Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La carta que nos unió. por ami4alice

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, bueno, aquí vengo de nuevo. Este fic esta dedicado a mi querido amor que esta de cumpleaños.

Feliz cumple pachi <3 <3

Lo otro: KKM no me pertenece, le pertenece a su dueño. Yo solo disfruto de usarlo a mi placer.

posdata: ¡A aprovechar que la inspiración me visita!

Una carta. Una forma escrita donde colocas con palabras todos tus sentimientos.  Sentimientos infinitos que se sienta por una persona importante. Una manera de mostrar todas aquellas sensaciones que con las palabras no puedes decir. Una forma de comunicarte con aquellas personas que no tienes cerca.

 

Yuuri Shibuya observaba aquel sobre que tenía entre sus manos. Era la tercera carta que recibía, se sentía inquieto por alguna extraña razón, quería abrir aquella carta pero algo lo detenía a hacerlo. Al oír una voz no pudo evitar guardar aquella carta en su bolsillo mirando con nerviosismo a aquel castaño que entraba en su habitación.

-Buenos días Heika. –Le saludo como costumbre. El moreno río nervioso regresándole el saludo.

-Buenas Conrad. –Dijo mirando a un lado. Nadie sabía de la existencia de esas cartas, nadie a excepción de su pequeña hija quien era la cómplice en todo aquel acto.

-¿Se encuentra bien? –Pregunto con curiosidad al notarlo nervioso. Ser descubierto hizo que se tensara más, era inevitable si el moreno era completamente evidente.

-S-sí. No es nada Conrad, vamos de una vez. –Le contesto de inmediato mientras se rascaba la cabeza un poco. Sentía que no podía mantener ese secreto más tiempo de Conrad, pero quería guardar para él aquel pequeño secreto.

Ya habían pasado una semana y media desde que todo eso había comenzado. La primera carta que paso por sus manos fue en una fiesta que hubo en el castillo. Estaban celebrando unas festividades que realmente no comprendía, aunque no era raro, hace poco había llegado a ese lugar, así que desconocía muchas cosas de Shin Makoku, el lugar que lo había declarado su rey.

Se sentía nervioso y a la vez impaciente en aquel lugar completamente desconocido, aunque la gente le tratara bien sentía que algo no encajaba bien. Al rato de haber empezado la fiesta termino por salir del gran salón para recibir algo de aire, estaba cansado de tantas charlas sin sentido para él. Al salir se encontró con un gran jardín que no dudo en admirarlo caminando por este viendo cada rincón, era un lugar muy bien cuidado.

En su camino se detuvo de golpe cuando vio un papel atorado. Sin dudar se acercó a donde estaba atrapado el papel para poder liberarlo, al hacerlo se dio cuenta de que era una carta, estaba algo maltratada pero aún se podía leer el escrito. Miró un poco a su alrededor para ver si encontraba a su dueño, pero al ver que estaba completamente solo no dudo en abrir aquella carta para leer su contenido.

Querida persona que estés leyendo esta carta. Es extraño tener que decirlo de esa forma, pero desconozco tu nombre así que por favor disculpa mi descortesía. Espero ser perdonado por mi falta de prudencia al mencionarlo. Ahora mismo escribirlo me ha hecho reír. Bueno, iré al punto principal, puede sonar raro lo que voy a decir, pero, para la persona que este leyendo esto…

¿Quieres ser mi amigo?

Extraño. Aquella carta era extraña, pero al leerla no pudo evitar sentir cierta ternura. Se llevó su mano a su boca un momento antes de soltar una risa. No pudo evitarlo, le había hecho reír el contenido de aquella carta. Volvió a llevar su vista por el lugar para ver si encontraba al dueño, pero al volver a ver que estaba solo se dio cuenta que no lo encontraría.

Sin duda alguna se agacho buscando en su bolsillo algo con que escribir, por suerte Gwendal le había dado algo, agradeció ese gesto del mayor, gracias a eso podía contestar a aquella carta misteriosa. Sin duda escribió y cuando acabo volvió a doblar la hoja metiéndola en el sobre colocándola en el mismo lugar donde la había encontrado, por alguna razón sintió que ahí podría ser encontrada por su dueño original. Al dejarla en aquel lugar decidió regresar de vuelta al salón donde se encontraban todos, después de todo se sentía con mejor ánimo gracias a aquella carta.

Pasaron tres días más en los que por problemas que se presentaron tuvo que viajar a otro reino para solucionar los problemas o mejor dicho se fue sin más a solucionar problemas que no eran suyos completamente. Al regresar habían pasado dos días más, Yuuri había olvidado el asunto de la carta, pero en un momento que logró escapar de todo el trabajo termino de nuevo en el jardín, ahí se acordó de aquella extraña carta.

Fue de inmediato al mismo lugar donde había encontrado la primera. Al llegar la logro ver, había una nueva carta, podía saberlo por cómo se encontraba el papel, estaba en mejor estado que la primera. La tomo de nuevo entre sus mano para abrirla y así leerla.

