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Quemare tus recuerdos por yoshi_cl16

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Notas del fanfic:

Este fic es para la 7 ma. convocatoria de Gundam Wing en la siguiente pagina: 

 (https://www.facebook.com/Gundam.Wing.Yaoi.Hispano).

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen pero me encanta usarlo sin fines de lucro.

La convocatoria se trata del tema "Verano" y la palabra secreta de mi numero 86 era "Quemadura"

Frente a la playa estaba Duo, mirando cómo se ponía el atardecer, no era la primera vez que lo hacia, es mas lo hacia desde hacia mas de 50 años, en el mismo lugar de siempre, todos los días lo esperaba pero seguramente este seria el ultimo atardecer que verían sus ojos.

-¿Quiere que le ponga una manta?- Pregunto amablemente una enfermera detrás de él la cual había rodado con mucha dificultad la silla de ruedas donde estaba Duo sentado.

-Si me abrazas seria mucho mejor y mas efectivo preciosa- Le sonrió como siempre lo hacía con esa picardía que tanto lo caracterizaba a pesar de los años.

-Usted y sus bromas- Sonrió la enfermera con un notable sonrojo colocándole la manta que le había ofrecido para luego sentarse a su lado en una silla que había traído para la ocasión- ¿Esa es la caja que quemara?

-Si- Sonrió nostálgico- Son algunos recuerdos.

-¿Por que no se los da a alguien de su confianza?

-Porque seria como si le diera mi carga a otra persona, una carga que solo es mía, a demás hoy he decido dejarla.

-¿Hoy es un día especial?- Pregunto con curiosidad la joven enfermera.

-Si- Contesto con simpleza- Hoy es un buen día para morir- Sonrió con soltura aunque termino ahogándose en el proceso.

-No debería decir esas cosas- Le daba palmaditas en la espalda para que se recuperara.

-Vamos, soy un Shinigami, te lo he dicho muchas veces- Respiro hondo sintiéndose mucho mejor- Lo Shinigamis siempre andamos de la mano con la muerte, es como un pacto, “Yo no huyo de muerte y ella no me busca pero ambos sabemos que algún día nos encontraremos”- Recito como un juramento solemne.

-Usted habla mucho de la muerte, los días de guerra pasaron hace mucho tiempo, ahora estamos en tiempo de paz, debería disfrutarlo- Miro hacia el horizonte también.

-¿Que te transmite el atardecer?- Pregunto de pronto sin quitar la mirada de enfrente.

-Calidez, tranquilidad y… nostalgia- Miro al hombre a si lado- ¿Y a usted?

-Solo nostalgia- Sonrió un poco luego miro la caja en sus piernas.

-¿Por que no busco hacer una familia? Aunque no es de mi incumbencia pero ¿no se siente triste estando solo?

-Al principio, luego me acostumbre, no busque hacerme una familia porque estaba esperando a una persona.

-¿Y  que paso con ella?-Pregunto con cierta timidez.

-Con él- La corrigió y noto como la chica de pronto solo abrió los ojos en grande mostrando un gran sonrojo, Duo solo rio por la expresión de la chica y esta al verlo reír mostro su cara de enfado.

-Me esta mintiendo, que malo es- Mostro un puchero aunque no estaba enojada.

-No te miento, puedo correr y esconderme pero nunca miento- La chica pudo ver en sus ojos violeta que el decía la verdad, a demás no era la primera vez que lo escuchaba decir aquellas palabras, era como su otro juramento- Bueno antes podía correr- Miro sus piernas paralizadas- Y esconderme- Se miro a si mismo- Creo que tendré que cambiar esas palabras, lo que nunca cambiare es el hecho de que nunca miento.

-Sino miente entonces ¿que paso con… el?- Pregunto curiosa.

-Te lo contare porque haz sido mi enfermera favorita- La miro con confianza- Lo conocí en esta playa, dejo hundir su Gundam allá- Señalo con su mano temblorosa hacia el horizonte- El muy idiota pensó que seria un buen escondite para su Gundam, pero no conto que con que lo capturarían y que yo encontraría su apreciado Gundam- Rio un poco.

-El era el piloto 01 Heero Yui ¿no?

-En efecto- Aprobó la respuesta de la chica- Ese día le dispare frente a… mi rival- Termino de decir después de unos segundos de debate mental- Ella era nada mas y nada menos Reelena Peacecraft.

-¿La primera Neo Reina?

-Si, ella misma- Suspiro como cansado.

-¿Y que paso?

