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CICATRICES- Primera Herida por Cinnamon Chicken

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Notas del fanfic:

La historia se dividirá en dos partes:

CICATRICES- Primera Herida

CICATRICES- Segunda Herida

Cada una se dividirá en tres capítulos.

Notas del capitulo:

Disfrutenlo :D

PRÓLOGO

 

El cielo aún continuaba oscuro cuando el primer grito se escuchó en aquel templo, incluso la Luna se estremeció al oír el agudo quejido que profería el ser que sufría en la tierra, avergonzada de no poder ayudarlo se escondió tras las nubes y dejó que el cielo oscureciera por completo. Había noches que debían ser ciegas.

El relinchar de los caballos se entremezclaban con los gritos de los pocos aldeanos que habitaban aquel lugar, aquellos pobres seres que inútilmente trataban de luchar o escapar de su pronta muerte, las llamas del fuego consumían viviendas enteras y mientras sus vidas eran arrebatadas por espadas y flechas el fuego iba borrando los rastros de su existencia.

El pequeño muchacho corrió lo más rápido que sus piernas y el peso de la espada que sostenía con sus manos le permitían, había oído el grito de dolor de su amigo y había regresado al templo de su diosa, dispuesto a ayudar a su pequeño, tras de él venía un muchacho más alto de facciones sumamente finas y de cuerpo esbelto, empuñando con confianza su gran espada, ambos corrieron al lugar de donde provenían los gritos.

Pasaron rápidamente la sala donde ofrecían las oraciones a su diosa lunar, Yue, diosa que casualmente aquella noche no quería oír el llamado de sus súbditos, cuando llegaron a la cúpula principal se encontraron ante ellos una escena horrorosa, el más pequeño de los dos hombres que se hallaban en medio de aquel lugar se encontraba en el suelo totalmente inconsciente, a su lado un hombre ligeramente más alto que el otro se hallaba de rodillas con las manos aferradas a la espada que temblorosa se alzaba frente a los cinco hombres que tenía delante, todos ellos mucho más altos y fornidos que el mediano, su costado derecho sangraba copiosamente y en su pierna izquierda tenía incrustada una daga, sin embargo no mermaba su ánimo por defender al muchacho inconsciente. Sin pensarlo si quiera el más pequeño de los recién llegados corrió al encuentro de los hombres seguido del muchacho que iba junto a él.

-¡Aléjense de ellos!- La voz del muchacho pequeño se propagó por el lugar creando un fuerte eco, los cinco hombres armados solo rieron ante su presencia.

-Quítate de allí enano- Un hombre alto de facciones sumamente hermosas cubiertas de prepotencia y horror caminó hasta casi llegar junto al pequeño, sin embargo el muchacho alto se interpuso en su camino, blandiendo la espada con una agilidad sumamente impresionante, se colocó en posición defensiva con la espada elevada horizontalmente, alerta a cualquier movimiento, dispuesto a matar si fuese necesario, a ninguno de los cinco hombres les quedó ninguna duda, era algo digno de admirar sin embargo era solo él y el muchacho que tras él seguía sosteniendo una espada demasiado pesada para si mismo, el muchacho herido y el inconsciente no significaban problema alguno, es más solo había un problema, el chico alto.

-Impresionante pero estúpido, antes de que puedas tratar de herir a alguno de nosotros estarás muerto, mira a tu alrededor están rodeados, tiren las armas y reconsideraré perdonar sus vidas- Volvió a hablar quien parecía ser el líder.

Hizo un movimiento ligero con las manos y dos de sus hombres corrieron al encuentro del chico alto, antes de que pudiesen acercarse siquiera las cabezas de sus subordinados resbalaron de los cuerpos inertes de sus portadores, frente a él, el chico esbelto mantenía la espada delante suyo en la misma posición pero bañada en sangre, las gotas del líquido espeso caían una tras otra en el suelo.

