta al sentir que era “estrujada”, comenzó a hacer un puchero para luego llorar a todo pulmón asustando al de ojos dorados. El cual comenzó a mirar a todos lados y a hablarle a la pequeña para que dejara de llorar, pero esta no paraba.

     La abuela de la niña estiro sus brazos para que Ryouta se la diera y eso hizo el rubio.

     -Ya, ya Akane… tranquilo no hiciste nada malo, solo que ella se molesta cuando las personas la abrazan o la tocan mucho, tiene un carácter un tanto “especial”- explico al ver la cara de perro debajo de la lluvia que el rubio empezaba a mostrar

    -Ya veo… jajaja ya se calmó, usted siempre fue genial con los bebes suegra… ah lo siento, quiero decir señora Kasamatsu- se retractó el rubio y el ambiente se tornó algo pesado

    -¿Y qué te trae por aquí Ryouta-kun?- le pregunto amablemente la mujer mientras comenzaba a caminar, el rubio tomo eso como una señal de que la siguiera y así lo hizo

    -Necesito algo de dinero y últimamente no tengo mucho trabajo como modelo entonces pensé en conseguirme un trabajo a tiempo parcial, y mi hermana es amiga del dueño de este lugar y él le dijo que no había problema en contratarme, por lo que me acompaño para que viera un poco el lugar y conociera a las personas con las que trabajare… no sabía que usted trabajaba aquí- relato mientras acompañaba a la mujer a una habitación donde habían muchas cunas

    -En realidad trabajo para ayudar un poco a mis hijos, el dinero que gano es para sus estudios- explico como si nada pero luego se dio cuenta del error

    -… ¿Y cómo esta senpai?… hace mucho no hablo con él- le dijo el rubio con la voz un poco triste mientras observaba como dejaban a la pequeña ya calmada en una cuna

    Para suerte de la mujer no tuvo que contestar, ya que su celular sonó, pero en cuanto lo saco vio el nombre de su hijo mayor en la pantalla.

    -Podrías disculparme un momento tengo que atender- el rubio asintió con la cabeza y la de cabellos negros salió rápido de la habitación –Hola- saludo en cuanto atendió

    -Hola mamá… escucha… necesito pedirte un favor… ¿podrías llevarte a Akane?-

   -¿Qué sucedió? Estas bien, se te escucha agitado- apenas escucho la voz entrecortada y agitada de su hijo pensó lo peor

   -Es… Es Takao, me llamaron del hospital, él está allá… no sé qué sucedió… pero salí tan rápido como pude… por favor encárgate de Akane yo iré por ella después- sin mediar otra palabra el azabache había cortado

    La madre del joven quedo preocupada pero aun así tenía que volver a lo que estaba, sin pensarlo mucho había dejado a su nieta con el ex de su hijo, y debía volver antes de que alguien se cruzara con él, y le dijeran que la pequeña era su nieta o peor hija de Yukio. Después de todo ella sabía todo lo que su hijo había hecho en el intento de ocultarle tanto el embarazo como la existencia de la niña al rubio, y aunque fuera cruel, ella tenía que responder por su hijo y su nieta.

    -Vamos dame una sonrisa- le incitaba Ryota mientras hacía extrañas morisquetas en un intento porque la pequeña riera, pero esta lo miraba seriamente y si intentaba acercar sus manos a ella, solo obtenía un puchero, claro indicio que daba la pequeña que le decía “si me tocas lloro” -¿Alguna vez sonríes?- le pregunto algo enojado al ver que la pequeña no se reía con sus cara, ¡los bebes siempre ríen con sus caras!

    -Si lo hace- la voz de su ex suegra y el dato obtenido, hicieron que el rubio mirara a la mujer y exigiendo con la mirada algo más –Ella siempre sonríe y se ríe a carcajadas en cuanto ve a su padre-

    -¿Te refieres al hombre extranjero?- pregunto para luego volver a mirar a la pequeña, esta tenia bellos ojos azules y cabello rubio, Akane fácilmente se hacía pasar por hija de un extranjero

   -Su madre es japonesa y su padre extranjero- mintió –Su padre es un viejo amigo mío, y siempre la trae a este lugar antes de ir trabajar, ella es muy apegada a él, incluso llora cuando alguien intenta agarrarla mientras él está cerca, digamos que es el pequeño tesoro de su padre-

   -Akane…- nombro mientras observaba el cabello rubio de la pequeña

   -Significa flor rubia, el nombre se lo puso su tío en cuanto vio lo claro que era su cabello-

   -… ¿Y por qué tiene un mechón negro en el pelo?- pregunto curioso

   -¿Mechón negro?- la mujer se acercó a mirar el cabello de su nieta encontrando, entre varias pelusas rubias una pequeña negra, en cuanto se dio cuenta de lo que era comenzó a reír llamando la atención del rubio

   -¿Qué sucede?- pregunto extrañado el de cabellos dorados

   -Es que su madre siempre trato de cumplir todos sus antojos para que su hija no naciera con ninguna mancha, pero un día tuvo antojo de una fruta y no pudo comerla, me dijo que estuvo toda la noche cinchando su cabello de la desesperación- relato la mujer mirando con suma ternura a la pequeña

   -¿Y eso que tiene que ver?- le pregunto confuso

   -Sabes, cuando alguien embarazado tiene un antojo que no logra cumplir, les sale una manchita al bebe en el lugar donde su madre se toque, eh visto muy pocas personas con estos tipos de antojos, generalmente cuando uno tiene el cabello negro, les sale una mecha de pelo blanca y supongo que cuando son rubios un mechón negro- explico ante la atenta mirada del rubio

   Kise movió la vista a la pequeña, y esta estaba mirando sus manos para luego meterlas en su boca, haciendo  como resultado, un extraño ruido, el cual provocó una sonrisa en el rubio.