-Veo que esas cosas no lo escribieron en los libros de historia- Se burlo un poco mientras la chica también sonreía negando con la cabeza.

Duo conto todo lo que había pasado desde que era un niño hasta que cumplió la ultima misión como el piloto 02 del Dietsai, Duo Maxwell, luego sus recuerdos fueron un poco mas felices pues contaba como había estado encargado de un orfanato junto a Hilde y luego ella se separo de el para seguir su camino, también le conto como se le había hecho difícil cuidar a tantos niños y como Quatre lo ayudo a encontrarles hogares a la gran mayoría de ellos, también como Wufei lo ayudaba con los cuidados y de cómo Trowa hacia funciones especiales para los niños y así tenerle un día agradable entre risas, aunque no tuvieran mucho que compartir el se las arreglaba para hacer de los días de esos niños mas llevadero y felices.

-Luego me enferme y el orfanato lo iban a cerrar, gracias a Quatre y Trowa aun se mantiene abierto pero yo no puede seguir cuidándolos, a partir de allí empecé asentirme solo- Suspiro un poco.

-Y sobre “él” ¿que paso con él?- Pregunto curiosa la chica.

-Lo conocí en esta playa y aquí fue la ultima vez que lo vi, le conté lo que sentía por el, el nunca me dijo nada sobre lo que sentía, solo me dijo “Nos veremos aquí de nuevo” al principio lo esperaba todos los días, luego no fueron tan frecuente, trataba de buscarlo pero nunca apareció, somos pilotos, sabemos como cambiar de identidad y sabemos escondernos bien, pero con Heero aun no se que ha pasado, sino esta escondido puede que haya muerto pero ninguno lo sabemos con certeza.

-¿No dejo nada mas? ¿Una pista o algo?

-El era un tipo callado, me sorprendido que dijo mucho la ultima vez que hable con el, a demás, si el ha querido buscarme lo hubiese hecho, pues no me escondí mas, es mas trataba por todos los medios de que todos supieran donde estaba siempre y así cuando el preguntare por mi ellos sabrían decirle donde estaba, pero eso nunca paso.

-Y aquella vez que se fue, ¿a donde lo hizo?

-A los brazos de Reelena.

-¿Y ella no sabe nada de el?

-No, ella no lo sabe- Luego continuo como sabiendo la siguiente pregunta de la enfermera- El la cuido durante un tiempo, luego se fue sin decirle nada, al principio no le creí pero al investigar el paradero de Heero me di cuenta de que decía la verdad, en pocas palabras Heero huyo de ella y de mi-Miro de nuevo al horizonte.

-¿Por que no se canso de esperar?

-Porque así es el amor, todos los días te da la esperanza de que algo pasara, de que algún día aparecería en este lugar tal como esa ultima vez que lo vi, así parado sin ninguna emoción en su rostro, con su fría mirada de color azul cobalto y sus cabellos color chocolate desordenado- Sonrió con gracia a tan solo imaginárselo- Así me lo he imaginado en estos últimos 50 años, pero la paciencia se acaba al igual que la vida, ya no estoy para esperar mas tiempo, es muy difícil estar enamorado de un recuerdo- Dejo salir esas palabras en un suspiro doloroso.

-¿Como lo soporto?- La chica a tan solo imaginárselo sus ojos se empezaban a llenar de lagrimas.

-De la misma forma que se soporta el dolor, en silencio y por dentro- Miro a la chica quien trataba de limpiarse las lagrimas en vano.

-No se lo merece, usted no se merece estar solo, no se merecía que lo dejaran esperando, usted ha sido muy bueno, usted me ha ayudado mucho, ha ayudado a otros y aun así se ha quedado solo, no es justo, eso no es justo- Se limpiaba las lagrimas.

-La vida no es justa preciosa- Alargo su mano hasta el rostro de ella, limpiándole un poco las lagrimas- Si la vida fuera justa entonces a ti te hubiera tocado vivir la guerra como yo la viví, nunca hubieses conocido la paz, no tendrías familia ni amigos y todo esto que ves a tu alrededor no existiera, el color naranja no seria un color cálido sino triste y sangriento, y lo mas probable es que ni siquiera hubieses vivido ni la mitad de lo que tienes ahora, ¿sabes? Por eso es que es buena la vida, porque ella no es justa, en cambio la muerte es otro tema, la muerte es justa con todos ya que nos lleva a todos por igual sin importar como hayan vivido- La chica lo miro a través de las lagrimas, reflexionando las palabras que ese hombre de mirada violácea le decía.

- Aunque lo que dice es cierto, aun así, no lo apruebo.

