Invierno, perfecta excusa para...
Sentí tu mirada cuando nos conocimos ¿Estaba equivocado?
Tu inocente y brillante sonrisa me volvió loco.
El día que me dejaste todos aquellos recuerdos color rosa
Que guardaba en mi corazón se volvieron color azul.
"Quiero buenas calificaciones, nada de distracciones, que sigas siendo uno de los mejores de tu curso"
Esas habían sido las palabras de su progenitora y las cuales Shintaro recordaba mientras caminaba rumbo a la que sería su primera clase, de su primer año y primer día en la reconocida escuela de Shutoku. Como si alguna vez algo en su monótona vida hubiera cambiado. Pero el destino es caprichoso.
-¡Siento llegar tarde!-el sonido de la puerta abriéndose resonó en aquel salón mientras todos los alumnos dirigían su vista a la persona que había llegado.
-Es el primer día y ya llega tarde-la profesora se ajustó sus lentes antes de dejarle pasar-Esperemos que esta sea la última vez. ¿Nos haría el favor de presentarse?-
A Midorima poco le importó si alguien llegó tarde, el seguía concentrado en sus estudios o trataba de hacerlo hasta que llego un punto en el que se sintió demasiado incomodo, levantando la vista para darse cuenta de que el chico que recién llego y estaba hablando no le quitaba la vista de encima, con una gran sonrisa que le pareció demasiado molesta.
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El joven de cabellos verdes caminaba con un balón de básquet en la mano, lo que sería su objeto de la suerte ese día.
-¡O-Oye cuidado!-se escuchó el grito de alguien que parecía advertirle algo pero... ¡Bam! el estrepitoso sonido de algo estrellándose contra un árbol fue lo que se escuchó-¿Oye estas bien?-
Midorima se levantó evadiendo la mano que le ofrecía su ayuda, mientras se sacudía los pantalones con el ceño fruncido
-Pudiste haber causado un accidente mayor-nanodayo-respondió dándole la mirada a un joven un tanto más bajo que él quien lo miraba con una sonrisa de disculpa-Sino hubiera esquivado tu golpe con... con-dirigió su vista al vehículo a un lado del árbol-con lo que sea que eso sea-completo su frase-esto no hubiera terminado tan bien-
-¡Oh! Ya dije que lo siento, hombre-volvió a hablar el chico de cabellos negros rascando su cuello y sonriéndole abiertamente-¡Mira! ¿Esto es tuyo?-dijo extendiéndole el balón que había quedado olvidado en el piso, mientras el peliverde lo tomaba sacudiéndole el polvo-¿Juegas básquet? ¿Entraras al equipo de basquetbol? ¡Yo también juego!-
-Ten más cuidado a la próxima-fue lo único que respondió Midorima mientras ajustaba sus lentes y proseguía con su camino.
-O-Oye-se apresuró a seguirle el chico-¿Cómo te llamas? ¿A qué aula te diriges? ¿No estabas tú en mi clase ayer?-
El de anteojos suspiro antes de responder-Mi nombre es Midorima Shintaro-contestó mientras seguía con su camino.
-Oh, mi nombre es Takao Kazunari-le respondió con una sonrisa-Es mi primer año aquí, ¿el tuyo también? y...-
-Podrías dejar de seguirme-nanodayo-pidió deteniéndose un poco cansado de la presencia del otro.
-Lo siento Shin-chan-dijo el otro deteniéndose también dándose cuenta de que habían llegado a su aula-Pero creo que compartiremos el curso-dijo sonriéndole más abiertamente.
-Espera. ¿Cómo me llamaste?-
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Los meses siguientes fueron demasiado diferentes para Shintaro, su vida tan igual a siempre dejo de serlo. Claro que aún mantenía sus calificaciones como debía y era uno de los mejores en su curso. Pero de allí en más todo era completamente diferente, ya no se quedaba solo a leer en casa sino que salía los fines de semana a pasar un buen día fuera de casa. No jugaba como si estuviera solo en los partidos de básquet, aprendió a relacionarse con más personas y a dejar aquellos solitarios y aburridos días en el olvido.
¿La razón de todo aquel cambio? Takao Kazunari.
-¡Shin-chan!-el efusivo muchacho de ojos plata le rodeo el cuello con las manos-¿Iremos hoy al karaoke?-preguntó mientras besaba la mejilla del de anteojos.
