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Young Forever por MhmPanda

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Notas del capitulo:

HOLA, ACABO DE TERMINAR ESTO!!!!

Les sugiero que lean RUN si quieren leer este fic, ya que contiene spoilers de RUN :-D 

Se supone que este es el final :( Aunque Jin dijo que solo era un trailer así que probablemente continue esto 7u7

Lloré escribiendo esto, fue muy bonito y me salió largo af :$

Sin más que decir, lean <3

 

[Esto está en wtt, por si ven un fic bajo el usser jokwxn en esos lados ;-D]

 

[Corregido]

—Está bien- juntos para siempre ¿eh?

Se levantan y caminan pasivos hasta las orillas medianamente inquietas y en el proceso, enlazan sus manos con Taehyung siendo el centro de la unión. Les recorre el frío cuando las olas chocan en la arena y la brisa les pega. Sus manos permanecen firmemente unidad y Taehyung comienza una cuenta regresiva desde el tres.

Después de besos entre las parejas y apretones de manos entre todos, el castaño claro llega al uno.

—¡Corran!

Despierta con la vista borrosa y con el pecho extrañamente pesado, como si algo le faltase. Lleva tiempo soñando la misma escena; desde que cumplió los diecisiete y ya está en sus dieciocho.

La cara del chico de cabellos castaños claros es exacta a la de su rubio amigo y eso le produce una sensación inquietante. Hasta puede recordar la misma cabeza azul o menta -no está muy seguro en este extremo de su vida- y rosa de algunos de ellos.

¿Quienes son? ¿Por qué se siente como un recuerdo?

Se levantó con miles de dudas en la cabeza, una de ellas es si verá a sus amigos este año; su último año. Excepto para los pequeños del grupo.

Soltó un suspiro una vez terminó de colocarse el uniforme. —Un largo camino que recorrer, Jin—, se dice mirando su reflejo en el espejo de cuerpo completo.

De su rutina matutina, no hay demasiado que comentar. Supone que no tiene problemas que enfrentar en su fresca juventud en estos temas. Es un adolescente tranquilo, mucho para su gusto.

Esperaba que este año escolar, trajese cosas nuevas.

Arreglado y guapo, se despidió de su madre para ir caminando hasta su escuela, esperando encontrarse con Namjoon o Hoseok.

Con sus otros amigos esperaba encontrarlos un fin de semana o algo así.

—¡Jin! ¡Espera!

Se detuvo y riéndose flojo observó como el cabellos miel de su amigo y compañero se acercaba jadeando hasta acompasar su caminar y regular su respiración.

—¿Por qué tienes los ojos rojos, Hobi?—, es lo primero que exige saber el mayor cuando nota la mirada esquiva de Hoseok.

El muchacho titubeó un momento, como si quisiese tener la excusa de que ha llorado por una película que vio está mañana en el cable pero sabe que sus ojos están rojizos, pero no hinchados.

No quiere contarle de sus vacaciones, la verdad.

—¿Vas a responderme?

—Yah, hyung... no es importante, ya te lo contaré—, le responde tratando de dar por finalizado el tema.

Seokjin asiente agitando el flequillo rubio y siguen caminando en silencio, sin presiones entre ellos. Aunque Hoseok se sentía un poco culpable, de verdad quería decirle pero sabe que está mal y tiene más miedo de que el mayor lo regañe y se aleje.

Sus amigos estarían encantados de ayudarle, pero eso, él no lo sabe. 

Llegaron saludando a sus compañeros y conocidos en la entrada del instituto, tan alegres y simpáticos como todas esas personas los describían. Ambos iban a esperar a que llegasen los demás de sus amigos pero Hoseok soltó un quejido a su lado, dándose cuenta de que un chiquillo que no conocía apretaba el hombro del menor. —¿Hoseok?

 —A-ah, hyung, tengo que irme con él, nos vemos después—, y Hoseok se fue con el extraño, apresurado y mirando de reojo a los de su alrededor.

—¡Jin hyung!

Se distrajo nuevamente cuando la voz grave de Taehyung se abrió paso entre los estudiantes, jadeando de inmediato al ver la existencia de su menor. —T-tu cabello...

Taehyung sonrió mostrando sus dientes y sus ojos desapareciendo por completo, revolviendo toda su cabellera teñida en tonos rojizos con timidez: —¿Me veo bien?

—Pareces un pomelo, bastante.

Ambos se giran viendo a Jimin y Yoongi caminar uno al lado del otro; el peliplateado les interrumpió con su comentario tan singular mientras Jimin corría hasta abrazar el cuerpo tenso de Taehyung. 

—Hablando de teñidos, te vez realmente genial con ese rubio—, vuelve a comentar Yoongi apuntándole; Jimin y Taehyung asintiendo energéticos dando la razón.   

—Es mi último año, quiero sentirme especial...

—Por cierto ¿ya llegó Hobi hyung?—, curioso pregunta el de piel morena. 

—Se fue con un chico raro, no sé, probablemente lo veamos en el almuerzo—; Seokjin frunce el ceño cuando nota la mirada decaída del menor. No quiere hacer más preguntas, por el momento.

Pensó que todo seguiría como hasta ahora apenas tocaron el timbre para entrar a los salones; sin ceremonias de bienvenida e inicio de año, tan aburrido. Vuelve a sentarse en su puesto, compañero fiel desde su primer año y se desparrama agotado de todo en su asiento, riendo irónico; esto solo estaba comenzando.

Dormir un poco -porque está consciente de que los profesores no vendrán por este día- le parece perfecto y es, efectivamente lo que hace hasta que siente sus hombros ser tocados. —¿Uh?

—Hyung, despierta...

Su vista está un poco difuminada y está tentado en restregar su puño en ellos, pero una mano le detiene y abre sus ojos por completo, sintiendo por primera vez y a tan temprana hora el como su corazón se removió enseguida al ver los peculiares y tan familiares hoyuelos de su mejor amigo -y amor de su vida, debemos aclarar desde ya-.

—Nam ¿hace cuanto llegaste?

—Recién; los puestos ya están ocupados y solo quedaba el tuyo ¿te molesta?

Por supuesto que no, tontito mío. 

—N-no, adelante.

La luz traspasa el cristal de la ventana y la verdad es que el cabello blanco de Namjoon se ve angelical y majestuoso al contraste de los rayos solares, adorable por decir algo más. Siente la silla a su lado arrastrarse por el suelo y dirige rápidamente su mirada soñolienta a la del menor, notando lo hermoso que era incluso con las gafas circulares. 

—Qué fue de tus vacaciones, Jin.

—Nada muy importante, solo dormir. ¿Qué fue de las tuyas?

Namjoon muerde sus labios gruesos, buscando una manera de resumir su problemática para que Jin le entendiese y pudiese pedir segundas opiniones. —Tuve unas vacaciones fastidiosas. 

—A ver, cuéntale a tu amigo—, exige Seokjin, acomodando su cabeza en la palma, listo para escuchar con adoración cada palabra del menor. 

—Es nuestro último año y ya tenemos que tener algo pensado, el qué estudiaremos. Pues, mi madre está empeñada en que haga el SAT si no entro a ser soldado y papá espera de mi que sirva para hacer justicia como abogado.

—Son profesiones muy buenas, Nam...

—Obviamente pero, no es eso lo que quiero hacer con mi vida.

—¿Qué quieres hacer por este mundo?—, le anima a continuar el rubio, sintiendo el corazón pesado cuando Namjoon cayó en un silencio eterno. 

—Soy bueno escribiendo letras, me gusta escribir raps y... 

