Kyungsoo jamás pensó que le prestaría ese tipo de atención a Jongin. Nunca pensó que se lamería los labios cada vez que veía aquella llena sonrisa en su rostro. Nunca pensó en la iluminación que se formaría en su mirada cada vez que alguien le hablaba de él. La maravillosa sensación de paz que le provocaba cada vez que lo oía explicar algún acontecimiento a lo lejos, moviendo sus manos a la par para darse a entender mejor.
Pero sucedió, al igual que innumerables hechos abruptos en su vida.
Kim Jongin fue la mejor de sus coincidencias.
La mejor obra del destino en su vida.
Lamentablemente Kai no pensaba de la misma manera. Se jactaba de ser el hombre más heterosexual del instituto, el playboy, el conquistador.
Pero Kyungsoo conoce su lado secreto, la ternura que hay detrás de aquel caparazón de hombre sensual, conoce su realidad, esa que tanto se esfuerza por esconder.
Aquel día Jongin lucia mejor que nunca, con una sudadera blanca, cuello en V, pantalones de jeans negros, la infaltable chaqueta de cuero negra y los anteojos oscuros. Kyungsoo, sin embargo, iba con una simple camiseta con un diseño de Star Wars y unos jeans demasiado gastados para seguir usándolos, pasaba entre la gente sin ser notado, totalmente desapercibido, invisible, inexistente. En cambio a Kai le abrían paso. Se oían las exclamaciones y suspiros de las chicas a medida que pasaba con una expresión en su rostro impasible, definitivamente mejor que el resto. Para Kyungsoo era la perfección, un regocijo, se sentía halagado de tener el privilegio de poder observarlo a lo lejos. Se sentía casi orgulloso de la implacable belleza de aquel hombre. Aunque la inexorable verdad era que Kai no era su hombre y muy probablemente tampoco lo sería.
A pesar de que Jongin vivía en la casa del frente nunca cruzaban palabras, excepto esa vez en la fiesta de Minseok. Ese día en el que toda su perspectiva acerca del playboy cambió.
Jongin siempre estaba con Chanyeol, aquel alto hombre musical, su voz era exquisita, rasposa y melodiosa, todos se derretían al escucharlo y además de él estaba Sehun quien derrochaba belleza, era un Dios griego, hecho a mano con toda la delicadeza del universo, con un rostro firme y varonil y con aquellos llenos labios que enloquecían a cualquiera. Eran el golden trío del instituto, el sueño de todas. Y también el suyo.
Lo que más adoraba Kyungsoo era la divergencia en sus personalidades, sabía que no tenían nada en común y aunque se armase de valor para hablarle no tendrían ningún tema de conversación. Le encantaba y le desconcertaba tantas diferencias entre ambos.
- ¿Qué tanto miras tu a ese engreído? Si me tienes a mí. - escucho secamente como las palabras brotaban de la boca de Baekhyun.
- Ah, sí...eh...yo no lo miraba amor, es solo que creí haber visto pasar a Xiumin con él... y eh... debo hablarle -respondió Kyungsoo a su novio, vacilante.
Lo habían pescado con las manos en la masa, no tenía como excusarse. Aun así la expresión en el rostro de Baekhyun se suavizó y le regaló un tierno beso en la sien.
- Entiendo el concepto de "amor platónico" -dijo Baek mientras repartía besos en el rostro de Kyungsoo.- ¿y tú desde cuándo eres tan cercano a Minseok? como para andar buscándolo un lunes temprano por la mañana.
- Es que, me invitó a su fiesta ¿sabes? Esa vez que no pudiste acompañarme. Algo así como hace dos semanas, no recuerdo bien.
Mentía, claro que mentía. Jamás olvidaría esa fiesta, aquella noche en la que todos sus prejuicios acerca del playboy del instituto se desvanecieron junto al humo de sus cigarrillos. Jamás olvidaría el sabor a vodka de frambuesa de esa boca. Jamás olvidaría el roce de sus ropas, aquellas ropas que sobraban entre ellos, esas mismas que desaparecieron incluso antes de que se dieran cuenta. Jamás olvidaría como las manos de Jongin encajaban tan perfectamente con su diminuto cuerpo, aquellas exquisitas caricias, aquel inmenso cuidado con que lo trató...
-¡Kyungsoo! ¿Me estás escuchando?- La voz de Baek lo trajo de vuelta a la realidad.
-Oh...si, por supuesto. Baekyunnie, debo irme. Se me está haciendo tarde y debo encontrar a Minseok.
Antes de que pudiese irse Baek lo toma por el brazo y lo trae consigo en un fuerte abrazo.
-Has estado muy raro estos días, bebé. Espero que me cuentes que te está sucediendo, estoy aquí para ti. Siempre.
-No es nada, es solo, el instituto, el trabajo y los problemas de casa, ya sabes. Gracias Baek.
¿Cómo podría contarle que ya no lo amaba? O al menos, de la forma en que él lo hacía. Sabía que lo que tuvo con Kai sólo fue importante para él, puesto que Jongin con suerte le ha dedicado un par de intimidantes miradas.
Pero aun así, esto no era un impedimento para las emociones de Kyungsoo, quien irracionalmente había desarrollado sentimientos románticos hacia Kim Jongin, lo cual, su parte lógica-racional aborrecía completamente.