¿De verdad serás mi amigo? ¡Qué alegría! ¡Ah! Lo siento mucho el papel se ha ensuciado, bebía un poco de té mientras escribía. –Y pudo notar la mancha en una esquina del papel, lo que le hizo reír –Bien, ahora a lo que iba principalmente, de verdad me ha hecho feliz saber que serás mi amigo, es realmente un gusto. Ahora, ¿Qué es lo que más te gusta? ¿Lo que más odias? ¿Tienes un sueño? Lamento las tantas preguntas pero tengo curiosidad. Quiero conocer todo de mi nuevo amigo.

Si no es mucha molestia espero ansioso una respuesta.

Y ahí acaba la carta. Se rió mientras volvía a leer el contenido de esa carta, se llevó su mano hasta su boca mientras se agachaba un momento. ¿De verdad aún existía gente que hacía ese tipo de cosas? No tuvo una respuesta pero aun así no se molestaba en buscarla. Lo bueno era que llevaba consigo un lápiz y papel, quizás su mismo inconsciente le ayudo. Escribió de manera lenta la respuesta que le daría, pensando cada palabra que colocaba en aquel papel que poco después doblo dejándola en el mismo lugar.

Al acabar de nuevo se marchó sintiéndose de nuevo animado, era como si aquellos sentimientos puestos en esa carta le animaran bastante. Regreso al despacho donde le esperaba Gwendal para continuar con los papeles que debía firmar. Sin quejarse comenzó a hacer su trabajo bajo la mirada extraña del mayor, era extraño que se quedara de buena gana a realizar el trabajo.

El día termino dando inició a uno nuevo. Otro día que trajo consigo nuevos problemas, de nuevo se encontró saliendo de prisa de pacto de sangre para buscar una solución pacífica a ese problema. Como siempre con ayuda de Conrad y los demás logro cumplir con su cometido, la única diferencia era que con esa solución había decidido adoptar a una niña. Su pequeña y adorada hija Greta.

El moreno caminaba por los pasillos de pacto de sangre para encontrarse con su hija que la esperaba en el jardín. Se detuvo de golpe en su caminata para mirar un instante a su lado, pronto se encontró mirando a su mano, aún seguía teniendo esa sensación de que algo faltaba, algo no le dejaba sentirse completo en ese lugar. En su mente sabía que algo faltaba, pero aun desconocía que era aquello que faltaba. Decidió continuar con su caminata, pero en ese momento recordó la carta, así que antes de encontrarse con Greta fue hasta aquel lugar.

Y de nuevo la podía ver, una nueva carta se encontraba en ese lugar. La tomo de nuevo decidido a leerla, pero en ese momento una voz conocida casi hace que dejara ir volando la carta por suerte la sostenía muy bien sino el viento se la hubiese llevado. Giro su vista a un lado encontrándose con su pequeña hija Greta.

-Yuuri ¿Qué haces? –Pregunto con curiosidad llevando su vista a sus manos viendo aquel papel -¿Qué es eso?

-Greta, me has asustado. –Fue lo primero que dijo para luego ver la carta en sus manos –Es un secreto.

-¿Secreto? ¿Acaso es la enamorada de Yuuri? ¿Es una carta de amor? –Soltó con cierto deje de emoción. El moreno no pudo evitar sonrojarse por las preguntas.

-¡Nada de eso! –Indico avergonzado –Es solo una carta de un amigo. –Dijo luego en un suspiro.

-¿Amigo? Buu. –Soltó con una pequeña risa Greta.

-Teníamos un compromiso tú y yo así que lo dejaré para más tarde. –Indico con una sonrisa. Aunque se sentía ansioso de leerla no podía dejar de lado a su pequeña hija.

-¿De verdad? –Pregunto mirándolo fijamente.

-Sí, sí. Vamos. –Dijo para guardarse la carta en el bolsillo –Por favor no le digas a nadie de la carta Greta. Sera nuestro pequeño secreto.

-¡Sí! –Dijo con alegría Greta, saber que tenía un secreto entre ella y Yuuri le animaba bastante.

De esa forma habían pasado los sucesos hasta ese momento. Aun llevaba la carta consigo en el bolsillo, luego de eso se acumuló uno tras otros los trabajos causando que no pudiera contestar la carta, ni siquiera la había podido leer. Se sintió estúpido de haber llevado ese sobre consigo todo el día, pero aunque hubiese querido no había tenido oportunidad de contestarla.

Llego la noche a pacto de sangre y un moreno se encontraba en su habitación. Se tumbó en su cama aun con su uniforme negro antes de meter su mano en el bolsillo para sacar aquella carta. La miró un instante donde se preguntó que sería lo que le había dado como respuesta. Al fin se decidió a abrir aquel sobre donde estaba guardada la carta. La extendió para poder leer su contenido.

