Cuando somos niños creemos con frecuencia en la bondad, creemos que todo lo que nos rodea sera eterno. Sonreímos y compartimos preciados momentos con personas especiales. Aquellas que llenan nuestra vida de alegría, que nos sacan sonrisas y escuchan nuestro llanto, pero el tiempo y la circunstancias pueden extinguir hasta el lucero mas brillante de una constelación.
Todo comenzó de maravilla. Así lo recordaban los pequeños Shura y Donatello. Se hicieron grandes amigos, aunque se veían pocos días debido a que viajaban constantemente a sus lugares de entrenamiento.
El aprendizaje para los caballeros dorados era diferente que para los de menor rango.
Ellos recibían entrenamiento físico en su país natal, y aprendizaje académico en Grecia. Con tutores personales que les enseñaban cosas básicas y griego al mismo tiempo. Y no podría ser de otra forma, la élite del ejercito Ateniense debía reflejar a la diosa de la sabiduría.
Los santos recibían clases. Y podían escoger dos asignaturas en las cuales especializarse.
En una de esa clases se conocieron los dos niños. Historia, fue la materia que los dos escogieron estudiar a profundidad.
-¿ Que otra clase escogiste?-el pequeño italiano deseaba saber si estaría mas tiempo con su nuevo amigo.
- Física , ¿ Y tu?
-Literatura- respondió, estaba triste esperaba poder pasar mas tiempo con aquel muchacho.
-¡Estupendo!, oye que te parece si nos juntamos en los recesos. Y le enseñamos al otro lo que sabemos.
-Seria estupendo...¿ Te gustaría empezar hoy?
-No veo por que no.
Se dijeron sus horarios, para de esta forma saber cuando se verían, cada materia especializada tenia un cupo de dos estudiantes. Pasaban los días y los pequeños se hacían cada vez mas unidos.
-Bueno...ya me tengo que ir-comento Capricornio- se acerco a su amigo, para despedirse con el tradicional roce de mejillas. Pero en Italia se acostumbra a dar un beso en la mejilla izquierda. Debido a esto terminaron juntando sus narices.
Aquello les causo gracia, eran tan solo unos niños disfrutando de los pequeños momentos de paz.
Pero desafortunadamente la maldad busca infectar con mayor rapidez a los mas pequeños, exponiéndolos a dolor y muchas cosas mas...
El maestro de Shura era estricto, pero justo. Sabia como debía formarse a un buen guerrero.
Por otro lado DeathMask tenia un terrible maestro, cruel y de gustos repugnantes. Ningún niño debía estar bajo su cuidado.Fue así que Deathmask consolido su personalidad. Necesitaba llenarse de valor y fuerza para desechar todo lo vivido con su maestro.
Años después cuando Shura ya custodiaba el décimo templo. Escucho que el cuarto guardián había llegado a las doce casas. Corrió feliz por haberse reencontrado con su amigo
Pero cuando lo encontró no pudo reconocerlo.
Los ojos azules habían perdido su brillo, el pelo azul destilaba muerte. Y en el fondo como si lo hubieran tallado en la pared se encontraba el rostro del maestro de Deathmask...Su risa estruendosa fue lo ultimo que DeathMask le dedico a Shura por muchos años.
Y una noche, después de mucho tiempo el Español perdió por completo el recuerdo de niño inocente que guardaba sobre DeathMask.
Se había enterado de la traición Saga, jurándole lealtad, para conseguir finalmente un mundo en paz. Lo que nunca pensó fue que Saga siendo un hombre tan recto tuviera ciertas preferencias. En especial por alguien como Cáncer.
Se dirigía a las termas, sabiendo que él falso patriarca pasaba mucho tiempo ahí. Fue entonces cuando lo escucho, entre los vapores de aquel lugar; que se dispersaban poco a poco pudo escuchar la voz del joven que en antaño fue su mejor amigo.
-Saga...¡ah!-gemidos, eso llego a sus oidos. Pero lo que lo dejo perplejo fue la imagen que vio. A lo lejos diviso la figura de Cáncer. Sus ojos tenían brillo de nuevo.pero este parecía que solo deseaba llorar, a la espalda de Cáncer. Saga se mecía una y otra vez, llamando a Cáncer de forma( al menos para Shura) repugnante. Salio del lugar, antes de ser visto escuchando una ultima confesión por parte del italiano.
-Dime, ¿A quien perteneces?
-¡ah!...Sa-aunque él español no lo vio DeatbMask negó con su cabeza-¡Shura!...¡ah!,Shura...
El español no comprendía por que DeathMask había pronunciado su nombre en una situación así, pero no le daría importancia. Si Saga había sellado su alianza de esa forma con Cáncer, lo mejor era alejarse. No podía saber como había reaccionado él mayor al escuchar que DeathMask le había negado su dominio y no conforme con eso le confeso que le pertenecía a otro.
Pero Aquel recuerdo vendría a él nuevamente y Shura le preguntaría a su cangrejo ¿ Que había sucedido aquel día en los baños?