-Ya dije que no se me dan esas cosas-nanodayo-respondió suspirando-... Pero bien, iremos con la condición de que no me obligues a cantar-
-¡Eres el mejor novio del mundo, Shin-chan!-respondió alegre saltando y colgándosele como un koala. Porque si, Midorima Shintaro y Takao Kazunari eran novios, no hace mucho, hace apenas y un mes, pero lo eran.
-¡Hey! Ustedes idiotas-llamo uno de sus senpais-Dejen de estar de acaramelados y pónganse a entrenar-
-Ya, ya déjalos Miyaji-Kimura le dio un par de palmadas en la espalda-Pero háganlo antes de que llegue Otsubo y los obligué a hacerlo-
-Moo, pero que amargados-se quejó Takao bajándose de su novio mientras tomaba un balón para comenzar a entrenar.
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Ayer me odié a mí mismo por no olvidarte, a ti que me dejaste
Pero ahora me doy cuenta de que existo solo para ti.
-No todo dura en esta vida, ¿verdad Shin-chan?-había dicho Takao aquella vez mientras trataba de limpiar todas y cada una de las lágrimas que salían de sus ojos-Tu elegiste tus estudios antes que a mí, y créeme que no te estoy reprochando. Está bien si decides irte a estudiar a otro lugar para ser alguien bueno en la vida, pero esto simplemente duele-dijo riendo un poco entre el llanto.
-Kazunari...-la mano del peliverde acarició una de las mejillas del oji-plata-Yo lo siento mucho-nanodayo, pero esto es lo que quieren mis padres. Toda mi vida ellos solo se han dedicado a trabajar y pagar mis estudios, de alguna manera tengo que recompensarlos-terminó tratando de acercarse para besarlo, siendo esquivado por su novio-¿Qué pasa?-
-No quiero, no me beses porque siento que es un beso de despedida-le respondió-La próxima vez que nos veamos, ese día que me vuelvas a besar, será porque ya no vas a alejarte más de mí. Te amo mucho, Shin-chan-se abrazó un poco más a él.
Seis años han pasado desde la última vez que ambos se vieron y 9 desde que se conocieron. El peliverde baja de su auto ajustando su abrigo ya que hace bastante frío, el invierno esta en unos de sus puntos más helados. Se dirige a la puerta del copiloto y ayudar a la mujer a bajar, mientras esta abriga con cuidado al bebe en su brazos.
-Gracias, Shintaro-responde la chica sonriéndole y este le devuelve la sonrisa.
-Vamos adentro que hace frío-habla Midorima mientras los tres se dirigen adentro del hospital.
-No deberías trabajar por estas fechas-opina la mujer una vez adentro.
-No lo hago, es solo que mi padre me pidió este favor-responde-Oye, vas muy ligera-nanodayo-reprendió mientras se quitaba su chaqueta para dársela-No queremos que este bebe se quede sin su madre-dijo mientras acariciaba una de las mejillas del pequeño-Bien, iré a prepararme para la cirugía-dice mientras se encamina al lugar. Unos cuantos pasos más, bastan para que se tope con alguien, alguien a quien no esperaba encontrarse.
-Shin-chan-la voz que no ha cambiado casi nada y aquellos ojos que lo miran cristalinos lo dejan sin palabras-Hey-habla Takao a modo de saludo con la voz entrecortada.
-Hola Takao-responde Midorima aun procesando la idea de verlo de nuevo-¿Cómo has estado todo este tiempo?-pregunta mientras le sonríe-¿Por qué no me dijiste que habías estudiado enfermería?-
-Bien-responde un poco sarcástico el azabache-Y tú ¿por qué no me dijiste que habías formado una familia?-pregunta un poco dolido.
-¿De qué estás hablando?-pregunta confundido el más alto.
-Shin-chan, acabo de verte hace unos minutos. Me alegro mucho por ti-
-Pero oye...
