Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Desde el sol a la luna por Hachibara

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aún no está bien corregido, pero acá empiezan a calentarse los motores para lo que viene.

Ya estoy escribiendo el tercero así que sígan el fanfic!

 

PD: cuando vean los *** significa que cambiamos de narrador

 

***

Esa mañana hice el habitual camino a la escuela, completamente solo claro. Caminaba por la avenida, cuando pasé por la misma esquina donde vi a Yamaguchi con su acompañante. Volví a pensar en aquello. No sé porque le estaba dando tantas vueltas al asunto, era curiosidad sí, y me parecía extraño. Vi el lugar donde habían entrado, volteé para ver esas escaleras, la curiosidad me venció, me detuve un momento. Me acerqué al ver una pequeña placa vieja de bronce que rezaba "Hotel Estrella".

Primero me asusté un poco ¿hotel? Aunque eso no parecía «esa clase» de hotel cuando lo pensó detenidamente. Por el aspecto de la fachada, ese lugar parecía simplemente un hotel común donde la gente alquila un cuarto para vivir o pasar un tiempo, de hecho parecía bastante viejo y barato. Esa persona podría vivir allí sin duda, era algo bastante común, una especie de pensión.

De todas maneras me seguía inquietando por qué Yamaguchi estaba con una persona que vive sola en un hotel como este. Era un hombre joven, es probable que no tenga dinero para alquilar un departamento si no tiene un buen empleo, vivir así era conveniente para esas personas solas que no tienen muchas cosas ni tiempo.

Quizás si era un pariente después de todo. No me iba a preocupar más por aquello.

Dos semanas y un día ¿no te parece suficiente Tobio?

Saqué la pelota de la mochila y comencé a juguetear con ella hasta entrar en el camino de la arboleda y me dejé caer en el encanto de las copas otoñales como cada día que Hinata no me acompañaba.

No pienses en nada, no mires adelante, no mires a ninguna parte, no lo ve-

Muy tarde, ya lo había visto, ahí estaba revoloteando a su lado, pidiendo la pelota, correteando, fastidiando, riendo, brillando.

Desapareciendo. Y la realidad haciéndose presente. Basta de estupideces idiota.

Hinata, ese imbécil era todo lo que tenía además del vóley, lo necesitaba tanto, lo extrañaba. Tenía que terminar con aquello. Que estupidez estar lloriqueando por esto cuando podría ir y terminar con el asunto y que todo volviera a la normalidad de una vez. Era el último día de clases antes de las vacaciones de invierno y después del entrenamiento iba a ir y aclarar las cosas con él. El corazón comenzó a latirle con fuerza, por un lado por la emoción y por el otro, por nervios. No seas un cobarde Tobio. Enfrentar esas situaciones nunca me fue sencillo, mucho menos tener que tragarme mi estúpido orgullo. Pero Hinata, en mi vida, tenia una presencia era mucho más fuerte que todo aquello.

Cuando estaba llegando a la entrada del colegio, pude ver la cara de Yamaguchi Tadashi parado en la puerta, estaba conversando con Tsukishima quien estaba de espaldas a mí por lo que no pude ver su rostro. La cara de Yamaguchi parecía amargada, qué cosas estaría diciéndole el imbécil de anteojos. Cuando paso por al lado y les doy los buenos días a ambos, ni se dieron cuenta de mi presencia. Que fastidio ser amable con gente que no te responde.

Llegando al edificio donde se encontraba mi aula, vi a Hinata sentado a un costado de la puerta principal, estaba mandando mensajes con su celular muy concentrado, mi corazón se sacudió con fuerza, quería decirle algo. Háblale de una vez, vamos.

No me notó y no dejaba de teclear, su cara se iluminaba de a ratos, no sabía con quién estaría hablando. Díselo Tobio, dile que quieres hablar a la salida del entrenamiento. Mi boca se lleno de arena, seca, pesada, las palabras no salieron, me ahogué en mis intenciones. Me enojé conmigo mismo y me fui rápido del lugar. Luego lo haría, pero me tenía que mentalizar primero, estaba muy nervioso, demasiado, jugueteé con la pelota hasta que comenzaron las clases.

