3.- Marca
Narra Christopher:
Me dirigía a la habitación de nuevo yo realmente me sentía un maleante o algo así, pero cuando estuve cerca de la puerta un aroma dulce me envolvió y me sentí demasiado excitado.
-Maldición, está en celo- pensé. De inmediato me di cuenta que ya no podría controlarme, lo iba a violar.
Entré y él se encontraba en la cama, estaba tiritando y demasiado caliente. Lo desvestí y comencé a besarlo y morderlo por todas partes.
Lo marqué ahora era mío, o eso era lo que en ese momento mi cuerpo quería, monopolizarlo, sin pensar en las consecuencias que esto traería…
Después de haberlo violado no recuerdo nada más sino hasta cuando desperté, me sentí tan mal. Lo limpie y le cambie la ropa.
Me fui y pensé en que podía hacer para enmendar mi error y solo se me ocurrió dejar que se fuera, después de todo el me odia.
Desate las cadenas, dejé las puertas abiertas y esperé a que despertara. Lo vi correr fuera de allí y me di cuenta que me había convertido en alguien horrible.
Pero no dejaría de protegerlo, aunque fuera de lejos. No dejaría que el chico al cual yo amo, sufra o me sea arrebatado
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Narra Andrés:
Después de haberme metido en mis pensamientos volví en sí, aún estaba mirándome en el espejo me quede mirando todas esas marcas en mi cuerpo… Hasta que se me vino un pensamiento de la nada –mi cuello…-
Rápidamente puse mi mano sobre la parte de atrás de mi cuello, temiendo lo peor. Para mi mala suerte lo que me había imaginado era verdad. Él me había marcado, una mordida en mi cuello, estaba ahí, él me había elegido como pareja.
-¿Qué haré ahora?- La verdad es que existía una manera de que la marca desaparezca, que ahora mismo no recuerdo, pero… Mi madre una vez me dijo que si un alfa marcaba a su omega pre-destinado la marca no desaparecerá, aunque el omega lo quiera.
Si este era el caso yo… tendría que vivir el resto de mi vida con esta marca y lo peor es que el me encontraría ya que estamos conectados de alguna manera…
-¡Maldición!- grité, al mismo tiempo que mi teléfono comenzó a sonar, era mi amigo Daniel.
-Hola Daniel, ¿Qué sucede?- contesté el teléfono.
-Hola, ¿Tienes tiempo libre el lunes próximo?- se oía algo agitado.
-Sí ¿porque?-
-Bien, entonces veámonos el lunes a las 9 PM en el parque, se puntual- dijo y corto la llamada, ni siquiera me dejo decirle “bueno”.
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Después de lo sucedido decidí un día después volver a retomar mis clases en la universidad, después de todo era mi primer año, no podía perder tantas clases.
Claramente tomé precauciones y tapé todas las marcas que aún no desaparecían.
Hoy debía juntarme con Daniel como lo habíamos acordado, o más bien como el me lo ordenó.
Me cambie de ropa eran las 8:30 PM decidí ponerme algo que tapara mi cuello ya que era menos llamativo que andar con un bufanda, ya que no hacia frio.
Mientras caminaba hacia el parque comencé a recordar que hace mucho no veía a Daniel. Daniel era mi amigo desde el verano lo había conocido cuando fui de viaje a la ciudad natal de mi padre. Daniel era un alfa de 19 años estudiaba diseño. Luego me enteré de que se había venido a estudiar aquí, hablábamos por teléfono pero nunca nos juntamos para salir a pasar el rato. Por un momento me pareció demasiado raro que de la nada me llamara para juntarnos, pero luego lo tome como una estupidez mía.
Llegué a las 8:45 PM al parque donde me había dicho, me senté en una banca a esperar mientras revisaba fotos de mi celular.
Los 15 minutos que faltaban pasaron muy rápido, pero aún no veía a Daniel aparecer por alguna de las calles…
Estaba a punto de llamarle cuando alguien puso sus manos en mi boca, y vi como otro aparecía y me comenzaba a atar. En ese instante apareció Daniel, lo mire con odio pero él siguió en lo suyo, saco una jeringa y me la inyecto en el cuello. E inmediatamente me desmayé.
Cuando desperté estaba atado en una silla, Daniel se encontraba sentado en una mesa junto con sus dos cómplices.
Cuando se dieron cuenta de que yo estaba escuchándolos hablar y reírse, se pusieron serios.
-Lo siento, pero necesito dinero, y tú al ser un omega… ya sabes… vales bastante- dijo en forma de burla y los otros rieron.
-Tu dueño está por llegar a sí que se obediente mientras esperamos- dijo otro.
En ese mismo instante y sin pensarlo escupí a Daniel que se había puesto frente a mí, verle me había dado asco.
Su cara demostró enojo, se dio la vuelta hacia los otros dos.- Mierda, si no obedece por la buena, háganlo de mala manera-.
Uno de los hombres se levantó y comenzó a buscar algo en una caja, sacó unas 3 jeringas. –Droga- pensé de inmediato.
Comenzó a avanzar directo a mí-maldición, ¿piensa inyectarme todo eso?- intente zafarme pero no había forma. Puso una de las agujas, estaba a punto de inyectármela en el brazo, cuando algo inesperado pasó.
Se oyó que desde fuera forzaban la puerta, mis 3 captores se pusieron tensos.
-¿Qué sucede? ¿Esperaban a alguien más?- les dijo Daniel a los otros, un tanto asustado.
-No..- Dijo uno de ellos cuando se escuchó un ruido sordo, y se abrió la puerta de inmediato.
5 Hombres entraron armados y ataron a los 3 captores, después de eso vi a alguien más que estaba en la puerta…
-Christopher… tú… gracias…- le dije sollozando.
-Yo, solo quiero protegerte- me dijo de una forma dolida, las palabras que le había dicho, aun lo herían al parecer.
-Gracias… pero yo…-
-Bien vámonos, te dejaré en tu casa-. Me interrumpió y sonrió.
-Yo… quisiera que volviéramos a ser amigos- . Susurré.
-¡Claro!-. Escuche que grito alguien desde afuera.
Me sentí feliz, el volvía a ser el chico que había conocido años atrás, a quien quería y admiraba tanto.
Y entonces un remordimiento ocupo mi mente, no podía hacerle esto a él… Pero… yo realmente quería volver a quererle… Y para eso había que empezar de nuevo.
Aunque yo sabía que lo que había pasado ya no se borraría de la mente de ninguno de los dos…
Continuara…