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Desde el sol a la luna por Hachibara

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Notas del capitulo:

Tengo que corregir algunos datos en el capitulo anterior

 

En la avenida, Kuroo tenía su hotel, lo dejamos allí y nos quedamos jugando con las máquinas de peluches de al lado, yo quería conseguir un Ultraman y a Kenma le había gustado un Pikachu, estuvimos un buen rato para conseguirlos y cuando lo hicimos, emprendimos el camino a casa, estábamos en la esquina de 12 y 5 esperando que ese maldito semáforo eterno nos deje pasar.

 

Parece una modificacion irrelevante pero es importante para justificar la linea temporal

Capítulo 3

***

Yamaguchi, para mí siempre fue un tesoro muy importante. El tesoro más importante de este mundo. Mi tesoro.

Si bien yo no fui la persona más cariñosa, por no decir que en realidad, nunca fui nada cariñoso con nadie desde aquella amarga decepción en mi infancia, con  la persona que más respetaba y amaba en mi familia. Aún así, y a pesar de aquel incidente, Yamaguchi no se había movido de mi lado ni un centímetro, nunca. No podría estarle más agradecido por estar allí y brindarme todo el amor que yo no puedo producir, ni sacar de adentro. No podría agradecerle suficiente nunca, por quererme tanto. No lo merezco. Finjo que no lo necesito, pero es mentira.

No estoy diciendo que yo no haya amado nunca a Yamaguchi, pero jamás se he dicho, aún así siempre he hecho, y quiero poner énfasis en ese «siempre», porque ah sido así desde el primer día en que lo vi. Él lloraba, vulnerable, débil, frágil. Un ser indefenso, que necesitaba ser protegido a toda costa. Soy débil al sufrimiento, sentí que yo tenía que ser fuerte por él.

La necesidad de cuidar a Yamaguchi fue inevitable, pero yo aún era un niño, no podía poner ese sentimiento en palabras, solo sabía que quería ayudarlo, que quería abrazarlo y que aunque quisiera, jamás me atrevería a expresar tal deseo abiertamente.

Nos hicimos mucho bien uno al otro desde ese entonces y siempre estuvimos juntos, a pesar de que realmente nunca pude demostrarle mi aprecio como era debido, pero de todas maneras yo creo que esos sentimientos le llegaron de alguna forma.

Realmente creía que Yamaguchi estaría allí para siempre a pesar de todo, jamás consideré que él tenía alguna otra necesidad que cubrir además de ser cuidado y protegido por mí. Nunca creé esencial mostrar amor, porque él me había querido así siempre.

Jamás me atrevería a tocar el cuerpo de Yamaguchi. No porque no me gustase, tampoco por que no tenga necesidades de ese tipo. El cuerpo de Yamaguchi era un templo y jamás podría profanarlo. Quiero tenerlo a mi lado para siempre y no dejar que nada le pase, es lo que realmente deseo.

Abstenerme de tocar a mí ser amado no era fácil tampoco, y he caído en la tentación de otros hombres más de una vez, era consciente de que estaba mal. De todas formas, lo hice más de una vez. Jamás pensé que Yamaguchi podría caer igual de bajo. Yo no podría perdonar tal cosa, no podría sentirme más decepcionado, más frustrado y aunque admito haberlo hecho, nunca he sentido amor por otra persona que no sea Yamaguchi, y pensaba qué el tampoco lo haría.

Ese hombre profanó mi valioso templo, mi tesoro más grande ha sido ensuciado de manera despreciable.

