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Desordenando a Acuario por kailu

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Después de la última discusión que había tenido con Milo las cosas se habían puesto más y más tensas, no solo entre ellos y el resto de sus compañeros, todo el Santuario parecía preocupado por el tema de los Espectros y la malas desiciones que se habían tomado en el pasado no ayudaban a nadie a encontrar un punto en el cual apoyar su fe y para encontrar algo de calma. La tormenta crecía alrededor de todos y era obvio que dé un momento a otro estallaría una nueva discusión en el Santuario.

Sospecho que algo iba mal cuando le anunciaron que el Santo Padre estaría presente en el entrenamiento, era como decirles que la hostilidad se sentía hasta el final de las 12 casas, su incomodidad creció cuando se encontró con Athena en la entrada de su templo. Bajo la cabeza y apoyo su rodilla izquierda en l piso, su rostro abajo mientras saludaba a la joven que era acompañada por su mayordomo y por Andromeda.

— Mi Señora… — Levanto un poco la vista y vio a la joven sonreír, esta le puso una mano en el hombro y lo animo a ponerse de pie, Saori desvió su mirada hacia los campos de entrenamientos y le preguntó si asistiría. — Con el Patriarca tomándose la molestia de asistir a uno de nuestros entrenamientos, sería una descortesía no participar. —

La joven sonrió y volvió a mirarle, por primera vez notó lo mucho que había crecido Saori Kido, su mirada se fue hacia Andromeda y descubrió que él también estaba demasiado cambiado… ¿Hace cuanto tiempo que no les veía? … sentía como si hubiera perdido algunos días de su vida, pero supuso que todo se debía a que Saori prefería vivir en su mansión. — … Camus, podríamos hablar sinceramente… ¿Cómo amigos? —

La pregunta le extraño pero no dudo en asentir con la cabeza — Nada me honraría más que él ser considerado un amigo vuestro. — Saori sonrió y miró a Andromeda, el chico sonrió y se alejo un poco de ellos para dejarles hablar en privado, Saori miró hacia abajo recorriendo con la mirada los doce templos.

— Dime Camus… Si te pidiera que olvidaras tu amistad con el Espectro… ¿Podrías hacerlo? —La contemplo un momento en silencio y la observo intentando descifrar el rostro de la joven, a diferencia del suyo, muchas emociones podían leerse en ese rostro y esos ojos.

— Sinceramente, no lo sé. — la miró esperando encontrar decepción en el modo en que le veía — Pero si Athena me pidiera que me alejara de él, obedecería… —

— Por que sabes que es inevitable el volver a verle. —

La tranquilidad con la que Saori dijo aquellas palabras le desconcertó, incluso le parecía que la joven estaba divertida de cierto modo. — La muerte es inevitable… — La joven asintió con la cabeza — eventualmente moriré y seré juzgado por él o por otro de los jueces. — Camus tomo aire y lo soltó pesadamente. — Mi señora, si desea saber si le soy fiel, lo soy. Pero cuando se trata del Espectro, de Aiacos, me temo que no puedo dejar de verle como un amigo, para ser franco con usted ni siquiera se muy bien cómo es que termine por sentirme de este modo. —

Saori asintió con la cabeza — ¿No crees que todo sería más fácil si volviera a ser solamente tu enemigo? —

… Cerró los ojos un momento y trato de imaginar la posibilidad de volver al inicio. — … Sí, sería más fácil, pero supongo que también sería más triste de ese modo. —

Atena sonrió con sus palabras y asintió con la cabeza mientras veía el Santuario. — Cierto, la verdad Camus es que no creo que Aiacos se merezca eso. — Observo la sonrisa de la joven sin entender nuevamente de que hablaba — deberías ir al entrenamiento Camus, nosotros te alcanzaremos más tarde. —

Asintió con la cabeza, se despidió de ella y de Andromeda antes de comenzar su descenso, la conversación con la joven continuó dándole vueltas en la cabeza, tanto que había olvidado por completo el que le esperaba un día difícil.

— Al fin llegas… — El tono de voz de Milo lo trajo de nuevo a sus problemas actuales — Parece que se te olvido que el Gran Patriarca iba a estar presente hoy, o tal vez no te importo — Ignoró las palabras de Escorpio y dedico un saludo a tanto a Shion como al Gran Maestro, Aioros estaba presente así que también le saludo con la cabeza y recibió una sonrisa a cambio.

— Milo, deberías calmarte un poco. — Shaka había intervenido, Acuario había detenido sus pasos junto a él y junto a Aries… El Escorpión apretó los dientes y los puños, que la locura de Camus hubiera llegado tan lejos se debía a que esos dos seguían apoyando las tonta idea de que entre Camus y Aiacos pudiera haber algo.

— Y tú lo que deberías hacer, Shaka es callarte y abrir los ojos de una vez — los presentes intercambiaron miradas, era obvio que Milo estaba a punto de estallar y tendría suerte si Shaka no le quitaba todos los sentidos ahí mismo. — ¿Qué no te das cuenta de que con tú actitud solamente has estado alentando a Camus a seguir con esta estupidez? …— Mu estuvo apunto de protestar pero Milo alzó una mano, señalándole con la aguja escarlata — Y tú Mu… otro necio jugando a cambiar correspondencia con Minos como si fueran un par de niñas escribiéndose cartas para intercambiar chismes. ¡¿Qué no se dan cuenta de que Camus ha olvidado cada viaje al Inframundo?! ¡¿Qué diablos creen que le estén haciendo allá ese grupo de enfermos mentales que se aseguran de borrar su memoria cada que vuelve al Santuario?! —

El silencio hubiera sido total de no ser por la voz de Camus preguntando que pasaba, miraba a sus compañeros, a sus amigos, nadie fue capaz de decirle de que hablaba Milo, tan solo Mu se había acercado a tomarle el hombro y pedirle que se calmara… — Ahí lo tienes Camus, esos son tus amigos que te han estado ocultando la verdad… Has ido al Inframundo al encuentro de ese maldito más de una vez, desde que él vino al Santuario han pasado ya varios años… y tú sigues creyendo que el viaje se ha pospuesto cuando en realidad has ido ya más de seis veces… —

Camus miró alrededor, nadie decía nada algunos apartaron la mirada, pero nadie negó lo que decía Milo, y porque habrían de hacerlo, todos sabían que Escorpio hablaba con la verdad, y que tal vez la única manera de que Camus dejara de insistir con aquel viaje era revelarle aquello… Miró a Shaka y a Mu, por lo menos ellos no parecían creer la teoría de Milo sobre el Espectro aprovechándose de él y borrando su memoria, se preguntó si sabrían algo más, y se dio cuenta de que no creía ni media palabra de esa teoría, si bien podía entender que el Espectro le resultara tan familiar, que le diera la sensación de haber vivido momentos similares, no podía recordar una sola vez en que se sintiera incomodo junto a Aiacos.

— Aiacos ha jugado contigo, te ha mentido y engañado, sabrán los Dioses que más te hicieron, o que más nos hicieron a todos nosotros mientras estuvimos ahí prisioneros, pero al parecer te volviste su juguete favorito, eres él único por el que siguen viniendo. —

Notas finales:

lol


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