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Desordenando a Acuario por kailu

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Notas del capitulo:

:3  Parte de lo que se menciona acá, no sucedió en este fic, sino en otro que hice y publique también aquí mismo. 

"La Biblioteca" forma parte de este mundillo de "Desordenando a Acuario" por eso lo retomé acá como anecdota de ellos juntos. 

Luego de que el guardián de Acuario aceptara recuperar sus recuerdos había sufrido un ataque de pánico frente a todos, Milo se había acercado a amenazar al Espectro advirtiéndole que si algo malo le sucedía a Camus iba a dejarle encadenado en el área de entrenamiento a ver como se secaba con el sol.

Minos no se tomo la molestia en contestar ninguna pregunta o amenaza, dedico una mirada de despedida a Athena, Shion y Aioros, momentos después desapareció. Mu le pidió al Escorpión que se callará de una vez, y con ayuda de Hyoga puso a Camus de pie.  — Será mejor que me transporte hasta a Acuario — Hyoga asintió y se apartó. Mu desapareció llevando a Camus con él.

Los días pasaron dejando que los Santos de Athena intentaran asimilar todo lo que habían oído en una tarde, algunos intentaron hablar de nuevo con Shion o con Aioros sobre el tema, pero principalmente se habían sumido en sus actividades con un silencio casi incomodo, contemplaban de nuevo sus nuevas vidas con otros ojos, entendían que habían sido favorecidos con un milagro que nada tenía que ver con su valor o con su Diosa. No era Athena quien les había salvado, no habían obtenido ningún favor de los Dioses, y habían continuado con sus vidas del mismo modo.

Pero lo que para ellos fueron días, se estaba convirtiendo rápidamente en semanas para Acuario. Desde que Camus lo llevara a su templo había sido la ultima vez que le vieran, tan solo Hyoga sabía realmente como se encontraba su maestro e insistía en que parecía estar bien, solo usaba el tiempo para pensar o leer… Solo con estas palabras era difícil saber realmente como se encontraba el francés, sobre todo porque cada que alguien pasaba por el onceavo templo tenía que pasar usando su cosmos para protegerse del frío, Camus nunca respondió ninguna llamada, ni contesto a los saludos que le mandaban con su discípulo, y si bien todos esperaban que Acuario estuviera molesto con ellos por haber actuado a sus espaldas, no esperaron que se negara a bajar cuando Minos apareció para entregar otro libro en nombre de Aiacos.

Camus había recibido aquel libro de manos de Hyoga, esta era la primera vez que su curiosidad no fue más fuerte que él, dejo el libro y la carta en su habitación y siguió paseando por los pasillos del templo, muchos de los recuerdos que tenía antes comenzaban a mezclarse con aquellos que Minos había liberado, por primera vez entendía las miradas raras y los murmullos de otros.  Entendía el cambio de actitud de Mu y Shaka cada que mencionaba su viaje pospuesto…

Necesitaba tiempo para reordenar lo que sentía por sus compañeros y por los espectros, sobre todo por Aiacos. Por lo que tenía entendido ahora eran tres los que recordaban la estancia en el inframundo, Shion, Aioros y el mismo… Sonrió pensando en que la razón por la que Aioros hablaba tan poco era que nadie podía creer que sus heridas habían sido atendidas por el enemigo.

Suspiro pesadamente y recargo la espalda en una de las columnas se deslizo por ella y se sentó en el piso, el desorden de ideas y sentimientos que tenía que acomodar solo podía compararse con el día que Aiacos había reorganizado toda la biblioteca sin decirle. Nuevamente, Aiacos había hecho un desorden de todo provocándole más de un dolor de cabeza.

Su cabeza daba vueltas de una a otra cosa pero de cierto modo ese recuerdo de Aiacos lo atraía, sonrió recordando la absurda recompensa que había tenido que pagar a Aiacos por ayudarle a poner todo como debía estar.
or: recita en francés el poema  "Cuarto poema secreto a Madelaine" – Guillaume Apollinaire (1880 -1918)


"Mi boca tendrá ardores de averno,
mi boca será para ti un infierno de dulzura,
los ángeles de mi boca reinarán en tu corazón,
mi boca será crucificada
y tu boca será el madero horizontal de la cruz,
pero qué boca será el madero vertical de esta cruz.

Oh, boca vertical de mi amor,
los soldados de mi boca tomarán al asalto tus entrañas,
los sacerdotes de mi boca incensarán tu belleza en su templo,
tu cuerpo se agitará como una región durante un terremoto,
tus ojos entonces se cargarán
de todo el amor que se ha reunido
en las miradas de toda la humanidad desde que existe.

Amor mío
mi boca será un ejército contra ti,
un ejército lleno de desatinos,
que cambia lo mismo que un mago
sabe cambiar sus metamorfosis,
pues mi boca se dirige también a tu oído
y ante todo mi boca te dirá amor,
desde lejos te lo murmura
y mil jerarquías angélicas
que te preparan una paradisíaca dulzura en él se agitan,
y mi boca es también la Orden que te convierte en mi esclava,
y me da tu boca Madeleine,
tu boca que beso Madeleine".


