Desordenando a Acuario por kailu

Aiacos le había entregado aquellas cartas, no había muchas y no eran muy largas, pero imagino que todos estaban teniendo los mismos problemas que él para escribir sus manos aun se estaban recuperando, y aunque ya podía cocinar cosas simples escribir le costaba un esfuerzo más grande.

Además estaba la clara desconfianza de sus compañeros hacia los espectros, sus mensajes eran claros, simples y llenos de amargura. Algunos mostraban un poco de agradecimiento o optimismo pero parecía más una manera de afrontar las dificultades que algo sincero.

"… No se que haría si no fuera porque Aldebarán esta a mi lado y al mismo tiempo tengo miedo de que nos aparten en cualquier momento… "

"Me siento como un prisionero y aveces como una mascota… "

"Estoy seguro de que este pervertido solamente esta cuidando mis heridas porque quiere hacerme unas nuevas."

"Pandora continua hablando de que mis heridas sanan pero no ha mencionado una sola palabra sobre lo que me pasará una vez que sané. "

"Esto es una burla… ¿Athena estará al tanto de nuestra situación?"

"No quiero pasar la eternidad aquí y descubrir que termine tomándole cariño a mi carcelero. "


Miró de nuevo los mensajes y finalmente los apartó… tenía que admitir que aveces le parecían bromas absurdas, ¿por qué le entregaban aquellas notas?, aveces eran solo un par de frases, otras veces hojas extensas como si alguien estuviera intentando desahogarse, en ocaciones ni siquiera venían firmadas y las primeras eran tan difíciles de leer como de identificar por la letra… Había escrito poco a sus amigos.  "Estoy bien" … "me recupero poco a poco…" nunca había comentado mucho así que tampoco esperaran que les abriera el corazón y les dijera en aquellas hojas que les extrañaba… probablemente habrían jurado que era una broma de los espectros y no el propio Camus quien escribía aquello.

Se recargo en el sofá y miró aquellas letras escritas con tanto esfuerzo y que decían tanto y tan poco a la vez… Sus compañeros estaban siendo curados tal como había asegurado Aiacos, pero al parecer ninguno estaba siendo tratado con tanta amabilidad…  Aiacos le permitía ir y venir por casi todo el lugar, lo dejaba leer, dormir y comer cuando lo deseara, no le molestaba y las bromas que le hacían no estaban cargadas de ironía o maldad.

Al contrario, el Espectro le cuidada personalmente, le trataba con una especie de ternura que le desconcertó desde el primer momento en que fue consiente de ello… Al lado de Aiacos no se sentía en peligro, ni inseguro, por el contrario, había acabado por creer las palabras que el juez le decía sin cuestionarse una sola vez su veracidad… "Estás a salvo" … era un ejemplo de esas frases que creía desde hace tiempo y cada que leía esas cartas notaba que probablemente era él único que se sentía a salvo…

Notaba en cambio que aunque algunos de sus compañeros estaban en cierta calma, nunca dejaban ver que pudieran tener una amistad con los sirvientes de Hades, y dudaba mucho que Dhoko o algún otro hubiera buscado a alguien que lo ayudara a sentirse seguro para dormir sin pesadillas…

Suspiro y escondió el rostro entre las almohadas, esperaba que todos estuvieran bien, y aunque sabía que Aiacos le permitiría verles si se lo pidiera; aunque pudiera pedir que aquellos más asustados vinieran aquí para protegerles…  

La verdad es que no quería que lo vieran junto a Aiacos.

Si los vieran juntos seguramente pensarían que le habían lavado el cerebro, que era nuevamente un traidor vendido por comodidad y un par de libros, tal vez pensarían que había renunciado por completo a Athena, a sus amigos y sus alumnos, podría ser que hicieran bromas sobre que era una mascota para Aiacos, un gato al que cuidaba o incluso que lo creyeran un amante.

Apretó los labios recordando los besos robados por el juez y las insinuaciones que le hacía ocasionalmente…  Si alguien más los viera… Si sus compañeros aparecieran, ¿podría ser que incluso le robaran la atención del Espectro? … No era el más atractivo y estaba muy lejos de ser el más simpático de todos, si alguien más estuviera presente… ¿De verdad Aiacos seguiría dandole un trato tan especial, tan distinto al que aparentemente recibían sus compañeros? …

Se puso de pie y se llevó las cartas a su habitación. Aiacos estaba tan dedicado a su trabajo que últimamente no comía ni descansaba… prepararía algo de comer y volvería a pedirle que le acompañara, tal vez a su modo el Espectro podría decirle algo más sobre sus compañeros.  Tal vez estaban mejor de lo que parecía solamente su estado de animo era tan oscuro como el templo en el que se encontraba.