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Sweet. por Ciervo19

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Notas del fanfic:

Este fic será una serie de one-shot sobre varias parejas, pueden sugerir la pareja que quieran para el siguiente capítulo y yo tomaré la que tenga más apoyo; sin embargo, las parejas tienen que ser viables en la historia original porque tengo que poder hubicarlas en la línea temporal de One Piece, por lo que parejas como Ace x Law (por poner un ejemplo) serían imposibles ya que nunca se conocieron (que sepamos) fuera de eso, dejen cualquier sugerencia, las tomaré en cuenta. Espero que les guste. Por cierto, este fic antes se llamaba "flan napolitano" y era un one-shot SanjixLuffy, por lo que si ya lo leyeron, pueden saltarse al siguiente.

One Piece y sus personajes no me pertenecen, sino a Oda-sensei.

Notas del capitulo:

Primer capítulo Sanji x Luffy.

Nos hubicamos en el viaje entre Punk Hazard y Dressrosa.

One Piece y sus personajes son de Oda-sensei, a mí no me pertenecen.

–Sanji, tengo hambre. –El chiquillo irrumpió en la cocina corriendo.

–Ya lo sé, tú siempre tienes hambre. –Respondió el rubio con indiferencia mientras sacaba el postre recién cocinado del horno. –Por desgracia para ti, aún no es la hora de la comida, ni he empezado a hacerla todavía.

–Pero preparaste ese postre, luce delicioso. –La saliva comenzó a escurrirse por las comisuras de su boca al verlo y que su delicioso olor golpeara su nariz. –Puedo comerlo ahora, ¿cierto?

–Idiota, ni lo pienses. Esta es la merienda para Robin-chwan y Nami-swan.

–Eso no es justo. –Hizo un puchero sin apartar la mirada del postre. –Yo también tengo derecho a comer un poco, ¡No seas egoísta!

–Lo siento, pero si tuviera que ceder cada que tienes hambre, nos abríamos muerto de hambre hace mucho. –Tomó una bandeja en la puso un par de platos, un par de tazas, una tetera y el postre en cuestión.

–¡Por favor! –El pequeño mono se abalanzó a los brazos del rubio con una cara suplicante, el mayor a penas fue capaz de atraparlo entre sus brazos antes de que cayera al suelo. –Nami y Robin no se molestarán si falta un pequeño pedazo. –Lo miró cual cachorro regañado a punto de llorar. Sanji quedó embobado viendo la linda cara de su capitán.

–Está bien, pero no vayas a pedirme nada más hasta la hora de la comida. –Casi cargando todo el peso del chico, lo puso en una de las sillas de la mesa antes de buscar otro plato para el problemático azabache.

–¡Gracias Sanji, eres el mejor! –Sonrió ampliamente cuando el rubio se volvió a él y le entregó el plato con una rebanada del postre.

–Lo sé, es mi deber alimentarte después de todo. –Le dijo con una amable sonrisa y se sentó a su lado, observándolo al comer. Luffy tenía una sonrisa muy pura, sencillamente encantadora que transmitía paz. Era evidentemente feliz mientras comía y esa no iba a ser la excepción.

El rubio terminó su cigarro en el apacible silencio que había sido establecido entre ellos y lo apagó en el cenicero que tenía cerca, el moreno estaba a un bocado de terminar, también. Entonces la mano del cocinero se estiró por su propia cuenta y se detuvo en la mejilla del menor. Luffy dejó por un momento de comer para voltear a mirar al otro. No era que la acción le hubiera molestado, pero sí le había extrañado.

–¿Sanji...?

–Lo siento Luffy, es que te veías tan lindo comiendo que no pude evitar querer acariciar tu rostro. –Admitió con total sinceridad y retiró su mano; pero estando a pocos centímetros del rostro ajeno, una mano morena lo detuvo.

–No quites tu mano, se siente muy bien. –Pidió el chico con un tono de inseguridad que no era propio de él. Sanji sonrió.

–Como ordenes, capitán. –Soltó casi en un susurro que hizo temblar a Luffy por dentro. Esta vez giró por completo su cuerpo para quedar de frente a Sanji. La mano de éste, que seguía sobre su rostro, se deslizó suavemente hacia su cabello negro. –¿Te gustó el postre? –Preguntó en el mismo tono bajo, íntimo.