¿Un beisbolista? Es la primera vez que oigo de eso. Aunque te deseo de todo corazón que logres cumplir tu sueño, aunque… ¡No es para nada tonto! Son importantes los sueños que tenemos, sin ellos no podríamos avanzar. ¿El mío? Es raro que me pregunten eso, nunca nadie lo había hecho antes. No tengo uno en específico pero si tengo algo en mente que quisiera se hiciera realidad. No te vayas a reír de lo que voy a escribir ¿Me lo prometes?

Mi sueño o mi deseo es poder serle útil a la persona que más quiera, que me corresponda mis sentimientos. ¿Cursi, no crees? Aun así sigue siendo ese mi mayor deseo.

Lo que me gusta, tengo muchas cosas, no podría escribirlas en esta carta. Sobre lo que me disgustas, bueno eso es fácil, odio que me tomen por alguien que no soy, que se crean una imagen de mí que no es. Es molesto. ¿Qué cosas nuevas tienes para contar?

Y terminaba la carta. Con cada carta que recibía Yuuri sentía que se hacía más larga. De nuevo volvió a releer la carta antes de levantarse de un brinco de su cama y buscar un papel para poder contestar aquella carta. A pesar de lo tarde que era salió de su cuarto en dirección al jardín para poder dejar la carta, quería saber la respuesta lo más pronto posible. Esa noche estaba haciendo bastante frío, podía ver con perfecta claridad su aliento.

Se agacho en el lugar llevando sus manos a su rostro para calentarlo un poco aunque sentía que con la vergüenza estaba lo suficientemente caliente. Era tonto que se emocionara con algo como eso, pero eso era un placer que Yuuri no le molestaba tener. La emoción no le dejo moverse del lugar, quería ver la respuesta que iba a tener esta vez. ¿Qué le iba a decir? ¿Qué emoción traería consigo la nueva carta? Sin darse cuenta se había quedado dormido en aquel lugar.

-¡Heika! –Una voz desesperaba lo comenzaba a despertar. Cuando abrió los ojos se encontró con Gunter que se le notaba la angustia en la lejanía.

-Gun… ¡Achu! –Y no pudo evitar estornudar. Sentía todo su cuerpo frío.

-Heika, debe regresar a su cuarto de inmediato, llamaré a Gisela para que lo revise. –Indico Conrad en un suspiro. En esos momentos se preguntaba que estaba pasando por la cabeza del moreno para quedarse dormido en aquel lugar.

-¡Espera! –Soltó de golpe antes de que fuera ayudado a levantarse. Llevo su vista al lugar donde había dejado la carta. Era un papel diferente, había tenido una respuesta. Sintió lastima de haberse perdido el ver al remitente de las cartas que recibía.

-Heika… Debemos regresar pronto a su habitación, si algo le pasará no sabríamos que hacer… -Soltaba Gunter en su angustia.

-Estaré bien, no es nada ma… ¡Achu! –Y volvió a estornudar por el frío de su cuerpo.  Antes de que se lo llevaran a la fuerza estiro su mano a aquel lugar para tomar aquella carta, no podía irse sin ver el contenido de aquella carta.

A los pocos minutos se encontraba en la cama de su habitación. Al fin se había quedado completamente solo, luego de haber llegado al lugar llego Gisela a revisarlo de inmediato, por suerte solo índico que era un simple resfriado que con un buen descanso se le pasaría. Gwendal estuvo en desacuerdo del descanso pero Conrad termino por convencerlo. Al encontrarse de nuevo solo se encontró con esa sensación de que algo faltara, como si sintiera que quería tener a alguien a su lado.

Cerró unos minutos los ojos para pensar en quién podría ser. Pasaron por su mente todas las personas que se encontraba en pacto de sangre, el más cercano que satisfacía su sentimiento era Conrad, pero algo no le terminaba de gustar. Volvió a abrir los ojos para llevar su vista a la ropa que antes había llevado. Se levantó para poder alcanzar la ropa para buscar en los bolsillos aquella carta. La abrió con impaciencia para poder saber su contenido.

¡¿Una hija?! Eso es bastante increíble, siempre creí que teníamos la misma edad, pero quizás eres mayor que yo, aunque no te esperes que te diga mi edad, ¿Qué te parece adivinarla?

Parece divertido lo que cuentas. Aunque yo no podría hacer algo temerario como eso, no me gustan los barcos, se mueven demasiado, es mejor estar en tierra.

Cierto… Hace poco mi madre ha mencionado algo que me llamo la atención, ¿Tienes alguien que te guste? Le he mencionado sobre ti y ella ha soltado algo de ser un enamorado secreto ¿Gracioso, no lo crees? Realmente no creo nada de eso, después de todo somos amigos.

Tú eres mi más importante amigo.