Camus sonreía recitando en voz baja aquel poema en Francés, tal como Aiacos le había pedido en aquella ocasión que leyera, apoyó su rostro sobre la palma de su mano, con el codo apoyado en su rodilla y repaso un par de palabras de aquel poema que había terminado aprendiendo de memoria. Sonrió pensando que a Aiacos le gustaba demasiado oírle hablar en francés, no solo le pedía que leyera, había veces que parecía querer fastidiarle hasta conseguir que dijera alguna palabra o una frase en su idioma natal.

Sus recuerdos fueron de uno en uno desfilando ante él, mostrándole todas las veces que había hablado en francés para el Espectro hasta detenerse en aquel momento que le daban ganas de volver a olvidar, se sintió morir de nuevo pero esta vez de vergüenza, estaba seguro de que en su rostro debía notarse el color rojo y daba gracias a encontrarse solo en esos momentos, aunque: no era suficiente, de pronto tuvo la necesidad de desaparecer y su cosmos se elevo para ayudarle con el ardor que sentía en el rostro y manos.  

"Una parte de mi quiere quedarse, y no solo por tu biblioteca que aun no me dejas recorrer… quiero asegurarme de que descansas, que comes bien, quiero seguir viéndote en tu ropa de juez y pensar que te hace ver más apuesto…  quiero despertar en medio de la noche y ver que no te has apartado de mi lado."  


Muerto.  ¡Por Dios, que solamente muerto podría haberle dicho algo como eso al Espectro! … De la vergüenza paso a la negación: Era imposible que le hubiera dicho algo como aquello a Aiacos, tal vez Minos se estaba burlando de él modificando sus recuerdos, seguramente había agregado aquello para molestarle, para burlarse de él. En todos sus recuerdos hablaba en Frances con Aiacos, perfectamente consiente de que él otro le entendía, tan solo ese recuerdo era distinto, seguramente Minos no sabía otro modo de molestarle…

— Ca- Camus… ¿Estás bien? — Alguien toco su hombro y se giró para encontrarse con la mirada preocupada de Mu, junto a él se encontraban Hyoga y Shaka. Los observo un momento sin contestar — … desde hace un rato pareces algo alterado… ¿Esta todo bien? — Asintió levemente con la cabeza y apartó la mirada un momento, esperando poder ocultar el bochorno que sentía. Mu y Shaka se sentaron junto a él, les observo un momento y luego sonrió divertido… Mu y Shaka llevaban ropa tan gruesa que parecía que habían salido de Grecia rumbo al polo norte.

—Iré a preparar algo de té — Shaka asintió con la cabeza y el menor se apartó para darles algo de privacidad.

— Cuando desataste esta tormenta de la nada me preocupe bastante pero parece que estás lo suficientemente bien para reírte de nosotros. — Mu se froto las manos a pesar de los guantes de lana que llevaba. — Todos estamos preocupados por ti desde que Minos te devolvió los recuerdos. —

Shaka asintió con la cabeza — No tienes ni idea de lo difícil que ha sido mantener a Milo alejado de tu templo, al final hasta el Patriarca le convirtió en guarda espaldas de Saori, y esta se marcho de inmediato para alejarle de ti. —

Mu rió con ello y Camus sonrió a sus compañeros, aun no hacia completamente las paces con la idea de que le hubieran mentido pero tenía más claro la incomodidad y la preocupación que había ocasionado a los otros, realmente habían esperado que todo quedara olvidado o que Aiacos impidiera que continuaran borrando sus recuerdos. Parpadeo un momento intentando apartar aquello de su mente, no creía que Aiacos estuviera de acuerdo con borrarle sus recuerdos, después de todo aquello le entorpecía sus intenciones de conquistarle.

— ¿Aiacos te ha dado una mala noticia? — Alzó la vista de nuevo y observo el rostro preocupado de Mu, Shaka se mantenía en silencio probablemente esperando el momento oportuno de decir alguna historia llena de sabiduría budista.

— Aun no leo la carta. — Ambos caballeros parecían sorprendidos, Shaka fue el primero en preguntar a que se debía… — … justo ahora tengo demasiadas cosas en la cabeza. — Shaka asintió y dio las gracias a Hyoga que había llevado algo de té y lo había guardado en termos para evitar que se enfriaran.  Mu se abrazó a su termo aparentemente sin ganas de beber.  El cisne miró a su maestro indeciso ante la idea de irse o quedarse con ellos.

Camus sonrió y le hizo un gesto para que se sentara a su lado, Hyoga se acomodo con ellos. — ¿Qué es lo que recuerdas? — Camus miró a Shaka e  intento mantener su mente alejada del poema. — ¿De verdad recuerdas la prisión? —  había preocupación en el tono de voz de Virgo y la mirada que le dirigieron todos le dejo claro que era lo que más temían, probablemente pensaron que se volvería loco con aquellos recuerdos.

Negó con la cabeza — No — estaba a punto de negar cualquier recuerdo pero en realidad había algo… — No la prisión en si, pero recuerdo el momento en que salí de ahí… — Hubiera preferido que Shaka no hubiera tocado el tema, no era el poema pero recordaba a Aiacos tomándole en brazos y llevándole a un lugar seguro, la voz del Espectro intentando calmarle, prometiendo que todo acabaría pronto…


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