–Sí. –Susurró en el mismo tono sensual, acercándose de forma inconsciente al mayor. –Es el mejor que has preparado hasta ahora.

–¿De verdad? –Su mano regresó a su rostro y acarició suavemente su mejilla con esta. Su otra mano acompañó a la primera, tomando totalmente el rostro del menor entre sus manos. Sintió que podría seguir así para siempre, esa atmósfera pacífica y romántica era algo demasiado difícil de igualar en aquél ruidoso barco. –¿Me dejarías probar? –La pregunta casi se escapó de sus labios de manera automática.

–Claro. –El pequeño contestó en el mismo bajo tono para no romper ese ambiente que, hasta para él, lucía muy frágil. Desvió la mirada por un momento para tomar en su cuchara el último bocado que quedaba de aquél postre y volvió la vista al rubio. –Abre la boca. –Dijo posando sus dedos sobre la boca ajena con gentileza, tratando de abrir esos labios, que cedieron casi al instante. Al sentir el contacto de esos suaves dedos sobre su boca, el cocinero sintió que su pulso aumentó y que respiraba con algo de dificultad; esa pesada y lenta respiración acarició los dedos de Luffy, quien se estremeció de nuevo, antes de darle a comer el último pedazo de su anhelado postre.

Sanji lo comió con calma y soltó una pequeña risa, mirando con ternura a Luffy.

–Eres tan lindo Luffy, aunque no esperaba que fuera así como me lo dieras. –Dicho esto, depositó un suave beso sobre la frente morena del capitán, soltó su rostro.

–¿Qué pasa? ¿Hice algo mal? –Se preocupó un poco el chico al sentir que el otro se burlaba de él, ¿Por qué se burlaba si él sólo hizo lo que el otro le pidió? Y, como si fuera poco, sus largos y gentiles dedos dejaron de acariciar su rostro; el contacto se sentía tan bien que el no hubiera querido que se terminara.

–Para nada, no hiciste nada mal, es sólo que... –Se interrumpió a sí mismo, sin estar del todo seguro de lo que quería decir. Desvió la mirada y tomó su caja de cigarrillos.

–¿Sólo que qué? –Insistió el moreno, aferrándose de las solapas del saco del rubio, acercándose más a éste: no quería quedarse con la duda de si lo arruinó todo y, si lo hizo, qué fue lo que lo arruinó.

–Sólo que yo esperaba que me lo dieras a probar así. –Soltó su caja de cigarrillos, su tono sonó un poco molesto, pero enseguida, antes de que el moreno pudiera replicar cualquier cosa, una mano se posó sobre su cintura mientras la otra se dirigía a su nuca y, atrayéndolo hacia sí, Sanji besó suavemente los labios de Luffy, quien se sobresaltó momentáneamente, pero después cerró los ojos y abrió la boca, dándole paso a la lengua del otro, mientras juntos disfrutaban de la embriagante sensación, de ese único y peculiar sabor: flan napolitano combinado con tabaco.

* * *

A la hora de la comida, toda la tripulación, incluidos sus tres invitados, Law, Momonosuke y Kinemon, se reunieron en la cocina y, al terminar la batalla en la que se convertía la comida de cada día, donde todos trataban de defender su comida de Luffy, Sanji sirvió el postre para todos.

–Wow, flan napolitano, mi favorito. –Dijo Nami sonriendo y agradeciendo al cocinero por su ardua labor por prepararlo para todos. Sanji sonrió, sabía que había sido una buena decisión, el flan de antes no se lo pudo dar a sus chicas porque Luffy terminó por comerlo todo, así que decidió hacer otro más grande para todos.

–Es delicioso, ¿verdad? –Luffy apoyó a la navegante con destellos en los ojos. –Además Sanji me enseñó una forma genial para compartirlo.

–¿Eh? ¿A qué te refieres? –Todo el cuerpo del rubio se tensó.

–Nada, Nami-san, no le hagas caso a este mono, no sabe lo que dice. –Después de un intento por intentar aplacar la curiosidad de la chica, se volvió hacia Luffy, quien lo miró a los ojos, y con una sonrisa, le hizo una seña con el dedo índice para que guardara silencio.

Notas finales:

Aún hay más, pasen al siguiente capítulo :3

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Bye~


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