Y se sintió herido al leer aquella carta. Por primera vez un contenido de aquella misteriosa carta le había dolido. Arrugo un poco el papel leyendo de nuevo aquella frase, nunca pensó que ser llamado amigo le iba a doler tanto. Él esperaba con tanto anhelo aquellas cartas, siempre se emocionaba cuando tenía una respuesta, hasta se había enfermado para poder esperar la respuesta ¿Acaso el otro no sentía lo mismo? Se frustro por pensar que quizás no era correspondido. Tiro la carta a un lado para cubrirse por completo con la sabana.

Se había molestado por el contenido de aquella carta, pero quizás lo que más le molestaba era ser tratado como un amigo. Se llevó un momento su mano hasta su pecho ¿Por qué se sentía tan herido? ¿Acaso quería algo más de aquellas cartas? ¿Qué era lo que realmente él quería de la persona con la que hablaba a través de aquellas cartas? No lo sabía, pero ese sentimiento era lo suficientemente fuerte para dejarlo de lado.

Horas después su hija lo acompañaba, a pesar de haberle indicado que podría contagiarla esta se rehusó a irse. Internamente agradeció que se quedara, no quería continuar solo en aquella gran habitación. Sin darse cuenta no había guardado la carta llegando a las manos de su pequeña hija quien leyó su contenido. Al acabar de hacerlo miró al moreno un instante.

-Yuuri ¿Te sientes herido por la carta? –Y se dio cuenta en ese momento que no podía mentirle a su pequeña hija.

-Realmente que eres increíble Greta. -Soltó en un suspiro, por suerte ya se encontraba un poco mejor.

-Jeje, no me ocultaras algo tan fácil. –Indico mientras acomodaba las sabanas que la cubrían -¿Y? ¿Te sentiste herido?

-Sí. –Dijo sin ninguna duda, después de todo sabía que no le podría mentir a su pequeña hija –Realmente me sentí herido.

-La pregunta ahora Yuuri es ¿Por qué te sentiste herido? –Y por alguna extraña razón se sintió en terapia.

-Bueno… -Se lo pensó un poco llevando su mano hasta su boca –Quizás… ¿Por qué me llamo su amigo?

-¿Su amigo? ¿Acaso a Yuuri no le gusta ser su amigo?

-No es eso, realmente es agradable hablar con él y todo, pero…No me gusto que dijera algo como eso. –Indico en un suspiro.

-Yuuri… -Y miró a Greta fijamente cuando fue llamado –Según todo lo que me estás diciendo… ¡Estás enamorado!

-¡¿Qué?! –Soltó con la impresión por delante -¿De qué estas hablan…? -Y no termino la frase al pensárselo un poco.

Se pensó el porqué de que estuviera tan molesto sobre ese asunto. Lo pensó y pensó llegando a la misma conclusión, se había molestado por eso mismo. Como le había indicado su hija se había molestado porque no quería seguir siendo solo el amigo de aquella persona, pero el asunto estaba en que jamás lo había visto o hablado directamente. Desconocía lo más importante de todo, por lo menos con eso podía saber que sus sentimientos eran sinceros, pues se había enamorado a pesar de no haberse visto nunca.

-¿Yuuri? –La voz de su hija lo saco de su ensimismamiento.

-Ah, lo siento. Yo…yo creo que ya tengo una respuesta a la carta. Muchas gracias Greta. –Agradeció antes de acariciarle la cabeza.

Al día siguiente antes de encontrarse con alguien más se decidió a contestar a aquella carta. En aquel trozo de papel se encontraban todos sus sentimientos, solo esperaba que el mensaje que quería plasmar llegara a la otra persona. Dejo la carta en el mismo lugar de siempre, esperando tener una rápida respuesta, pero para su suerte no fue de esa manera. Seguían pasando las semanas y no había una respuesta a su carta. Saber que quizás estaba siendo rechazado indirectamente no le gustaba para nada.

-Heika… ¡Heika! –Casi grito Conrad al ver que no le prestaba atención. Suspiro aliviado cuando al fin se decidió a verlo -¿Se encuentra bien?

-Ah… sí. –Indico de manera vaga aumentando la preocupación en el castaño.

-¿De verdad? –Dudo de la respuesta anterior, quería sabe que tenía tan distraído al Maou.

-Ah… Conrad. ¿Qué crees que diga que aún no haya una respuesta? Si te escribieras con alguien y le indicaras tus sentimientos en una de las cartas…que no contesten de una vez ¿Significa que he sido rechazado? –Pregunto mirando fijamente al castaño.

-Eso es bastante complicado. –Comento teniendo como respuesta un suspiro –Pero…Que tarde en contestar ¿No significa que está pensando en sus sentimientos? No lo vea de mala manera, quizás está tardando porque está buscando las palabras correctas para decirle.

-¿Las palabras correctas? –Soltó pensativo, quizás el otro tenía razón –Sí, puede ser eso. –Y sintió como el ánimo le volvía al cuerpo.

-Heika, no se olvide que esta noche tenemos un evento. –Comento el castaño con una sonrisa –Le he hablado de él ¿No? De mi hermano menor.

-Ah sí, lo recuerdo. –Indico de manera vaga -¿Por qué lo mencionas?

