Luhan respiró profundamente y dio leves golpecitos suaves en su espalda. Estaba algo cargada, pero era normal, suponía, si el bar siempre estaba lleno de gente y él trabajaba de mañana a noche solo con el descanso de comer. Bueno, menos mal que los sábados solo trabajaba por la mañana, teniendo la tarde libre, y los domingos eran fiesta para él.
El horario no estaba mal.
-¿Estás bien? –Le preguntó Jongdae en la barra del bar.
-Sí, solo estoy cansado.
-Ya veo, si quieres me ocupo yo de tu parte y haces la mía, es más tranquila.
-No, tranquilo, solo me duele la espalda, luego cuando lleguemos a casa me tomo algo para el dolor y ya está. Te dejo, bye.
Jongdae se despidió también y Luhan fue a atender unos clientes que habían entrado hacía apenas unos segundos. Tomó nota y fue a la barra para conseguir lo que pidieron, trabajando con eficacia y profesionalidad mientras de reojo observaba a Sehun y Jong In ocuparse a la perfección de los clientes, siendo más jóvenes y guapos.
Por la noche, Minseok se aseguró de que Luhan se tomara algo para el dolor y ahora estaba descansado sobre su novio, acariciándole la cabeza, mientras babeaba la camiseta de Minseok. En fin, ambos tenían ese maldito hábito de babear mientras dormían. Era asqueroso, pero estaban acostumbrados a las babas del otro. En el otro lado del sofá, en la casa que compraron donde vivían desde hacía unos días después de toda una semana de mudanzas, Sehun estudiaba y Jongdae le ayudaba.
No lo parecía, pero Jongdae era muy listo y había sacado grandes notas en la universidad.
-¿Lo entiendes? –Cuestionó Jongdae –Es fácil cuando le pillas el truco.
-Sí, ahora sí que veo la sencillez. Gracias. –Besó a Jongdae y se levantó para guardar todos los papeles, había estado estudiando últimamente y el examen era en dos o tres días aproximadamente.
-Este chico es todo un cerebrito aunque no lo aparente –Alagó Minseok mientras mantenía una de sus manos acariciando los cabellos negros, recién teñidos, de Luhan.
-Lo es, es muy listo. Luhan debe estar orgulloso de su hermano.
-Créeme cuando te digo que lo está. –Confirmó –Es el hermano mayor más orgulloso.
Jongdae y él rieron bajito para no despertar o perturbar el sueño de Luhan pero ya se encargó el teléfono móvil de este, guardado en el bolsillo del pantalón de Luhan, que lo despertó. Medio dormido y gruñendo sacó el móvil, despertándose de golpe.
-Joder… Es papá.
Ante escuchar eso Sehun salió corriendo y se sentó al lado de su hermano que puso el manos libres.
-¿Papá?
-¡Hijo! ¡Si no llamo yo no nos llamas! –Se escuchó un grito femenino. -¡Nos tienes abandonados!
-Mama ¿Por qué llamas desde el móvil de papá?
-Oh, porque el mío se ha roto. Estos móviles no duran nada, los de antes se caían al suelo y el suelo se rompía pero el móvil seguía intacto. ¡Yo quiero uno de esos!
-Ya veo… Mala suerte.
-¿Cómo está todo?
-Bien, está todo bien.
-¿Me puedes decir porque llamó a casa y no contestáis? Estáis en casa ¿Cierto? Es muy tarde para dejar a Sehun solo, es mi pequeño.
Sehun rodó los ojos, teniendo que soportar ver a Jongdae y Minseok reírse discretamente de como trababa su madre a ambos hermanos. Tener novios para esto, pensaron ambos hermanos.
-Mamá, no sé si se te ha olvidado pero Sehun es mayor de edad –Dijo –Y no puedes porque nos mudamos de casa. La casa donde vivíamos se vendió y los dueños de ahora cambiaron el teléfono de casa.
-Oh… ¡¡¿Espera qué?!! ¡¿Por qué?!
-¿Recuerdas que te dije una vez que estaba saliendo con un chico? ¿Sí? Pues por eso mismo.
-¿Te llevaste a Sehun? ¡Cuando tienes novio te olvidas de todo! ¡Capaz eres de dejarlo en la calle durmiendo con las ratas!