—¿Quieres ser músico? Oh, Namjoon, eso es perfecto...

—Pero mamá ni papá creen eso...

Seokjin suspira angustiado y no se atreve a más que alcanzar la mano de Namjoon, tendida en sus piernas nerviosas y apretarlas con cariño; le dio una sonrisa tranquilizadora y hasta cree que los ojos oscuros del contrario le atraviesan el alma. —Podemos hacer cambiar de opinión a tus padres, solo... dales tiempo ¿de acuerdo?

—Como diga, señor presidente estudiantil.   

 



 

 

 

 

 

 

 

—¡J-hope!

Diablos. 

Él solo quería ir a casa a darse una ducha refrescante y estirarse en su cama leyendo algún manga o simplemente dormir. Da media vuelta y trata de sonreír lo más normal posible cuando ve a Hunchul y el grupo de amigos de él acercarse. —¿Nos acompañas?—; Hunchul atrae el cuerpo suyo por los hombros, buscando irritante la mirada de Hoseok, quien está con los hombros encogidos y tensos. 

—No hoy, hyu-

—Yah.

Hoseok recibe sacudidas de Hunchul, empujándole y con la sonrisa engreída lejos de su rostro. —Tenemos blanca y tendrás que venir, mocoso. 

Comienza a preguntarse el por qué los siguió en sus vacaciones y por qué continua haciendo lo mismo; quizás sea el miedo. 

Habían llegado hasta un terreno abandonado y con hierba seca y frondosa; abandonada desde quien sabe cuanto tiempo y era la guarida de Hunchul y los demás cuando salían de clases y Hoseok era el novato, el invitado de honor. 

El sol aún estaba arriba, un lindo comienzo del atardecer en la ciudad que él quería disfrutar desde su cuarto. Uno de los chicos codeó sus costillas, llamándole la atención y señalando la mano alzada de Hunchul, bolsitas de hierba y blanca en la palma esperando a que Hoseok las recibiese. 

Estaba sorprendido; Hunchul nunca da de su mercancía a nadie así como así. 

—¿Lo vas a tomar o no?

—M-me lo darás ¿verdad?

Hunchul carcajea leve e insiste en que las tome en su poder. Y Jung Hoseok no es nadie para negarlo. Escucha murmullos y risitas leves del resto de los chicos, guardando la hierba en el bolsillo de su chaqueta y sacando su billetera para comenzar a consumir la blanca y pura cantidad de polvo. 

—Lo pensaré con el tiempo—, termina por responderle.

Hoseok asiente sonriente y comienza a trabajar a la velocidad de la luz. Había unas tablas unidas cerca de él, donde algunos dejaban reposando las latas de cerveza. Se acercó veloz y abrió la bolsita, dejando su contenido sobre la superficie. Luego, con una de las tarjetas que tenía en su billetera, comenzó a alinear el polvo, delgada, recta y perfecta. No tenía papel cercano así que sacó un billete de mil wons y lo enrolló. Estaba ansioso, demasiado diría él.

Estaba en abstinencia desde hace dos semanas; quería regresar a la escuela con el cuerpo limpio. 

Se acercó, ladeando su cabeza y apretando una de sus fosas nasales, posicionando el tubo hecho con el billete entre la fosa libre y la hermosa línea de blanca y aspiró. 

La cocaína nunca dejaría de ser aburrida en su vida. Estaba en éxtasis, respirando agitado tratando de agarrar los polvos sueltos en su nariz, sin desperdiciar. Sintió palmadas en su espalda, delicadas y fraternales, correspondientes a Hunchul.

—Nuestro dulce Hoseok...       

Dulce y pequeño Jung Hoseok.

No fue la única línea que aspiró esa tarde. Con resumir que llegando a su casa con pasos torpes, botó cerca del patio de su casa el papelillo de hierba que Hunchul le dio para finalizar la tarde. Su cabeza daba vueltas pero sentía que estaba volando cuando solo estaba subiendo las escaleras hacia su cuarto. 

Apenas tocó la cama, rió desorbitado y cerró sus ojos, cansado y flotando en el sueño.

Corría como niño y hacía más locuras de las imaginadas. Y definitivamente, drogarse, era una de ellas. No lo capto, no y estaría contento de saber que mierdas pensabas para llenarte de pastillas.

Esa voz...

Abrió sus ojos y el techo oscuro es la base de sus pestañeos, aquella imagen grabada en su cabeza de un chico pelinaranja. Se le hace conocido y con esa voz aguda y suave, solo se le pasa por la mente el rostro de Park Jimin. 

Pero Jimin nunca tuvo el pelo naranja. Demonios, decía odiar ese color y todo lo que involucrase echarse mierdas químicas en su cabello negro.  

—Solo... es solo... un sueño. 

Y cae rendido, otra vez.





 

 

 

 

 

 

 

 

Jimin frunce el ceño. Ese compañero nuevo suyo se le hace conocido, como si lo hubiese visto en sueños. 

Trata de recordar alguno de los que ha tenido desde hace un tiempo, uno de hace unos meses y un foco se ilumina sobre su cabeza cuando encuentra uno. 

Recuerda que él está siendo golpeado y había alguien en la distancia que miraba asustado; su cara aniñada y asustada se le hace imposible de describir detalladamente pero recuerda los ojos grandes y el cabello negro. Como el suyo.

Pero este compañero... él ni siquiera le mira de reojo. Está sentado en la parte de atrás, solo y callado. 

Su cabello es castaño, como un chocolate y sus ojos se la pasan en su mayoría esquivando miradas como para corroborar que son grandes como el chico que aparece en sus sueños. 

Para ese entonces, encuentra una oportunidad en la hora del almuerzo. Lleva una semana tratando de hablarle pero el muchacho es tan escurridizo como una rata asustada. Estando en la fila del almuerzo, cuenta hasta tres y se acerca a él, carraspeando lo suficiente para ser notado. 

Efectivamente, los ojos del nuevo son exactamente iguales que los del chico de sus sueños. Estaba un poco desorientado con esa nueva lección. —¿Sí?—, escucha murmurarle.

 —Oh, si, hagamos fila juntos ¿te parece?

El chico asiente aún sin quitar esa mirada precavida y asustada, llega a molestarle lo poco confiado que es con él. Pero, claro, ni siquiera se había presentado. 

Toma una bandeja seguido de él, solo sirviéndose una ensalada y un jugo; bastante pobre su alimentación a comparación del castaño que sirve además de la ensalada y el jugo, un postre de helado junto con un plato de kimchi spaghetti y un pote de ramen. 

—Soy Park Jimin.

—Que bueno saberlo... 

Okay, costaría hacerle entrar en confianza. Caminaron, Jimin tras de él y el muchacho suspira tembloroso, mirando suplicante su presencia para que dejara de seguirlo.

—Yo solo quería ser tu amigo.

El castaño guardó silencio. Asintió luego de unos segundos y Jimin se siente aliviado; toma su muñeca y caminan hasta que ve una mesa donde sus amigos están riendo y llega tan precipitadamente que todos les miran con curiosidad y rareza. 

—Hey chicos, vine con un amigo- vamos, siéntate. 

Contento de que el muchacho se sentase a su lado, comenzó a comer con moderación su ensalada. 

—¿Cómo te llamas, chico?—. pregunta Namjoon, bebiendo de su jugo.

—Jungkook. 

Okay, nuevamente. 

—Llegaste este año ¿verdad?—, preguntó Hoseok.

—S-sí.      

—Y cuantos años tienes—, escucha a Yoongi preguntar.

—15... 

