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STRANGE DOGS. por LaGataenelTejado

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Notas del capitulo:

Me da tanta pena ver que quedan tan pocos capítulos :( y yo que pensaba que cuando comencé a escribir esta historia tendria como máximo 15 capítulos :P

 

 

CAPÍTULO 50. CUESTA ABAJO Y SIN FRENOS.


 


Lawliet embistió una vez más, echando la cabeza hacia atrás debido al placer. Apretó las uñas en torno al vientre de Light y sonrió lascivamente al ver como el castaño tenia que apoyar con fuerza las palmas de las manos en aquella cristalera del ático. 


Habían estado días sin verse debido a la visita de Soichiro, que se había vuelto a Italia tras una fuerte discusión con su hijo debido a la relación que mantenía con el moreno. Lawliet estaba orgulloso de su novio, le había plantado cara a su padre y casi lo había hecho entrar en razón. 


-Ahhh...y...¿Y que más le dijiste?. - agarró el trasero bien formado del castaño, apretándolo con las manos y relamiéndose el labio. Las vistas hacia la ciudad de Nueva York eran impresionantes desde aquella posición. 


Light apretó los dientes, dejando salir un fuerte gemido que resonó en todo el dormitorio. En sus fantasías, era el moreno quien siempre había estado a su merced contra aquel cristal, pero tenia que admitir que ser follado por Lawliet le gustaba demasiado. Mas de lo que jamás había pensado. 


-Que...que si quería...ahhh...que alguien se encargase de los hoteles...ahhh...joder... - tembló de arriba a abajo, sintiendo como llegaba al orgasmo manchando parte del cristal. 


Su novio rió de forma traviesa, lamiendo su piel y penetrándolo con fuerza unos minutos hasta terminar corriéndose en su interior, respirando alterado y abrazándolo como podía desde aquella posición. Le acarició la espalda, saliendo despacio de su cuerpo y sentándose en la cama, buscando con la mirada su cajetilla de cigarros. Light se echó el cabello hacia atrás, caminando hacia el baño directamente para asearse antes de regresar a su lado. Cuando lo hizo, el moreno se había dejado caer en las sábanas, mirando el techo mientras le daba largas caladas al cigarrillo. 


-Le dije que si quería a alguien de la familia ocupándose de los hoteles ya sabia lo que tocaba. Soy su hijo, y soy bastante bueno con el chantaje emocional. - se tumbó a su lado, bostezando un poco. 


-No se si tener miedo por eso o sentirme excitado. - se echó a reír, ladeando el rostro para mirar como aún se mantenía el rubor del orgasmo en aquellas mejillas tan bonitas. 


-Elle, ¿Por que no te vienes a vivir conmigo?. - de nuevo aquella pregunta. 


Near se había ido a Irlanda y Beyond ya estaba casi listo para marcharse junto a él. Matt y Mello habían encontrado un piso al que se mudarían en breve, por lo que Light no entendía por que su novio no quería hacer lo mismo. 


-Ya te lo he dicho, es demasiado pronto. - se masajeó el puente de la nariz, cansado por aquella conversación. 


-¿Es por el ático? Podemos buscar otro sitio. - le acarició el cabello, sabiendo perfectamente como hacerlo para conseguir que el moreno se relajase. 


-No, no es por eso. - claro que no lo era, Lawliet tenia pánico a convivir con Light. Tenia miedo de no poder afrontar las discusiones y que las cosas cambiasen demasiado entre ellos. No era lo mismo verle unas veces por semana y follar, a tener que convivir las 24 horas del día. 


-Está bien. - algo enfadado, se puso boca abajo, metiendo los brazos flexionados bajo la almohada y mirando a Lawliet desde su posición. 


-Oye, deja de enfadarte por esto, ¿Quieres?. Es incómodo pensar en mudarme aquí y tener que soportar las visitas sorpresa de tus padres. No me hace gracia, Light. - se terminó el cigarro, dejando la colilla en el cenicero que el castaño le había puesto en la mesita. 


Light tiró de su brazo, obligándolo a que se tumbase a su lado para rodearle la espalda. 


-Eres un cabezota. Te he dicho que podemos buscar otro sitio. 


-Que no. 