-Es que el evento de esta noche será para mostrar que él tomara el apellido Bielefeld. Será el sucesor de su tío. –Dijo animadamente, tenía tiempo sin ver a su hermano menor.

-Ya veo, así que lo presentaran, será la primera vez que veré a tu hermano. Has hablado tanto de él que siento cierta emoción. –Soltó con una leve risa. Desde que había llegado Conrad lo había mencionado varias veces, sentía curiosidad por saber cómo era.

-Él iba a ser parte de su guardia personal, pero de la nada decidió que no lo tomaría, que se quedaría con los Bielefeld, realmente nos sorprendió mucho. –Soltó un tanto pensativo.

-Ya veo, pero será mejor dejar de hablar del tema e ir con Gwendal o se enojara por no llegar a tiempo. –Dijo con una leve risa.

-Tiene razón.

Yuuri, espero y espero, de manera paciente, lo más que podía. Espero a tener una respuesta, pero parecía que nada iba a llegar. Pronto llego la noche y el evento dio inicio. Todos estaban conversando en pequeños grupos, pero por alguna razón el moreno se sentía ansioso, quizás se debía a que aún seguía sin recibir una respuesta de aquella carta. En algún punto se encontró en las afueras del salón, después de ser regañado por Gwendal por andar distraído no le quedo de otra que dejar el lugar, era mejor a seguir pasando pena. Miró un instante el cielo nocturno perdiéndose en sus pensamientos.

Habían sido pocas cartas, podía contarlas con las manos y aun así se sentía realmente inseguro. No sabía realmente que era lo próximo que iba a hacer, siempre supo que hacer en cualquier situación, si era necesario presionaba, pero en ese instante se sentía impotente. Camino por el jardín hasta que se detuvo de golpe al ver algo realmente brillante. Cuando miro mejor pudo ver que era una persona.

Ese escenario frente a él lo cautivo. Se quedó en completo silencio solo observando la escena, no lo podía evitar, ante sus ojos era una imagen bastante hermosa. Su cabello era rubio pero parecía brillas con la luz de la luna, su piel era tan brillante y clara que parecía ser de porcelana, un traje completamente azul con diseño militar. Estaba embobado con aquella imagen. Era hermosa.

-¿Qué se supone que estás haciendo? –Una voz desconocida lo saco de su ensimismamiento a lo que se cruzó con aquellos hermosos orbes verde haciendo que se volviera más hermoso aquella imagen.

Sin darse cuenta el moreno se había acercado y tenía su mano en dirección al otro, pero antes de poderlo tocar el otro se había dado cuenta. Cuando miró mejor pudo notar que el otro le miraba de mala manera a lo que desvió su mirada levemente avergonzado, ni él mismo sabía que era lo que iba a hacer en ese instante si no fuese sido descubierto.

-Yo… Lo siento. –Fue lo único que salió de su boca.

-Con una disculpa no bastará para terminar con las cosas, ¿Qué era lo que pensabas hacer? –Le enfrento sin ninguna duda frunciendo el ceño.

-Yo…Realmente no lo sé. –Indico sin poder mirarlo. Se sentía de alguna forma extrañado frente a aquella persona.

-¡¿Eh?! ¿No lo sabes? ¿Acaso eres un Henakochi? –Soltó en su impresión a lo que suspiro para poder volver a incorporarse –Olvídalo, no hay razón para hablar con alguien como tú. –Finalizo para decidido marcharse del lugar. Pronto se vio detenido cuando el moreno lo tomo del brazo.

-Yo… -Y no supo que decir en su defensa de aquella acción. Ambos iban a continuar con su charla pero fueron interrumpidos por un tercero.

-Heika al fin lo encuentro. –Soltó Conrad antes de detallar lo que pasaba -¿Qué ha pasado? Wolfram ¿Acaso has incomodado a Heika? –Pregunto.

-¡¿Heika?! –Soltó con sorpresa antes de que le cubriera un leve sonrojo de vergüenza, había insultado hace poco a su rey.

-Ah… No, no es lo que parece Conrad. –Indico el moreno antes de soltarle el brazo al rubio. Se sintió perdido en aquel rostro completamente sonrojado.

-¡Conrad! ¡Pudiste decirme antes sobre esto! –Dijo ahora molesto dirigiéndose al castaño.

-Vamos Wolfram, no me dio tiempo, te marchaste porque te sentías mal y Heika aún no había llegado. –Dijo en su defensa el castaño.

-¡Esa no es excusa! –Soltó aun molesto cruzándose de brazos

-Vamos. –Indico el castaño –Bueno, ahora ya se conocen. Heika, él es mi hermano menor Wolfram von Bielefeld. Le hable de él esta mañana. –Continuó con una sonrisa. Por su parte el rubio hizo una reverencia.

-Un placer conocerlo al fin Heika. Por favor discúlpeme por mi rudeza de hace poco. –Indico antes de volver a incorporarse.

