Desordenando a Acuario por kailu

Más de uno espectro se había quejado de la situación, ninguno de ellos con la intención de deshacerse de los dorados y lanzarlos de nuevo a algún hueco donde dejaran de causar problemas pero era obvio que todos estaban pasando más o menos los mismos problemas que con Camus, las heridas "físicas" se habían ido pero el miedo y la desconfianza seguían presente y no les hacían las cosas fáciles a nadie…

Aunque por las palabras y expresiones usadas por los demás era obvio que en verdad estaban viviendo más o menos el mismo tipo de problemas.—  Voy a terminar encariñado con ese desorden con patas — Aiacos se rió de Paraoh y le entrego una cantidad enorme de trabajo, para que pudiera entretenerse cuando su nuevo amigo no lo estuviera divirtiendo.

Tan pronto como volvió a quedarse solo su mente se concentró de nuevo en aquellos papeles, era increíble lo mucho que se había atrasado con todo eso, no que tuviera alguna importancia después de todo los muertos, muertos estaban… y sería lo mismo para ellos esperar un par de días que tres años. Seguía adelante por costumbre, y por solidaridad con sus hermanos, por muy aburrido que estuviera continuo revisando todos los papeles que había enfrente.

~~
De pronto un gritó lo sobresaltó, no era la primera vez que sucedía, aunque tenía varios días que aquello se había detenido… Miró el reloj, había trabajado prácticamente toda la noche, dejo la pluma y se apresuro a salir de la habitación. Otro grito llegó a sus oídos cuando cruzaba el pasillo por lo que se apresuro, ni siquiera toco a la puerta, ya sabía que Camus estaba teniendo otra pesadilla.

Entro en la habitación donde Camus se revolvía inquieto, al parecer estaba atrapado entre el sueño y la vigila pues se había espantado al observar que alguien se acercaba a la cama. Tuvo que sujetarle de nuevo por las muñecas, para evitar que siguiera rodando, subió a la cama observándole y lo llamo en voz baja. Por un momento los ojos de Acuario parecieron reconocerle y dejo de retorcerse, se quedo sentado en la cama con la cabeza abajo intentando que eso y la oscuridad bastaran para que no vieran sus lagrimas.

Aiacos aflojo un poco el agarre de sus manos sobre las muñecas contrarias, podía escuchar claramente la respiración entrecortada del francés… — Estás a salvo, no te haré daño… — Acuario no respondió, sintió que se tensaba y que tiraba de sus brazos para liberarse pero no le soltó, sabía de sobra que recibiría un golpe o dos si se confiaba, volvió a murmurar un par de palabras con la intención de tranquilizarle pero fue peor.

El llanto se hizo más fuerte y las manos de Camus volvieron a luchar por liberarse, estaba mal acomodado así no pudo sostenerle más, sabía que venía un golpe así que aquello lo tomo por completo desprevenido. Camus había retrocedido hasta pegar la espalda a la pared, parecía estar intentando contener sus lagrimas mientras una de sus manos se sujetaba a la manga de Aiacos.

— Fue… fue solo una pesadilla. — Aiacos asintió y luego de notar que Camus no le observaba contestó. "Solo una pesadilla" … miró extrañado la mano que se sujetaba a su ropa. — Te desperté… —

El Espectro sonrió pensando que en realidad no dormía mucho desde que tenía compañía. — No estaba durmiendo… — Camus lo miró de reojo, tan solo sus ojos se movieron ligeramente, si notaba que le estaba sujetando estaba fingiendo no darse cuenta. — Tengo mucho trabajo… — Camus no hizo ningún gesto pero continuaba mirándole fijamente, sonrió observándole pensando que a pesar de las pesadillas Acuario parecía mucho mejor, sobre todo si contaba los primeros días de su llegada a Antenora.

— ¿Te han gustado los libros que te preste?… — Camus asintió con la cabeza y pareció relajarse un poco, el cambio de tema parecía haber ayudado a alejarse de las pesadillas, y todo lo demás. Sonrió y se sentó de forma que pudiera estar más cómodo en la cama, tuvo cuidado de no apartarse mucho de Camus, que seguía aferrado a su camisa. — Me alegra que te gustaran, es difícil escoger libros para alguien cuando no sabes nada de sus gustos… — Miró de reojo a Camus que seguía tieso en esa posición aunque no parecía nada cómoda.

— Si me dices que tipo de cosas te gusta leer podría buscarte alguna otra cosa en la biblioteca — Camus no contestó pero parecía más tranquilo, aunque con la habitación tan oscura era difícil saberlo con certeza. — También puedo cocinar otras cosas… he notado que no siempre te acabas todo.

— ¿Por qué estoy aquí? —

Aiacos se quedo un momento serio, pensando en que seguramente Camus no creería nada de lo que le dijera como respuesta. Sonrió y miró su mano libre. — tenía ganas de compañía. — Camus lo observo sin decir nada, el silencio se extendió tanto que fue Aiacos el primero en sentirse incomodo, se paso la mano libre por el cabello y suspiro antes de dejarse caer sobre la cama. — Aquí estás a salvo, Camus. —

De nuevo no hubo respuesta, tampoco esperaba que dijera nada así que cerró los ojos y se quedo quieto, no parecía que Camus le fuera a soltar, y aunque parecía estar más tranquilo dudaba mucho que pudieran pasar el resto de la noche conversando…

Ya casi se había quedado dormido cuando sintió que Camus finalmente se movía, sonrió pensando que tal vez debería tener cuidado de que no lo fuera a atacar de nuevo con las almohadas, esta vez podría intentar asfixiarle. Camus se acomodo a su lado y aunque dudo varias veces termino sujetando su brazo como podría haberlo hecho con una almohada. — … Siempre… que he tenido pesadillas has venido. —

Sonrió de lado, pensó que no lo recordaría nunca, con la fiebre, la debilidad con tantas pesadillas y su rato en la prisión lo más probable era que Camus no recordara nada sobre quién lo cuido. — … Me gustan los autores rusos… — no pensó que Camus de verdad fuera a romper su silencio, obviamente le preocupaba volver a dormir, asintió con la cabeza y comenzó a hablar sobre la literatura rusa, tenía un par de libros que le podía prestar.