—¡Oh! ¿Eres compañero de Jiminnie?—, dice emocionado Taehyung. 

Jimin se apresura a asentir por él, un poco molesto porque Jungkook responde lo que le pregunten los demás y no él y no, no está celoso de que le hayan robado a su nuevo amigo pero-

—Sí, me agrada estar con Jimin hyung...

Jimin siente que sus mejillas están calientes. La voz tímida de Jungkook le ha calado hondo al decir tan inofensivo comentario. —G-gracias, Jungkook... 

Hay un ruido estremecedor; Yoongi se ha levantado y estira su cuello de lado a lado con mirada irritada. —Yo me voy, los veo al salir—. Y estaba dispuesto a salir pero suspiró mirando de reojo el rostro confundido de Jimin. —Y tu Park, debes comer más. 

El silencio que ha quedado con la revelación del peligris es incómodo para él y preocupante para el resto. 

—M-me iré a la biblioteca—, se apresura a decir, tratando de arrancar pero la voz dura de Taehyung evita su cometido.

—¿No piensas comer más que una ensalada?

—N-no, no tengo hambre.

Tengo que bajar más de peso, se recuerda mientras deja a sus amigos preocupados y a Jungkook asustado, comiendo con la cabeza gacha. 

 

 

 





 

 

 

 

 

—Llegar a casa, saludar a mamá, besar a mi hermana, darle el dinero a papá; llegar a casa, saludar a mamá, besar a mi herma-

—¡Lex!

Estaba cerrando su casillero cuando la voz profunda de Minjae se escuchó más cerca de lo que esperaba. Taehyung, sonriendo como de costumbre y chocando las palmas en un saludo -estaba feliz de que su grupo le haya dado un apodo como ese-, esperó a que su mejor amigo le dijese lo que tuviera para él. Hoy era la entrega del dinero a su padre y no puede llegar tarde.

—La banda de Suho está siendo perseguida por la policía, creí que lo mejor sería informarte de ello.

—¿Oh?—; esa, definitivamente, no se la esperaba. Suho era el líder de la banda del Instituto Kyorin y estaban especializados en la entrega de la mercancía. No habían fallado ni una sola vez y Jung Hunchul puede atestiguar ese hecho. Para cuando Taehyung se había unido a su banda junto con Minjae, en inicios del verano, ellos estaban cerrando un trato de alianza con el gang-group de Suho para protección mutua; algo debió salir mal y era definitivamente la culpa de su banda. 

Eso significaba una sola cosa: —¿Crees que Kevin Wu venga a cobrar las faltas?—, pregunta cauteloso el teñido. 

—Es el segundo al mando y con quien hicimos el trato; debes tener cuidado—, le recuerda el alto. 

Estaba jodido. Era la policía o era el mano-pesada de la banda aliada. —Por supuesto, tu también cuídate.

Todo terminó y él se fue con el cuerpo tenso. Su consciencia trataba de decirle que EXO no se atrevería a atacarle ni a él ni a su gang en plena luz del día, pero, siendo realista, estaba jodido de todas maneras. Tenía que ir a la guarida para recoger el dinero por su venta de afrodisíacos y en eso iba a tomarse su dulce tiempo. 

Podrían llegar de sorpresa; así funcionaba la banda liderada por Suho Kim. 

Decidió apresurarse y tomó el transporte hasta la zona industrial de Seúl. Caminó hasta uno de los bares que estaban en las calles estrechas y menos visibles. Entró sintiendo de inmediato el aire pesado y eso no le daba buena espina. No había nadie en la entrada y lo más probable es que en el piso escondido estuviese hecho un desastre.

Movió una de las palancas escondidas en el panel de las cámaras de seguridad y, abriéndose la compuerta del piso inferior, corrió aguantando el aliento; paró de golpe cuando escuchó el sonido de un peso seco caer. 

Vio a seis sujetos que no eran de los suyos, golpeaban a su líder y los que estaban presentes estaban bañados en sangre o inconscientes. Logró identificar a Kevin Wu y a Suho parado sin mover un dedo. 

Tenía que enorgullecer a su banda. Caminó el resto de los escalones hasta pisar el suelo, mirando con ojos duros pero asustadizos las espaldas de los -ex- aliados. El rubio ajeno, giró en su eje y le miró, sonriendo cínico. —Jiaheng, el novato está aquí. 

Kevin, se giró luego de arremeter por una última vez el cuerpo del líder herido y miró con ojos fríos y peligrosos a su persona. No iba a acobardarse ahora, se dice. Los otros invitados indeseados dieron vuelta y logró ver a Sehun, Tao, Baekhyun y el más peligroso a su punto de vista, D.O. 

—Estás consciente de que tu banda acaba de cometer un error al no cuidarnos la espalda en los negocios ¿verdad, Lex?—, comienza con voz autoritaria Suho.

—Por supuesto, aunque creo que eso debiste hablarlo con mi líder.

—En EXO tenemos un lema. Somos uno. Sí alguien hace algo, todos son responsables. Tu líder no cumplió con su parte, él los representa y solo quedas tu junto al otro novato. 

—A Minjae no lo involucren...

Kevin y Suho se miraron unos segundos comenzando a reír con sorna. —¿Vas a sacrificarte por tu amiguito inútil? Te admiro, Lex. 

Y no hubo tiempo para una respuesta de parte suya. Su espalda dolió y se retorció con miedo viendo de reojo a Baekhyun aflojar su pierna luego de semejante patada. Estaba muy jodido.

 

                           

 

 

 

 

 

 

 

No Make-up de Zion.T sonaba entre sus audífonos, tarareando la melodía para si mismo mientras camina en las calles oscuras hasta el edificio donde vivía. 

Sus primeros días han sido agradables ahora que tiene amigos, si es que lo puede catalogar así. Obviamente, el primero en obtener ese titulo es Jimin. Con solo recordarlo se emociona y la energía recorre su cuerpo. 

También le ha agradado ese chico rubio, le hace falta un hermano mayor y él, él es perfecto. 

Su madre dijo que no se preocupase por ella, pues llegaría tarde por una fiesta en el trabajo como bienvenida así que apenas llegara a casa, comenzaría a estudiar un poco. Va caminando con calma y siguiendo el ritmo de la canción en su cabeza, pero se desconcentra con facilidad cuando ve a un tipo cojeando frente a él: viene en sentido contrario y la capucha no le deja ver su cara ni el uniforme. Sus pantalones escolares están desgastados y sucios y puede sentir el dolor con solo verlo. 

Se debate entre pasar de largo, ignorar el problema o ayudar al joven. Era muy tarde para pensarlo cuando caminó hasta él y se queda helado cuando entre la capucha se dejan ver los cabellos rojizos y enredados. —¿T-Taehyung?

El sujeto alza el rostro. Traga hondo cuando ve un corte en toda la mejilla de Taehyung y su pómulo oscuro e hinchado. ¿Se peleó con un gorila? Que diablos. 

Taehyung corre como puede hasta él y lo acorrala violento contra uno de los callejones entre edificios. Su respiración se agita y su corazón pulsa acelerado al ver los ojos del mayor. El cuello de su camisa aferrado al puño moreno y agrietado del teñido se alza intimidante. —Tú, no has visto nada ¿vamos captando, Jungkook? 

Agita desesperado su cabeza, tratando de escaparse de esta situación innecesaria. —Como quieras p-pero al menos deja atenderte esas heridas...

Aún no sabe si lo que hizo está mal o no, pero reconsidera su situación con Taehyung al ser su amigo al igual que el resto de los chicos en la escuela cuando llega a su cuarto y ve al teñido pasearse por entre la habitación. —Lamento molestarte...