-Ah, no, no hay ningún problema. –Soltó antes de llevar su mano hasta su boca. Pensó en ese momento que quizás a Wolfram le iba más el comportamiento que había recibido minutos antes que el de ese momento.

-Deberíamos regresar al salón, todos deben estar esperando. –Señaló el castaño a lo que los otros dos asintieron.

La noche finalizo sin más ningún otro inconveniente. Al llegar la hora de estar en su habitación completamente solo pensó de nuevo en aquella carta que seguía sin recibir. Se sentó en su cama unos minutos para ver por aquel gran ventanal que tenía la habitación, al ver el cielo estrellado recordó la escena que había visto hace unas horas. No importaba que hiciera la escena de Wolfram continuaba repitiéndose en su cabeza.

Sin más se levantó de su cama para ir en dirección a la puerta, abrió con sumo cuidado para no ser descubierto, al ver que no había nadie a los alrededores salió en dirección al patío. Camino al mismo lugar que hacía cada día en diferentes horas, esperando a encontrar algo cuando llegara, pero la realidad era cruel con él cuando no encontraba nada. Su camino fue interrumpido cuando se encontró con un rubio sentado en las escaleras para llegar al patío.

-Wolfram. –Soltó sin darse cuenta mientras lo miraba fijamente. No lo había dicho tan alto, pero aun así fue escuchado por la otra persona. Wolfram llevo su vista a la persona que había en ese lugar.

-Heika. –Le llamo mientras le miraba fijamente. Yuuri se sintió extrañado de ser llamado de esa forma por aquella persona.

-Por favor no me llames de esa manera. –Y no pudo controlar sus sentimientos en ese momento. El rubio frunció el ceño con molestia.

-Ese es su título ¿De qué otra manera le podría llamar? –Indico molesto sin dejar de mirarlo.

-No lo sé. Solo no me llames así, se siente extraño. –Señaló mientras se sentaba a un lado del otro.

-¿Extraño? ¿Qué es lo que le pasa? Realmente es molesto. –Dijo chasqueando mirando en la dirección contraria de donde estaba el moreno.

En ese momento Yuuri pensó que no podría tener una conversación correcta con Wolfram, su sensación era que siempre vivirían peleando por cosas estúpida. Rió levemente por esa clase de pensamiento, por alguna razón se sentía bastante cómodo al lado de aquel chico. Llevo su vista de nuevo a Wolfram a lo que sus miradas se encontraron por primera vez. Fue un corto tiempo que pareció más largo, en todo ese rato Yuuri se dio a la tarea de detallar cada parte de su rostro.

-Yuuri. –Soltó el moreno de la nada –Está bien que me llames de esa manera.

-¿Eh? Eso es imposible, es una falta de respeto a usted. –Indico en un suspiro sintiendo que no iba a lograr convencer al otro -¿Por qué quieres que lo llame de esa forma?

-Buena pregunta. –Soltó a lo que recibió una mala mirada por parte del otro –No se la razón, pero el sentimiento de querer ser llamado de esa forma por ti persiste en mí.

-Extraño. –Dijo en un suspiro antes de llevar su vista al frente –Así que Yuuri.

Un extraño sentimiento invadió a Yuuri causando que todo su cuerpo se estremeciera. Se inclinó un poco para ocultar su rostro entre sus piernas, se sintió ligeramente avergonzado de oír su nombre en los labios del otro.

-Creo que mejor no lo hagas, no creo que mi corazón pueda aguantar. –Señaló mientras se asomaba un poco para ver la expresión del otro. Este le miró con sorpresa antes de comenzar a reír.

-Ja ja, ¿A qué viene algo como eso? ¡Esta fuera de lugar! –Dijo entre risas. Verlo reír le cautivo tanto como la primera vez.

-Es cruel burlarte de los sentimientos de tu rey. –Dijo volviendo a esconder su rostro.

-Claro que no me estoy burlando. Los sentimientos son algo muy importante, solo me tomo por sorpresa. –Comento llevando su vista al cielo estrellado.

-Claro, claro, ahora intenta tapar tu error. –Dijo para destapar su rostro y mirarlo un momento antes de mirar también el cielo estrellado.

-Eso no es así, Yuuri. –Dijo con una leve sonrisa mientras le miraba. De nuevo se sintió cautivado por aquella persona.

Luego de aquel momento duraron unos minutos más observando el cielo en completo silencio. Decidieron regresar a sus aposentos despidiéndose al momento de encontrarse cerca. Antes de entrar cada quien a su habitación, no sabía si solo él tenía esa clase de sentimiento, pero antes de terminar de entrar a sus aposentos llevo su vista de regreso al pasillo, directamente a la habitación del rubio. Y de nuevo sus miradas se encontraron, ambos habían tenido el mismo pensamiento. Se observaron unos minutos en completo silencio antes de regresar su vista a la puerta de su habitación.  Finalmente entraron a sus habitaciones pero antes de terminar de cerrar aquella puerta de nuevo llevaron su vista en la dirección del otro, volviendo a encontrarse sus miradas.

