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Desordenando a Acuario por kailu

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Notas del capitulo:

 

Feliz año, saludos. 


Los entrenamientos y la vida misma del Santuario habían vuelto a su acostumbrada tranquilidad; los días se habían seguido uno tras otro sin mayores inconvenientes, y aunque nadie lo admitía estaba claro que había cierto sentimiento de monotonía en las vidas de los servidores de Athena: tal vez el juez había estado en lo cierto al acusarlos de no saber como vivir.

El único que parecía enfrentarse a aquel sentimiento de ausencia con actitud positiva era sin lugar a dudas el gallardo rubio de labios venenosos: Milo, pues  Afrodita de Piscis hablaba con cierta dulzura a pesar de sus palabras cargadas siempre de verdades desnudas.

— ¿No les parece mucho mejor este ambiente libre de Espectros? ¿No es simplemente maravilloso estar libre de esa alimaña? — Escorpio sonrió aunque sus compañeros no parecían compartir su dicha — Sobre todo para ti, Camus… Recuperar tu privacidad debe parecerte toda una bendición. —

Las miradas de soldados y aprendices se centraron en Acuario, quien no respondió una sola palabra. No le gustaba dejarse arrastrar por los discursos de Milo; además sabía que a Escorpio solo le interesaba una opinión: La suya.

— Finalmente podremos olvidarnos de esta mancha en nuestro libro y seguir fieles a nuestro deber. —

Afrodita de Piscis sonrió y colocó una mano en el hombro del griego — Sería más fácil olvidar al Espectro si dejaras de nombrarle, amigo. —  Las sonrisas cómplices afloraron en más de un rostro y pronto el caballero de Escorpio era víctima de sus compañeros.

— Es sospechoso… — murmuró DM desde su lugar junto a Aioria — que nunca te atrevas a llamarlo por su nombre — su sonrisa se amplio y alzó un par de veces las cejas al tiempo que Leo, Libra y algunos aprendices nada prudentes comenzaban a gritar a coro algunos gritaban:  ¡Aiacos! y otros: Uyyy.

La furia de Milo cubrió su rostro y sus compañeros se sumaron al espectáculo; la risa de Piscis acompaño a las palabras:  “Vamos, Milo… pareciera que te has enamorado. “ más risas se extendieron hasta el momento en que el Gran Patriarca hizo notar su presencia y Los Santos de Athena tuvieron que saludarle de forma tan respetuosa que Escorpio pudo finalmente descansar de las bromas y agradecer al cielo que algo más ocupaba la atención de sus compañeros.

—  Me complace verles tan de buen humor, caballeros. Hace tiempo que parecían algo desanimados. — Algunas sonrisas aparecieron en los rostros de los presentes, Milo se limitó a mantenerse en esa pose militar que se debía ante el Santo Padre.  — Se que para ustedes ha sido complicado el tener que compartir su tiempo con alguien a quien ven como un enemigo. También se que en la guerra; en nuestras vidas como servidores de Athena, no siempre ha sido claro el camino que debemos tomar: Muchos nos hemos perdido en nuestros propios miedos; en nuestros egos; nuestros errores y aciertos… Pudieron haberse sentido traicionados en el pasado, o juzgados en el presente.

Pero todos hemos vuelto al mismo punto. Nuestros pasos nos traen aquí… — Los presentes aguardaban en silencio, parecía que el cansancio se había esfumado bajo el ardiente sol del medio día — Creo que esa es la razón por la que Athena permitió a Garuda vivir aquí: Su vida, sus vidas suman tanto como la de un Dios menor y sin embargo sigue siendo mortal… Tengan ustedes también la libertad de ser humanos y ser algo más: sean felices. —

El silencio volvió a extenderse y en aquel silencio algunos de ellos recordaron la parábola del hijo pródigo; aquel que volvía a casa luego de derrochar la fortuna de su padre, y por un momento pensaron en que era Aiacos quien había vuelto a su antiguo hogar en Grecia; luego, poco a poco se dieron cuenta de que en realidad el Santo Padre les estaba dando la bienvenida a casa, y sonrieron a aquellas palabras que acogieron con gratitud.

— Patriarca, significa… ¿Qué hemos aprobado esta prueba impuesta por Athena?—

Escorpio, siempre Escorpio el primero en romper el silencio, el Santo Padre asintió con la cabeza aunque no compartía del todo la visión de Milo. — Athena esta satisfecha, no sólo eso, está tan conforme con los resultados que desea continuar manteniendo amistad con aquellos a los que alguna vez llamamos “enemigos”. —

La expresión de sorpresa se repetía en casi todos los rostros; tan solo Acuario permanecía inmutable. — Athena, desea agradecerte especialmente a ti, Camus. Gracias a tu prudencia y hospitalidad, esto es posible y próximamente tendremos de nuevo un invitado.— El Patriarca se retiró dejando a los presentes en un estado de gratitud, confusión, dudas y ansiedad que sin duda les había roto la rutina.

— Bien hecho, Camus — Soltó el Escorpión, pero su reproché pasó desapercibido entre las sonrisas de los presentes:  Los días venideros parecían más interesantes gracias a Camus y su biblioteca.

— ¡Parece que tu amado volverá! — Gritó DM a Milo antes de que se alejara del coliseo, e ignorando por completo el efecto que provocaron aquellas palabras en el Guardián de Acuario.

Notas finales:

>_> malvada compu cambia palabras. 


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