Todo Japón esta de fiesta, las calles se llenan de alegría preparándose para la celebración, por el mejor de los motivos...El día de la coronación de nuevos reyes.
Para llegar al trono en uno de los reinos de Japón no precisamente tenía que ser hijo del rey o pertenecer a la familia, pero tampoco podía ser cualquiera, tenía que ser el caballero más fuerte e inteligente del reino, el cual el rey a su juicio, elegía, procedía a aceptar a cualquier caballero que lo retara a un combate, de vencerlo lo aprobaba. El reinado duraba, sin ningún inconveniente, treinta años, un año antes de que terminar ese periodo se elegía al sucesor.
Para esta ceremonia, como manda la tradición, se coronan a los nuevos en el castillo más grande de Japón...El castillo de Hyotei.
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Capítulo I: Antes de la coronación. Fuji Yuuta.
-Hermana...basta...no puedo respirar- suplicaba el joven Yuuta para que su hermana mayor no lo abrazara tan fuerte
-Lo siento hermanito, pero estoy tan orgulloso de ti.-le decía llorando de felicidad.
Cuando su hermana lo soltó y pudo sentirse libre, otro abrazo lo sorprendió. Esta vez, fue de su hermano mayor, Fuji Syusuke. Pero no era asfixiante como el de su hermana, era cálido y gentil.
-Yo también estoy orgulloso de ti Yuuta-
-Gracias hermano- seguido rompió el abrazo.
-Si estuvieran vivo nuestros padres, estoy seguro que también lo estarían-
Fuji Yuuta y sus hermanos perdieron de pequeños a sus padres a consecuencia de unos ladrones de caminos que los emboscaron una noche, aparte de robarles todo lo que transportaban los asesinaron. A pesar de que encontraron a los culpables, el deficiente sistema de justicia hizo que quedarán en libertad. Eso decepcionó de gran manera a Yuuta, después de ese momento la única meta en su vida era llegar a ser rey, imponer justicia verdadera, por los habitantes, por su familia y más importante, por sus padres. Ser un caballero y entrenar fue difícil, la situación económica de la familia era muy mala, su hermana adolescente trabajaba para mantenerlos hasta que crecieron, pero la lucha y tanto sufrimiento valió la pena. Se había cumplido su sueño y estaba a un día de convertirse en el Rey de Rudolph.
Syusuke le dedico una sonrisa a su hermano, seria el primero en la familia Fuji en ser rey, se convertiría en todo un hombre importante pero no podía evitar seguir viéndolo como un niño indefenso, después de todo era su hermano menor.
-¿Que sucede hermano? ¿Porque me miras tan pensativo?-dijo Yuuta
- Pienso que serás un gran rey, aun mejor que nuestro rey...como se llame- expresaba una cara de disgusto al decir lo último, odiaba a al rey con toda su alma.
-.Syusuke cuantas veces ya...Mizuki Hajime- lo corrigió su hermana
-Que importa ya, no será más nuestro rey, ¿verdad Yuuta? - se inclino en un pie frente a su hermano, quería ser el primero en hacerlo, transmitirle su respeto y admiración en ese gesto.
Sin embargo, Yuuta se sonrojo, lo tomo como una de las acostumbradas formas que tenía su hermano de burlarse de el y solo le dio la espalda molesto, sabia que su hermano nunca lo tomaba en serio.
- Suficiente, me voy a descansar. Partiré mañana a Hyotei- dijo dispuesto a ir a su habitación
- Hermanito ¿no podemos ir contigo?-
- Me encantaría hermana, pero recuerda que tenemos que reunirnos los príncipes primero y no los dejaran entrar al castillo, me iré en la madrugada, tú y hermano pueden llegar después-
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En la madruga, con su caballo listo para partir, de despidió de Syusuke, quien era el único que lo acompañaba en ese momento ya que su hermana aún dormía.
-Yuuta cuídate mucho, recuerda que te amo hermano- Fuji abrazo una vez mas a Yuuta
- Tranquilo hermano, hablas con el futuro rey ¿sino pudiera cuidarme de mi mismo como podría cuidar de Rudolph?- Yuuta le guiño un ojo y con una sonrisa divertida en su rostro, galopo hacia Hyotei.
-Yo también te amo hermano- susurró