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   -¿Y qué le sucedió?- pregunto el azabache, el hombre de bata blanca miro el expediente una vez más para luego masajearse la cien

   -Estuvo a punto de tener un aborto natural… pero por lo que veo… no es la primera vez- el medico dejo la carpeta que tenía hace unos momentos en su mano

   -… Él ya había perdido un embarazo a causa de eso- confeso mientras miraba el piso, no le estaba gustando por donde iba la conversación

   -Voy a ser honesto con usted, el joven Kazunari apenas ha pasado los tres meses y aunque esté tomando la medicación que le recetamos, él es un doncel el cual se ha desarrollado con algunas dificultades, si el embrazo continua hasta el final… tendría mucha suerte si uno de los sobrevive, por eso necesito saber… ¿seguirán adelante con el embarazo o abortaran?... por favor piénselo, mañana cuando Kazunari sea dado de alta me gustaría escuchar su respuesta-

    -Ei senpai te estoy hablando- la voz de Takao saco a Yukio de sus pensamientos

    -Lo siento estaba pensando…- se disculpó antes de pasar ambas manos por su rostro

    Ambos azabaches se encontraban en una de las habitaciones del hospital, ya que a Takao había quedado bajo observación por esa noche y Kasamatsu había pasado a verlo. Este último miro a su amigo, tenía que decirle acerca de la charla del doctor, tenía que preguntarle y aconsejarlo de alguna manera, él era el mayor, por eso se hizo cargo de Kazunari de cierta manera, solo necesitaba hacer una simple pregunta; “¿Quieres seguir con este embarazo aun sabiendo que puedes morir?”… ni en su mente esa pregunta sonaba bien.

    -Sabes… mientras estuve aquí esperando a que volvieras de hablar con el médico, me puse a pensar en muchas cosas, desde el instituto medio que eh perdido muchas cosas… perdí de manera sumamente humillante contra el equipo de Shin-chan en aquel tiempo… cuando estuve en Shütoku ganamos muchas veces gracias a Shin-chan, pero no pudimos ganarle a Serin, ni tampoco pudimos contra Akashi… yo realmente quería ganar en aquel entonces- recordó mientras sonría melancólicamente

    -No eras el único… ese fue mi último año jugando en Kaijo, me lamente mucho el haber perdido contra ustedes-

    -El partido no fue lo único en lo que perdí… dicen que cuando uno se enamora pierde…- susurro, en cambio Yukio lo miro sin entender mucho –cuando me di cuenta que me había enamorado de Shin-chan, ya había perdido- continuo –Él es una persona muy reservada, rara vez ríe y cuando le preguntaron por sus gustos él dijo que su tipo son las personas mayores que él, por eso sentí que, antes de intentarlo ya había perdido… pero no quería darme por vencido y por eso lo intente… muchas veces hasta que por fin lo logre, logre que me quisiera, quizás no más que yo pero lo logre y me sentí sumamente feliz, o lo hice hasta que mis padres se enteraron. Hubo un gran revuelto, ellos no querían a Shin-chan y entonces nos peleamos, yo me fui y Shin-chan se fue con migo, eso fue antes del embarazo, allí “perdí” a mi familia- aquella confesión sorprendió un poco a Yukio, pues el no entendía porque Takao no volvía a su casa, al final ni él padre del pequeño ni la familia de Takao eran consiente de la existencia del bebe –Después cuando pensé que todo estaba bien paso lo del embarazo… y luego de un tiempo el rompimiento con Shin-chan… sabes cuándo rompimos pensé, “Esto es genial… ¿Y ahora que me queda? Lo perdí todo”, pero ahora que lo tengo a él- Takao paso su mano por el pequeño bulto en su estómago y sonrió –Él es como mi rayito de esperanza, me dice “¡Ei no estés triste ni solo! Me tienes a mi”… también te tengo a ti, a pesar de que te causo problemas y siempre estoy molestando tu cuidas de nosotros, a pesar que yo no puedo cuidar a Akane, de verdad me alegra, te admiro aún más que antes senpai-

    Yukio se levantó del asiento con una sonrisa un poco triste, le acaricio el cabello al menor para luego darle un suave golpe.

   -Auch… ¿Por qué fue eso?-

   -No pienses en estupideces… Akane y yo somos como una familia para ti ahora… tú y ese pequeño son muy afortunados por tenernos- le contesto antes de levantarse –Debo ir por Akane seguramente está llorando para que mis hermanos no la toquen-

   -Tráela mañana cuando vengas a buscarme, ahora que está más acostumbrada a estar con migo no llora tanto cuando la tomo en brazos- le pidió feliz el azabache

   -Lo are… vendré mañana por ti… nos vemos-

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   Yukio caminaba con la mirada baja por la calle desierta de un barrio residencial, las luces tenues apenas iban alumbrando su camino, se sentía culpable, después de todo no tuvo el coraje de decirle todo a Takao, estaba seguro que el azabache estaba consciente de que tan riesgoso era el embarazo, pero él no podía. Era el mayor y actuar como tal era su deber, decirle que sería mejor abortar, que las condiciones y el momento que  están atravesando no eran los corrector para tener al bebe, ninguno de los dos estaba preparado mentalmente, Takao acaba de salir de una relación y no contaba ni con el apoyo de su familia, él ya tenía a Akane y podía decir que era muy difícil cuidarla por sí solo, y sin mencionar como estaría psicológicamente Kazunari si vuelve a perder a un bebe por un aborto natural, por ello era mejor abortar “medicamente”… aun así ¿Cómo iba a decirle todo eso cuando el otro le dice que su único rayo de luz era el pequeño?.

   -Yo ya lo sabía idiota, que lo único que te queda ahora es él… no necesitaba que me lo recordaras- murmuro enojado antes de golpear su mano contra la pared más cercana, pero una risa inocente lo saco de sus pensamientos, al levantar la vista se encontró con el bello rostro de su hija que reía a carcajadas mostrando sus encías mientras estirabas los brazos

   Su madre estaba unos pasos más adelante, parecía que paseaba a la pequeña, y la traía recostada en su pecho dejando que la cabecita de la pequeña sobresaliera por su hombro. Al escuchar la risa incontrolable de la bebe se dio media vuelta encontrándose con la silueta decaída de su hijo.