-No es cuestión de aprobar, es solo cuestión de aceptar, yo acepte mi destino, tú tienes que aceptar el tuyo-Le sonrió con tranquilidad- ¿Podrías encender una fogata? Quiero quemar estas cosas.

-Está bien.

La chica se levanto y busco las cosas que había traído, Duo le había dicho días atrás que quería ver el atardecer por ultima vez, el sufría una enfermedad que se le desarrollo después de la guerra, había sido tantos golpes, disparos, inhalación de gases y humos que al llegar a sus 50 años hicieron estragos en su cuerpo, algunas veces le costaba respirar y sus huesos se volvieron débiles hasta dejarlo sentado en una silla de ruedas, su sistema nervioso dejo de funcionar como debía y sus músculos ya no era lo que solían ser antes, ya no eran fuertes ni estables ahora eran débiles y temblorosos, sus ojos violetas ya no veían con la misma claridad de antes y ya no se veían tan violáceas, su cabello dejo de ser castaño ahora era largo y blanco como la nieve, el ya no era un chico de 14 años, ni tampoco era el chico de 20 años que vio Heero la ultima vez, todo eso había pasado.

-Aquí esta- Hablo la chica sacando a Duo de sus pensamientos, ella encendió la fogata frente a el para que le diera calor y le fuera fácil quemar aquellas cosas, ella se iba a ir para dejarlo solo con sus recuerdos pero la voz de aquel hombre la detuvo.

-Ven ayúdame- Ella se acerco y el abrió la caja que tenia entre sus manos- Mira, esta es una foto de el cuando estábamos jóvenes- Le mostro una foto donde estaban todos los pilotos Gundam a sus 15 años- El chico que no está sonriendo es Heero, creo que nunca ha sonreído en una foto, el chico del cabello gracioso es Trowa, el era muy bueno domando leones, el chico que me esta mirando de forma asesina es Wufei, siempre peleábamos pero el ha sido el mejor amigo que he tenido y el chico rubio angelical es Quatre, es el único a quien le podías contar como te sentías, el era nuestra parte humana del grupo.

-¿Quemara esta fotografía?- Lo miro no queriendo escuchar la respuesta.

-Si, ya no tengo porque tenerla conmigo, échala al fuego- La chica le dolió en el alma tener que dejar aquella foto en  el fuego para que se quemara, pero debía de cumplir la voluntad de su  amigo paciente, luego el saco un pedazo como de metal de la caja y ella lo miro algo dudosa tratando de saber de que era- Esa era una pequeña parte de mi Gundam el Deathscythe, era una gran maquina debiste de haberlo visto, el era perfecto- Hablo como si estuviera enamorado de aquella maquina que fue su aibo por mucho tiempo

-¿Eso es Gundamion?

-No, esto era parte de su memoria, el fuego lo destruirá por completo, eso es lo último que quedaba de mi preciado Aibo- La chica dejo caer aquel metal en el fuego, luego Duo saco algunas flores inmortalizadas y varias cartas hecha a mano con letras torpes sin cuidado ni practica.

-¿Esto también?- A la chica se le formo un nudo en la garganta, ella tenia algunos recuerdos como aquellas cartas, pues al ser enfermera cuidaba de muchas personas, entre ellos niños que no tenían mas que un papel y un lápiz para expresar su gratitud de forma sincera y cariñosa.

-Si, estas también, las he guardado por muchos años, ahora son niños grandes, muchos de ellos con familias, aunque ellos no me recuerden yo me acuerdo de cada uno de ellos, tanto así que he memorizado todas sus cartas, todo esta aquí- Con su mano temblorosa toco su cabeza con una sonrisa, la chica miro algunas de esas cartas antes de echarlas al fuego, se podía ver como los niños lo querían mucho, habían escrito palabras bonitas como “Te queremos mucho” “Nunca te olvidare” “Vendré a visitarte” “Eres mi héroe” y junto aquellas palabras varios dibujos infantiles, todo eso fueron consumido por el fuego, luego Duo solo dejo una carta dentro de la caja la cual estaba llena de flores inmortalizadas en su interior.

-¿Eso también?- Limpio esa nuevas lagrimas que trataba de salir de sus ojos.

