Donghae se alejó rápidamente de la puerta del salón de clases haciendo el paso lunar de Michael Jackson, antes de que el profesor notara su asiento vacío. Podía imaginarse claramente la sonrisa de su amigo Kibum ante dicho desplazamiento, aunque también sabía lo molesto que estaría por no haberse librado de las horas extras de clase. Ahora comprendía las charlas angustiantes de sus antiguos sunbae sobre las interminables horas de estudio que debían dedicar a los exámenes previos a la universidad. Sus vidas dependían en gran parte de las notas que lograran alcanzar en su último año de colegio secundario. Sin embargo el castaño no sentía la necesidad de permanecer atrapado en aquel lugar por más tiempo del estrictamente necesario. Después de todo, ya contaba con una fecha de audición para la S.M. Entertainment dentro de un mes. Sólo aquello era lo que lo motivaba a continuar adelante a pesar de su triste realidad.
Atravesó el solitario pasillo del ala este con pasos silenciosos, vigilando que ninguna persona lo descubriera rondando por allí, y entró al baño de hombres. Se metió al primer cubículo vacío con el que se topó, sin cerrar completamente la puerta, y se bajó los pantalones. Un suspiro de alivio escapó de sus labios cuando comenzó a mear. No obstante, soltó un jadeo de asombro al notar un cuerpo ajeno pegarse a su espalda luego de acabar su tarea. Sintió cómo unos fuertes brazos lo inmovilizaron y unos dientes morder levemente el lóbulo de su oreja izquierda.
- ¿Así que te escapaste? -preguntó una voz ronca que reconoció al instante.
- Aish, Hyukjae -exclamó Donghae enojado-. ¿Acaso quieres provocarme un infarto? Casi me matas del susto.
- Preferiría provocarte algo más placentero -dijo mientras frotaba el prominente bulto escondido bajo sus pantalones contra el culo descubierto del castaño.
- No empieces con eso -intentó forcejear, liberar sus brazos para defenderse, aunque el mayor lo tenía atrapado en su firme agarre-. Ya te dije que no me interesa.
- ¿Qué es lo que no te interesa? -se burló al soltar una seca carcajada. Pronto la mano derecha del mayor se desplazó hacia abajo con lentitud. Delineó el pene del castaño en una simple pasada y comenzó a frotar sus bolas de forma ruda.
- Hyuk...Hyukjae para -dijo Donghae con voz tensa, intentando ahogar el gemido estancado en su garganta.
- ¿Qué es lo que no te interesa? -insistió antes de chupar la piel de su cuello.
- Ya te dije que no quiero seguir así -dijo en un grito agudo al mismo tiempo que logró darle un codazo en las costillas.
El quejido de Hyukjae y la fuerza que perdió su agarre fueron suficientes señales para que Donghae supiera que tenía una oportunidad de liberarse. Lo atacó nuevamente, utilizando también la fuerza de sus hombros, y logró deshacerse del abrazo apresador del mayor. La adrenalina del momento hizo que tuviera la suficiente fuerza para darle una limpia patada que lo derribó, dejándolo extendido sobre el sucio suelo del lugar. Sin embargo sus manos temblaron cuando tuvo que subirle los calzoncillos y pantalón para ocultar su pene semierecto.
- ¿Y dices que perteneces a la Sociedad de Judo? -bufó con amargura- Ya veo porqué nunca ganaste una maldita medalla. Das lástima.
- No decías lo mismo hace un tiempo -dijo con una mueca burlona, manteniendo su cuerpo estático-. Y, si mal no recuerdo, eso te lo enseñé yo.
- Pues deberías aprender un par de cosas antes de alardear de tus habilidades.
Donghae intentó esquivarlo para salir del baño, pero fue sorprendido cuando Hyukjae le sujetó su pierna derecha. Inmediatamente perdió el equilibrio y cayó sobre el suelo, sintiendo que el mayor se colocaba encima suyo. Otra vez estaba atrapado con el otro chico a su espalda.
- Eres un hijo de puta -refunfuñó Donghae sin dejar de forcejear.