-¿Ocurrió algo?-la voz de aquella mujer los interrumpió-Oh, él es el nuevo enfermero que contrato papá, ¿se conocían?-
-¿Papá?-
-Sí, nos conocíamos-responde un tanto serio Midorima viendo al confundido Takao-Izumi, él es mi novio, Takao Kazunari. Takao, ella es mi hermana menor, Midorima Izumi-
-¿T-Tu hermana?-pregunta más confundido y hasta cierto punto avergonzado, extendiéndole el mano-Mucho gusto, Izumi-chan-
-El gusto es mío-dice la chica inclinándose un poco ya que tiene a su bebé en brazos-Solo venía a decirte que mi esposo ya llegó por nosotros, dile a papá que iremos a visitarlos luego-hablo extendiéndole la chaqueta a su hermano-Un gusto Takao-kun, espero podamos sentarnos a platicar algún día-
Luego de aquella rápida cirugía en la que ambos participaron, ahora estaban cambiándose para retirarse a sus hogares. El silencio era un tanto incomodo, considerando que luego de la plática con la chica no habían vuelto a hablar de cosas personales.
-¡Diablos!-expreso Takao viendo que su abrigo aún estaba húmedo, por la tarde cuando su turno había comenzado lo había traído así porque pensaba que se secaría, pero no contó con que el día fuera a ponerse más frío si se podía.
-Toma-habla Midorima viendo a su amigo y ex-compañero de equipo, mientras le extiende su abrigo.
-Pero y...-
-Con la chaqueta me basta, deberías ser más precavido-
-Ah, gracias-
La noche está ya muy avanzada, uno cuantos minutos más y será un nuevo día. Cuando Midorima y Takao están a punto de salir se dan cuenta de que las calles están cubiertas por una fina capa blanca de nieve y esta parece no dejar de caer.
-¿Cómo regresaras a tu casa?-pregunta el oji-verde viendo a su acompañante.
-Pues... pensaba tomar un bus a unas dos cuadras de aquí, este me lleva a la estación del metro y este me deja a una cuadra de mi casa-
-¿Estás hablando enserio-nanodayo?-pregunta un poco exaltado el peliverde-No hay casi nadie caminando en las calles a estas horas y quien lo haga debe ser un completo demente-dijo exaltándose un poco-Te llevaré a tu casa-
-Shin-chan no es nece...-
-Dije que lo haré y fin del asunto-
Ambos se encaminan rumbo al auto del más alto, quien le abre la puerta a Takao para que entre y luego él se dirige a la parte del piloto. El ambiente afuera es tan frío que en cuanto Midorima prende la calefacción, un sonido de alivio sale de Takao.
-¿Sigues viviendo donde mismo?-
Una risita sale de la boca del oji-plata-No Shin-chan, ahora vivo solo. Cuando uno crece tiene que aprender a valerse por sí mismo, incluso una persona como yo-dice divertido.
-Entonces dime dónde vives-
-Ah, bueno vivo en uno de los departamentos, enfrente del hotel "Ryugazaki"-responde Kazunari sintiéndose un poco más en confianza antes de preguntar-¿Tu hermana? ¿La que estaba estudiando fuera cuando salíamos?-
-Esa misma, ha crecido mucho-
-¿Así que soy tu novio?-pregunta tratando de molestar a su tsundere compañero.
-Bueno...-Shintaro tarda un poco en contestar-Prácticamente jamás terminamos, de hecho tú fuiste el que insistió en no hacerlo hasta que nos volviéramos a encontrar y ya veríamos-
-Jaja, eso ya lo sé Shin-chan-responde con la voz un tanto melancólica-Hace ya seis años-
-¿Por qué? Dime ¿quieres terminarlo?-pregunta el oji-verde apretando un poco el volante entre sus manos.
-Dímelo tú-
Nadie dice nada más en el camino, el silencio es tanto que incluso Midorima tiene que recurrir a prender la radio porque tanto silencio le incomoda. Es así hasta que Midorima aparca y Takao se da cuenta.
-Oye Shin-chan. Aquí no es donde yo vivo-dice un poco nervioso, mientras el otro parece ignorarlo y se dirige a abrirle la puerta. El viento helado causa escalofríos en el cuerpo del azabache-No es mi casa-
-Ya lo sé-nanodayo, es la mía-responde como si nada mientras le extiende la mano al otro-Vamos, o vas a congelarte aquí-
Takao toma su mano sin más opción y nervioso como la primera vez que conoció a los padres de Shintaro. Midorima no suelta la mano de Takao, no al menos hasta que llegan a la puerta de aquella grande casa y tiene que soltarlo para abrir la puerta.