Hacía mucho frío esa tarde, pero rápidamente entramos en calor y empezamos con el último entrenamiento previo a las vacaciones, fue intenso como esperaba. Practiqué con Hinata durante una hora y media y en ese tiempo, no pude decirle absolutamente nada, él me irradia tanto calor. Practiqué todo ese tiempo las frases en mi cabeza, hasta que sorpresivamente, Hinata pidió retirarse temprano del entrenamiento. Me invadió la frustración y me acerqué a él sin pensarlo tanto, a la mierda con todo.

– ¡Hinata! –mi propio tono me intimidó– ¿por qué te vas tan temprano? –intente suavizarme

–No te importa idiota, tengo algo importante que hacer.

–…Quiero hablar contigo. –Finalmente pude decirlo y se sintió liberador.

–Hablaremos después, ahora debo irme. Adiós. –agarró sus cosas y se fue corriendo y cuando intentó abrir la puerta del gimnasio, esta se trabó, venía molestando esta puerta hacía rato y si se la abría de golpe los carriles se atoraban. Hinata estaba muy apurado y entre Tsukishima y Daichi lograron destrabarla, Hinata se fue corriendo.

Aun quedaban 30 minutos de entrenamiento. Me sentía bastante frustrado, tanto que, decidí quedarme a practicar mis servicios hasta más tarde para poder descargarme contra la pelota.

Habían pasado apenas 10 minutos desde que todos se habían marchado, todos excepto Tsukishima, que estaba sentado con sus cosas a un lado del gimnasio, texteando. No le presté demasiada atención, casi había olvidado que no estaba solo. ¡BAM! La pelota se estrellaba contra el suelo al otro lado de la cancha y ¡BAM! Mis saques descargaban más y más frustración cada vez.

***

Ese idiota de Kageyama quiere arreglar las cosas justo ahora, ¿Cuánto tiempo pasó, dos malditas semanas? No quería pensar demasiado en eso, tenía a Kageyama bastante lejos de mis pensamientos en ese momento. Tenía la cabeza en las vacaciones ¡Kenma vendría a jugar! Serian dos semanas divertidas junto a mi mejor amigo en el mundo. Tenía que apresurarme o el tren llegaría antes que yo. Me subí a mi bicicleta y corrí todo lo que pude, a dos calles de la Avenida 12 estaba la estación. Me tomó 10 minutos llegar, hubiese llegado antes pero ese maldito semáforo de la avenida es realmente eterno.

Igualmente llegué justo a tiempo, por que el tren de Tokyo acababa de arribar a plataforma, y para mi sorpresa, Kenma llegó junto a Kuroo. Kenma traía un bolso deportivo mediano, pero Kuroo apenas traía una mochila.

– ¡KENMA! ¡¿…Kuroo?! –Me puse nervioso con su alta y aterradora presencia.

–Hola Shouyou. –Kenma llevaba su consola con una mano y me saludó con la otra, siempre con esa sonrisa llena de paz que podía apaciguar o activar toda la electricidad de mi ser. –Kuroo está aquí solo porque insistió en que no debería venir solo a una ciudad desconocida… me harté de repetirle que ibas a recogerme en la estación.

–No puedo dejarte solo porque eres un niño pequeño. –Kuroo le contestó pero seguía con la vista en su celular.

–Hey Kuroo, ¿en donde piensas quedarte? No vas a invadir la casa de Shouyou, además vamos a estar jugando y a ti ni te interesan esas cosas. –Dijo Kenma en su tono calmado habitual.

–No te preocupes por mí, tengo una reserva en un hotel barato que está por acá cerca, igualmente pensaba irme en dos días, voy a visitar a un amigo, y quizás a tener un partidito con el buen Daichi y me regreso a casa. –Levantó la vista para mirarme e instintivamente retrocedí – ¿Por qué no vas por unas gaseosas, pequeño? Nos sentaremos un momento en aquellos bancos. –Entonces asentí y fui a buscar una máquina expendedora de inmediato.

***

–No te hagas el tonto Kuroo, es obvio que no vienes a ver a un amigo, ni a jugar un partido con el capitán de Karasuno. Estás aquí por el chico de lentes. No hace falta que me mientas ni que vengas conmigo a molestar. –Kuroo se puso incómodo pero logró ocultarlo inmediatamente.

–No tendría que buscar amor en el chico de lentes si no me hubieses rechazado –La sonrisa maliciosa e indescifrable de Kuroo siempre me había molestado. Desde la infancia hasta ahora, seguía sin poder leer todas sus intenciones detrás de esa sonrisa. Un fastidio.