-Pues bueno. - ahora si, lo soltó para acomodarse y cerrar los ojos, dando por finalizada de nuevo aquella discusión que últimamente se hacia bastante repetitiva. 


 


--o0o-- 


 


Matt salió con Mello de la agencia inmobiliaria, agarrados de la mano y dándose besos traviesos cuando se detenían en la acera. 


-Pues listo, ya hemos firmado. - el pelirrojo flipaba un poco, aún no se creía que dentro de una semana estuviese viviendo junto a Mello a solas como una pareja formal. 


-Si, además admiten tener perros así que... no habrá problema contigo. - Mello se echó a reír, esquivando el golpecito que su pelirrojo le había querido dar en el brazo. 


Caminaron hacia el apartamento en el que aún vivían, aunque Matt se detuvo a mitad de camino, tirando de su brazo hasta conseguir que Mello le mirase algo confuso. 


-¿Que ocurre?. 


-Cásate conmigo. 


-¿Qué? - le miró con la boca un poco entre abierta, tragando saliva. Su corazón brincó enfurecido y las piernas se le pusieron como si fuesen de gelatina. - Matty... ¿Que dices?... 


Matt le miró detenidamente y se acercó a él, agarrándole del rostro para juntar ambas frentes. 


-Se...se que soy un desastre, un malhablado y a veces hago bromas absurdas que no suele pillar nadie. - rieron un poco ante eso, acariciándose las manos. - Pero si de algo estoy seguro es que te quiero. Te quiero Mello, siempre te he querido. 


-Matt... - le dio un beso suave, evitando echarse a llorar por aquello. 


Mello también amaba al pelirrojo, mas que a nada en su vida. Matt había sido su salvador, la única persona que confió en que podía hacer algo útil consigo mismo y cambiar las cosas. Lo había querido pese a los malos ratos que sabia que le había hecho pasar, las veces que se largaba sin decirle nada o el daño que le había producido con alguna de sus locuras. Él siempre había estado ahí. 


-Se que es una declaración de mierda, que estamos en mitad de la calle... - frunció el ceño, dándose cuenta de lo poco romántico que había sido. Pero la petición le había salido del alma, porque realmente no lo había planeado, deseaba pasar el resto de su vida con el rubio. - Y aún no me contestas. No se si debo preocuparme. 


Mello sonrió de medio lado, besando los labios de Matt con dulzura y enlazando sus brazos alrededor de aquel cuello que tanto le gustaba. 


-Idiota...claro que me casaré contigo. Me casaría contigo ahora mismo si me lo pidieses. 


Le hizo sonreír felizmente, abrazándolo a él y hundiendo el rostro en la curvatura de su cuello, oliendo el perfume del rubio. Ese que le resultaba tan especial, simplemente porque era suyo. 


-Entonces... ¿Estamos prometidos?. Te compraré un anillo, el mejor de la ciudad. 


-¿Uno con un diamante enorme? - le miró con la ceja arqueada, sonriéndole. 


-Eso es muy gay, pero si quieres... - riendo, le mordió el labio. 


-Era una broma chucho. Confío en tu criterio. - cerrando los ojos y soltando un suspiro placentero por los besos de Matt, tuvo que separarse de él, mirándolo traviesamente y caminando hasta el apartamento. 


En cuanto llegaron, agradecieron que Beyond estuviese encerrado en su dormitorio, escuchando música a un volumen bastante elevado. El moreno estaba eufórico porque en breve se iría a Irlanda junto a Near, por lo que pasaba un poco de quejarse si sus amigos tenían relaciones sexuales que le provocasen el dar golpes en la pared pidiendo un poco de silencio. 


Se engancharon casi como si fuesen lapas, Mello saltando sobre Matt y haciendo que el pelirrojo le cogiese fuertemente del culo, entrando directos en el dormitorio y tirándose sobre la cama. Se desnudaron muy rápidamente, sin dejar de besarse la piel y disfrutar de la humedad de ambas lenguas recorriéndose de forma experta, con toda la experiencia que habían adquirido desde que comenzaron a estar juntos. 


-Te quiero Matty. 


-Y yo a ti,rubio.- bajó con sus dientes y su lengua por aquel torso delgado que lo embriagaba de excitación, acariciándolo sin dejar de abarcar con los dedos ningún rincón de su piel. - Y yo a ti... 