Minseok y Jongdae tenían que tapar sus bocas con las dos manos para que no se les escuchara reír, pero realmente se estaban riendo con ganas de ellos dos y de las caras que estaban poniendo ambos hermanos.
-No me olvido de Sehun, vive conmigo y Minseok, mi novio.
-Menos mal, pobre de mí Sehunnie, teniendo que soportaros todo el día… -Se lamentó ella, Luhan suspiró y Sehun quiso que la tierra lo tragara.
-¿Has llamado para algo más?
-Sí, en realidad quería deciros que el viaje tan largo de negocios ha acabado. Bueno, acabó hace un mes pero nos quedamos más tiempo para unas vacaciones –Dijo riendo –Volveremos a Corea en dos días y ya puedes presentarme a ese novio tuyo, serás gay, pero tiene que estar a la altura de un Xi.
Minseok dejó de reír. ¿Qué? ¿Cómo?
-Esto… No hace falta, yo sé que está a mi altura.
-¿Y? Tu opinión no cuenta.
-¡Mamá! ¡Aceptaste al idiota de Yi fan porque decías que estaba a mi altura y mira lo que pasó después!
-¡Fue un pequeño error!
-¡Yo sé que está a mi altura! Si quieres conocerlo adelante, pero nada de escoger por mí, estamos en el siglo veintiuno mamá, con los móviles que no duran nada, con los ordenadores inteligentes y esas cosas.
-Ya… Ya sé… ¡Nos vemos en dos días, peque! ¡Dile adiós a mi bebé!
-Si… Adiós…
Luhan colgó y suspiró. Su madre seguía igual pasara el tiempo que pasara. Minseok apoyó su mano en los hombros de Luhan, feliz de que le defendiera ante su madre, mientras Jongdae se reía de Sehun llamándole bebé y este rojo como un tomate intentaba golpearle.
-No es por nada, pero vendrán mis padres y preguntaran porque vives aquí –Habló Luhan a Jongdae –Lo más seguro es que tengas que presentarte como el novio de Sehun, duermes en la misma habitación además, no podrás mentirles, se darán cuenta y se enfadarán.
-Mierda… ¿Tengo que pasar por la prueba de los padres? ¡¿Sabes lo traumático que fue pasar por la tuya?!
-No son ni la cuarta parte de duros que yo, idiota.
-A mí no me importa presentarme delante de tus padres –Aseguró Minseok abrazándole –Así será más oficial que eres mío, todo enterito. –Dijo coqueto, Luhan mordió sus labios.
-¿De verdad? ¿Todo enterito?
-Todo todito.
-Búsquense una habitación, por el amor de dios –Se quejó Sehun.
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El día llegó por fin y los padres se presentaron delante de la casa, habiendo tenido la dirección porque Luhan se la mandó por mensaje. Ese día se cogieron fiesta en el bar, asegurando motivos personales. Los recibieron los hijos, Luhan y Sehun, que abrazaron a sus padres felices de verlos.
Hacía mucho que no los veían en persona por culpa de los negocios.
Pasaron a la casa y los padres la inspeccionaron de arriba abajo después de presentarse ante Minseok, que se presentó como el novio de Luhan, y ante Jongdae que no dijo nada. Ya descubrirían quien era, ahora tenía algo de miedo. La casa, a ojos de la madre, era demasiado moderna, normal en alguien que había vivido en el siglo pasado y prefería los móviles de antes porque duraban más.
Aunque criticó varias cosas de la casa, se mostró después contenta con ella diciendo que ya se encargaría ella de enseñarles que era una casa de verdad.
-Bien, entonces… -El padre miró a Minseok –Eres el novio de nuestro hijo.
-Sí, señor. –Dijo educadamente.
-Te veo bien, no como el otro idiota que nos presentó Luhan. –Criticó –Siempre supe que no era bueno.
-¿Pero no sale este del tipo de Luhan? –Se mostró confundida la madre.
-En realidad… -Intervino el mencionado –Aunque no lo aparente físicamente, lo es.
