Naruto se acercó a Sasuke, y le propició un golpe…
Naruto: Fui a buscarte más de una vez, debiste volver antes teme.
Sasuke: Estoy aquí Dobe, no hace falta que montes un escenita.
Naruto le hubiera golpeado otra vez, pero de alguna forma sentía como la voz de Sasuke y su corazón, estaban vacíos. Su meta siempre fue matar a Itachi, y ahora que había cumplido su cometido sentía que toda su vida dejó de tener algún sentido o alguna explicación de por qué él seguía viviendo. Si no fuera por su gran orgullo que se lo impedía, hubiera dejado que aquellos guardias lo mataran clavándole kunais o degollándolo, sin importarle lo más mínimo.
Naruto: ¿Qué harás a partir de ahora?.
Dijo el rubio con una firme voz.
Sasuke: Realmente no lo sé, supongo que esperar mi sentencia.
Naruto: Intentaré convencer a oba-chan para que no sea muy dura contigo.
Sasuke: Je, el pequeñajo me defiende ante la Hokage.
Naruto: “Si no lo hago yo ¿quién lo hará?”. Ah, tu casa fue destruida, así que tendrás que buscarte un lugar donde te puedas quedar.
Sasuke: Dobe, nadie me dejará alquilar una habitación, (suspiro) supuse que me tendría que quedar en tu apartamento.
Naruto: Esta bien.
Kiba: ¡Oye Naruto, y lo dices así como si nada!
Sai: Kiba tiene razón, sufriste mucho por este individuo.
Sasuke los miró con odio, de manera dura, atemorizándolos un poco.
Sasuke: Puedo hacer lo que quiera.
Sakura: No Sasuke, en eso estas equivocado, Naruto es importante para nosotros por eso lo protegemos.
Naruto: Basta Sakura, estoy bien con que se quede en mi departamento.
Sakura: ¡Pero Naruto!
Sasuke: Cállate, eres molesta.
Dijo con voz fría y dura, sin mostrar la más mínima gota de compasión.
Naruto: Sabes que no debes hablarle así a los demás.
Sasuke: Hmm.
Fueron al departamento de Naruto, éste le indicó a los ambus que no los siguieran, que el vigilaría por el momento a Sasuke. En el trayecto las calles estaban prácticamente vacías y sin ningún alma alrededor. La gente había sido advertida de que no salieran a la calle, y eran obedientes, ya que bastante era con esos días de guerra que tenían.
Sasuke: Oye Dobe, voy a tomar una ducha.
Naruto: Esta bien.
Sasuke entró al baño, al cerrar la puerta Naruto se dejó caer encima de la cama, dejándose llevar por sus pensamientos. Le alegraba sinceramente que Sasuke hubiese vuelto a Konoha por propia voluntad, pero el Sasuke que él conocía no estaba ahora mismo en la bañera, si no que se fue en los años que no estuvo a su lado. Su personalidad había cambiado, y era todavía mucho más áspera, fría, insensible, egocéntrica… pero aun así podía notar como Sasuke era algo más amable con él de lo que era con los demás, y eso le alegraba. Pues su vínculo no se había roto del todo.
El pelinegro después de lavarse en una banquetita, se metió en la bañera. Había dejado prácticamente todo atrás, mató a Orochimaru, su maestro, mató a Kabuto, que era algo así como un siervo y compañero, dejó atrás al equipo Taka, y mató al último con el que tenía algún lazo familiar y sanguíneo, a su hermano Itachi. Levantó sus manos por encima del agua, viéndolas sin nada, vacías, sin nada a lo que sostenerse. Odiaba pensar en ello, y salió de la bañera, secándose y poniéndose una camiseta y un pantalón suyos.
Al salir del baño pudo ver a Naruto tumbado en su cama, pensó que dormía, pero no era así, ya que al acercarse podía apreciar sus azules ojos mirando fijamente hacia un punto de la pared, aquel rubio no se había percatado de su presencia.
Sasuke: Dobe.