Aunque Shura deseaba saber el motivo por el cual Cáncer le confeso eso a Saga, esa tarde no podría saciar su curiosidad, el cangrejo se había marchado. Atena tenia una reunión con Hades, se estaban terminado de firmar algunos acuerdos, a si que DeathMask acompañaría a la deidad.
El silencio rondaba por la casa el discípulo de el Italiano era reservado, igual a su maestro. Mira al pequeño con atención, preguntándose ¿Que tan fuerte era el lazo entre ellos?, después de todo...no cualquiera decide teñirse él pelo en honor a su maestro. Shura reconocía que su propio maestro fue un hombre noble, pero...no le guardaba el cariño suficiente como para hacer algo así.
-Mei...¿Puedo preguntarte algo?
-Claro señor-respondió el japones, aliviado por que el mayor rompió el silencio.
-¿Como te trato DeathMask?
-Pues bien...aunque mi maestro es un poco extraño ¿No le parece?
-Si, el suele ser así aunque ¿Por que te parece extraño?
-Pues...su temperamento es cambiante, un día puede ser muy gentil al otro ser muy directo o sarcástico.
-Debe ser por la luna-Shura recordaba los particulares cambios de humor de su camarada, siempre le provocaban risa.
-La luna...mi maestro parece no quererla mucho, siempre que la veíamos, los ojos de mi maestro se apocaban, mas de lo usual...y eso me preocupaba bastante.
.¿Alguna vez le preguntas que le ocurría?
-Si, pero el solo sonreía, revolvía mis cabellos y se marchaba, siempre fue muy esquivo sobre algunos temas, cualquier cosa que pudiera dejar ver mas haya de lo que mis ojos me permiten la mantenía muy oculta.
-Comprendo- entendía a la perfección lo que el joven guerrero decía, muchas veces trato de acercarse de nuevo a Cáncer, pero siempre que estaba cerca de él se alejaba, porque recordaba que aquel ser ya no era el niño que él conoció, y de alguna forma desarrollo cierto desprecio por "DeathMask", el ser que poco a poco devoraba a su Italiano.
-Y ¿Que hay de usted?
-Bueno yo...¿Que deseas saber con exactitud?
-Lo mismo que esperaba obtener de mi al iniciar esta platica-respondió.
-Esta bien, Mask...siempre fue muy especial conmigo, muy cercano, estábamos ahí cuando el otro lo requería.
-Y ahora están mas unidos ¿Verdad?
Shura sonrió, si...por fin estaban juntos de nuevo, como siempre debió ser, juntos como el destino había decretado.
Días despues Atena y Cáncer regresaron al santuario, trayendo agradables noticias con ellos, la paz había sido pactada, aunque él dios del inframundo había regresado no comenzaría una nueva guerra. Y ahora que el Italiano había regresado Shura le preguntaría lo que tanto anhelaba escuchar.
-Que bueno que regresaste.
-Claro, ¿Que esperabas?
-No se, solo decía-se cruzo de brazos, el cangrejo solía ser un poco brusco, aunque a veces hablaba en broma esto era difícil de notar.
-¡Ya se! , creíste que Atena me dejaría ahí abajo, y que tu podrías hacer y desacer a tus anchas-se acerco al Español-no te libras de mi , cabrita-guiño un ojo.
-Espere mucho para recuperarte, ¿que te hace pensar que te quiero lejos?-tomo las caderas del mas bajo, acercándolo a su cuerpo.
-Creo que sí... ¿Me buscaste alguna vez?-subió su mirada, entrelazando sus ojos azules con los verdes de Shura.
-No podía, no quería perder lo poco que recordaba de ti.
-Comprendo, no valía el esfuerzo.
-¿Por que haces eso?-pregunto enojado el Español, le molestaba bastante esa actitud, la poca valía que Cáncer le daba a su persona.
-¿Hago que?
-Creer que no vales nada, e imponerme ese pensamiento.
-No impongo nada, solo...es la verdad.
-No lo es, eres muy importante para mi-toco la mejilla del moreno-no vuelvas a suponer lo contrario.
Cáncer abraso a Shura, solo Capricornio podría soportar sus cambios de humor-Siento... que quieres preguntarme algo.
Acaricio los cabellos azulados-Si, quiero preguntarte... ¿Recuerdas la noche en la que Saga te confeso que él había acecinado al patriarca?
Tardo en responder, si lo recordaba, pero no era algo que deseara contarle a Capricornio-Si, lo recuerdo.
-¿Por que le dijiste que me pertenecías?
-¡¿Estuviste ahí?!-trato de alejarse pero Shura lo aferro con mas fuerzas.
-Si, escuche como me llamabas.
-Si lo escuchaste...¿Por que nunca te acercaste?
-No quería olvidar lo que me gustaba de ti, eras irreconocible, si me hubiera acercado, no habría podido amarte.
-¿Y ahora ?-esta vez capricornio dejo que él otro se alejara.
-ahora te amo mas que nunca-beso a su querido cangrejo, ya no existían mascaras que pudieran separarlos.
Y mientra Capricornio y Cáncer disfrutaban de su amor, Mei rondaba por el santuario, y al encontrarse con alguien especial se preguntaría a sí mismo , ¿El amor a primera vista es real?