-¡Maldito!- Gritó uno de los hombres y corrió al encuentro de quien a sus ojos parecía ser un guerrero entrenado, alguien que había crecido para defender a alguien importante, ante sus ojos solo vislumbraba una persona que seguramente sería de gran rango y avoleo, el muchacho que yacía sobre el suelo en estado de inconsciencia era el único que vestía ropas lujosas, su nívea piel era cubierta por seda blanca, en su cintura llevaba un cinturón plateado signo inequívoco que era un sacerdotico de la diosa. La fina tela se tiñó con pequeñas gotas de sangre logrando que su atención regresara a su defensor, el imprudente de su subordinado se encontraba en el suelo desangrándose por una gran herida en el estómago.

Levantó la mano impidiendo que el único de sus ocho subordinados sacrificara su vida insulsamente, recorrió la estancia posando sus ojos en el muchacho herido, este también había asesinado a dos de sus guerreros, con una fina y pequeña espada, había sido una suerte que otro de sus ahora muertos guerreros halla logrado clavarle una daga en la pierna, frente a él se encontraba el pequeño muchacho que había entrado retándolos, exigiendo que se alejaran de los otros dos, este vestía ropajes simples como los de un aldeano cualquiera pero su belleza era exquisita, sus ojos acariciaron con éxtasis sus rasgos finos y delicados, quería poseer ese menudo cuerpo, pues su naturaleza era salvaje y lujuriosa, quería domar y poner en su lugar a aquel insignificante y apasionado ser, solo debía hacer a un lado al hombre que significaba un peligro para él.

-Hermano

En un rápido movimiento la espada del muchacho alto cayó al suelo, tras él un hombre mucho más alto que el líder se hallaba empuñando una daga en su espalda.

-¡Zi Tao!- La voz del pueblerino se elevó sobre el silencio, se puso en pie y antes de dar un paso cayó inconsciente al recibir un fuerte golpe sobre su rostro por parte del líder.

-Eso no era necesario, el muchacho estaba indefenso.

-Tenía una espada.

-Ni siquiera podía cargarla correctamente.

-No me importa, mandaré a algunos hombres para que los lleven a la carreta- El hombre que se suponía era el líder pasó sobre el hombre herido que debido a sus heridas se hallaba desfallecido, se agachó y cargo sobre su hombro izquierdo el cuerpo inconsciente del sacerdotico.

-¿Qué piensas hacer con ellos, ChanYeol?

-A este pienso tomarlo como esposo, a este de aquí- señaló con su pierna al muchacho que había matado a dos de sus hombres- Pienso llevarlo conmigo también, a esos dos envíalos al regimiento de Xiao.

-Comprendo que quieras enviar al guerrero allí, pero este pequeño- señaló el hermano- No creo que dure un mes.

-A él lo quiero en mi cama, pienso tomarlo como amante. Sabes que no es posible tener en el mismo lugar al esposo y al amante, va contra nuestras costumbres.

-Hermano…

-Haz lo que he dicho YiFan.

Sus ojos recorrieron las llamas del fuego frente a sus ojos, sonrío al saberse poderoso y victorioso, deseaba ver el rostro arisco del dueño de aquellas tierras, él había sido benévolo y le había concedido una oportunidad para rectificarse y entregarle el territorio de manera pacífica más el obstinado señor se había negado, aquella sería su manera de enseñarle una lección; nadie le dice no a Park ChanYeol, amo y señor de las tierras del Oriente Sur.

 

La luna se asomó tímidamente tras unas nubes, descubriendo con horror el derramamiento de sangre que horas atrás se había dado en aquel valle casi santo, una pequeña ciudadela erguida únicamente para ella, lloró amargamente al ver destruidas las pequeñas casas donde habitaban su fieles súbditos y grito por medio de un trueno cuando observó profanado su templo, sus dos amados hijos, sus más puros e inocentes súbditos habían sido sacados de allí.

La tormenta azotó fuertemente contra los hombres que cabalgaban rápidamente a su hogar, el líder Park, llevaba entre sus manos las riendas del caballo que a su lado portaba a un pequeño cuerpo cubierto con mantas para guarecerlo del frío, mucho más atrás sobre una vieja carreta, tres cuerpos eran expuestos a la inclemencia del frio y la lluvia.

Notas finales:

Gracias por darle una oportunidad a mi fic :D

A todas las personas que leen mis otros fics.... VOY A CONTINUARLOS no se preocupen :3

Besitos unicornianos


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