No tardaron en estar enlazados uno sobre otro, con Matt estimulando ambos miembros excitados a la vez y ahogando los gemidos en la boca de su novio. Le gustaba tanto el sabor, que jamás se cansaba de aquello. 


-Matt, eres tan bueno con la lengua... - jadeó con gusto, relamiéndose los labios al sentir la boca del pelirrojo mordiendo su mentón. 


-¿Solo con la lengua?. - sonrieron, y Matt metió dos dedos en la boca del otro para que los humedeciese rápidamente. Con Mello perdía totalmente el control. 


Mello se removió gustosamente cuando su chico comenzó a estimularle con los dedos, introduciéndolos despacio dentro de él. Le sorprendía y amaba que con el tiempo que llevaban juntos, Matt siguiese tomándose unos minutos para prepararlo y evitar que pudiese sentir algún tipo de dolor. Abrió mas las piernas, agarrando a su pelirrojo por los costados y gimiendo en sus labios cuando sintió como entraba en él, despacio y certero, conociendo a la perfección como hacerle jadear. 


-Matt...se siente tan bien...maldito chucho endemoniado... 


Rieron entre besos, acoplándose al ritmo del otro en perfecta sincronía. Matt le agarró los muslos, arañando su piel y llegando hasta lo mas profundo del rubio, sabiendo a la perfección cuando golpeaba su próstata y aprovechando para darle mas placer aún. Se agarraron de las manos, volviéndose locos al comerse a besos, terminando por intercambiar posiciones en la cama. Matt agarró de la cintura a su rubio, moviéndolo sobre él con algo de mas fuerza y jadeando libremente, sin contenerse lo mas mínimo. ¿A quien le importaba? Estaba excitado y quería a Mello mas que a nada en el mundo. Eran libres y felices, se habían prometido y se irían a vivir juntos en breve. ¿Existía algo mejor que todo eso?. Matt tuvo claro que la felicidad, llevaba su nombre. 


 


--o0o-- 


 


Near estaba tan indignado que tenia ganas de golpear a alguien. Caminaba furioso por la universidad casi vacía debido a que era tarde y las clases habían terminado. Tal fue su sorpresa de ver como el cabrón de Stéfano le había puesto un insuficiente en el trimestre, que casi terminaba plantándose en el despacho del director de la universidad tal cual iba vestido, con ropa vieja y guantes blancos para proteger sus manos de las pinturas. Por desgracia, aquel hombre solo estaba por las mañanas. 


Se detuvo frente al despacho de su profesor, tomando aire y apretando los puños. ¿Insuficiente? Near no quería sonar orgulloso y ególatra, pero su trabajo era el mejor de la clase y todos lo sabían. Odió escuchar las risas de aquellos que habían abusado de él a golpes, echándole en cara que no era ni de lejos el mejor alumno de aquel curso. Mierda, estaba muy furioso. 


Entró sin pedir permiso, viendo como el italiano revisaba unos papeles sentado frente al escritorio. Elevó la vista y sonrió ladinamente, haciéndole un gesto con la mano. 


-¿Near? Pasa, no te quedes ahí. Cierra la puerta, por favor. 


El albino guardó silencio y obedeció, cerrando la puerta antes de acercarse al profesor. Odiaba enormemente como él hombre esperaba paciente y en silencio, regodeándose seguramente porque estaba seguro de que escucharía algún tipo de súplica por su parte. 


-¿Por que me ha suspendido?. 


-¿Y por qué no?. Soy tu profesor, y he considerado que te merecías un suspenso. No se puede ser el mejor en todo, muchacho. - se acomodó en la butaca, sonriéndole de forma un poco amenazadora. 


-Sabe que mi trabajo es el mejor de la clase. Pedí una segunda opinión a varios profesores y todos opinan que usted está equivocado. 


-Ssshh. - le mandó callar con la mano, haciendo que Near se enfadase aún mas por aquello. -No levantes la voz, Near. Te escucho perfectamente. 


-Escuche, se que me odia. Me odia por no querer hacerle una mamada o ponerle mi culo en bandeja. Pero soy uno de los mejores alumnos de esta universidad, y si usted no es capaz de asumir eso de una maldita vez lo mejor será que hable con el director universitario. Le demandaré por esto. - estaba temblando, por una parte debido a los nervios y por la furia que sentía. 


