Se montó una vez más en el tren de Hogwarts, inquieto por otro año más de sentirse sofocado por dentro. Bromeaba con sus amigos, e insultaba y molestaba a los más débiles como de costumbre. Y aunque lo hacía solo por habito y no por diversión, seguía haciéndolo. Fingiendo ser algo que no era. Fingiendo día tras día. Una vez sentado en el compartimento del vagón de Slytherin, miro fuera de la ventana con su cabeza recostada de su brazo mientras admiraba el sol radiante sobre las hojas de los árboles o sobre algún rio que cruzaban o se veía a lo lejos.
Imaginaba lugares libres a los que huir. Donde sentirse lleno de una felicidad irradiante fuera del caos y a guerra del mundo mágico. Imagino viviendo en un bosque, solo él y su libertad. Con el poder de viajar a lugares diferentes, ver culturas diferentes. La idea era maravillosa. Pero lamentablemente le tocaba solo vivirla en su cabeza. La voz chillona de Pansy lo saco de sus fantasías, hablaba con Blaise Zabini sobre qué pasaría este año escolar, debatiendo si el profesor Snape se quedaría con el puesto de defensa contra las artes oscuras o no. Y si había otro profesor que tipo de profesor era. Honestamente a Draco le importaba lo más mínimo quien sería el nuevo profesor de Defensa Contra Las Artes Oscuras.
No hizo muchos comentarios el resto del camino, dando excusa de que simplemente estaba cansado y quería llegar de una vez. Justo antes del banquete de esa noche, se fue a duchar. Camino por los pasillos a solas en dirección al Gran Comedor, mucho más temprano que los demás. Frente a él caminaba un chico de Gryffindor de cabello negro alborotado. Harry Potter. Estaba solo, parecía que tenía la misma idea que el al encaminarse al comedor tan temprano.
-Buscando algo de silencio sin escuchar a la comadreja eh Potter- Dijo Draco detrás de el con aire de ironía, debido a que el mismo no quería seguir escuchando la voz molesta de Pansy.
-Déjame en Paz Malfoy- Dijo Harry cortante, no tenía tiempo para que Draco se pusiese a molestarlo tan temprano. Quería silencio. Quería estar solo.
-Debes admitir que lo que digo es cierto. - Hizo un silencio, y pensativo sin darse cuenta de que decía en voz alta siguió- Yo también quiero estar solo. Irme lejos…
- ¿Y para que querrías tu irte lejos? - Harry lo miro curioso, y Draco sorprendido por descubrir que lo había dicho en voz alta miro a otro lado. - ¿Qué te cansaste de creerte el rey aquí? ¿Te aburre ya tu miseria? - Sin Harry saber que lo que decía era cierto mientras lo decía en forma de burla noto la mirada dolida de los ojos Grises de Draco que se aferraban al suelo con desdén. Meditando en la certeza de las palabras de Harry. Aferrándose a la realidad de su dilema. Sin más le sonrió cálidamente al suelo como si hubiese encontrado a un viejo amigo al que le tenía confianza. Hecho que desconcertó a Harry un poco. Le quiso preguntar si se encontraba bien pero no tuvo el valor de hacerlo.
- ¿Puedo confiarte algo? - Se apresuró a mirarlo a los ojos. Harry frunció el ceño en total desconcierto. Draco parecía una persona completamente diferente. - Aprovecho que nuestras vidas no se envuelven más allá de burlas y peleas. - Draco sentía que debía dejar algo salir o explotaría con la gente equivocada.
- ¿Oye estas enfermo? - Dijo Harry burlón poniéndole una mano en la frente.
-No jodas Potter. - Le quito la mano de la frente algo molesto. - Es enserio. Quiero confesarte algo. Solo por el simple hecho de que si no lo dejo salir temo explotar con la gente equivocada.
-Y desde cuando soy yo la persona indicada con la que deberías hablar tus cosas Malfoy- Le dijo Harry con cierta sequedad.