Dijo intentando llamar su atención, pero Naruto no se inmutaba, y su mirada seguía fija en la pared, dándole la espalda.
Naruto: Parece que por lo menos nos seguimos llamando igual, es lo único que parece no haber cambiado.
Sasuke se sentó en el suelo, apoyando su espalda en la cama.
Sasuke: Han sido tres años, en ese tiempo todo cambia.
Naruto repentinamente se dio la vuelta, sentándose.
Naruto: ¡Pero yo no quiero que las cosas cambien, me gustaban como eran antes!
Sasuke: Tienes que dejar de vivir en un mundo de fantasía Naruto, esto es la realidad, en el mundo también está el lado oscuro y frío.
El rubio miraba hacia abajo, apretando los puños.
Naruto: Lo sé, ¡créeme que lo sé! ¡Yo también viví en ese mundo donde todas las miradas a tu alrededor son de odio! ¡Pero si hay oscuridad siempre habrá luz!
Sasuke: Supongo que llevas razón. Pero no debe subírsete mucho a la cabeza.
Naruto: ¿he?
Sasuke: Hace un momento te creíste con mucho poder, y los ambus tuvieron que hacerte caso a la fuerza.
Naruto: ¿¡Qué dices Sasuke!? ¡Teme, eso es porque me han empezado a respetar!
Sasuke: Un usuratonkachi siempre será un usuratonkachi, sobretodo en tu caso.
Naruto: ¡No me llames así tebayo! ¡Además, quien fue a hablar, eres tú el señor egocéntrico y que se cree todo!
Sasuke: Je, pero yo tengo mis razones.
Naruto: ¡Lo ves! ¡Algún día conseguiré que te quites la máscara de don perfecto ante lo demás! ¡Ya lo veras!
Sasuke: Deberías hablar más bajo molestarás a los vecinos.
Naruto: Maldito teme, ¡No me ignores!
El rubio, enfadado ante las burlas e ignorancias del pelinegro, se acercó a él, y agachando un poco su cuerpo le dio un mordisco a su oreja. Sasuke se dio rápidamente la vuelta, tocando por instinto, con su mano, el lugar mordido.
Sasuke: ¿¡Te has vuelto loco Dobe!?
Naruto hizo pucheros mirando para otro lado.
Naruto: Te lo merecías.
Entre pequeñas riñas y peleas todo se sentía como si hubiera vuelto a la normalidad. Ninguno se percató de ello, tan solo, de repente, todo parecía fácil y fluido, como cuando eran niños.
Naruto: Teme, no jales tanto de la manta.
Sasuke: Es culpa tuya.
Naruto: ¿¡Qué quieres que haga, solo hay una cama!?
Sasuke: Acércate Naruto, es muy estrecha.
Naruto: Es vergonzoso.
Sasuke: (sonrisa burlona) ¿Qué quieres Naru-chan, un cuento para dormir?
Naruto: (¬///¬) Imbécil.
Sasuke: Anda duérmete ya.
Los dos estaban espalda con espalda, notando el cuerpo del otro, su calidez, su respiración, los latidos del corazón mientras la sangre recorría sus vivos cuerpos…
Como suele pasar, la posición en la que nos quedamos dormidos, y luego, a la mañana siguiente nos despertamos, suele variar en gran medida.
El sol salió, y sus rayos iluminaban el paisaje. El peli plata, a pesar de siempre sus innumerables escusas, estaba preocupado por Naruto. Aquel pequeño pasó de buscar desesperadamente a Sasuke, a que viviera con él, y eso de un día para otro.
Le costó mucho, pero ese día se levantó temprano, para echar un vistazo a ver si todo iba bien. Abrió la ventana, entrando por ella tranquilamente, al no notar ningún sonido en la estancia. Estando de pie en el suelo, sus ojos buscaron a los inquilinos de aquel departamento.
En uno de sus vistazos, se percató, que ambos estaban durmiendo en la cama, sabía que aquello sucedería, ya que el rubio solo tenía una cama, pero… lo que le sorprendió fue otra cosa.