-Oh…
Minseok sonrió, colocándose al lado de Luhan. Los padres miraron a Jongdae el cual supo que era ahora o nunca, Sehun podría enfadarse con él – de hecho, ya le miraba mal aunque no se notara en su permanente expresión póker – y eso no era nada bueno para su integridad física.
-¿Quién eres exactamente tú? –Preguntó el padre.
-El novio de Sehun.
Fin, lo hizo. Adiós mundo cruel.
Sehun sonrió, feliz de que se atreviera a presentarse, Luhan puso una expresión de preocupación porque sus padres no contestaban y eso no indicaba nada bueno y Minseok rezó a los dioses de varias religiones que por favor nada malo pasara y que salieran todos vivos de esa reunión con los padres de Luhan, una familia de clase alta.
-Oh… Así que… -Dijo la madre por fin –Sehunnie… Mi Sehunnie… Es… Gay.
-Esto… Sí. –Confirmó Luhan –Te salió también gay.
-¿Lo influenciaste? –Le preguntó el padre directamente, Luhan rodó los ojos.
-¿A estas alturas no entendéis que homosexual se nace, no se hace? –Dijo con brusquedad –Sehun nació homosexual, siempre lo fue. No tuvo nada que ver que me viera varias veces con mi ex novio o que me haya visto con Minseok ahora, él es así.
-Eso es verdad –Dijo Sehun –Siempre lo fui.
Los padres miraron serios a sus hijos. El ambiente era tenso y es que aunque aceptaron la homosexualidad de Luhan, no siempre fue así. Cuando Luhan salió del armario lo enviaron a un psicólogo para que lo tratara, tuvo que ser el psicólogo el que les explicara que ser homosexual no era una enfermedad o un problema ni nada, era solo una condición sexual de gustos. Fin. Entonces decidieron pasarlo por alto.
-¿Quién nos dará el heredero?
Eh ahí el mayor problema, el heredero de la familia Xi.
-Pues… Existe la inseminación artificial… La adopción… Un vientre de alquiler… -Nombró Luhan –Y es demasiado pronto, tengo veintitrés años y Sehun dieciocho, no pensemos en ello hasta que sea mas tarde, quiero hijos, siempre os lo dije, pero no ahora.
-Es cierto, somos jóvenes. –Dijo Sehun.
Los padres miraron a Minseok y después a Jongdae, buscando la opinión de ellos.
-Yo creo que está bien esperar –Habló Minseok –Cuando la relación sea más estable que ahora.
-Sí, Sehun es muy joven aun. –Dijo Jongdae –Pero no me niego a eso, solo… Tendré que hacerme a la idea.
Los padres se sentaron en el sofá mientras Minseok con ayuda de Luhan y Jongdae – solo porque quería verse útil en presencia de los padres de Sehun – hacía la comida. Aunque estaba nervioso por los padres de Luhan que, aunque él aseguraba no eran muy duros no veía eso, eran muy de ser temidos. Pero Minseok era fuerte, siempre lo fue. Siempre ocultó su personalidad tras una máscara de inocencia e ingenuidad para protegerse pero no podía recurrir a ‘’ Xiumin ‘’ siempre.
Debía ser él ahora.
-No estés nervioso –Le susurró Luhan abrazándolo por detrás –Sé tú mismo.
Minseok asintió.
-Gracias.
Al terminar de hacer la comida, entre todos colocaron bien la mesa y los llamaron para comer. Los padres se sentaron juntos en frente de sus hijos; al lado de Luhan estaba Minseok y al lado de Sehun Jongdae. Probaron la comida los primeros.
-Eres un buen cocinero –Dijo mirando a Minseok –Me gusta.
Minseok soltó el aire que tenía acumulado.
-Gracias.
Comenzaron todos a comer, solo hablando el padre con Luhan sobre su trabajo, descubriendo que Minseok tenía un bar donde ahora Luhan trabajaba, habiendo dejado el bar Two Moons, y que el bar de Minseok, El dorado, era muy famoso en apenas unos días. Se saltó la parte de youtuber porque sus padres no les hacía gracias ese tipo de cosas.
Cuando acabaron de comer, Jongdae y Minseok recogieron la mesa y fregaron los platos mientras dejaban intimidad a la familia.
