No podía estar pasando, es poco probable o hasta imposible enamorarse de alguien tan solo al verlo. Quizás era solo atracción; pero si ese era el caso. ¿Porque la estaba siguiendo?, bueno el se dirija al mismo lugar, así que caminar mas lento e lo normal para no rebasarla no era seguirla.Aunque pensándolo mejor podría acercarse a ella, y aprovechar que tenia la misma ruta para conversar.
Pero si la alcanzaba, ¿Que le diría?... saludarla con cortesía seria lo ideal:
-Buenas tardes-exclamo el adolescente.Los cabellos verdes y cortos voltearon a verle.
-Buenas tardes-respondió, correspondiendo al saludo de aquel desconocido.
-¿Vas a la casa de algún dorado?
-Si...visitare a Aioria.
-¡Que bien!-termino por acercarse a la joven-Yo también visitare a un dorado.
-Entonces deja de caminar tan lento, podemos ir juntos-aun no comprendía porque ese muchacho iba a un paso tan lento.
-Esta bien. ¿Como te llamas?- pregunto, dándose cuenta del poco camino que le quedaba por recorrer.
-Lythos-miro al de cabellos azules- ¿Y tu?
-Mei- aquel nombre le sonaba, pero no recordaba donde lo había escuchado.
-¿Mei?...es un nombre extraño para un hombre ¿No te parece?
-¿Eso cree?-extraño, tal vez no apropiado, o indicado.
La joven levanto los hombros, como si aquel comentario, no fuera de gran importancia, ciertamente no lo era, pero es bien sabido que en ocasiones es muy difícil, socializar o entablar conversaciones con alguien nuevo.
-¿De donde conoces al señor Aioria?
-El me salvo hace muchos años...incluso me adopto cuando quede sin familia.
-¿Entonces no eres un caballero?
-No, soy algo así como un escudero... ¿Tu a que dorado conoces?
Cuando el japones se proponía a responder a la pregunta, su maestro salio de su casa, la joven al ver de nuevo al Italiano frunció el ceño y no permitió que Mei respondiera.
-Hablaremos después Mei-se despidió he ingreso a la casa de leo. El joven se despidió con su mano.
-¿Que paso?-pregunto el de cabellos largos, su maestro poso su brazo sobre su hombro.
-Ven, cuéntale a tu maestro que sucedió.
Cáncer decidió ingresar nuevamente a su residencia, había acordado verse con Shura, pero tendría que retrasar ese encuentro.
-Vera, yo iba caminando de lo mas normal...entonces la vi. Y no se, como que comencé a sentirme raro, es que Lythos es muy bonita-el menor suspiro.
-Comprendo...pues en ese caso, no deberás decirle que yo soy tu maestro.
-Pero...¿Por que ?
-Pues...digamos que yo, era o soy mejor dicho, muy hiriente con respecto a Leo.
-Pero pensaba que ahora se entendian mas.
-Y así es...pero-ahora fue el cangrejo quien suspiro-es tan divertido hacer enojar a Aioria...y tan fácil.
Mei frunció el entrecejo-¿Esta diciendo que molestara a Lythos?
Cancer rio- Pequeño Mei, sigues teniendo la misma cara de hace años...no , no pienso molestarla, digamos que ya lo hice. Veras cuando tu querido maestro tenia maso menos tu edad. Aioria trajo a esa niña al santuario, en ese tiempo mi actitud con el minino era muy agresiva, todo lo que el decía o hacía me irritaba bastante. En una ocasion, Lythos se escabullo para escuchar una reunión de orados, cosa que esta totalmente prohibida, a si que le di una patada...o casi, la verdad ya no me acuerdo.
-¡Por eso esta tan molesta!-expreso Mei, como si todo hubiese sido sumamente evidente- Maestro...Por que si usted es tan malo con todo el mundo, ¿Nunca lo fue conmigo?
-No lo se, pero si quiere puedo comenzar a hacerlo-se levanto, revolviéndole los cabellos al muchacho.
Ni siquiera Cáncer tenia la respuesta a aquella pregunta. Quizás fue un momento, en el que se propuso hacer las cosas diferentes, o que la completa aceptación que Mei mostró ante su destino le genero simpatía. Aquel muchacho tenia na gran fuerza en su interior, un poder de aceptación por la vida, a sus escaso diez años, que fue cuando lo conoció.
El joven Berenices frecuentaba a Lythos, y aunque su maestro le aconsejo negar que ellos tenían algún vinculo el menor nunca lo hizo, porque él no hablaría sobre "DeathMask" ; pues jamas lo conoció, su maestro nunca se comporto como el guerrero sanguinario que todos veían e el santuario, Cáncer nunca trato con hostilidad a Mei. Y esa actitud noble que mostraba Mei, lleno de curiosidad a la joven escudera, si ella hubiera estado en el lugar del japones quizás hubiese echo caso al consejo de su maestro.
Mientras aquellos adolescentes compartían de su nueva amistad, Capricornio reprendía de manera leve la poca puntualidad del cangrejo.
-¡Quieres dejarlo ya!,¡Fue hace tres días Shura!- el cangrejo comprendía que el otro se sintiera ofendido por no asistir a su cita.
-Lo se, pero yo estuve ocupado los otros dos, y sabes perfectamente que mañana tendrás que ir de nuevo al inframundo.
-¿Y?...no es como si me fuera a quedar para siempre.
-Mas te vale, porque si se te pasa por la cabeza, bajare para cortarte en trocitos.
Ante la respuesta enojada del Español , Cáncer opto por acercarse a él, y pellizcandolo de la mejilla le pregunto-¿Y porque iba a querer quedarme?
El mas alto, que se enojo, por su propia insinuación, tal vez al considerarla posible respondió-Tu sabes perfectamente porqué.
Cáncer que a pesar de querer mucho a su camarada Español , no permitirá que insinuara esas cosas- ¡Pero te dije que no fue en serio!, fue igual que con Saga...yo no podía dejar de pensar en ti.
Shura levanto sus ceja, ¿En verdad ese era el motivo, suspiro, para acariciar con sus dedos la mano que aun sostenía- Lo lamento, es que... todo esto me parece tan irreal, me da miedo pensar que despertare, y te veré junto a Saga, o pero ...que aun estamos en el inframundo y tu estas junto a Radamanthys.
Donatello beso la mejilla del mayor- no lo piensas mas, nada de eso pasara, volveré y haremos algo especial..¿Te parece?
¡Claro que le parecía, y se lo demostró besándolo, pegandolo a su cuerpo, acariciando las caderas de su adorado Italiano, antes de separarse Shura mordió de manera leve el cuello del moreno.
El confiaba plenamente en DeathMask, pero Radamanthys no le daba la misma confianza.Dentro de poco Cáncer y Atena partirían de nuevo, Shura esperaba que todo saliera bien, y que una vez mas pudiera ver los azulados ojos de su cangrejo.