***

En cada pelota golpeada, ponía más y más fuerza, más rabia, más frustración. Me había concentrado tanto que había olvidado por qué estaba molesto en un principio. Simplemente quería que la pelota se hundiera en el suelo y luego volara lo más alto posible. Pensé en Oikawa mientras hacía los saques y eso me ayudaba a poner más fuerza, a querer poner más y todavía más fuerza. Caí en una especie de pequeña obsesión compulsiva de querer golpear cada vez más duro que la vez anterior, y más y más y-

Un teléfono celular apareció volando y se estrelló en el suelo la cancha, la pantalla estalló y quedó totalmente astillada, continuaba encendida a pesar de las rajaduras. Me desconcertó por un momento, y mientras trataba de entender que había sucedido, escuché unos golpes, era Tsukishima a unos metros de mí, golpeaba la pared con los puños con violencia y rabia por alguna razón, parecía que también había olvidado que yo me encontraba allí, me sentí bastante desconcertado. Fui a recoger el teléfono que había caído en medio del gimnasio y cuando me giré para insultarlo por hacer esa locura de forma repentina, lo vi correr como loco hacia la puerta del gimnasio, tiró de ella de golpe y desesperadamente, por lo que esta volvió a atorarse en los rieles, de igual manera que cuando Hinata lo había hecho más temprano.  ¿Qué problema tienen todos con la puerta? Pensé.

-¡MIERDA! ¡LA PUERTA DE MIERDA OTRA VEZ! –Tsukishima pateó con rabia la puerta lo que hizo que los rieles se salieran de lugar. Estaba agitado y fuera de sí, las sienes le latían y las venas de su cuello se le habían marcado, daba un poco de miedo, no entendía que estaba sucediendo con él y comenzaba a exasperarme, mi paciencia llegó a su límite (ya que esta es bastante limitada en realidad) me acerqué furioso, nos habíamos quedado encerrados por culpa suya, y por quién-sabe-qué cosa le pasaba al imbécil.

– ¡QUÉ TE PASA IMBÉCIL DE MIERDA, AHORA NO PODEMOS ABRIR LA PUERTA! ¡¿Qué intentas hacer, que te pasa?!– Le grité, no se tomó nada bien que irrumpiera gritando mientras estaba teniendo su ataque de ira, vino hacia mí y me tomó de la ropa, sus ojos estaban encendidos y su cara contraída de rabia, que le gritara lo puso peor, parecía que en cualquier momento saldría espuma de su boca y fuego de sus ojos, me arrojó hacia atrás, intentó abrir la puerta nuevamente.

Yo ya tenía un día malo como para que este imbécil me lo haga más dificil, así que decidí no decir nada más, intenté respirar hondo. Fui a ayudarlo con la puerta, ya me quería marchar para no tener que pensar más en nada, la situación era estresante para mí en ese momento. Tsukishima estaba tan nervioso que solo estaba empeorando el problema de la puerta y seguía pateándola, de a ratos le daba puñetazos a la pared, en un momento tomó su bolso y lo arrojó lejos con furia.

Parecía que ya no podía más, se llevó las manos a la cabeza y comenzó a respirar cada vez más agitado, se dejo caer al suelo de rodillas. No estaba seguro de si estaba llorando, me acerqué un poco para mirar y en ese momento me di cuenta que seguía con el celular en la mano, no pude evitar mirar qué era lo que lo tenía tan alterado, y lo que vi no me sorprendió tanto pues, es lo mismo que yo había visto el día anterior. Alguien le había enviado una foto de Yamaguchi muy mimoso con el hombre de lentes gruesos. Ese alguien que envió la fotografía parecía ser el capitán de Nekoma, intenté no leer los mensajes aunque la curiosidad me decía que lo hiciera.

– ¿Quién es esta persona? –en tono calmado hice esa pregunta estúpida y al segundo me arrepentí de hacerlo. Hubo un silencio prolongado en el que podía escucharlo sollozar muy bajo. Aunque estaba llorando, no me parecía que estuviese triste, sino más bien frustrado, muy frustrado, molesto y con razones, por esa fotografía –Ayer vi a esta persona con Yamaguchi… creí que podrían ser parientes ¿no es una posibilidad? –Ni siquiera sé por qué estaba tratando de animarlo, además no engañaba a nadie ese comentario, era obvio por la foto que ese hombre era su “pareja” y además yo sabía que ese era un hotel, lo cual era un tanto comprometedor. Yamaguchi tenía un rostro completamente iluminado en esa foto, parecía estar hablando con el otro hombre, lo tenía abrazado por la cintura, se lo veía muy feliz. Sin duda nunca había tenido tal expresión estando con Tsukishima, al menos ninguna vez que yo los haya visto.