-Wao, Shin-chan tu casa es muy boni...-sus palabras son calladas cuando Midorima se aventura a abrazarlo por la cintura y darle un beso, un largo y necesitado beso que el otro no tarda en corresponder, mientras se pone de puntitas para alcanzar a rodearle el cuello. El oxígeno se hace necesario y Midorima no tiene más opción que separarse de un sonrojado Takao, mientras reparte pequeños besitos por toda la cara.
-Hace frío afuera Takao, no puedes salir así. ¿Qué te parece si tratamos de mantenernos calientes?-pregunta el peliverde con esa voz que Takao está seguro solo le ha mostrado a él.
-Mn... Shin-chan-suspira el moreno cuando siente los labios de Midorima bajar a su cuello-Eso solo es una excusa para acostarte conmigo-dice divertido.
-Es una perfecta excusa, ¿no lo crees?-responde mientras lo toma de los muslos para levantarlo y Takao enreda instintivamente las piernas alrededor de su cintura.
Camina con el más bajo enredado a él mientras sube con cuidado las escaleras, mientras el otro ha comenzado a besar y mordisquear su cuello.
-E-Espera un poco-nanodayo, vamos a caernos-
Apresura el paso hasta llegar a la que es su habitación, a Takao no le da tiempo de ver un poco cuando Midorima ya lo tiene en la cama con el encima de su cuerpo.
-Shin-chan...-trata de hablar pero Midorima parece en otro mundo cuando se le acerca para reclamar sus labios-Mmm... ¡Mi-Midorima!-grita Takao volteando el rostro para que el otro no lo bese más.
-¿Qué sucede, Takao?-pregunta un poco molesto por ser interrumpido.
-No...-comienza a hablar tomando las mejillas de su Shin-chan entre sus manos-No lo hablamos. ¿Seguiremos con esto o vamos a terminarlo?-pregunta sin dirigirle la mirada.
-Takao-habla suspirando Midorima-Creía que esto lo explicaba-
-Pues no lo hace, quiero tus palabras-dice serio mirándolo a los ojos.
-Yo no quiero terminarlo-dice Midorima seguro-¿Tú quieres hacerlo?-
-P-Por supuesto que no, Shin-chan-dice colgándose de su cuello para llorar en este-Nunca quise terminarlo, p-pero tú te fuiste y...-
-Shh, ya paso-el de anteojos lo abraza por la cintura pegándolo a él-Ya no sucederá de nuevo-besa sus labios mientras limpia con una mano sus mejillas.
Poco a poco sienten que las prendas de ropa son estorbosas. Midorima ayuda a Takao a sacarse el abrigo, seguido de su suéter y luego su camisa, mientras Takao hace lo propio también.
-Shin-chan en realidad hace frío-se queja al sentirse vulnerable y ya que Midorima no encendió la calefacción cuando llegaron.
-El frío va a pasarse y será lo que menos sentirás-le responde el otro mientras lo recuesta de nuevo en la cama para degustar el sabor de la piel desnuda de Takao, bajando por su cuello, su pecho, para atender aquellos rosas pezones.
-Mm Shin-chan-suspira cerrando sus ojos y enredando sus piernas en las caderas ajenas.
-Está muy sensible Takao-le dice Midorima mordiendo uno de aquellos botones para bajar un poco más hasta llegar a la bragueta de su pantalón aplastando su nariz contra aquel duro miembro sobre la ropa, haciendo así que Kazunari se estremeciera un poco. Baja la bregueta con sus dientes y luego desabrocha el botón para bajar y sacar por completo los pantalones de su compañero, haciendo lo mismo con la ropa interior.
-Esto no es justo-reclama mientras se levanta sobre sus hombros-Tienes que desvestirte tú también-
Con una risita y la vista clavada en el ojo de halcón, se levanta para despojarse de sus prendas también quedando por completo desnudo.
-Mis padres ya no están aquí, Takao. No tienes por qué callarte-habla el peliverde posicionándose entre las piernas de su amante colocando su miembro en la entrada.
-S-Shin-chan-dice el otro con el temor reflejado en su voz.
-Tendré cuidado-nanodayo-dice como si le hubiera leído lo que pensaba mientras comienza a introducirse en él.