  -Yukio- lo llamo, el nombrado pareció volver en sí y fue hasta donde se encontraba su madre

  -Hola Akane… ¿me extrañaste?- le pregunto a su hija mientras la tomaba en brazos para luego elevarla un poco, esta solo se carcajeaba feliz, escuchar la risa de su pequeña realmente lo hacía sentir mejor –Yo si lo hice- confeso antes de abrazarla, y, a diferencia de los demás, la pequeña se dejaba mientras reía

  -A veces me sorprende el gran apego que tiene Akane por ti, eres el único que puede abrazarla de esa manera sin que llore- y aunque aquello no fuera novedad, aún seguía sorprendiendo a la mujer el hecho que la pequeña solo se dejara abrazar por su padre, y no solo eso, sino que con tan solo verlo esta comenzaba reír emocionada

  -Supongo que su carácter va ser parecido al de él…- murmuro para luego comenzar a caminar junto a su madre

  -¿Igual que Ryouta-kun?... imposible, él es tan alegre- contradijo su madre

  -Lo escuche de Kuroko hace algún tiempo, él me dijo que Kise solo trata de esa forma a las personas que le agradan y respeta, con las demás personas no es así… si lo vemos de ese punto de vista, Akane solo va a los brazos de personas que han pasado mucho tiempo con ella, como tú o yo, y aun así solo yo puedo abrazarla sin que comience a llorar, incluso a Takao le tomo tiempo ser “aceptado”, en otras palabras, ella solo se comporta bien en brazos de personas que le agradan, igual que ese idiota-

   -Hablando de Ryuota-kun veras…- la madre del azabache comenzó a relatar todo lo ocurrido en la guardería, o más importante el hecho de que Ryouta trabajaría allí y que ya había conocido a Akane

   -Ya veo… así que le dijiste que su padre era extranjero y su madre japonesa- murmuro para sí mismo Yukio

   -Fue lo primero que pensé, el cabello rubio y esos preciosos ojos azules la hacen pasar fácilmente por hija de algún extranjero… incluso podríamos probar castin de bebe, estoy segura que la cámara la amaría… aaaah desde que conocí el trabajo de Ryouta-kun quise que alguno de mis pequeños trabaje como modelo, así podría alardear un poco de ellos con las demás madres… pero ninguno quiere- comento la mujer

    -Estoy 100% seguro que en estos momentos Akane no está hecha para salir en algún comercial o algo… ¿Qué piensas que pasara cuando alguien la tome en brazos?- le dijo algo divertido para luego mirar a su pequeña –Alguien se portaría mal y comenzaría a llorar- le dijo esta vez a su hija, esta no parecía entender lo que decía pero aun así comenzó a reír por el simple hecho de que Yukio le estuviera hablando

    -… ¿Y cómo esta Takao?- pregunto de la nada la mujer de cabellos negros, pero supo que nada bueno vendría ya que su hijo cambio totalmente su sonrisa por un rostro serio, también vio como Yukio mordía su labio inferior intentando contener algo

    -El médico me pidió que hablara con él, el embarazo va mal y en el peor de los casos ambos pueden morir en el parto… por eso me pidió a mí que le preguntara que si estaba dispuesto a seguir adelante o a abortar- contesto para luego parar y mirar el cielo –Cuando estaba a punto de hacerlo él me dijo que ese pequeño era un rayo de luz en su vida y luego simplemente no pude, no ir preguntarle eso al verlo sonreír mientras se acaricia el vientre diciendo que aquel niño es todo lo que tiene… cuando vi a Akane, cuando la escuche reír me di cuenta que lo Takao siente, yo lo sentí alguna vez, que te dejan o dejar a alguien siempre va a doler… y más si aún lo amas, por eso, cuando sabes que es imposible ir tras aquella persona, simplemente te aferras a aquellas cosas que representaron lo que alguna vez hubo hasta que realmente ya no sientes nada. Yo me aferre a Akane, lo abandone todo y seguí adelante por ella… Takao está haciendo lo mismo, se está aferrando a lo único existente de su relación con Midorima, y aunque lo halla o no, ese pequeño es una prueba imborrable de que alguna vez hubo algo entre ellos y estoy más que seguro que Takao piensa aferrarse a eso hasta el final… y pienso que está bien- Yukio volvió a mirar a su madre y apretó un poco a su hija hacia su pecho, la mujer pudo notar claramente como de los ojos azules caían unas ligeras gotas –Después de todo yo hice eso- finalizo

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    La luz del sol se colaba por la ventana del cuarto y este comenzaba a acariciar la figura del azabache, quien dormía en una cama de una plaza junto a una bebe. De a poco Yukio abrió los ojos encontrándose con su hija ya despierta e intentando devorar su mano, una cosa muy común en la beba.

    -Buenos días Akane…- saludo para luego acariciar suavemente el cachete de la pequeña, esta al verlo ya despierto comenzó a hacer pequeños ruiditos extraños con la boca -¿Hace mucho que estas despierta?- le pregunto antes de estirarse para luego sentarse en la cama

    Luego del acto de ayer, su madre prácticamente lo había obligado a quedarse en la casa, su cuarto había sido tomado por uno de sus hermanos pequeños, por ello, con su llegada y la de su hija, el chico tuvo que ir a dormir al otro cuarto junto con su otro hermano para dejarles el cuarto a ellos. Y aunque tuvo la suerte de que ese día era su libre, debía levantarse tomar una ducha, bañar a su pequeña e ir por Takao.

    -Primero iremos a casa, te daré un baño y te pondré el vestido más bonito que tienes y luego iremos a ver a Takao, ¿te agrada la idea?- le pregunto a su pequeña, esta solo comenzó a reír sin entender las palabras que el otro le decía,  después de todo era su “madre” quien le estaba hablando, y eso ya era motivo suficiente para la niña para soltar sonrisas y risas –Supongo que si te agrada la idea- finalizo

    Una hora y media fue lo que Yukio se quedó en la cama hablando y jugando con la bebe ya que verla con esos ánimos tan temprano por la mañana era extraño para él, después de todo, durante los días que no descansaba se llevaba a la pequeña a la guardería antes de que esta despertara. Las veces que ambos podían estar juntos y tranquilos como esa vez eran escasas, debido al trabajo y el estado de Takao, pero Kasamatsu no estaba dispuesto a dejar a ninguno de los, después de todo, el trabajo era los que les ayudaba a mantenerse y Kazunari era la única compañía que él y Akane tenían cuando volvían a la casa.