- ¡Pues porque por lo menos no eres a alguien que le afectaría si algún día desaparezco Potter! - Harry lo miro sorprendido. - Sabes que olvídalo no voy a decirte nada. - Sin más continuó su camino. Dejando a Harry en medio del pasillo desconcertado.
Harry no pudo quitarse de la cabeza lo que Draco le había dicho el primer día de llegar a Hogwarts hace ya una semana y media. Parecía un sueño, Ya que Draco y sus amigos lo insultaban, burlaban y molestaban como de costumbre. Como si nada hubiese pasado. Pero, ¿Qué quería decir Draco con desaparecer? Por primera vez se sintió terriblemente preocupado. Porque, aunque Draco fuese un cabrón con él, el chico era brillante. Si dejase esa arrogancia y ser altanero de lado podría a llegar a ser una persona excepcional. O al menos eso creía Harry. No le menciono nada a Ron ni a Hermione. Suponía que Draco lo hubiese querido así. Pero no lograba descifrar lo que quería decir el rubio con aquel comentario.
Algunos días más pasaron. Draco con su rutina diaria monótona, se aburría de todo cada día mas. El primer día de ir a Hogsmeade se quedó en Hogwarts solo mientras sus amigos se divertían. Camino por los pasillos, pensando en ir a comer algo al Gran Comedor, cuando se topó con Harry, quien estaba sentado en la entrada principal. Dudo unos segundos si seguir aquel instinto que le decía que fuese a hacerle compañía. Se giró para irse cuando escucho la voz de Harry quien lo llamaba.
-Oye…- Dijo este. Y Draco se detuvo en su camino. Y se giró lentamente a mirarlo.
- ¿Qué? - Dijo sorprendente más calmado de lo que había planeado.
- ¿No fuiste a Hogsmeade?
-Oh no, soy una aparición, Draco esta allá. Ahora si disculpas a esta hambrienta aparición voy a irme a comer. Buenas tardes Potter. - Dijo sarcástico y volvió a voltearse, y caminando recto al comedor sintió detrás de él los pasos apresurados de Harry.
-Espera. - Insistió Harry Haciendo que Draco se detuviese con un exasperado suspiro. - Sobre lo que mencionaste el primer día…
-Olvídalo- Le corto con brusquedad. - a ti no te interesa.
-Pues si fíjate. Como no me va a interesar el hecho de que posiblemente te suicides. - Espera, ¿Harry pensaba que se quería suicidar? La cara de Draco parecía un poema en ese instante. Para luego partirse de risa por la suposición del moreno. Enserio creía que Draco quería matarse.
-No me quiero morir Potter. Pero que ideas las tuyas. - Dijo entre risas.
- ¿Entonces qué? - Draco se tomó un momento para calmarse de su carcajada. Al mirar la mirada persistente de Harry noto que a este si le interesaba saber lo que Draco tenía que decir.
- ¿Enserio te importa Potter? - Harry asintió. Draco suspiro un poco.
-Quiero irme lejos. Es todo. Ya, ¿feliz? - Harry frunció el ceño nada contento por la corta respuesta.
- ¿Por qué? - Draco rodo los ojos. No quería hablarlo. No tenía ánimos.
-Sí que eres un metido, persistente. - Suspiro y mientras caminaba hacia el comedor, medito unos segundos si debía o no decirle a Harry lo que sentía. Ambos entraron al Gran Comedor donde no había absolutamente nadie. Con suerte se sentó, y Harry frente a él, aun esperando su respuesta. - Yo…- Comenzó aun pensativo- ¿te acuerdas cuando dijiste si ya estaba cansado de mi miseria? Pues en realidad es que puedes decir que sí. Estoy cansado. No quiero vivir la vida que estoy viviendo. Seguir siendo un maldito arrogante que solo aspira ser justo como su padre. Eso no es vivir. Quiero ser libre quiero vivir lejos. Viajar. Quiero ser yo, con la vida que yo quiera. Lejos de aquí. Mi vida aquí seria almenas más satisfactoria si no fuese Draco Malfoy. ¿Entiendes? Quiero huir… Voy a huir. Solo que aún no sé cómo voy a lograrlo.
Simplemente quería huir.