-Son buenos chicos –Alagó la madre –Pero esto no me convence. ¿Qué pasará con el heredero?
-Ya te dije, lo tendré igual.
-Eso espero. Sehun y tú tenéis que darme un heredero al pasar de los años sí o sí. Quiero ser abuela, siempre me ha hecho ilusión, y que mis hijos sean… Diferentes, no me impedirá tener nietos.
-No te preocupes por la ‘’ diferencia ‘’ –Dijo de malas Luhan –Lo tendrás así que deja este tema.
-¿Cuánto llevas con Minseok y tú con Jongdae? –Cuestionó el padre serio.
-Con Minseok llevo algo más de un año, él con Jongdae… Unos meses.
Los padres miraron a Sehun, el cual se encogió de hombros.
-¿Empezasteis cuando eras menor de edad? –Preguntó el padre.
-Sí, pero no hicimos nada. De hecho, seguimos sin hacer nada –Mintió –Me respeta porque sabe que soy menor, ahí donde le veis es educado y con costumbres.
-Es verdad –Intervino Luhan –Yo vigilo mucho lo que hacen, os aseguro que Sehun sigue intocable y puro.
-Bueno, ese chico entonces tiene algo bueno –Dijo orgullosa la madre creyéndose el cuento que ambos hermanos dijeron –Porque estaba preocupada por ese detalle. Si sabe respetar que eras menor de edad y además aún sigue sin tocarte, eso lo convierte en bueno para ti. Por otra parte, Minseok tiene un negocio que va bien, y aunque es solo un bar, dices que va mucha gente, es servicial, educado y se le ve buena persona.
-Lo es –Aseguró Luhan –Cuando era más joven solo me fijaba en si era popular junto algunas otras cosas… Ahora no, eso no importa. Si lo es o no, da igual, Minseok es ideal para mí y, dios, para cualquiera en realidad. Es el chico perfecto… Solo que es gay. Bueno, para mí es perfecto entonces. –Rió.
-Los aceptamos, pero recuerden, el heredero o no hay trato.
-Sí, tendrás heredero.
Minseok y Jongdae regresaron y hablaron solos con los padres de Luhan y Sehun los cuales les hicieron algunas preguntas simples para comunicarles que aceptaban la relación que tenían con sus hijos, recordándoles que necesitaban herederos sí o sí y que eso no era cuestionable, era una condición indispensable para que ellos aceptaran esa relación. Además, les amenazaron con que si hacían daño a sus hijos, no dudarían en buscar como joderles la vida y es que si no lo hicieron con el ex novio de Luhan fue porque este llorando les dijo que no o los odiaría.
No volverían a detenerse por segunda vez, lo tenían claro.
Como padres, se preocupaban mucho por sus hijos y querían lo mejor para ellos, aun si debían amenazar duramente para conseguirlo. Mejor meter miedo y que una mala persona se fuera, a no meter miedo y que la mala persona se quedara.
Ley del más fuerte.
Los padres se quedaron, en total, una semana en casa donde dos de esos días visitaron el café de Minseok, viendo la elegancia de este, contemplando a Jongdae trabajar con eficacia y profesionalidad y a Luhan atender a los clientes, así como a Sehun, por la tarde, para no tener que decirles a ellos que pagaran toda la universidad aun cuando podían costearla con facilidad.
El bar de Minseok fue alagado por los padres de Luhan y Sehun, diciendo que vendrían de vez en cuando y lo recomendarían a amigos y empresarios, queriendo ayudar con el bar. Minseok no pudo estar más feliz con ello. Más clientes era algo que no rechazaría nunca.
Se fueron a la semana a China para visitar a los abuelos de Luhan y Sehun, tanto maternos como paternos, recordándoles que tendrían que viajar cuando cogieran vacaciones para visitarles y presentar a Minseok y Jongdae ante ellos, también recordándoles que les llamaran más a menudo.
Bueno, no fue tan malo como pensaron, peor ahora que había sido aceptado por los padres de Luhan, Minseok lo tenía más claro que nunca.
Debía hacerlo…
Debía pedirle matrimonio a Luhan porque sabía, en China podían casarse y si no, solo sería simbólico.
Pero Luhan, sí o sí, llevaría su anillo.
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