Se echó instintivamente hacia atrás cuando Stéfano se puso de pie, rápido como un gato hasta colocarse a su lado. Se miraron a los ojos y el italiano lo agarró con fuerza del cabello, poniendo su espalda contra el escritorio y colocándose entre sus piernas. Sus labios húmedos y furiosos chocaron contra los de Near, introduciendo a la fuerza su lengua lasciva dentro de su boca, haciéndolo jadear de incomodidad. Se revolvió, golpeando al hombre y sintiéndose un debilucho debido a que no había manera de quitárselo de encima. Intentó gritar pero el profesor le tapó la boca para impedirlo. 


-Te voy a follar. Te voy a follar aquí y ahora y me agradecerás tu futura carrera como artista. Porque recordarás con cariño el día en el que Stéfano te hizo famoso. 


-¡¡Está loco!! ¡¡Suélteme!! - le mordió la mano con fuerza, haciéndolo retroceder un poco, ocasión que Near aprovechó para escabullirse con tan mala suerte que el profesor fue mas rápido. 


Le cogió de nuevo del pelo pero esta vez con bastante fuerza, haciéndole daño en el vientre cuando lo puso bruscamente boca abajo sobre el escritorio, apoyando su rostro en la fría madera. 


-Deja de gritar, no hay nadie mas en esta planta del edificio. Soy el único que se queda hasta tarde por aquí. - le arrancó la camiseta, con una fuerza que hizo temblar al albino. Si era capaz de desnudarle así, ¿Con cuanta brutalidad abusaría de él?. 


Cerró los ojos al sentir el cálido aliento del mas alto en su nuca, lloriqueando vergonzosamente al mostrarse débil ante él. Hubo un momento en el que Stéfano soltó su agarre para desabrocharse el pantalón y Near aprovechó bien la ocasión. Agarró de la mesa una pluma afilada, una pulcramente colocada en su estuche aterciopelado y sin pensarlo se dio media vuelta, clavando con fuerza la pluma en el cuello del profesor. Stéfano gritó ahogadamente, llevándose las manos a la herida y caminando con dificultad hacia atrás. 


La sangre salia a borbotones, con la pluma aún bailando dentro de la carne. Su piel se puso tan pálida que Near tuvo un miedo horrible que se extendió por todo su cuerpo. Se quedó mirando en shock como su profesor caía al suelo, terminando de desangrarse casi por completo y muriendo tras unos minutos de agonizante dolor. Caminó rápidamente hacia un lado para evitar que la sangre empapase sus deportivas y por un momento agradeció al cielo el haberse dejado los guantes puestos. 


-Ha...ha sido un...accidente... - salió de allí lo mas deprisa que pudo, viendo como no había ni un alma en aquellos pasillos. - Un accidente...yo...no quería... - llorando, terminó por coger sus cosas y abandonar el edificio por la parte trasera, asegurándose de que no era visto por ninguna persona a esas horas. 


Se llevó las manos al rostro, ignorando las miradas extrañas que le dedicaba la gente debido a su camiseta rota y seguramente alguna mancha de sangre en el tejido. Caminó por las calles mas apartadas, tardando el doble de lo que solía tardar en llegar a su casa. Miró el reloj, aliviado porque su padre estuviese aun trabajando y con mucha prisa entró en casa, subiendo de par en par los escalones hasta su dormitorio. Cerró la puerta con el pestillo, mirando unos segundos el cerrojo. Temblando de pies a cabeza sacó su teléfono móvil de la mochila, telefoneando a la única persona que creía ciegamente en él. 


-¿Diga?. - la voz eufórica de Beyond a los pocos minutos, le hizo taparse la boca mientras lloraba. 


-Be...Beyond... 


-¡Near! ¿Que te pasa? - angustiado, Beyond detuvo la música, sentándose en la cama y pegándose el teléfono del todo al oído. - ¿Estás bien? Near, ¡Contéstame!. 


-Beyond...yo... 


-Near, por el amor de Dios. ¿Que te pasa?. 


-He matado a una persona, Beyond. 


El silencio fue inmediato.


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