Fall (everything), fall (everything), fall (everything).
Kyungsoo veía destrozado como la última parte de su corazón se destruía en mil pedazos por Jongin. Le había entregado su vida a cambio de palabras y promesas vacías. Le había entregado su cariño y sus infinitos mimos en base a ilusiones vagas. Su semblante era generalmente frío, pero al tenerlo a cerca todo cambiaba. Él lo cambiaba. Jongin, Kai, Kim Jongin, el joven de los gestos amables y las sonrisas perfectas. El chico cuyos hermosos ojos desaparecían al reír. El chico que tomaba su mano de manera tan suave y cuidadosa porque sabía de su pequeña obsesión por esas extremidades. El joven que le propinaba delicadas caricias en su cabello y luego depositaba un casto beso en su sien. El chico que con ojos inocentes y con sucias palabras le insinuaba cosas que hacían a Kyungsoo sonrojar. El hombre que tanto tiempo esperó conocer y que ahora no estaba a su lado. El destino se lo había arrebatado de la peor forma, lo había arrancado de su lado, y era todo por su propia culpa.
Ahora se encontraba en aquel parque en el cual se conocieron esa fría noche de diciembre en donde todos estaban con aires festivos, menos el bajito. Recordaba perfectamente la mirada perdida y nublada por el alcohol que tenía Jongin. Recuerda su caminar descoordinado pero seguro. Recuerda cuando se acercó a preguntarle si se encontraba bien, la sonrisa ladina que le concedió en respuesta, el olor a champán de fresa que inundó sus fosas nasales y el pequeño mareo que le provocó el contacto con esos profundos ojos. Mareo que lo hizo cuestionarse quién era el borracho esa noche.
But you are my everything, my everything, my everything.
Las memorias de cada momento vivido al lado del bailarín seguían trayéndole felicidad junto con un gran mar de lágrimas. Todas las risas compartidas al unísono, las charlas sobre cómo no querían contraer matrimonio pero aun así estarían juntos, como recorrerían el mundo cuando ambos tuvieran el dinero suficiente, como lo harían para vivir juntos y tener dos bellos gatitos como hijos. Los desenfrenados ataques de cosquillas que le propinaba el menor y como éstas siempre terminaban en un buen sexo, con delicadas pero decididas penetraciones por parte del alto. Jongin era su vida entera. Kim Jongin era su todo.
El llanto ya lo dominaba a esta altura de la noche. Estaba pálido, ojeroso y con los nudillos enrojecidos con tintes violáceos por recurrentes puños contra cemento en un acto de desquiciada pasión. Pero era consciente que sus actos no traerían de vuelta a Jongin. Nadie volvía de una fuerte caída al precipicio con una soga en el cuello en una solitaria habitación.
Why do I keep needing you when I know I'll be hurt?
No estaba seguro de cuantos días o semanas incluso meses habían pasado desde que se había ido, pero el dolor seguía ahí cada vez más intenso, más vivo. Los segundos que pasaban no hacían más que aumentar la angustia, el papel arrugado con la carta escrita por Jongin para Kyungsoo descansaba suavemente en su regazo mientras intentaba con sus manos detener los incesantes sollozos que poco a poco pasaban a ser fuertes y desgarradores gemidos de dolor en medio de la noche. Solo la Luna era testigo del sufrimiento que vivía el bajito de ojos grandes. A pesar de todo aun no se encontraba capaz para abrir la carta y leer las últimas palabras de su amado.
Simplemente tenía fuerzas para seguir llorando en la penumbra.
Recordaba su primera vez juntos, nerviosos, impacientes, tensos, pero queriéndose y deseándose el uno al otro. Aún podía sentir los tibios labios de Jongin recorrer su cuello, como sus manos lo despojaban cuidadosamente de su ropa, siempre tratándolo como lo más hermoso en este mundo. Y por un pequeño instante le creyó.
It's definitely my heart, my feelings
But why don't they listen to me
I'm just talking to myself again.
Los pensamientos acerca de la muerte y de la imposibilidad de seguir adelante sin su amado son un tema recurrente en la mente de Kyungsoo. Cuchillos, navajas, líneas del metro, pastillas e incluso el ahorcamiento al igual que Jongin han sido sus pesadillas el último tiempo. Pero no lo ha hecho porque la sonrisa de Kai no se lo ha permitido, sabe que no le hubiese gustado que terminara de la misma manera que él.
Why is it you? Why did it have to be you?
Why can't I leave you?
De su hogar al parque, del parque al hogar. Kyungsoo prácticamente se alimentaba del aire y de las lágrimas que seguían brotando por sus ojos día tras día. Está consciente que de esa manera no durará mucho tiempo y que se está tomando muchos más días de los necesarios para sufrir un duelo. Y es que no hay días suficientes en el universo para poder superar a Jongin. Es el hombre de su vida. Y hubiese dado lo que sea por haber sido él quien cedió su vida.
The sky is blue and the sun is shining
So my tears are even more noticeable.
La carta que Jongin le había dejado específicamente a él seguía arrugada en su sobre. Aún no se sentía preparado para abrirla y leer su contenido. Sabía que debía hacerlo porque era lo que necesitaba para intentar seguir adelante. Lo necesitaba.
Con malos temblorosas y con sus ya permanentes ojos llorosos toma la carta y abre el sobre, aun después de tanto tiempo sigue teniendo su exquisito y embriagante aroma. La desdobla con cuidado, con el mismo cuidado con el que Jongin lo trataba a él y se dispone a leerla.
Kyungsoo, esto no es por ti.
Tampoco es por mí.
Es lo mejor para ambos.
Te amo.
Por última vez y con una sonrisa en el rostro rompe a llorar. Grita, patalea y golpea todo lo que encuentra cerca porque sabe que no habrán más de esos días, que su duelo ha llegado a su fin. Y que aunque siga necesitándolo podrá seguir adelante con su vida. Con la certeza de que Jongin, a pesar de todo lo amaba.