Esto le ocurrió a un grupo de chicos en Seúl , en el año 2013.
Zelo caminaba de un lado a otro de su casa esperando a sus amigos que llegarían pronto, colocaba cada objeto sobre la mesa de forma delicada como si aquello fuera una tarea muy difícil.
Zelo, JungKook y Yoseob tenían el hábito de juntarse en casa del primero para llevar a cabo sesiones de espiritismo con la Ouija.
Evidentemente, ninguno estaba al tanto de lo peligrosa que puede llegar a ser una sesión con ese tablero místico.
Utilizaban la Ouija no solo por la especie de adicción que provoca comunicarse con el Más Allá, sino porque sentían que sus energías estaban en sintonía. A medida que las reuniones se iban sumando era más fácil para ellos invocar a los espíritus. Pero sus ansias por ir más lejos y profundizar en aquel mundo desconocido los hizo buscar otros medios más complejos y peligrosos.
A Zelo lo sobresaltó un poco el timbre ya que estaba muy metido en sus pensamientos, se paró y salió disparado hacia la puerta encontrándose a JungKook y Yoseob, el primero traía una mochila azul abrazada a su pecho y su sonrisa enorme le decía que aquello que la mochila escondía les interesaría a todos.
-Se tardaron- dijo el más alto permitiéndoles entrar
-Es que el niño tenía que guardar muy bien esa cosa dentro de su mochila- Dijo Yoseob rodando un poco los ojos ya que le parecía que Kook exageraba.
-Qué traes ahí?
-Algo que nos dará mucha diversión a todos hoy- Kook en verdad estaba entusiasmado y aquello solo hacia que la curiosidad de sus amigos creciera aún más.
Apagaron la luz, afuera ya estaba oscuro pero de todos modos cerraban las cortinas para evitar espías que pudieran malinterpretar lo que hacían y advertir a sus padres que todos los viernes sin falta se iban durante el fin de semana a casa de su abuela ya muy anciana.
Cuando estaban los tres ya sentados en torno a la mesa donde solían mantener las sesiones JungKook abrió su mochila y sacó algo que dejo a sus amigos congelados de asombro. Era un nuevo tablero similar al de la Ouija, en cuanto a su funcionamiento, pero distinto al tradicional.
Todos se dieron cuenta de que estaban frente a un tablero que era conocido por ser un mito dentro del oscuro ambiente en el que se movían. Era siniestro, incluso, en su concepción estética. En el centro, dominando los símbolos de invocación, presentaba la figura de Baphomet, el Demonio de la Luz al que adoran los Templarios. Las letras del abecedario parecían estar escritas con sangre y los números del 0 al 9 se leían en un dorado añejo. Todo eso le daba al oráculo un aspecto aterrador. Ese tablero, decían, podía abrir puertas inaccesibles para los convencionales, ya que había sido creado pura y exclusivamente para comunicarse con entidades infernales. De ahí que fuera conocido vulgarmente como “El tablero infernal”.
-Cómo lo conseguiste- Preguntó Yoseob aún mirando el aterrador artefacto
-Lo encontré en una venta en una página web de ocultismo y decidí comprarlo- Contesto el dueño con simpleza- Se trataba de una edición limitada y llegó a mi casa ayer por la noche.
Kook se dio vuelta y sacó de su mochila dos velas negras, las prendió, puso el tablero sobre la mesa y miró a Zelo, el dueño de casa, y a Yoseob, como para saber si realmente querían hacerlo.
Ambos dijeron que sí con la cabeza y entonces empezaron. Los tres pusieron sus dedos sobre el indicador, un triángulo marrón oscuro con una estrella pentagonal tallada en el centro y, dentro de ella, un ojo rojo en un círculo vacío sobre el que se desplegaban las letras.
Luego, cerraron sus ojos e invocaron a las entidades infernales para que se manifestaran y dialogaran con ellos. Durante unos minutos no ocurrió nada, hasta que en determinado momento, y aunque todas las ventanas estaban cerradas, las llamas de las velas comenzaron a oscilar, se alargaron y se tiñeron de un color más vivo.
Los jóvenes sintieron una presencia con ellos, cosa que solía pasarles apenas un espíritu se presentaba. Pero esto era diferente. No percibieron solamente algo sobrenatural, no, lo que ahora estaba con ellos era sobrenatural y malvado. Podían notarlo por lo denso que estaba el ambiente. Supieron que todos percibían lo mismo en cuanto se miraron. Entonces JungKook se animó a preguntar el nombre de la entidad.