–DEJA ESE MALDITO CELULAR KAGEYAMA, NO TE METAS EN ESTO ¿PUEDES INTENTAR ABRIR LA PUTA PUERTA? POR QUÉ SINO LA ROMPERÉ A PATADAS. –Entonces mi paciencia se fue al diablo y me acerqué a él, lo levante de la camiseta.

– ¡¿PUEDES CALMARTE DE UNA PUTA VEZ IMBÉCIL DE MIERDA?! NO PODÉS ESTAR LLORANDO ASÍ POR ESTO, ES ESTÚPIDO –y le asesté un golpe en la cara que tuvo que haber dolido, Tsukishima quedó en el suelo. No sé ni por qué lo hice, mis nervios ya habían llegado a su límite hacía un rato pero había estado intentando calmarme, ahora mis manos temblaban, solo quería irme corriendo de ese lugar. Me dirigía a la puerta para intentar abrirla cuando el idiota tiró de mi ropa por detrás, apenas volteé recibí un puñetazo en la nariz. No sé por qué terminamos peleando, pero nos dimos unos cuantos golpes y nos trenzamos en una pelea en el suelo del gimnasio hasta que él no pudo más y volvió a llorar con la expresión más frustrada que le vi en mi vida, dejé de pelear por qué me di cuenta de lo mal que se sentía y me dio mucha culpa el haber perdido la calma con él.

–¡¡YAMAGUCHI TRAIDOR!! ¡¡VOY A MATAR A ESE TIPO!! –Tsukishima no hablaba con nadie en particular, simplemente empezó a grita cosas para sí mismo con toda la fuerza de su garganta, su cara estaba toda roja, tenía sangre en la conmensura de los labios pues le había partido el labio con el primer golpe, le saltaban las venas del cuello cada vez que gritaba.

Al menos ya había dejado de llorar una vez comenzó a gritar y sacarse todo del pecho. Sentí que no debería estar allí con él, tampoco quería hacerlo, la nariz me dolía por los golpes y mi ropa estaba toda sucia. Fui a abrir la puerta una vez más y luego de un par de intentos, logré abrirla. Tsukishima agarró sus cosas y salió corriendo.

***

Voy a matarlo, pensé una y otra vez. Quería golpear la cara de Makoto Shimada. Y luego me acostaría con Kuroo y mandaría todo a la mierda, estaba decidido a mandar todo a la puta mierda, ya me había calmado un poco, en realidad, mi frustración y dolor se cambió por pura y total ira. No podría perdonarlo, pensaba en aquel instante. Ese maldito gato hijo de puta logró salirse con la suya una vez más, ya no me importaba realmente, esta noche la pasaría con él para olvidarme de Yamaguchi, de Shimada, y de la vergüenza que acababa de pasar delante de Kageyama como para empeorar las cosas. Primero iba a ir a asestarle un gran golpe en la cara a ese hombre, no me importaba si es mayor o si me suspenden de la escuela o si voy preso y si pudiera hacerlo  lo mataría, pensé. Nadie puede tocar a Yamaguchi, ni siquiera yo. Simplemente quería ir a reclamar lo mío, en ningún momento tuve en consideración los sentimientos de Yamaguchi, por lo que más adelante me arrepentí de tener ese arrebato violento y egoísta.

Claro que nada me garantizaba que ellos se habían acostado, pero es lo primero que uno piensa cuando es engañado por su pareja. ¿Yamaguchi era mi pareja? No. Yamaguchi era mío, sin ninguna etiqueta romántica ni de ningún tipo, pero era mío y listo. Me comportaba como un niño a quien le habían quitado su juguete.