Taehyung reacciona, demostrando lo agotado que está con la mirada. —Es tu cuarto, Jeon. 

Asiente, con los ojos agachados y camina hasta su cama, palmeando al lado suyo para que Taehyung se sentase a ser atendido. No pasa mucho en ese rato más que los siseos del teñido cada vez que el algodón tocaba las heridas abiertas; Jungkook no se sentía mal por ello en lo absoluto. 

 —Cómo... ¿Cómo te hiciste estas heridas? 

Taehyung niega, tratando de hacerle cambiar el tema o simplemente quedarse en silencio. Jungkook entiende y sigue en su misión de curarle las heridas. 

Ambos deciden que lo mejor es que Taehyung no vaya a casa por ese día. Ya Jungkook le prestaría su uniforme para mañana. 

 

  


 

 

 

 

 

 

 

 

Namjoon estaba sentado en su lugar correspondiente en la cena; su madre dejó su plato frente a él para luego ir a buscar el de su marido. 

Llevaba todo el día pensando en ese sueño, donde veía el rostro de Taehyung y a él corriendo de la policía después de hacer vandalismo y, podría jurar que sus padres morirían si se enteran de las cosas que sueña. 

La cena, mientras tanto, fluye con normalidad. 

Siente que todo es incómodo para él; sus padres hablan entre sí y para darle más intención, solo hablan del temas del trabajo, como si no quisieran que él se incluyese. 

Pero de algo se debe empezar. Oh, bendito sea el chico bonito de Seokjin~ 

Toda esa semana el rubio lo motivo a que hablara el tema con sus padres, que les contara cual es su sueño. Está consciente de que costará, se lo advirtieron pero estaba dispuesto a seguir adelante con los intentos para recibir el apoyo de sus padres. 

Dejó los palillos en la mesa y respiró hondos tres veces. Sus padres seguían sin mirarse las caras pero hablando de mil y un cosas del día a día. Carraspeó lo suficientemente fuerte para ganarse la atención de ambos progenitores. 

—¿Ocurre algo?—, preguntó indiferente su padre. 

Costará Nam, pero si no lo dices nunca, finalmente serás músico en un futuro, a escondidas y tus padres se sentirán excluidos. 

—Solo quiero hablar de mi futuro...

—Namjoon, ya lo hablamos. Si insistes en no querer ser abogado-      

—¡No es lo que quiero! Por dios ¿donde está la vocación? ¿no quieren que sea feliz? 

Dios, sus padres lo aman tanto. Se lo recuerda cada vez que tocan ese tema y ve lo afligida y cabizbaja que está su madre y lo pensativo de su padre. Puede lograrlo, si lo habla más con ellos. 

—Queremos lo mejor para ti hijo, debes creernos. Queremos que tengas una vida estable y-

—Mamá, lo entiendo—; su mano, inmóvil hasta el momento, se alzan por sobre la mesa, agradeciendo que su madre se haya sentado a su lado para poder tomar su mano. —Quiero que me pregunten que quiero hacer, contarles las maravillas de mis sueños y recibir su apoyo. Además que ¿abogado?, ¿militar? Son cosas trilladas en esta época. 

—Entonces que quieres ser en un futuro, hijo...

Su papá se estaba abriendo a las posibilidades. Pensó por unos minutos en silencio antes de explayarse como nunca antes -bueno, quizá si haya hablado y más cursimente sobre ser músico con Seokjin- sobre lo que hace en su tiempo libre, lo mucho que le gusta; sus ganas de ser artista y poder crear su música, que la gente lo ame por ello. Ser importante, más que un abogado o un militar. 

Su madre se rió un poco cuando dijo que de todas maneras haría el servicio militar obligatorio cuando llegase su tiempo. 

Namjoon está orgulloso de si mismo y se lo agradecerá a Seokjin después de la cena. Y eso hace cuando está en su cama, tomando su celular de la mesa de noche y buscando el contacto del rubio, con el corazón a tope y sensaciones desagradables en el estomago. 

¿Namjoonie?   

—Jin, te lo agradezco...

Seokjin al otro lado del teléfono, rió un poco avergonzado, lo sabe. —De nada Nam pero ¿que ha sucedido? 

—Creo que mis papás pensaron en mi como un músico.

Lo siguiente que escuchó fueron gritos en intento de ser callados, palabras incomprensibles además de risitas. Se permitió pensar que adoraba cuando Seokjin se emocionaba. —Namjoonie ¡Eso es genial! Oh~ estoy tan contento ¿crees que podría escuchar una canción tuya en el futuro? Seré tu fan, no me olvides. 

—Obviamente, serás el fan número uno de Kim Namjoon; serás el fan al que más ame...

Eso es... ah, me gusta como suena. En fin, t-tengo que ir a dormir. Tu también ¿de acuerdo? 

—Si, ya es tarde... buenas noches, te quiero.

Hubo unos segundos de silencio, escuchando la respiración -esperaba- acompasada de su rubio amigo. Finalmente, y con un suspiro tembloroso, Seokjin susurra: —Buenas noches Nam, también te quiero mucho. 

Namjoon esa noche soñó algo extraño pero que sentía que fue real, que sucedió. Un chico pelirrosa y uno castaño, demasiado igual a su rubio amigo. Lollipops, una gasolinera, dulces de piña y besos. 

Se lo dejaría en manos de los sueños, nada más. 

 



 

 

 

 

 

 





 

Jungkook esperaba que el nuevo inicio de semana, fuese algo más tranquilo de lo que fue el mes. Estaban a solo dos días de entrar y dar la bienvenida al mes de Abril y no se imaginaba algo más agitado que pasar un mes con sus amigos. 

Siendo así lo que pensaba, pasó por los salones de Seokjin, Yoongi, Namjoon y Hoseok, saludando a sus hyungs para luego pasar al salón de Taehyung. 

Lo vio leyendo un manga y con los audífonos puestos. Se queda más tranquilo cuando ve que los pómulos del teñido y el corte en la mejilla están casi invisibles. Taehyung levantó la vista cuando vio de reojo una presencia en la entrada del salón: un Jungkook escondido y con ojos inmensos de preocupación. Agitó su mano a la distancia, para que el chiquillo se acercara y hablaran un poco. 

—Que bueno verte, Jeon.

—Sí... tus heridas, ya están sanas. 

Taehyung tocó su mejilla y alzó su flequillo rojizo para el interés de Jungkook. —Me han quedado marcas de guerra, pero nada que el maquillaje de mamá no pueda arreglar. 

Jungkook rió asintiendo y luego, el silencio los consumió. No era incómodo, pero sin embargo Jungkook sabía que Taehyung le miraba con insistencia. —¿Taeh?

Rápidamente, Taehyung atrae su cuerpo en un abrazo, fuerte y cálido. Jungkook soltó un jadeo de la impresión pero correspondió al rato cuando notó que estaba siendo necesario para el teñido. Sus brazos lo abrazaron por sobre los hombros mientras los ajenos le envolvían su cintura, la cara de Taehyung escondida en el cuello del castaño. —Jeon, en serio, muchas gracias...

—¿...Por?

—Ni Minjae se preocupó si llegué a casa ese día y se suponía que era mi mejor amigo. 

—¿Quién es Minjae?

—¡Jeon Jungkookie! Oh...

Ambos se separan cuando una nueva voz se filtra en su alrededor. Taehyung frunce el ceño cuando choca la mirada molesta de Jimin y se sorprende cuando ve como su expresión pasa de enfadada a triste al observar a Jungkook. Solo entonces, Taehyung comprendió algo.