-Cuál es tu nombre?- Preguntó casi en un susurro. La estrella indicadora se movió bajo sus dedos y formó lentamente el nombre MASS SSARATU- Cuándo y cómo moriste?-
-Nunca estuvo vivo- Contestó Zelo en su lugar, su tono de voz era serio y profundo- Es uno de los tres Observadores.
De inmediato el indicador se movió sobre el tablero hasta la palabra SI, confirmando lo que acababa de decir Zelo.
JungKook y Yoseob, sabedores de que su amigo era un apasionado por los antiguos mitos y que los había investigado mucho, quisieron conocer algo más.
-Los Observadores fueron ángeles enviados en los comienzos de los tiempos para guiar a los hombres, pero al ser tentados por la carne de los mortales tuvieron relaciones con ellos y fueron condenados a habitar en los umbrales de los diferentes mundos, pero no dentro de ellos. Son como porteros- Termino diciendo Zelo- El asunto es ver qué puerta estamos tocando.
En ese instante Yoseob pegó un grito y se levantó de la silla.
-Vuelve a poner los dedos sobre el indicador- dijo Kook- interrumpir una sesión puede ser muy peligroso- y Yoseob así lo hizo.
-Sentí que me tocaban- Dijo con voz temblorosa y ya en su posición inicial- Algo…algo caliente me tocó la espalda.
JungKook de nuevo tomó la palabra- Fuiste tú el que tocó a Yoseob?
El indicador se movió y respondió SI
Yoseob se paró nuevamente porque afirmaba que lo seguían tocando
-Me voy- soltó entre sollozos- me voy-
-Yoseob siéntate, por favor- Kook lo miro suplicante- Sabes que no se puede abandonar una sesión de esta manera, quédate tranquilo, de inmediato trataremos de despedirlo-
Yoseob resopló y volvió a sentarse aguantando el llanto.
JungKook le dio las gracias a Mass Ssaratu por la manifestación y le pidió que, si no le molestaba, querían seguir adelante. El indicador se mantuvo inmóvil por un momento, pero luego señalo la palabra ADI”S. El Observador se había ido. Sin embargo, las llamas de las velas volvieron a oscilar sin que los jóvenes pudieran percibir corriente de aire alguna. Y sucedió que los tres escucharon algo que jamás, en sus cortas vidas, habían escuchado. En un principio fue como si un viento terrible aullara entre las persianas cerradas de las ventanas y, después, se transformó en una tonada insoportable, en un lamento.
Aquel sonido imposible cesó y la puerta que daba al hall de la entrada comenzó a abrirse lentamente. Los tres quedaron paralizados hasta que la puerta quedó completamente abierta y se detuvo.
-Quién está con nosotros?- Preguntó JungKook, seguro de que estaban frente a una nuevo presencia
-Ahora sabemos que puerta hemos abierto- Dijo Zelo
El indicador comenzó a moverse. La palabra que se formó fue AZAZEL.
JungKook y Yoseob miraron a Zelo que había quedado más pálido después de ver aquel nombre. Estaba claro que su amigo estaba asustado.
-Quién es?- Le preguntó JungKook a su amigo que ahora parecía congelado.
-Quién es Zelo?!- Preguntaron ambos amigos a la vez.
Entonces Zelo, como saliendo de un trance, les respondió con voz pausada
-Azazel es el jefe de los Observadores, un ángel que integraba el Coro Celestial…antes de transformarse en uno de los Caídos y ser condenado. Estamos hablando con un Demonio, chicos. La puerta que hemos abierto es una de las puertas del infierno.
JungKook, lejos de sentirse asustado, comenzó a hacerle preguntas a Azazel. Por un momento se tranquilizaron porque el Demonio se comportaba con normalidad e, incluso, respondía con un poco de humor, pero las cosas no tardaron en oscurecerse nuevamente cuando el indicador formo la palabra SILLA. Inmediatamente pudieron ver cómo, en medio de aquella penumbra provocada por las llamas de las velas, una de las viejas sillas de madera del comedor comenzaba a deslizarse hacia ellos, provocando un ruido perturbador, mientras se arrastraba por el piso hasta detenerse bruscamente.
El lector de la Ouija comenzó a moverse y formó una nueva frase en el tablero: SIGAN BAJANDO. Luego viajó hasta el casillero de despedida.
De inmediato las velas se apagaron y los amigos quedaron a oscuras. Yoseob tomó los fósforos y volvió a encenderlas rápidamente, justo en el momento en que un calor muy intenso llenaba la habitación. Los tres comenzaron a transpirar. Sabían que estaban ante una nueva presencia.