Cuando había hecho tres calles me di cuenta que no sabía a dónde estaba Shimada o Yamaguchi y me paré en seco. Diablos, tenía que preguntárselo a Kuroo, el teléfono quedó en el puto gimnasio. En ese momento mi cabeza se enfrió, ya no sabía que iba a hacer o a donde estaba yendo.

***

Me quedé en la puerta viendo como Tsukishima se iba corriendo cuando, en mi bolsillo algo vibró. Durante la pelea había puesto el teléfono roto dentro de mi pantalón, lo había olvidado por completo. El teléfono tenía una llamada entrante de Kuroo. Dudé un momento en sí debería atenderlo o no, hice un amague de atender y tuve miedo. Finalmente decidí contestar.

–Hola. Tsukishima olvidó su teléfono ¿podría llamarlo luego de que se lo haya entregado?

–… Hola ¿con quién hablo entonces?

–Kageyama Tobio. Si corro ahora mismo, podría alcanzarlo ¿podrías llamarlo en 15 minutos?

–Oh, el novio del enano. Bien. Kageyama, hazme un favor. Ve con Tsukishima y dile, que estoy esperándolo en el hotel que está en Avenida 12 y calle 5 ¿sí? –Ignoró completamente lo que le había dicho sobre llamar él luego y terminé siendo la secretaria de Tsukishima, bien.

–… Está bien, lo haré. –Colgué el teléfono y trate de repetirme el mensaje para no olvidarlo, caí en la cuenta obvia de que lo estaba mandando al mismo hotel donde yo los vi el día anterior. ¿Qué hacía Kuroo en la ciudad y en ese preciso lugar…? Decidí no cuestionarme más la vida de la gente y me puse en marcha.

 

Corrí  tres calles hasta el camino de la arboleda y, no sé por qué fui hacia allí, no sabía por qué camino se había ido, pero de todas maneras en cuando llegué allí, lo vi sentado a un lado de la calle muy pensativo.

– ¡Tsukishima! – Me acerqué trotando rápido hacia donde estaba sentado, me miró sin decir nada, así que volví a hablar. –Olvidaste tu teléfono celular, así que vine a dártelo.

– ¿Cómo sabías que estaba en este sitio? –Sinceramente no tenía una respuesta, me rasqué las sienes y se lo confesé.

–Realmente no sé porqué vine por aquí, es mi camino habitual, no estaba pensando cuando salí corriendo, pero al final te encontré de todas maneras. Tengo un mensaje de Kuroo. Llamó cuando te fuiste… lo siento, respondí. Me pidió que te dijera que te esperaba en Avenida 12 y calle 5. Allí hay un hotel.

–Bien. Dame mi teléfono y vete a la mierda. No quiero verte, ya ha sido todo muy vergonzoso como para seguir viendo tu cara cerca, adiós.

–No te preocupes por eso, sé más o menos como te sientes ahora mismo. Siento haberme puesto igual de violento.

–No. No sabes una mierda. Tienes al enano contigo, eres feliz, ¡son felices! Seguro estás intentando burlarte de mí y la humillación que me provoca esa foto. No digas más.

–En realidad hace dos semanas que Hinata no me habla, no estoy del todo bien tampoco, de hecho también me sentía muy frustrado y por eso terminé a los golpes contigo y lo siento. Si vas a ir a esa dirección, estoy yendo por el mismo camino, conozco el hotel.

–Puedo ir yo solo. Ya vete por favor. –se quedó sentado, no quería verme realmente, así que empecé a caminar en mi habitual dirección. Hice 15 metros cuando escucho que me estaba llamando Tsukishima.  Esperé a que me alcanzara.