—¿Jimin? ¿Pasó algo?—; sintió un poco de remordimiento cuando Jungkook actuaba tan preocupado sin necesidad hacia Jimin.

—No, solo te estaba buscando para irnos al salón juntos pero veo que estás ocupado...

—¿Eh?—; intercambió miradas con el menor y Jungkook de inmediato negó, moviendo su cabeza de lado a lado. —¡N-no! Taehyung estaba herido y estaba viendo s-si estaba mejor, en serio que-

—No le debes explicaciones a Jimin, él no sabe lo que ha pasado.

El aire pasó a estar denso, el silencio se convirtió en el primer enemigo. Taehyung tenía una percepción increíble, por supuesto que iba a captar lo que sucedía. —Yo me voy, ojalá no queden marcas feas... 

Jungkook cruzó todo el salón hasta llegar al lado de Jimin. Algo le susurró al oído y el castaño se fue y el pelinegro volvió a buscarle desafío en su mirada. —No juegues con Jungkook.

—¿Jugar? El pobre solo estaba preocupado por unos cortes de hace unos días, de qué juego me hablas.

Estaba incentivándolo, lo sabe, pero eran divertidos los momentos donde podía molestar a Jimin. 

—Jimin, solo para que lo tengas claro, no tengo mi atención puesta en nadie por el momento. Si te gusta Jeon, pues ve por él, pero no vengas a saldar cuentas que no existen conmigo. 

                         

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dejó su bolso en el primer escalón de la galería y corrió a la bodega a coger un balón, la que estuviese en mejor estado. Boteó la primera que encontró y se fue al centro de la cancha con ella. Disfrutaba jugar basket solo que con los demás. 

Iba a pensar mejor si entraba al equipo de la escuela; no estaba muy seguro aún. 

Comenzó a trotar, boteando el balón y lanzó a la canasta, logrando un primer punto imaginario. Aún tenía su toque y se felicitó agitando su melena gris. Continuaría así por unos segundos.

Para cuando contaba sus primero 20 puntos, escuchó las suelas de zapatillas ajenas chillar al caminar. Se detuvo un momento para ganar aire y vio a Jimin saludándole mientras se acercaba. 

—¿Puedo jugar contigo?

—¿Por qué no?

Y comenzó otra vez a jugar, esta vez lanzando el balón a Jimin. —¡Yoongi!

Atrapó el balón y corrió hasta estar cerca de la canasta y encestó nuevamente. Jugar del mismo lado era mucho más fácil de lo que pensó, pero le gustaba la competitividad. Lanzó la pelota al pelinegro y se acercó hasta él. —Ahora vamos a jugar uno contra uno.

—¿Hasta cuantos puntos?—, preguntó Jimin comenzando a botear la pelota. 

—Las primeras cinco canastas; estoy cansado así que mejor al grano.

El juego había comenzado y terminó con Jimin quejándose de que Yoongi le mintió cuando dijo estar cansado. Las cinco canastas invictas eran prueba suficiente. Aún no querían irse a disfrutar el resto del horario de comidas así que tomando las botellas de agua, se sentaron a descansar en una esquina del gimnasio, sobre las colchonetas sueltas. 

—No pensé que jugaras mocoso.

—Nah, no lo hago. Pero intentarlo no sonaba mal. 

—Comprendo.

Cerró sus ojos, esperando a que Jimin recuperara fuerzas suficientes para levantarse y dejarle solo, estaba desesperado por dormir un poco antes de ir a las duchas. Pero el mocoso no se iba nunca. De hecho le miraba con ganas de contarle algo. Había que ser el mayor -adulto, también- racional y dar consejos a sus menores, si lo necesitaba. —Dispara.

Jimin le miró confundido, estaba haciéndose el tonto. Pero acertó y se limpió la garganta un par de veces entre titubeos antes de hablar. 

—¿Te ha gustado alguien y crees que ese alguien gusta de otra persona que no seas tú?

Empezó a mandar energías a su cabeza, mover los engranajes de los recuerdos para ver si algo saltaba a su mente pero no, nunca le había gustado nadie. Bueno, no gustar pero el chiquillo a su lado pudo haberle movido el piso en segundo año pero no. No, no, no. Quizá algún amigo suyo probablemente sí y se lo haya contado, así que comenzó a recordar de nuevo. Tampoco es que tuviese muchos amigos más que la panda de enfermos mentales que tiene aquí y ¡bingo! Jimin parecía ser muy predecible y estaba tan abierto a la vista como un libro en sus páginas. 

—Déjame adivinar. Te gusta el cara de rata nuevo y crees que gusta de alguien más ¿no?

—¡Hyung~! Jungkook no parece rata...

—¿Y cuando dije que era Jungkook?  

Comenzó a reír cuando los chillidos de Jimin tratando de retractar lo dicho llenaron el gimnasio. El menor estaba siendo muy ruidoso así que con la sonrisa impregnada en la cara, llevó su mano hasta la boca parlanchina de Park. —No lo niegues más. Eres tan ruidoso como un mocoso. 

—Lo siento... 

—Pero, vamos, estás con hyung. Cuéntale. 

—Tu ya sabes que fui yo quien presentó a Jungkook a los chicos, me parecía lindo y quería conocerlo más. No sé que falló que terminé arrastrado a sus pies y estoy pensando en decírselo pero justo resulta que Taehyung y él son muy cercanos y ¡Ugh!—; Jimin se deja caer por completo sobre el colchón, puños firmes a sus costados tratando de calmarse mientras le relataba. —Hoy los vi en el salón de Taeh y el idiota lo estaba abrazando ¡Parecían novios! 

—Park ¿te has tomado el tiempo de ver a Taehyung?

Tocó un punto desconocido en Jimin, al parecer. Parecía ser que solo él y Jungkook lo habían notado. 

—Hace unas semanas, Taehyung había llegado con el rostro de boxeador. Ya sabes, estaba con ojos morados y cortadas en la cara. Probablemente su cuerpo estaba peor. ¿Lo has visto?—; suspiró una vez más cuando el menor negó confundido. Continuó con su explicación: —Al idiota de Taehyung le han golpeado, no me preguntes como y quien mierda fue pero así es. Lo único que sé y escuché de la boca de ese individuo alienígena es que Jungkook le habría curado sus heridas. Si viste algo hoy como eso del abrazo, solo es Taehyung en modo osito de felpa agradeciéndole sus cuidados. Ahora, no quiero llenarte con más palabras así que puedes ir a secuestrar a Jungkook y disculparte con tu mejor amigo o-

—Para Taehyung ni siquiera soy su mejor amigo...

—¿Qué?

—Desde que salimos el año pasado, me dejó abandonado y el estúpido regresó este año y es como uña y mugre con un tal Minjae. Estoy tan molesto con él.

No podía estar pasando. Se levantó con las alertas biológicas encendidas en él y tomó sus cosas. Jimin estaba de pie mirándole preocupado y olvidó por unos segundos que estaban hablando de cosas del amor. —Puedes irte, tengo que ir a buscar a alguien.

Corrió sin ver hacía atrás, hasta su casillero y guardó todo sin preocuparse del orden. Esta vez fue con más cuidado hasta el último piso del edificio. La azotea era un lugar al que nadie se atrevería a ir y no era porque la escuela lo estableciese así; algunos ignoraron esa regla y la usan como guarida en tiempos de estudio y sabía que encontraría ahí a quienes buscaba. 