     Yukio prefirió bañarse en la casa de su madre, ya que allí tenía un cambio de ropa y sus hermanos podían mantener entretenida a su hija mientras él tomaba el relajante baño. Sus dos hermanos menores tenían una pequeña adoración por la rubia, incluso uno de ellos fue el encargado de nombrarla, ya que había aprendido de plantas un poco antes del parto, y, según el chico, lo pequeña que era y lo delicada que parecía la bebe le hizo recordar una flor, y con aquella pelusita sumamente clara, hizo que su cabeza la comparara en seguida con una flor, una flor rubia para ser más exactos, de allí el nombre Akane. Pero ellos dos no eran los únicos que adoraban a la pequeña, la madre de Yukio también sentía mucho apego con su pequeña, Yukio suele decir que aquello es porque es su primer y única nieta, además de que es nena, y es que su madre siempre quiso una niña, pero tuvo tres varones. El mayor de los Kasamatsu, es decir su padre, también tenía una pequeña adoración secreta por la niña, pero esta solo se daba a relucir cuando el hombre estaba solo con la pequeña.

    -“Mamá no tiene ninguna foto de Akane y de mí juntos… ni siquiera yo tengo”- pensó mientras admiraba una repisa en el comedor, donde se hallaban cantidades de portarretratos con fotos familiares, había muchas fotos de él a lo largo de su niñez y de sus hermanos igual, y de la pequeña Akane solo había una, y esta era de su nacimiento

   -Ei, hermano ¿podrías quedarte a desayunar con nosotros?, queremos estar más rato con Akane- uno de sus hermanos se acercó a él seguido por el otro que cargaba con la bebe, ambos parecían entusiasmados, la presencia de la pequeña siempre animaba el hogar de los Kasamatsu

   -Estoy seguro que solo quieren que me quede para que yo cocine- murmuro para sí mismo antes de asentir con la cabeza, y tras la aceptación ambos chicos comenzaron a gritar asustando a la pequeña y logrando que comenzara a llorar

    Luego de calmar a Akane, cocinar y comer, Akane y él abandonaron la casa para ir por fin a la suya. Y una vez allí baño con cuidado a su bebe para luego vestirla con un hermoso vestido color blanco con bolados azules claros que hacían juego con los bellos ojos azul plateados de la niña, él también se puso una remera negra y un pantalón blanco.

    Yukio pensó en simplemente ir caminando desde allí, pues el hospital no quedaba muy lejos y de paso podría hacer ejercicio, pero cuando paso por la cocina se vio a un espejo, Akane y él estaban muy bien arreglados, y por esa razón, el de cabello negro tomo una cámara antes de salir.

     Por la calle, algunas mujeres se le quedaban viendo y otras llegaban a murmurar algo, que era obviamente dirigidas a él, ya que lo miraban mientras hablaban. Esto no era raro, ya que siempre pasaba cuando iba con la bebe en brazos, su rostro, como siempre, estaba serio y la pequeña iba dormida. Las mujeres que conocía y que estaban al tanto de este acontecimiento, le decían que todas parloteaban acerca de lo joven y dedicado que se veía con la bebe, pero Yukio solo rezaba para que ningún conocido que tuviera en común con Kise se cruzara con él, y el hecho de que tenía una hija fuera revelado.

     Cuando ingreso al hospital donde Takao había quedado internado bajo observación el día anterior, una recepcionista le dijo el número de la habitación y lo acompaño a dicho paradero. Una vez dentro vio la figura del azabache más alto mirando con melancolía la ventana.

     -¿Qué hay con esa cara?, pensé que te alegrarías de vernos- hablo el más grande llamando la atención del contrario

     -Senpai, viniste… genial trajiste a Akane- respondió Takao emocionado mientras estiraba sus brazos para que le dirá a la pequeña rubia

     -Ten cuidado está dormida- menciono antes de entregarle a la infante, Kazunari sonrió mientras la recibía, le encantaban los niños

     -No puedo esperar para que yo también pueda cargar al mío así, ya quiero verlo, siempre estoy pensando a quien se parecerá, si a mí o Shin-chan… también que en unos meses ya tenemos que empezar a comprarle ropa y cosas-

     -Ya sabemos que es un varón… pero será mejor comprar cosas de colores neutros, estas de pocos meses así que aun tienes tiempo para pensar un nombre adecuado para él-

     -Tengo muchas ganas de salir de aquí e ir de compras- hablo sumamente animado Takao, a pesar de tener pocos meses de embarazo él ya quería mirar ropa, comprar muebles y accesorios para él bebe

     -No te preocupes, ya abra tiempo para poder hacer todo eso… por ahora tienes que descansar, aun así… después de que firme los papeles, iremos a al parque que está cerca de aquí para que respires un poco de aire fresco… traje una cámara… quizás podamos hacer algún recuerdo los tres juntos- estas últimas palabras le dieron mucha vergüenza a Kasamatsu, pero la idea emociono a Takao, el cual comenzó a alagar la idea, ya que quería sacarse un montón de fotos con Akane –También pensé que como a partir de ahora los meses pasaran sumamente rápido, estaría bien si te sacaras una foto cada mes para tener algún recuerdo-

      El azabache más alto volvió a decir que aquello era una genial idea, y el más bajo solo suspiro tranquilo, después de todo había hecho aquello con la intención de animar a su amigo, ya que, verlo con ese rostro perdido mirando por la ventana no le agrado mucho. Y como un gesto cariñoso le revolvió el cabello como solía hacer con sus hermanos, y es que así veía a Kazunari, como un hermano menor, este último se dejó hacer pues veía al mayor también como su hermano, la admiración que sentía seria la misma que tendría hacia un hermano mayor si lo tuviera.

    Pero ese gesto no era visto como ellos pensaban, parecían más una pareja que un par de hermanos a los ojos verdosos que miraban la escena desde un punto alejado.

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     Lo dicho por el azabache de ojos azul plateados se volvió realidad, y en un abrir y cerrar de ojos, aquellos 3 meses se convirtieron casi 8, y por cada mes que pasaba, las veces que frecuentaba Takao el hospital por contracciones fuertes aumentaba al igual que su barriga. Ya estaban 100% seguros de que Kazunari esperaba un varón y, con gran esfuerzo, habían logrado entre los dos comparar las cosas esenciales para él bebe.