–…Cambié de opinión. En realidad no sé a dónde estoy, solo corrí y llegué aquí. No sé cómo llegar a ese hotel… te perdonaré ese puño repentino en mi rostro pero llévame ya mismo. –Y aunque yo también fui golpeado, no dije nada y dejé que me acompañara. Tsukishima se parece un poco a mí, y aún así es totalmente diferente. Por un lado, siento que le cuesta mucho decir las cosas que realmente siente, y con ello me siento identificado. Por el otro, maneja la frustración y el dolor, con ira violenta. A diferencia mía que me refugio en cosas estúpidas como mirar a los árboles y deprimirme o castigar pelotas en el gimnasio. Bueno, ¿eso también podría considerarse violento? Yo no lo creo, Tsukishima era distinto en eso y punto. Siento que es frío y su personalidad real está oculta. “Luna” es algo que realmente le queda. Frío y con un lado oscuro. No tiene luz propia a diferencia de Hinata.

Me desagrada.

Pronto llegamos a la avenida 12 y estábamos muy cerca del hotel. No habíamos vuelto a pronunciar palabra, pero, de todas maneras fue agradable caminar en compañía por primera vez en dos semanas.

***

Me desagrada demasiado Kageyama. Me desagrada que intente ser comprensivo conmigo. No me gusta que sea simpático ni educado, lo odio y quiero que me odie de igual manera, siendo amable solo me complica los sentimientos. Prefiero que nos trencemos a golpes en el suelo que estar caminando juntos como si fuésemos alguna clase de amigos.

Cielos, como odio los sentimientos, joden todo.

Terminé pidiéndole ayuda y ahí se fue la poca dignidad que me quedaba, por suerte el camino parecía corto y pronto estaría desahogándome sexualmente con Kuroo. Cuando uno cae bajo, puede darse el lujo de aprovechar para disfrutar de la bajeza, y con eso me justificaba en ese momento. Ya no tenía intenciones de golpear a Shimada, solo quería calmarme y ahora solo quería pensar en mis propios intereses físicos. Mañana pensaría que hacer con todo. Y también mandaría a la mierda a Kuroo una vez haya tenido lo que quería.

Cuando estábamos llegando al lugar, le pregunté al imbécil que me acompañaba, dónde era exactamente el sitio, pero no me contestó. Lo miré para decirle algo, me sorprendí al ver su expresión, estaba completamente helado, parecía haber visto un fantasma.

Frente a nosotros, estaba de espaldas Hinata. Lo acompañaba Kenma de Nekoma. Quise volver a preguntarle a Kageyama por dónde me iba para dejarlo irse con él.

En ese momento, todo parecía moverse en cámara lenta. Kageyama alzó un brazo para llamar a Hinata. Este no lo notó y justo en ese instante, Kenma se acerca a Hinata y le da un beso en los labios. Pude ver como las manos de Hinata temblaron un poco antes de tomar a Kenma de la mano, y cruzaron la avenida.

 Kageyama cayó de rodillas junto a mí y su cara se volvió un mar de lágrimas, lloraba en silencio con el dolor más grande que pude ver en un rostro. Hinata se alejó y lo perdí en las sombras de la calle de enfrente.

Soy débil al sufrimiento.

 

***

No dejé que Hinata me respondiera la pregunta que le había hecho ¿Sabes por qué estoy aquí? Yo mismo le respondí en ese instante, sin usar las palabras. Estaba bastante cansado de que estuviera lejos de mí, de escuchar lo mal que lo pasaba con Kageyama Tobio, de que me contara que sus cosas no iban bien, de sufrir en silencio, de no poder abrazarlo. Me acerqué a él, besé sus labios suavemente, puse todos mis sentimientos en ese beso, ni siquiera estaba pensando en lo que hacía, me dejé llevar completamente. Shouyou tomó mis manos. Me sentí correspondido, mi corazón se aceleró y el calor invadió todo mi ser. Las manos de Hinata eran como las de un niño y la vez, eran firmes, cálidas. No quería que Shouyou sufriera más. No quería que pensara más en sus problemas amorosos, al menos mientras yo estuviera allí para sanarlo y cuidarlo. Sólo quería tenerlo conmigo y verlo sonreír.

Estaba allí, Shouyou, para cuidar tu sonrisa y tu espíritu alegre, brillante como el sol.

Notas finales:

Espero sus comentarios!!


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