Yuuri sentía que esa sensación ya la había sentido antes y no le desagrado para nada ese sentimiento. Luego de eso tuvo varias oportunidades donde conversaba con Wolfram, en cada una de esa conversaciones sentía que se acercaba poco a poco al otro. Tenía la necesidad de volverse más cercano al otro. Pasaron los días y cada vez más sus conversaciones se multiplicaban, en algún punto Wolfram había comenzado a dar excusa para alargar su estadía.

Pasaron los meses y Yuuri olvido por completo las cartas que recibía, estaba tan centrado en Wolfram que había dejado de pensar en ese asunto. Un día iba caminando por los pasillos buscando al rubio para encontrárselo por casualidad y fue entonces cuando paso cerca de aquel lugar donde siempre dejaba las cartas. Y la pudo ver, había una carta dejada en ese lugar, se emocionó no pudiendo evitar ir a tomarla para abrirla de una vez, quería saber el contenido que ahora tenía.

Lamento no haber contestado antes, sucedieron unas cosas que no me permitieron hacerlo, si te las dijera no sonarían a nada más que excusas. He leído con detenimiento tu carta y he pensado que sería lo que te diría.

Lo primero que diré será: No puedo corresponder a tus sentimientos. –Y sintió un fuerte dolor al leer esa oración- Por favor no te vayas a deprimir, seguro que lo has hecho por lo que he dicho, pero por favor termina de leer toda la carta antes de llegar a una conclusión.

No puedo corresponder a tus sentimientos en estos momentos. Realmente me hace feliz saber que me amas tanto, pero creo que ahora no puedo hacerlo. Te diré la razón. Según lo que entendí con tu anterior carta eres el Maou ¿No? Entonces significa que no nos encontramos en el mismo lugar –La sorpresa le invadió por aquellas palabras –En estos instantes la que es Maou es mi madre, eso quiere decir que no nos encontramos en el mismo tiempo ¿Extraño, no?

Esa es la razón por la que no puedo corresponder. Me hace muy feliz tus sentimientos, así que cuando te encuentres con mi yo de tu tiempo y si sigues manteniendo esos sentimientos, por favor házmelos llegar. No sé qué depara el futuro así que no se si podré aun recordarte, así que te haré una petición egoísta y te pediré que lo mismo que escribiste en esa carta me lo digas.

¿Sabías? Aquí hay una tradición de que si golpeas la mejilla izquierda de alguien le estas pidiendo matrimonio. ¿Divertido, no?

Rezaré porque nos encontremos cara a cara en algún momento. Gracias por ser mi primer amigo.

Atentamente Wolfram von Bielefeld.

No necesito más nada para decidirse a salir corriendo de ese lugar. No sabía hacía donde se dirigía solo sentía como sus pies lo llevaban sin parar. Termino llegando a la entrada donde se encontraban todos despidiendo a Wolfram, se había quedado sin excusas para quedarse. Sin siquiera decir algo se acercó con determinación. Todos le miraron unos instantes y sin que nadie se lo esperara levanto su mano para hacer aquella acción que definiría su vida.

¡Bam!

Se pudo escuchar con perfecta claridad el ruido que hizo aquella cachetada en la mejilla del rubio. Todos quedaron en Shock por la escena que estaban presenciando, no se esperaban que el Maou fuese a hacer tal acto. Yuuri primero creyó que iba a recibir un grito, así que apretó aquella carta que aun sostenía entre sus manos. Levanto su mirada para encontrarse con la de Wolfram, en ese momento lo pudo ver. De nuevo pudo observar la sonrisa de Wolfram en todo su esplendor.

Sin poder evitarlo al ver aquella expresión en el rostro ajeno no pudo evitar soltar aquella carta dejando que el viento se la llevara para tomar el rostro de Wolfram con sus dos manos antes de atrapar sus labios en un beso. Todos volvieron a quedar sin palabras ante lo que veían. El Maou había besado a Wolfram frente a todo el mundo. Conrad, Greta, Gwendal, Gunter, Gisela, los soldados, frente a todos los presentes que estaban en esa entrada.

Así comenzó la historia de Yuuri y Wolfram.

Con una cachetada y un beso, y con cartas que ambos guardaban en sus memorias.

 

 

 

-Honey ¿Qué estás haciendo? –Pregunto la mujer con curiosidad al ver a su hijo pequeño completamente ruborizado mientras leía aquel trozo de papel.

-Hahaume. –Dijo al fin para mirarla. La expresión que le mostro le dio tanta ternura que no pudo evitar cargar a su hijo entre sus brazos.

-¡Honey! –Canturreo mientras lo cargaba girando –Eres tan adorable.

-¡No soy adorable! –Señalo haciendo un puchero aun en los brazos de su madre. Miró en dirección a donde se encontraba la carta unos momentos.