     La pequeña Akane también había crecido en ese periodo de tiempo su cabello rubio ya se notaba un poco más en cuanto a largo, su carácter seguí igual, solo iba a brazos de conocidos y lloraba a todo pulmón cuando un desconocido quería agarrarla. También continuaba yendo a la guardería donde trabajaba su abuela, y como Ryouta aun trabajaba allí, el padre de la pequeña hizo un pequeño trato con su madre para que esta se la llevara a su casa y él luego la pasaba a buscar. Aunque la gran mayoría de veces se quedaba a dormir, ya que Takao era internado.

     Pero fue un día fresco, con varios nubarrones en el cielo claro indicio de que iba a llover, cuando Takao comenzó a sentir un terrible dolor en la parte baja del estómago, sentía la panza rígida y unas cuantas contracciones en el abdomen. Y como estaba llevando una bandeja con vasos, la cual arrojo sin pensar antes de apoyarse en la pared y gritar desesperado el nombre de Kasamatsu, su respiración era rápida y estaba asustado, cerró los ojos y continuo llamando al azabache mientras sentía como un poco de líquido tibio bajaba por sus piernas.

     Yukio tenía su día libre y estaba con Akane en el cuarto, pero se apresuró a ir a donde el otro se encontraba, en cuanto llego lo primero que vio fueron los vidrios del bazo partidos y regados por el piso, luego vio a su amigo contra la pared con una mano en la panza y la otra en la pared, este traba de respirar con calma, pero no podía evitar que de ojos cayeran lágrimas, estaba asustado y sentía un leve dolor en el vientre. 

     -Joder… tranquilo Takao, respira… llamare una ambulancia de acuerdo, tu solo respira e intenta calmarte- le aconsejo el azabache antes de salir corriendo por su celular y hacer la llamada

     -¡Duele!- grito entre gimoteos el más alto, quería sentarse pero sentía dolor y nervios, incluso estaba más asustando que antes

     -Tranquilo- Yukio se acercó a él de nuevo, venía con su celular pegado a su cara –Te va a doler al principio, todo está bien llamare a mi padre mejor, le pediré que venga con el auto y nos lleve al hospital- esa idea era, a los ojos de Yukio, la mejor, pues estaban en una hora pico, y con la amenaza de tormenta no encontrarían un vehículo y llamar una ambulancia no ayudaría mucho ya que Akane estaba en la casa y no lo dejarían llevar a la beba

     -Senpai ¡Duele!- volvió a gritar Takao, y gracias a los constantes gritos del azabache el llanto de Akane se dejó oír

     -Hola, papá por fin contestas… escucha necesito que vengas urgente, Takao está a punto de dar a luz y estoy solo con Akane no puedo llevarlo- le explico cómo pudo, pues los gritos de dolor de Kazunari y el llanto de Akane lo hacían ponerse nervioso a él -¡Apúrate por favor!- termino por gritar antes de cortar

     -Senpai- murmuro esta vez Takao, las lágrimas no dejaban de salir y el dolor aumentaba de a poco

     -Escucha esto es normal… tu cuerpo solo responde a la situación… mi padres llegaran en seguida… por favor aguanta un poco- el azabache más bajo sabia por lo que el más alto estaba pasando, él también había sentido dolor, nervios y miedo, pero pudo aguantarlo gracias a que su madre familia estuvo junto a él en todo momento, pero a su vez también sabía que el dolor que sentía Takao era superior al de él, ya que Takao estaba por tener un parto prematuro 

    -No lo aguanto…- volvió a susurrar preso del miedo y el nerviosismo

   De pronto la puerta se abrió bruscamente y la madre de Kasamatsu entro por ella acompañado del padre de este último, el mayor de los Kasamatsu, a diferencia de su hijo, era alto y con más musculatura, por ello se encargó de tomar a Takao en brazos y llevarlo al auto, mientras que la mujer fue por Akane y Yukio por un bolso, donde metió todo lo necesario para el momento luego del parto.

   Una vez que todos estuvieron en el auto, este arranco, Takao iba acostado en la parte de atrás con su cabeza en los mulsos de Yukio el cual le daba palabras de aliento, Akane iba en la falda de su abuela, mientras el padre del más bajo manejaba con cuidado pero apurado.

   -Más les vale pagarme todas las multas que estoy a punto de recibir por manejar de esta forma- les dijo en forma de broma el hombre en un intento por mejor el ambiente tenso que se estaba creando

   -Senpai, ¿tú también… sentiste tanto dolor como yo?- le pregunto Takao parando para hablar, pues el dolor no lo dejaba en paz, incluso mantenía los ojos cerrados

   -Yukio también paso por esto querido, pero el en todo momento maldijo, tu por lo menos te mantienes en calma, no te haces una día de lo que nosotros tuvimos que aguantar, el pataleaba eh insultaba a Ryouta-kun- recordó la mujer

   -Me hubiera gustado verlo… senpai, ¿puedo pedirte un favor?- murmuro el azabache más alto, el otro asintió y se agacho un poco para escucharlo, pues parecía que le quería decir un secreto

   Los ojos de Yukio se abrieron ante la petición de Takao, para luego morderse el labio, y contestar un; -No seas estúpido… asegúrate de hacerlo tú mismo- 

     “Los doncel a diferencia de las mujeres, no tienen un parto natural, este debe ser hecho por cesaría, aun así son capaces de romper bolsa, esta es la señal de que están a punto de dar a luz. Incluso sienten dolor ya que el feto no tiene un lugar “natural” por donde salir, y el cuerpo mismo genera el dolor para avisar del futuro nacimiento, además de que, los partos prematuros, también son diferentes, los dolores son más intensos, y pueden llevar a que el doncel se desmaye, además de que el rango de vida para el feto prematuro nacido en un doncel es muchísimo menos que el de uno nacido de una mujer. En este caso, como no es un doncel muy bien desarrollado y el parto es prematuro hay un 30% de probabilidad de que ambos mueran, un %50 de que él bebe muera y el doncel sobreviva, y un 20% de que el doncel sobreviva y que él bebe muera”.

 Esas fueron las duras palabras que una enfermera les había dicho en cuando le preguntaron acerca de cómo iba a estar Takao y él bebe.