Llegando a la puerta de la azotea, entró sin cuidado y el humo de los cigarrillos junto con el olor de la hierba lo abofetearon enseguida. Ignorando todo aquello, buscó con la mirada al sujeto de cabellos negros que veía seguido cerca de Hoseok, encontrándolo de inmediato, palmeando la espalda de alguien mientras fumaba de su cigarrillo. —¡Jung Hunchul!

El sujeto le miró y sonrió amable, invitándole a acercarse. —¿Ocurre algo, Suga? 

—¿Has visto a Minjae? 

—¿Minjae? ¿El mismo que entró en verano al gang-group de YG con tu amigo Taehyung?

Maldición. A Yoongi le enseñaron que nunca se respondía con otra pregunta pero Hunchul supo responder sus dudas sin intención alguna de esa forma que tanto despreciaba. Iba a retirarse con el humo casi saliendo de sus orejas pero un movimiento le llamó la atención. El tipo al que Hunchul le entretenía palmearle la espalda como premiando a un buen niño se levantó del suelo y se sacó la capucha de su cabeza, al mismo tiempo que giró en media vuelta. Su respiración se entrecortó al ver un rostro conocido, aspirando lo poco que le quedaba del dañino polvo blanco.

—¿H-Hoseok? 

 

             

 

 

 

 

 

 

 

—¿Entonces quieres cantar?

Jungkook asintió emocionado mientras bajaba los últimos escalones hacia los pasillos camino al comedor. Había estado hablando con Jimin sobre lo sucedido en la mañana pero el tema fue cambiando a un juego entre ambos, preguntándose cosas para conocerse mejor. Jungkook estaba encantado con la atención que le brindaba Jimin al escucharle detallar sobre su afición al canto. 

Parecía casi que fuese el platónico de su querido amigo.

Caminaron hasta entrar al comedor, buscando alrededor la mesa preferida de sus amigos mientras seguía hablando con Jimin sobre sus gustos. Los alcanzó a ver cuando Taehyung agitó su mano a la distancia, con una sonrisa incómoda.

Llegaron hasta allí y Jungkook guardó silencio mientras Jimin contaba emocionado el panorama del día, hasta ahora. Se tomó un tiempo para ver a todos y no halló problema alguno hasta que vio la incomodidad en el rostro de Taehyung y la tensión entre Yoongi y Hoseok, que de paso se veía un poco ido y con ojos rojos. 

No iba a preguntarles nada. 

—Y entonces Jungkook me dijo que amaba demasiado cantar y que estaba buscando alguna oportunidad para hacerlo- ¡Jin hyung! ¿Crees que el consejo estudiantil acepte hacer un festival de talento o canto si se los propones? Eres el presidente...

Jungkook levantó su cabeza sorprendido. El rubio estaba tragando un pedazo de carne cuando la pregunta de Jimin sale al encuentro. Por alguna razón estaba esperando alguna respuesta y exigía una que fuese positiva. 

—No lo había pensado, lo propondré en la siguiente reunión del consejo. ¡Oh!—; Seokjin miró con ojos de cachorro a Namjoon, agitando su brazo con fuerza: —Nam, tu podrías ir a rapear si aceptan la sugerencia. 

—Mhm, no lo había pensado así pero, hey—, dice Namjoon mientras llama la atención de 
Jungkook: —No quieres hacerlo solo ¿verdad? Podemos hacerlo juntos. 

—¡Jungkookie estará dispuesto!—; Jungkook jadeó sorprendido y sus mejillas comenzaron a calentarse cuando Jimin le abrazó, restregando sus mejillas con las de él. Estaba seguro de que Jimin podría sentir su calor. 

—Claro, s-solo es cosa de que Jin hyung nos diga cuando. 

            

 

 

 

 

 

 

 

 

No sé si ya estés enterado pero aléjate de Minjae ahora, y trata de vigilar a Hoseok. Les servirá a ambos como una lección de vida. 

Taehyung recuerda con exactitud las palabras de Yoongi al salir de clases el día anterior. Iba a levantarse a pasear por la fría noche para distraerse pero el dolor de sus costillas estaba retrocediéndolo en demasía. —Viejo de mierda...

Papá le ha vuelto a cobrar el dinero perdido que no logró llevarse cuando ocurrió el ataque de EXO en el bar. Pensó que lo compensaría con las ganancias de la mercancía de las siguientes entregas pero el viejo parecía llevar cuentas de todo el dinero, hasta del que se debía ganar. Cómo no ha entregado ese dinero -de todas formas, iba a quedar con una deuda en las pagas siguientes-, el viejo ha puesto mano dura y ahora pies duros; su costilla y cara siendo víctimas de ello. 

A la mierda. Se levantó con o sin dolor y alcanzó una de sus mascarillas oscuras de su armario, saliendo rápidamente de su cuarto hasta bajar las escaleras, sin preocuparse del tipo dormido en el sillón y tomando su chaqueta, sale de casa a enfrentar la noche y el frío. 

Su vecindario no es una de las mejores y sabe que Hoseok no iría a estas horas a la zona industrial a la que acostumbraba ir los fin de semanas. Él ya había llamado al jefe pidiendo su salida de la banda y después de un par de insultos hacia su persona, logró ser libre al fin. Comenzaría a buscar un trabajo para compensar el dinero que no recibiría en ventas de droga y dejaría de darle parte de sus ahorros a su padre. 

Iba caminando recto, hasta uno de los parques que conocía y suspiró tenso cuando ve el rostro de Hunchul y Minjae en el mismo sector, junto al fuego del barril metálico. No sabe si Hoseok estaría haciéndose mierda ahí pero pasaría de paso. Caminó escondiendo aún más su rostro con la mascarilla y atravesó el parque hasta ellos. Por desgracia, Minjae le vio de reojo y supo que estaba avergonzado cuando le devolvió la mirada y el imbécil no pudo sostenerle. Hunchul seguía con ojos ciegos. 

En un lugar donde el fuego no iluminaba por completo, vio una figura agachada; supo que era Hoseok cuando la cabeza del sujeto se lanzó hacia atrás y la nariz respingada del muchacho se dejó apreciar por unos segundos. Caminó sigiloso hasta él y se hincó al lado del cabellos miel. —Yah, Hobi...

El contrario se mostró sorprendido y le miró con ojos asustados. —¿TaeTae?

—¿Quién más si no?—, le responde entre dientes. Hoseok agachó la mirada en vergüenza y soltó el rollo de billete de mil wons de su mano. Tan improvisado como siempre, era una costumbre. 

—De verdad que lo siento tanto, tu no deberías ver esto.

—Soy- era gangster. No estaba muy alejado de todo este mundo. Pero nunca consumí esas mierdas. ¿Por qué tu sí?

Hoseok estaba comenzando a tiritar después de que una ráfaga de aire les golpeó a ambos. Taehyung creyó más conveniente de que se fueran de ahí en silencio antes de bombardear con preguntas al pobre de Hoseok. Le colocó la capucha al mayor, dedicándole una sonrisa y tomó su mano para irse a hurtadillas de ahí, rodeando los arboles oscuros para ir a casa del mayor. 

Hoseok sentía sus manos calientes gracias a Taehyung, quería pedirle que le soltara pero de alguna manera, se sentía demasiado bien el tacto de las manos grandes del teñido junto a las suyas. Volvió a sus recuerdos de primer año, de cuando Taehyung les hablaba a los chicos con emoción por entrar a su escuela. Tan radiante y perfecto y ahora, Taehyung es algo similar a su cable a tierra. Veía su casa a un par de pasos y lo detuvo tironeando su mano con fuerza. Él se giró, mirando su persona con la ceja alzada en cuestionamiento y él solo pudo agachar la mirada una vez más. 