Kook preguntó el nombre de la entidad. El indicador formó VASSAGO y Zelo informó
-Es uno de los Príncipes de las Tinieblas. Suele hacerse presente en los rituales satánicos. Los Demonios son cada vez más poderosos, chicos. Estamos descendiendo en los niveles del infierno-
-No aguanto más…No puedo seguir- Dijo Yoseob
-Yoseob, por favor, siéntate!- Trato de calmarlo JungKook- Vamos a terminar con esto-
Yoseob se sentó, pero por mucho que JungKook lo intentó Vassago no se quería ir. Comenzó a contarles cosas de Yoseob, cosas privadas que solo él sabía. Zelo les dijo que aquel Demonio solía hacer eso, descubrir los secretos de los mortales. Y que además, si estaba de buen humor, podía predecir el futuro.
Inmediatamente a JungKook se le iluminó la mirada y le preguntó algo acerca de su destino. Vassago respondió que lo único que le diría era que su muerte estaba cercana. Luego, el indicador se posó sobre el casillero de ADI”S.
La puerta del hall volvió a cerrarse y, durante el tiempo que se mantuvo así, Zelo vio que aquello se les había ido completamente de las manos. Estaban a merced de los Demonios. JungKook había quedado perturbado con el anuncio de Vassago, Yoseob todavía seguía asustado y Zelo estaba muerto de miedo. Sabía que, si la jerarquía de los Demonios que se manifestaban seguía subiendo, luego de un príncipe venía su Rey.
Entonces la única vela que quedaba prendida se apagó. Nadie intentó volver a prenderla. Un calor intenso penetró en la habitación junto a un perfume extraño pero exquisito, un aroma jamás percibido. Entonces el indicador se movió hasta formar LILITH.
-Era ella, lo sabía- Dijo Zelo- Fue la primera mujer de Adán, anterior a Eva, pero se negó a complacerlo y se alió con el mal. Ahora es la señora de los demonios, es la que acompaña al Señor, al Rey, a Lucifer. Vienen juntos para hacer un pacto-
-Yo no quiero pactar con nadie- Dijo JungKook- Me quiero ir de aquí-
Yoseob no decía nada. Lloraba encogido en su silla.
Zelo sintió que las siguientes palabras sonaban en la habitación, más allá del tablero. Las dijo una voz femenina llena de maldad, pero aun así cautivante
-Deben pactar con mi Señor- Dijo la voz
Y otra cosa que Zelo percibió es que, luego de aquellas palabras, una sombra más negra que la oscuridad que los rodeaba comenzó a formarse delante de ellos. Parecía una mujer alta, de pelo largo y, detrás de ella había otra sombra, mucho más alta, una sombra enorme. Fue en ese momento que Zelo sacó voluntad de algún lugar recóndito de su alma, agarró la vela apagada sobre la mesa y con su uña comenzó a hacerles unas cuantas raras marcas en el costado.
Entonces mientras aquellas sombras se hacían más y más nítidas, el joven prendió la vela que acababa de tallar con su uña.
-No miren las sombras!- Dijo Zelo a sus amigos- Concéntrense en la llama de la vela y nada más-
Minutos después, la llama de la vela se extinguió. Las sombras demoníacas parecían haber desaparecido. Rápidamente los tres abandonaron la casa y tiraron el tablero en un terreno baldío a unas diez cuadras del lugar. Luego fueron a un bar para tratar de tranquilizarse.
Ninguno decía nada hasta que Zelo rompió el silencio
-Lo que hice en la vela eran tres letras eses entrelazadas, invocan a los tres ángeles llamados Snvi, Snsvi, y Smnglof, son los únicos seres temidos por Lilith-
-Ese tablero es una trampa infernal- Agrego JungKook- El que se atreve a jugar con él termina inevitablemente encontrándose con el Diablo para hacer un pacto.
-Si no hubiera sido por las letras que dibujó Zelo en la vela, nosotros también hubiésemos sido víctimas de ese juego y nuestras almas estarían condenadas al peor de los destinos- Finalizó Yoseob.
………………………
Meses después Zelo se mudó de la casa a un pequeño apartamento donde vivía solo, el recuerdo de la última sesión había convertido su hogar en una morada aterradora. Pero aún hoy, lejos del lugar de los oscuros hechos, siente que está marcado, que en cualquier momento los demonios lo visitarán para terminar lo que quedó postergado.
Antes de que llegue ese nefasto día, quiere advertir a todo el que tenga en su poder ese tablero infernal que no lo use, decirles que por nada del mundo caiga en la tentación de ponerse a jugar con él, que es un portal por el que pasará el mismísimo Diablo para proponerle un pacto difícil de rechazar.
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