   Mientras dentro de la sala de cirugía se trataba la cesaría, la señora Kasamatsu y su esposo se llevaron a Akane a su casa, el hombre había dicho que volviera en cuanto dejaran a la niña con su mujer y sus otros hijos, así que Yukio fue el único que se quedó. Con un café en las manos se sentó en el suelo cerca de la puerta de la habitación donde se encontraba Kazunari, sus ojos estaban puestos en un punto fijo de la pared de enfrente, y para sus adentros le rezaba a Dios y cualquier ángel para que Takao y su pequeño salieran con vida de allí adentro.

   Una interminable hora había pasado y nadie salía de la sala de cirugía, el padre de Yukio ya estaba con este último esperando noticias del azabache más alto, pero en el momento que vieron entrar a la sala a dos enfermeras de forma apresurada junto a otro doctor, fue una mala señal, y el hecho de que se le pidió irse a otro lugar no ayudaba mucho.

    Con un nudo en la garganta el joven Kasamatsu miraba por una ventana como la lluvia ya había comenzado y no tenía pinta de parar pronto, parecía como si el mismo cielo estuviera llorando.

   -¿Cuánto dura una cesárea?- pregunto de la nada el más bajo sin apartar los ojos de la ventana

   -45 minutos o una hora aproximadamente- murmuro en respuesta

   -Ya han pasado dos horas- se dijo a sí mismo, esta vez mirando el reloj, estaba preocupado por lo que dejo su puesto junto a la ventana y busco a una enfermera, una vez que la encontró pregunto por su amigo y la respuesta lo dejo en blanco

    -Vera señor, durante la cesaría descubrimos que el feto se había enredado con el cordón umbilical, fue una suerte que lo trajeran rápido, unos cuantos minutos más y el pequeño se hubiera muerto… pudimos salvarlo aunque ahora está débil, es un bebe prematuro y todavía no logro desarrollarse correctamente, por eso lo hemos puesto en una incubadora… por otra parte, durante la cesárea el joven Kazunari sufrió una repentina hemorragia interior, los médicos aún no saben que sucedió, por eso aún permanece en observación, lo estamos monitoreando sus signos vitales no nos dan mucha confianza- explico la mujer

    -¿Él va a estar bien verdad?… él bebe y él- pregunto con un leve dolor en el pecho

    -No estamos seguros…- le respondió con sinceridad

    -¿Puedo verlo?-

    -En estos momentos es imposible que vea al joven Kazunari… pero él bebe puede verlo, yo le mostrare donde se encuentra-

    Yukio fue guido por la enfermera mientras que su padre llamaba a su esposa para darle las novedades a esta, como había prometido antes de salir de su casa.

    La enfermera junto con Kasamatsu caminaron por un pasillo hasta llegar a un lugar donde habían varias incubadoras, estas estaban en una habitación siendo monitoreadas por otras enfermeras y se les prohibía el paso a personas no autorizadas, por ello, esas personas tenían que mirar desde un enorme ventanal

    -Es aquel- le dijo mientras señalaba una de las incubadoras, donde se encontraba un pequeño bebe, Yukio pudo distinguir que en su pequeña cabeza había una pelusita negra, seguramente lo había heredado de Takao, pero no podía ver sus ojos, ya que estos permanecían cerrados –Peso 2.246 gramos y midió 45 cm- comento la mujer mientras veía una hoja en la planilla que estaba en sus manos –Por cierto, ¿Cuál será el nombre del bebe?- le pregunto tomando una lapicera lista para anotar

     -… El nombre se lo pondrá él cuando despierte- respondió sin quitar la mirada del bebe

     -En realidad necesito el nombre del pequeño-

     -No podría ponerle únicamente su apellido… vera no conozco al padre del niño y el nombre es algo que lo emocionaba mucho, no quiero decidirlo yo…- mintió, aunque no en todo, pues era verdad que Takao siempre estaba pensando un nombre para el pequeño, y siempre que se le preguntaba esta variaba en sus respuestas

     -Le daré un plazo de una semana… puesto que no se si el joven Kazunari o él bebe sobreviran… el pequeño está débil, será afortunado si logra pasar la primera noche, después de todo es hijo  prematuro de un doncel y estos no suelen sobrevivir la primera noche-

     Kasamatsu no respondió solo siguió mirando al bebe.

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    Tres días habían pasado desde el nacimiento y la internación de Takao, este último aún no había desertado, y los médicos le dijeron que seguramente estaba en coma y no estaban seguros de cuando despertaría. Y aun así recién ese día Kasamatsu podía ir a verlo, y aunque había ido seguido al hospital para ver y mostrarle a su hija el pequeño bebe de cabellos negros, el cual nunca había visto sus ojos, puesto que siempre se encontraba durmiendo cuando él iba.

    La enfermera le dijo que él bebe había sido afortunado de pasar la primera noche, a pesar de que le había dado una leve fiebre por la noche.

    El cielo estaba nublado pero no parecía que fuera a llover, aun así, Yukio abrigo bien a su hija, puesto que el frio que había en la calle no era el mejor para sacar a la niña. Aun así él quería mostrarle a su primo y que viera a Takao.

    Mientras caminaban por la calle la pequeña Akane veía a los autos pasar uno tras otro. Y repetía contantemente; “Papi, papi, brrrrrr” o algo similar

     -¿Te gustan los autos?- le preguntaba su padre mientras continuaba con su camino

     -¡No!- grito contenta, esto hizo que Yukio riera, pues la pequeña nunca decía si, a todo decía que no, a pesar de que se notaba a lenguas que le gustaba

     -¿Te gusta el sonido?- le volvió a preguntar simplemente por dirección ya que conocía la respuesta

    -¡No!- volvió a gritar pero esta vez asintiendo con la cabeza

    -“Estoy seguro de que aún no sabes decir “si”… que bonita”- pensó a sus adentros, después de todo aquello era lo más lógico, su pequeña simplemente decía no porque no sabía decir si, a veces pasa, los niños dicen si porque no saben decir no, lo único que su hija le pasaba lo contrario –Hoy iremos a ver a tu tío Takao y a tu primito-

    -¡Tío!, ¡tío!, ¡tío!- comenzó a gritar emocionada

    -Ah pero el tío está durmiendo y debemos hacer ssshhhhh- le dijo antes de poner un dedo delante de su boca, este gesto fue entendido rápidamente por la pequeña la cual tapo su boca con ambas manos

    -SSSHHH- repitió con el rostro serio

     No tardaron mucho en llegar al hospital, y durante el camino al lugar donde se encontraba las incubadoras, la pequeña Akane estaba tapando su boca con ambas manos. Esto le pareció tierno a su padre por lo que sonrió mientras continuo el camino, y cuando estuvo frente al gran cristal observo al bebe en la incubadora, este estaba durmiendo, como las ultima dos veces que lo había visto, estuvo parado unos minutos mirando al pequeño ser, cuando la voz de su pequeña lo hizo salir de sus pensamientos.