—No quiero entrar a casa, por ahora...

Y Taehyung es tan bueno con él que no sabe como es que siguen siendo amigos. Se sientan en la calle, apoyados en las rejas de una casa aledaña a la suya y, por primera vez en un tiempo, Taehyung suelta su fachada dura para recargar su cabeza en el hombro suyo. Se le ve cansado con solo contemplar sus ojos. La mascarilla cubre parte de su cara y siente curiosidad por verlo. 

—No aspires más- más bien, no recibas nada de Hunchul. Si te obliga a pagarlos, lo haré yo.

Detuvo su pensamiento cuando la voz ahogada de Taehyung rozó su oído. — ¿Por qué?

—Solo lo supe ayer y ya me hice una imagen mental, además de lo que acabo de ver y... me duele verte así. 

¡¿Echar tu vida al caño por Taehyung?! ¡Diablos!

¡Me duele verle así!

Parpadeó un par de veces cuando un recuerdo saltó directo a su cabeza. ¿De cuando fue eso? ¿Por qué vio a Jimin? ¿Eso era cabello naranja? — ¿Qué?

—Voy a contarte una historia. Es de una leyenda de estos lados que no conozco bien pero la veo necesaria. Estaba este chico que era maltratado por su padre y no quería lo mismo para su hermana, así que él recibía todos los golpes. —; Hoseok, una vez más, volvió a la realidad cuando Taehyung comenzó a relatar lo que tuviese que contar. Solo había comenzado pero nunca escuchó parte de esa historia, nunca en su vida. —Este chico tenía un amigo, que estaba profundamente enamorado de él. El chico nunca le contó sus problemas a su amigo y este amigo comenzó a preocuparse demasiado por el chico. Llegó a un punto en que las drogas se volvieron necesarias, más en concreto, las pastillas para dormir. 

»Un día, las pastillas le hicieron el mal que esperaba el resto de sus amigos y cayó intoxicado en plena calle transitada. Lo habían hospitalizado y todos lo fueron a visitar. Uno de sus otros amigos le preguntó el porqué lo hacía y él respondió que lo hacía por el chico del que estaba enamorado, pues le preocupaba. Este otro amigo quedó impactado pero lo entendía. El amigo solo quería que su amado estuviese en paz.

—Y... ¿Qué le pasó?

Taehyung se mantuvo en silencio, tratando de recordar lo que escuchó de Minjae en las vacaciones, pero no logró mucho y solo recordó el final del chico de la leyenda. —Murió intoxicado. 

—Y que tiene que ver esto con nosotros, no lo entiendo. ¿El chico soy yo y el amado eres tú?

Hoseok tuvo la oportunidad de ver los ojos resplandecientes de Taehyung, mirarle con atención. Su mirada divago en sus labios y los ojos cuando sintió el rostro del teñido muy cerca suyo. —Algo así pero también...—; sintió el aliento de Taehyung tan cercano a él que los latidos de su corazón salieron disparados contra su pecho. —Yo soy el chico y tu eres mi enamorado.

                        

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—¿Que día es hoy? 

—¿29 de Abril? No lo sé, estás tu en la pc.

Seokjin se giró en su asiento, mirando con cara fastidiada al peliblanco recostado en su cama, leyendo algún libro del estante del rubio. —Gracias por tu ayuda, mi amor.

Ah, Namjoon estaba contento del "mi amor" que ahora Seokjin pronunciaba con tanta normalidad. El tiempo pasaba rápido y luego de un par de días, Namjoon había esperado a Seokjin al finalizar una de sus tantas reuniones del consejo estudiantil. Hace una semana habían comenzado a ser algo y estaba esperando de que fuese por mucho tiempo más. 

—De hecho es 29 de Abril... hay un artículo que...

Namjoon se sentó con la espalda contra el respaldo de la cama ajena, mirando la pose encorvada de Seokjin, esa que hace cuando está concentrado en algo. Luego de unos minutos que parecieron ser un día completo en silencio, Seokjin se paró de su asiento y miró con expresión extraña a Namjoon.

—¿Sucedió algo?

—Llama a los chicos. Ahora.

             

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—¿Por qué estamos aquí?

Yoongi tomó posesión de todo el sofá grande mientras el resto de los chicos se sentó como pre-escolares en el suelo, mirando atento y con extrañeza el caminar intranquilo de Seokjin. 

—¿Han tenido sueños extraños? ¿Recuerdos que no son recuerdos?

Todos dejaron de murmurar para jadear y soltar expresiones sorprendidas. Sobretodo Hoseok. 

—Una vez soñé con un Jimin pelinaranja, algo de que echaba mi vida al caño por Taehyung—; el mencionado golpeó el hombro del cabellos miel con enfado actuado. 

—Eso es bueno; yo soñé que corría con Taehyung de la policía, creí que era una señal sobre contarles a mis padres de mi futuro rebelde como músico o algo así.

—¿Por qué Namjoon soñó conmigo? Solo se lo permití a Hobi hyung. 

—¡Chicos! ¡No es momento!

Seokjin se dejó caer en el suelo con la portátil sobre sus piernas. Tecleó lo más rápido que pudo y giró el aparato para que todos tuviesen una vista de la página que se mostraba. —Ahora ¿conocen la leyenda de las Siete Mariposas?

—Estoy seguro de no haber escuchado de eso en todos estos años—, comenta Jimin con cara asustada. 

—¿Podrías contarlo, hyung?—, pidió Jungkook, tomando la mano fría de Jimin mientras aseguraba de que Yoongi se encargase de acariciar los cabellos negros desde su posición. 

—Hace unos años, varios la verdad, vivieron en esta ciudad siete amigos.—, comenzó a relatar Seokjin, dando una mirada de inspección a los chicos. —Estos siete chicos estaban pasando por una etapa muy difícil en sus vidas y fueron muriendo uno por uno. Todas las fechas de muerte caen en Abril. La policía sacó el caso a la luz pública mucho después de la última muerte, un 29 de Abril con la muerte del último de ellos en una cárcel y la gente comenzó a dejar presentes en las tumbas de estos muertos cada 29 de Abril. 

»El último lugar al que fueron fue una playa de esta zona y la leyenda dice que los espíritus de estos chicos se sumergieron en los mares de ahí. Cada final de Abril aparece un mariposa volando sobre el mar de esa playa. Lo más extraño de esto es que la leyenda, además de mencionar a la mariposa en el mar, menciona que estos siete tipos iban a reencarnar con la esperanza de poder vivir sus vidas tranquilas y sin arrepentimientos. Y... solo vean sus fotos y datos.

Seokjin calló con un nudo en la garganta, bajando la página para mostrar las siete fotos. Sus amigos quedaron sin aliento, al igual que él una vez vieron cada una de las fotos. 

—¿P-Por qué tienen nuestros nombres?—, preguntó nervioso Namjoon, mirando la fotografía de... él mismo pero con los cabellos teñidos de rosa. Los escalofríos recorrieron su cuerpo, uno tras otro. 

—Jimin tiene el pelo calabaza...—; Jungkook pasó a mirar el rostro de Jimin y alternaba con la fotografía del Park Jimin del artículo. Él mismo tenía el cabello más oscuro y con marcas de golpes en su cara. 