Takao se aferra a Midorima cuando este empieza a moverse dentro de él, primero con lentitud y luego con fuerza, sus gemidos solo ponen más a tono la situación.
-Y ahora ¿qué se supone que haga?-preguntaba nervioso el de anteojos.
-S-Supongo que tienes que entrar en mí, digo... es lo que he escuchado-respondía un muy sonrojado Takao.
-B-Bien, aquí voy-lo sujetó de las piernas abriéndolas mas, tomando su miembro entre sus manos para posicionarlo en la estrecha entrada del menor y se introdujo, así sin más.
-¡Me duele!-gritó en cuanto lo sintió-Shin-chan esto duele-aferró con fuerza sus uñas a la espalda del otro lastimándolo mientras dejaba sus lágrimas escapar-N-No te muevas aun-pidió calmando poco a poco la respiración.
-Lo siento-nanodayo, no me moveré si eso es lo que quieres-dijo preocupado acariciando las mejillas de Takao quien mantenía fuertemente los ojos cerrados-Relájate-
-Y-Ya puedes moverte-concedió luego de unos minutos, por lo que el peliverde comenzó a moverse con delicadeza, embistiendo con cuidado y por Oha-asa que eso se sentía increíble pero no parecía serlo para el menor, no hasta que Takao comenzó llorar por un motivo distinto al anterior y además pidiéndole que se moviera justo en ese mismo sitio. Y todo fue mejor, se sentía mejor, el que ambos lo disfrutaran.
-S-Shin-chan, ah...-se aferró más a su espalda-Yo voy a... T-Te amo-
-Yo Takao yo...-
-V-Voy a correrme ya Shin-chan-avisa Takao sintiendo llegar el final-Te amo-
-Yo t-te amo también, mucho Kazunari-contesta embistiendo con más profundidad y rapidez hasta sentir como el ojo de halcón llega a su clímax, todos los músculos de Kazunari se contraen y entonces es inevitable que Midorima se corra también.
-Eso fue rápido-opina Takao paseando sus manos por la espalda del más alto mientras este da pequeños besitos sobre su cuello-Shin-chan estas aplastándome-se queja divertido.
-Lo siento-Midorima sale de él con cuidado y se coloca a su lado quedando boca arriba y Takao se acerca para recostarse sobre su pecho delineando con sus dedos el torso aun firme aunque menor ejercitado que cuando jugaban.
-¿Sabes que recordé mientras estábamos haciéndolo?-
El oji-verde frunce un poco el ceño-¿Estabas pensando en otra cosa?-
-Jaja, era sobre nosotros Shin-chan no seas celoso... Recordé cuando estuvimos juntos por primera vez-dice viendo la reacción del mayor, divertido cuando ve que un ligero sonrojo se posa sobre las mejillas de Shintaro-Esa vez dolió mucho y no podía levantarme por la mañana-
-Solo éramos unos jóvenes que no sabían nada-se excusa Midorima atrayendo a Takao hasta lograr que este se suba sobre el de frente, pasa su mano por detrás de su cabeza enredando sus dedos en las hebras negras para atraerlo y darle un beso-Pero ahora somos grande, recién volvimos y tienes mucho aguante ¿no es así?-dice bajando sus manos a las caderas del menor.
-Shin-chan-responde con un ligero sonrojo-Nadie creería que detrás de ese rostro serio y ese carácter tsundere, esta esté tu-dice rozándose contra él-Pero me gusta-
Luego de un par de veces más, ambos están recostados luego de haber tomado un muy relajante baño. Midorima tiene a Takao abrazado contra si con posesividad.
-Ya van casi 10 años desde que nos conocemos-rompe en silencio.
-10 años son muchos-responde Takao con el sueño casi cerrándole los ojos-No vas a volver a dejarme ¿verdad?-dice un poco inseguro.
-No, ahora no. Voy a quedarme aquí, dándote lo mejor de mí. No pienso irme de nuevo porque te amo demasiado como para soportarlo-dice besando los negros cabellos.
-También te amo, Shin-chan-susurra por ultimo dejándose caer en el mundo de los sueños.
Ahora que regresaste te daré todo de mí.
Justo como ahora, para siempre jamás nos separaremos.
Ya que tú eres la única a la que amo.
Invierno, perfecta excusa para... tenerte a mi lado.