     -¿Tío?- pregunto la pequeña a su padre, este sonrió le acaricio la cabeza

     -Primero quería ver a tu primo… ahora iremos a ver a tu tío- le respondió, le dio una última mirada al bebe de Takao antes de salir de allí

     Una enfermera a cargo reconoció al azabache y lo guio a la habitación de Takao. Para cuando ingreso a la habitación se encontró con el cuerpo del azabache acostado en una cama y conectado a una cantidad de máquinas que yacían a su alrededor mostrando sus signos vitales, y como sus ojos estaban cerrados parecía dormido.

    -¡Tío!, ¡Tío!- comenzó a gritar la pequeña en cuanto lo vio

    -Akane- llamo la atención su padre, en seguida la pequeña tapo su boca

    -SSSHHHH- hizo con sus labios

    -Que hermosa niña- elogio la enfermera, -¿Es tu sobrina Kasamatsu? O caso ¿tu hermanita?- le pregunto

    -Ella es Akane, es mi hija- le respondió sin trabas o vergüenza

    -Oh ya veo… creí que era tu sobrina o algo… como llamo a Takao tío…- murmuro la chica, pues todas las jóvenes enfermeras veían a Yukio seguido por las instalaciones para ver al pequeño bebe, y además siempre lo vieron acompañar al otro azabache en las ecografías, análisis y cuando este era internado, era el quien venía a verlo a veces solo otras con la pequeña -Todas creíamos que tú y Takao eran… ya sabes pareja y que ese niño era tuyo- confeso avergonzada

    -No lo somos, él es como mi familia… él bebe también lo es-

    -Ya veo… disculpa la confusión-

    -¿Aquí hay floreros?- pregunto de la nada Yukio mirando alrededor

    -Ah sí… ¿Traerás flores?-

    -Si… mañana las traeré cuando venga-

    -Papi, papi- comenzó a llamar la pequeña

    -¿Qué sucede Akane?... ¿tú también quieres venir?-

    -¡No!- grito feliz

    -Ya veo… supongo que ambos vendremos a ver al tío mañana-

    -¡Noooo!- grito con más euforia mientras se apegaba a su padre

    -Jajaja que niña tan tierna, ¿no sabe decir si?- le pregunto la enfermera mientras miraba a la pequeña, su padre negó con la cabeza y Akane continuo gritando “no”

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     El plazo de una semana se había y Takao no despertaba, y como era costumbre Kasamatsu siguió yendo, a veces solo otras veces con Akane o con su madre. Primero iba a ver al pequeño de Kazunari y luego a este último, también era costumbre llevar flores nuevas todos los días, las favoritas de Takao.

    Pero ese día era especial, pues el plazo se había acabado, y por más que les pidiera a las enfermeras que le dieran algo más de tiempo, estas se negaban puesto que necesitaban la información del niño.

    “Si algo me ocurre luego del parto, ponle un nombre a mi hijo… y busca a Shin-chan dile todo acerca del bebe” ese había sido el pedido de Takao antes de ser ingresado en el hospital, Kazunari era consciente de su estado, él sabía que algo podía pasarle a él, o al bebe.

    -“Llamarte Kiseki afectaría mucho el estado emocional mío o de Takao… haría recordar cosas innecesarias…”- pensaba para sí mismo mientras miraba al bebe que dormía tranquilamente, Yukio no era buenos con los nombres, que su hermano eligiera uno bueno para su hija había sido un alivio, pero ahora le tocaba elegir uno

    Mientras pensaba, vio como él bebe frente de él habría despacio los ojos, señal de que se estaba despertando, un precioso verde metálico choco con su azul plateado, el pequeño había heredado los colores de ambos, y un verde metálico yacía como pupila en los ojos del niño.

   “…tú y ese pequeño son muy afortunados por tenernos…”

  “…tendría mucha suerte si uno de los sobrevive…”

  “…el pequeño está débil, será muy afortunado si logra pasar la primera noche…”

  Pequeños recuerdos pasaron por su mente, para luego sonreír con tristeza a la vez que miraba aquellos ojos color verde metálico.

  -Afortunado… Takao Kichiro será su nombre- le dijo a la enfermera esta lo miro confundida y al darse cuenta de cómo esta lo miraba volvió a hablar, -Una vez oí ese nombre, Kichiro, significa hijo afortunado… es como creo que fue y quiero que sea de ahora en adelante… un niño afortunado-

   -Pues, no sé si se trata de la suerte o algo, pero el pequeño ha ido evolucionando favorablemente, en unas pocas semanas estoy segura que ya podrán sacarlo de la incubadora- le dijo animada antes de anotar el nombre del niño

   -Iré a ver a Takao- murmuro antes de irse, no sin antes darle un vistazo al pequeño de bellos ojos

  Como era costumbre, una vez dentro del cuarto, cambio las flores del día anterior por unas nuevas y frescas. Para luego sentarse en una silla junto a la cama del más joven.