–Idiota. Como si quisiera estar con alguien como tú. Ser tu amigo es suficiente fastidio para mí. –Me puse a jugar una partida rápida para no tener que mirarlo a la cara.

– ¿Crees que a tu si a mí me engañas? Sé que no vienes solo a jugar videojuegos con un amigo– Kenma se sobresaltó y sonrojó, perdió la partida y antes de poder tener otro tipo de reacción, Hinata volvió con las bebidas.

***

Los tres caminamos hacia avenida 12, el lugar donde siempre me separaba de Kageyama todos los días ¿qué estaría haciendo? No quise pensar en ello porque ahora quería divertirme, solo eso. Kenma me ponía un poco nervioso, Kozume Kenma estaba en un altar para mí, y el solo pensar en ese nombre hacía que me vibraran todas mis ¿células? Lo que sea de lo que estuviese construido, vibraba intenso.

Era bueno en el deporte, era bueno en los juegos, su cabello era inconfundible y siempre estaba tranquilo, nunca podría comprender por qué alguien tan genial querría ser mi amigo, pero allí estaba, la distancia ahora se había acortado y estaríamos juntos dos semanas. ¡Sería increíble! me excitaba de solo pensar en todo lo que haríamos.

En la avenida, Kuroo tenía su hotel, lo dejamos allí y emprendíamos el camino a casa, estábamos en la esquina esperando que ese maldito semáforo eterno nos deje pasar.

–Tengo muchas ganas de llegar y comenzar a jugar, ¡mi madre hará algo bueno de comer para celebrar que viniste!

–Shouyou… ¿sabés por qué estoy aquí? – No entendí que estaba queriendo que respondiera, entonces se acercó.

***

Ese maldito de Kenma estaba en lo cierto. El chico de lentes no salía de mi cabeza desde hacía un tiempo. Kenma me viene rechazando hace 4 años. Las cosas con Bokuto estaban frías últimamente, aunque no mal del todo. Yo soy un tipo falto de afecto, Tsukishima no era el amor de mi vida, pero me calentaba los motores de una forma extraordinaria. Solamente vine a jugar aquí, lo sé, pero no quería que lo supiera nadie más que chico lentes.

La última vez que nos vimos fue excelente, no había podido olvidarme de aquello, su cuerpo, su piel, su esencia, todo eso tenía un sabor exquisito para mí. Soy un maldito adolescente, vamos. Un poco es necesario, natural, que busque sexo.

Tsukishima era bastante terco y no quería admitir que le había gustado, es lo que yo pienso. Estuve toda la semana intentando convencerlo por mensajes para hacerlo nuevamente. Pero solo me mandó al diablo cada vez, pero Kuroo Tetsurou no se rinde ante una negativa y vine de todos modos. No se podrá negar. No importa cuántos Yamaguchis tenga en su vida, no se comparan conmigo. No sé por qué insiste en estar con ese niño llorón. La última vez que lo hicimos dijo algo de que no podía hacerle eso a Yamaguchi, al diablo con el pecoso, volveré a convencerlo de pasar una noche conmigo.

La recepción del Hotel Estrella no era más que una mesa vieja en la entrada y una señora aún más vieja además de malhumorada, de estrella no tenía nada, era la mismísima mierda ese lugar, pero para mis pequeños y sucios propósitos estaba bien. Me pidieron que esperara en unos sillones mugrientos a que prepararan mi habitación, así que tomé asiento. Estaba tomando fotos de la mierda en la que me estaba quedando para mostrarle a Yaku cuando, entraron dos personas abrazadas. Un tipo alto, de camiseta azul y jeans se paró en el mostrador y le estaba consultando algo a la vieja mujer de la recepción, un chico menudo, no muy bajo ni muy alto, pero que parecía tímido estaba abrazándolo, no vi su cara hasta que volteó y me quedé como piedra. Atiné de inmediato a pulsar el obturador de la cámara de mi teléfono que ya estaba en uso, por lo que no me demoró nada capturar su cara pecosa e inconfundible junto a ese hombre mayor. Yamaguchi Tadashi. Y que más perfecto podría ser, de inmediato se la envié a Tsukishima, chico lentes correría a mis brazos esta noche.

***

Notas finales:

Espero sus reacciones con el final c:

 

me gustria saber como piensan que va a continuar!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).