—Escuchen: el Kim Seokjin de la leyenda murió por depresión y cometió suicidio, Kim Namjoon fue una explosión de una gasolinera. Yo morí en un incendio motivado por la depresión junto con el Park Jimin de allí que se ahogó en una bañera. Lo más casuales son el Jung Hoseok de la leyenda que murió intoxicado y que no estaba muy lejos de la realidad—, comenta Yoongi mirando el rostro asustado y avergonzado de Hoseok. — y el del Kim Taehyung que fue asesinado en la cárcel mientras cumplía condena por el asesinato de su padre que tenía antecedentes de violencia contra él y su hermana. Esta mierda es muy seria y por decir, mágica. 

—¿Creen que tengamos que hacer algo? ¿Por ellos?—, menciona Seokjin. 

—Escuché que hay personas que pueden tener los recuerdos de sus vidas pasadas. Nosotros somos esas personas y quizás sean señales para hacer el cambio de switch—, comenta Namjoon, mirando pensativo la imagen de la playa que explica la leyenda.

—Lo único que nos queda es empezar de nuevo, por ellos—, finaliza Taehyung, tomando la mano temblorosa de Hoseok, cruzando miradas con todos para terminar animando al asustadizo chico a su lado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jungkook estaba nervioso. El auditorio estaba repleto por estudiantes y padres, además de los profesores y temía joder su presentación. Aunque no estaba solo en esto: Jimin se ofreció a hacer una rutina de baile, Yoongi ofreció sus dotes de piano y Namjoon se pondría a prueba acompañando su canción en forma de dueto. 

Saludó a Taehyung, Hoseok y Seokjin que estaban aguardando en primera fila, junto con la videocámara en las manos del rubio.  Vio al vice-presidente del consejo, Jaehwan, subiendo al escenario para comenzar el festival. 

El telón se abrió y los focos iluminaron el centro donde el presentador estaba posicionado. 

—Estudiantes, profesores y padres; me complace darles la bienvenida a la décima segunda versión del festival de talentos de la Escuela de Seúl de Artes. Esta es la oportunidad de ver los talentos de aquellos estudiantes que han proyectado sus habilidades en cada taller de artes especializado. Espero que disfruten cada una de las presentaciones. 

Los aplausos se escucharon y los nervios volvieron con más intensidad a su sistema. Eran los primeros. Caminó tenso hasta su lugar en escenario y recibió el micrófono de Jaehwan mientras Namjoon recibía el otro. Se miraron dando apoyo mutuo, y alzaron sus puños para animar a Yoongi y a Jimin. 

El telón que se había cerrado hace dos minutos, volvió a abrirse con la luz golpeándoles los ojos. Ya estaban ahí y había que continuar. Namjoon le dio la señal a Yoongi y el piano comenzó a sonar aquellas notas tan conocidas de una antigua canción; Jungkook listo con el micrófono cerca de sus labios. 


"I am tired of this place, I hope people change
I need time to replace what I gave away

And my hopes, they are high, I must keep them small, 
Though I tried to resist
 I still want it all

  I see swimming pools and living rooms and aeroplanes
I see a little house on the hill and children's names
I see quiet nights poured over ice and Tanqueray
But everything is shattering and it's my mistake

  Only fools fall for you, only fools
Only fools do what I do, only fools fall
Only fools fall for you, only fools
Only fools do what I do, only fools fall"

No se había dado cuenta de que sus ojos se cerraron al emergerse en la canción, sintiendo que estaba entregando el mensaje adecuado a quienes fueron los dueños de sus vidas en el pasado. Namjoon había comenzado a cantar y nunca vio a Seokjin tan enamorado de una voz o de una canción como ahora parecía estarlo. 

 "Oh, our lives don't collide, I'm aware of this
The differences and impulses and your obsession with
The little things, you like stick, and I like aerosol 

I don't give a fuck, I'm not giving up, I still want it all

 Only fools fall for you, only fools
Only fools do what I do, only fools fall
Only fools fall for you, only fools
Only fools do what I do, only fools fall"

 

 

Jungkook comprendió que cuando estabas disfrutando de estar frente a un público, sintiendo la música y satisfecho de lo que haces, uno se olvida de todo lo que pasa a su alrededor y pierde la noción del tiempo. Lo comprendió aún más cuando había terminado de ser tocada la última nota del piano y los aplausos del público llenaban todo el auditorio. El telón se cerró aún con los vítores de fondo y no puedo estar más tranquilo. 

 

Bajaron hasta detrás del escenario y corrieron a abrazarse mientras se felicitaban y chillaban. Namjoon abrazaba a Yoongi, palmeando su espalda. 

Luego Yoongi abrazó a Jimin, besando su cabeza y Namjoon apretaba su cuerpo en un abrazo de oso y finalmente, Jimin lo secuestro entre los suyos y sintió el contacto suave y cálido en sus labios; el movimiento tierno de los labios rellenos de Jimin en los suyos lo tenían en el cielo. 

—¡Chicos! 

Se separaron de las bocas ajenas y, aún pegado entre los brazos fuertes, vio como el rubio saltaba a los brazos de Namjoon para bañarlo de besos y Taehyung y Hoseok les alzaban sus pulgares a la distancia. 

Lo habían hecho. Abrazó a Jimin con el corazón hinchado.       

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  —Llegamos—; Namjoon se giró en el asiento del co-piloto y miró a cada uno de los chicos. —¿Llevan todo?

Asintieron y bajaron de la camioneta del padre de Seokjin. El mar estaba más cerca de lo que pensaron y en sus manos habían mariposas de papel con escritos de cada uno. Corrieron hasta ahí y se tomaron el tiempo de respirar el aire marino que les daba la bienvenida. Taehyung avanzó tres pasos y gritó que ya era la hora. 

Namjoon fue el primero en alzar su mariposa de papel y vociferó: —Yo, Kim Namjoon, le prometo al Kim Namjoon de hace 24 años que cuidaré a Kim Seokjin, lo amaré hasta mis últimos días, amaré a mis amigos y cumpliré mis sueños—; corrió hasta la orilla del mar y dejó caer la mariposa al agua. 

—Yo, Kim Taehyung, le prometo al viejo Kim TaeTae que no cometeré errores tontos en la vida, me protegeré a mi mismo y cuidaré la vida de mi amado como el Él del pasado quería cuidarte a ti.

Hoseok tenía la misma promesa escrita en su mariposa, así que tomó la mano de Taehyung y corrieron hasta Namjoon a las orillas del mar y lanzaron ambas mariposas rápidamente, terminando con un pequeño beso en sus labios. 

—Yo, Min Yoongi, prometo al anciano Min que confiaré más en mis amigos, los querré y cuidaré con mi vida a los mocosos a mi lado. 

Jungkook y Jimin rieron cuando Yoongi terminó de recitar su promesa y el peligris caminó lento hasta el resto de los chicos, dejando su mariposa en el agua. El pelinegro y el menor de los amigos, se besaron para tomarse las manos y recitarse palabras de amor, las más cliché posible y corrieron a dejar sus mariposas.

El último que quedaba era Seokjin. Miraba su mariposa con sus cabellos rubios moviéndose con el viento y murmuró su propia promesa. 

—Te prometo, Seokjin del pasado, que viviré mis días como si fuesen los últimos. Cuidaré a mis amigos como tu te preocupaste por ellos. Seguiremos adelante. 

Acarició el "2904 - Forever" que escribió camino a este lugar y sonrió a todos los chicos para caminar hasta ellos y dejar flotando en las aguas tranquilas su mariposa de papel. Abrazó a Namjoon y compartieron sonrisas entre los siete. 

Una mariposa, de un bonito color naranjo, voló contra el viento detrás de ellos.    

Notas finales:

rw, ideas, opiniones; hablenme de sus teorías, de cOMO QUEDARON CUANDO YOUNG FOREVER SALIÓ DE LA N A D A huehue

x.


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