   -Hoy vi los ojos de tu hijo…- murmuro con la mirada agacha –Son de un color extrañamente lindos, son verdes metálicos, un color muy raro… también lo nombre, como me pediste, se llama Takao Kichiro… es un nombre bonito significa hijo afortunado… solo espero que esto no cause que sea un adicto a la fortuna de los horóscopos o algo, jajaja eso sería un poco extraño, aunque siendo hijo de Midorima no sería raro- a pesar de forzar una sonrisa  e intentar sonar convencido o feliz, no podía evitar sentir un nudo en la garganta y una tristeza muy dentro de él por ver su amigo en ese estado –Akane me volvió a preguntar por ti… ella dice “tío, tío, tío” cuando llegamos a casa, te busca siempre… supongo que te extraña…- Kasamatsu hizo una pausa antes de seguir –Mañana tomare tu celular y buscare el número de Midorima… en cuanto digan que Kichiro puede salir de la incubadora lo llamare, le contare toda la verdad, y le pediré que lo crie… yo no creo poder con todo esto solo, así que trata de despertar… ese pequeño va necesitar de ti, no creo que Midorima sea una buena influencia para tu pequeño…-

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    “Todo está oscuro… no veo nada… tampoco siento nada… ¿Dónde estoy?... aún tengo sueño… ¿Por cuánto tiempo voy a estar solo en la oscuridad?... solo… me siento solo… Shin-chan… mamá… papá… ninguno de ellos vendrá, no se preocuparon por mí, ni por “él”… la primera vez que estuve solo me sentí triste, mamá y papá me abrazaron… después que ellos me dejaron también me sentí solo y triste, pero Shin-chan me dijo que era un idiota y luego me abrazo… cuando perdí al bebe no me sentí solo, pero si sentí tristeza y un vacío… y de nuevo Shin-chan me abrazo, por eso me obligue a sonreír a pensar que no estaría solo nunca más… pero Shin-chan también se alejó, el nunca volvió por mi… me dejo solo… en la oscuridad… ahora ya no tengo a nadie que me abrace… que me haga sentir que no estoy solo…” 

 -No pienses en estupideces… Akane y yo somos como una familia para ti ahora-

    “Esa voz…”

    -¡Tío!, ¡tío!, ¡tío!-

     “Escucho voces pero no veo… conozco esa voz…también la anterior”

      -Hoy vi los ojos de tu hijo…-

      “Mi hijo…”

     -Se llama Takao Kichiro… es un nombre bonito significa hijo afortunado…-

      “Mi hijo… Takao Kichiro… me gusta ese nombre senpai…”

     –Akane me volvió a preguntar por ti… ella dice “tío, tío, tío” cuando llegamos a casa, te busca siempre… supongo que te extraña…-

       “Yo también… dile que la extraño… dile que no se sienta sola como yo… te tiene a ti… no debe sentirse solo como yo…”

     -Yo no creo poder con todo esto solo, así que trata de despertar… ese pequeño va necesitar de ti-

        “¿Alguien necesita de mí?... eso es estúpido… todos me abandonaron… mamá… papá… Shin-chan… las personas que más quería me dieron la espalda… ¿Por qué alguien necesitaría de mí?... ¿por qué alguien necesitaría a una persona que está sola?...”

     -Mis padres se enteraron. Hubo un gran revuelto, ellos no querían a Shin-chan y entonces nos peleamos, yo me fui y Shin-chan se fue con migo, eso fue antes del embarazo, allí “perdí” a mi familia-

         “Esa es mi voz… es verdad… perdí a mi familia…”

      –Después cuando pensé que todo estaba bien paso lo del embarazo… y luego de un tiempo el rompimiento con Shin-chan… sabes cuándo rompimos pensé, “Esto es genial… ¿Y ahora que me queda? Lo perdí todo”-

          “Por eso no quiero despertar… no quiero estar solo otra vez… no tengo a nadie con migo… lo perdí todo”

      -Pero ahora que lo tengo a él-

           “¿Él?... yo no tengo a nadie…”

      -Él es como mi rayito de esperanza, me dice “¡Ei no estés triste ni solo! Me tienes a mi”…-

              “Gracias a él… no estoy solo…”

       -Ei Takao… dicen que puedes escucharme… a pesar de estar dormido, tengo una buena noticia para ti, Kichiro está aquí con migo y Akane… él es muy bonito, debe despertar y verlo… debes hacerlo rápido, en unos días iré con Midorima, debes verlo antes de que se lo lleven de tu lado-

               “Espera senpai… quiero verlo… no lo alejes de mi lado… él es mi rayito de esperanza… lo tengo a él… por eso… no me tengo que sentirme solo… ni triste… lo tengo a él… senpai… no te lo lleves… ¡no lo hagas!”

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    Kasamatsu cargaba con un ramo de flores en una mano, mientras que en la otra a un bebe de cabellos negros y ojos verdes metálicos, detrás, venia su madre con su hija en brazos, esta traía un pequeño sombrerito de cumpleaños y una mini trompeta en su mano, mientras repetida; “Feli pumple” y una que otra vez soplaba la trompeta.

    -Ei Akane… te dije que no tocaras la trompeta aquí dentro… hay gente haciendo ssshhh ¿recuerdas?- rezongo su padre  

    -¡Feli pumple!- grito feliz la niña mientras saltaba en la falda de su abuela

    -Sí, sí, hoy es el cumpleaños Akane-chan-

    -¡Feli pumple papi! ¡feli pumple papi!- repetía emocionada

    -¿De qué me sirve rezongarla si tú la animas?... ah este paso será una niña mimada-

    -¡Feli pumple!- volvió a gritar la niña antes de soplar la trompeta, y el pequeño bebe comenzó a reír por el ruido

    -Vez a Kichiro también le gusta- le dijo su madre

    -Ah este niño le gusta cualquier ruido fuerte, y siempre se ríe de todo… pero hoy será la última vez que lo pase con nosotros- murmuro

    -Lo llevaras con él padre hoy-

    -Ya han pasado varias semanas desde que salió de la incubadora, si se va con Midorima tendrá una mejor vida y será criado por su padre a pesar de todo… cuando Takao se despierte puede simplemente ir a verlo-

    Una vez que tubo frente a la puerta de la habitación de Takao le dio las flores a su madre para asi poder abrir la puerta, pero en cuanto lo hizo quedo como piedra, quieto sin moverse, mirando fijamente a la persona que solía encontrar acostado con los ojos cerrados, pero que ahora sentado en la cama y en cuanto escucho la puerta abrirse sus ojos azules metálicos se fijaron en el recién llegado y en él bebe que traía en brazos.

    -Hola senpai… ¿ese es mi hijo?-

 


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