-No, este ultimo recuerdo lo hare yo mismo, solo quiero pedirte un favor y darte un consejo- La chica asintió- El consejo es que cuando te regalen flores, guárdalas, porque las flores que recibas en vida son las mas hermosas que puedas ver, porque puedes ver como florecen, oler sus perfumes y colores, puedes ver como se marchitan y si las guardas pasan a ser recuerdos gratos, en cambio si te lo dan cuando mueres ni siquiera las veras ni disfrutaras- Luego miro la caja- Aquí están todas aquellas flores que me regalaron durante toda mi vida, la mayoría me la dieron aquellos niños que tanto cuide, quiero que las usen porque cada flor es un grato recuerdo y por ultimo allí dentro de la caja esta una carta, si por alguna razón extraordinaria Heero aparece dásela y sino solo dejara que el mar se la lleve- La chica tomo la caja entre sus manos aun luchando contra las lagrimas.

-Lo prometo- Hablo es un susurro con voz quebrada.

-Gracias, ¿me podrías dejar solo un rato?- La chica se alejo de Duo para dejarlo a solas frente la fogata, Duo solo miro lo ultimo que quedaba del atardecer, aun se podían ver algunos destellos naranjas combinados con violeta y negro del cielo con algunas estrellas- Como me gustaría haberte dicho estas palabras de frente Heero Yui, hoy en pleno verano, donde se cumplen mas de 50 años desde que nos conocimos, donde me dejaste aquella promesa que nunca cumpliste o al menos yo no pude cumplirla- Tomo una tijera que mantenía oculta entre su abrigo y con su mano temblorosa lo llevo hasta su trenza blanca y larga la cual corto- Hoy enterrare tu vida en mi vida- Tiro la trenza en el fuego, luego solo se quedo mirando como se consumía y quemaba entre el fuego.

-Señor Duo, señor Duo- La chica se acerco al ver que había pasado mas de media hora desde que lo había dejado solo, ya era hora de volver así que al moverlo vio que el hombre solo tenia los ojos cerrados con una sonrisa tranquila en su rostro- Duo- Susurro al notar su pálida piel fría, toco su pulso pero el Shinigami ya había abierto sus alas para volar.

*/*/*/*

El día del funeral de Duo, la enfermera noto que todos estaban allí, ella pudo reconocerlos al tan solo verlos, todos tenían la misma edad que Duo los cuales oscilaban entre los 75 y 76 años, ellos habían venido con sus familias y nietos, hablo con ellos enterándose un poco acerca de su vida.

Quatre se había casado con Trowa, habían tenido hijos gracias a la tecnología mas tarde tuvieron nietos, Wufei se caso con Sally Poo, Hilde se había casado y ahora era abuela, varios sino todos los niños del orfanatorio “Padre Maxwell y Hermana Helen” al enterarse de la muerte de su primer padre, Duo Maxwell, fueron al funeral, muchos de ellos llevaron flores y al ver al cuerpo de Duo dentro del féretro algunos sonrieron con nostalgias y otros se desataron el llanto ya que Duo estaba adornados con aquellas flores inmortalizas que el había guardado durante toda su vida dándole una imagen como si durmiese bajo la sombra de un árbol en otoño aunque aun estuvieran en verano. Entre tantas personas, la enfermera no vio a Heero y aunque pregunto por el, nadie lo había visto en años.

El funeral acabo y como última voluntad de Duo pidió ser cremado, y que sus cenizas fueran lanzadas al mar, en la playa donde siempre estuvo esperando.

La enfermera tomo las cenizas de Duo y la carta que dejo para Heero, llego hasta la orilla de la playa y allí se detuvo viendo el atardecer.

-Cumplí mi promesa señor Duo, aunque el señor Heero nunca llego, lo siento- Miro a su alrededor y allí vio a un hombre mayor con el cabello medianamente blanco con expresión algo seria y cansada apagaba un cigarro con su zapato, no cruzaron miradas así que ella solo siguió con lo que había prometido, dejo caer las cenizas al mar y tiro la carta dejando que fuera bandeada por el viento, luego solo se fue con lagrimas en los ojos a tan solo recordar la ultima vez que hablo con el hombre de ojos violetas.

El hombre que estaba en la playa fumándose un cigarro se quedo un rato mas y como cosas del destino entre las olas la carta de Duo llego a sus pies, el hombre tomo la carta donde se podía leer claramente “Para: Heero Yuy   De: Duo Maxwell” con cuidado abrió la y allí estaba escrito con letra temblorosa como empezaba aquella carta.

“No se si aun me recuerdas…” 

Notas finales:

Espero que les haya gustado aunque sea un fic mas que todo nostalgico y triste.

La carta de Duo comienza con el resumen que use para este fic. 

Sin mas nada que decir me despido y nos estamos leyendo.

 

Ja ne nwn 


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