-¿Esto es lo que te tiene tan disperso? –Dijo entre risas para tomar la carta y leer su contenido.

¿No la tenemos? Yo tengo quince años, aunque ahora mismo no sé realmente con todo eso de que me llaman Heika. No la adivinaré. Es divertido viajar así que deberías intentarlo, si alguna vez podemos por favor acompáñame en uno de los viajes, si te sientes mareado entonces tomaré tu mano para calmarte.

 

Hablando sobre el asunto de la amistad. Creo que no podré seguir siendo tu amigo. Me he dado cuenta que a pesar de que no nos conocemos directamente, a pesar de que hemos hablado solo a través de cartas, creo que me he enamorado de ti… ¿Es raro, cierto? Hasta yo mismo pienso que lo es. Pero a pesar de lo extraño que suene quiero que sepas que estoy hablando completamente en serio.

Mencionaste que era tu mejor amigo, y con eso me di cuenta que me dolía ser llamado por ti de esa forma, pensé y llegué a la conclusión de que no quiero ser solo tu amigo.

Si no te molesta me gustaría conocerte directamente para decirte directamente todo lo que siento, por muy raro que suene quiero decirte correctamente mis sentimientos. Si quieres saber cómo me veo entonces te diré que tengo el cabello negro igual que mis ojos y suelo llevar un uniforme negro igualmente.

Si me encuentras por favor dímelo, así te diré con claridad todo lo que siento.

Atentamente Yuuri Shibuya.

Y el contenido de aquella carta la sorprendió, tuvo que volverla a leer para poder dar una opinión sobre ella. Wolfram se mantuvo en sus brazos en completo silencio, esperando paciente la respuesta que le daría su madre.

-Vaya, vaya. –Soltó con una leve risa para bajar a su hijo al suelo –Parece que mi Honey tiene un apasionado enamorado.

-¡No es así! –Soltó mientras sentía como sus mejillas tomaban un tono carmesí.

-Vamos, no tienes que negarlo. Solo por ver esa carta se puede notar. Ese chico esta perdidamente enamorado de ti.-Dijo agachándose para quedar al nivel de su hijo.

-Pero… -Dijo haciendo una pausa mirando el suelo –En su carta dice que es el Maou, y el Maou eres tú ahora ¿No?

-Eso es correcto. –Indico pudiendo notar como se le tensaban los hombros. Rió llevando uno de sus dedos al mentón del menor para levantar su rostro y así le mirara –Honey. No sabemos que nos depara el futuro. Tal vez esas cartas signifiquen algo, puede ser tu felicidad al igual que tu peor pesadilla, pero solo depende de ti decidir si tomarlo o no. Piénsalo bien y decide si esperaras por aquel chico o no.

-¿Esperar? –Soltó ante la mirada de su madre -¡Yo…! –Y antes de poder decir algo su madre lo detuvo colocando uno de sus dedos en sus labios.

-Honey, pon esos sentimientos en la carta. –Señaló con una sonrisa. Sin hacerse esperar se giró para tomar un papel y lápiz comenzando a escribir.

Cuando termino de escribir guardo la carta en un sobre para dejarla en el mismo lugar de siempre, donde había dejado la primera carta que había escrito. Al dejarla en ese lugar la miro un momento, unió sus manos deseando que la carta le llegara a aquel chico del futuro. No conocía su rostro ni nada, solo conocía su personalidad aun así se sentía emocionado, se sentía impaciente. Quería conocerlo de una vez, pero tendría que esperar. Wolfram había decido esperar a Yuuri los años que fuesen necesarios.

Al acabar con sus fuertes deseos se giró para sin más marcharse del lugar. Ahora tendría que prepararse para aquel futuro con aquel chico llamado Yuuri. Era la primera vez que alguien se volvía su amigo, al igual que era la primera vez que alguien le decía que le gustaba, lo mejor de todo era que era la misma persona que le había hecho tener esas dos emociones. Se sintió impaciente de conocer a aquel chico moreno.

A los minutos de que Wolfram se marchara se pudieron escuchar pasos en el lugar. Cherry había llegado al lugar minutos después de que Wolfram se marchara. Con una sonrisa en su rostro y soltura camino hasta donde se encontraba su carta para tomarla entre sus manos, rió levemente por la travesura que estaba realizando.

-Honey. Deja a tu torpe madre hacer algo bueno por ti. –Dijo con una leve risa antes de que la carta comenzara a brillar en sus manos. Pronto la carta desapareció sin más –Para que tus sentimientos se conecten con aquella persona que decidiste amar.

Finalizo antes de reír levemente. Se giró en sus talones decidida a entrar al castillo.

Un pequeño capricho que dio inicio a aquella historia de amor.

Porque a veces las personas que menos esperamos son las que más nos ayudan.

Y porque para amar no existe ninguna barrera.

Notas finales:

Espero que les halla gustado tanto como a mi. 

Que lo disfruten y nos vemos en otra ocación <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).