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Say yes por SophiaXi

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SeungCheol había dejado que JiHoon llevase la cajita con su pequeño dentro en su regazo solo porque no podía conducir y cuidar al conejito al mismo tiempo. Pasó primero a dejar a su mejor amigo y luego se dirigió a su casa, estaba emocionado y ansioso por mostrarle a su mascota su nuevo hogar:


—Bueno pequeñito, ya estamos aquí, espero que te sientas cómodo...— replicó el castaño hablándole a la caja mientras tomaba asiento sobre la cama de su habitación— Siento no tener una camita especial para ti, pero no esperaba exactamente a alguien como tú...— informó algo avergonzado. SeungCheol se había preparado para tener un perro o un gato, había comprado una de esas camitas mullidas y platitos para la comida, sin embargo, estaba seguro de que nada de eso serviría para su nuevo amigo al ser demasiado pequeño.

Soltando un largo suspiro puso la caja en el suelo, abriéndola con cuidado para poder sacar al conejito. El pequeño estaba acorralado contra una de las esquinas, mirando ansioso a todos lados mientras respiraba agitado; estaba asustado, perdido y con ese loco que no dejaba de hablarle... Si, el pequeño estaba entendiendo cada palabra de SeungCheol. En cuanto el mayor le tomó entre sus manos, el conejito empezó a agitar sus patitas queriendo escapar; tenía la impresión de que iba a hacerle daño, de que en cualquier momento iba a soltarle contra el piso o lanzarlo contra la pared, sin embargo, el castaño fue mucho más gentil, soltándolo suavemente en una mullida almohada tras unos minutos de observarlo fijamente y con cara de demente.
El conejo aún estaba asustado, no iba a negarlo, pero el hecho de mirar como su nuevo amo estaba construyendo un fuerte de almohadas al rededor de él mientras le hablaba, le hacía sentir un poquito más seguro.

Mientras tanto SeungCheol, no se había cansado de parlotear, asegurándole al animalito que compraría una casa especial para el al día siguiente y que mientras tendría que quedarse en su cama. Eran cerca de las ocho de la noche entonces y supuso que su amiguito quería descansar, así que simplemente se tumbó a su lado -o más bien, a un lado del fuerte de almohadas- a ver televisión. Las horas pasaron y pronto ambos entraron en la inconsciencia del sueño; durmieron plácidamente en esa gran cama por un par de horas, hasta que el estómago de SeungCheol le exigió alimento, y con eso lo despertó.

Sin embargo, nada pudo preparar psicológicamente a Cheol para lo que se encontró al abrir los ojos.

A su lado no había un conejito blanco en medio de un fuerte de almohadas, no. Había un chico delgado y con piel blanquecina durmiendo sobre la almohada en la que antes estaba su mascota, y además, estaba desnudo. A SeungCheol casi le da un infarto al verlo, saltó de la cama y encendió la luz solo para asegurarse de que no estaba soñando. Pero no, el chico seguía ahí, dormido profundamente:


—¿¡Quién eres y qué demonios haces en mi casa?!— gruño el castaño entre asustado y sobresaltado, haciendo al chico desconocido despertar al instante y moverse en la cama.— ¡Respóndeme!— exigió en un grito, haciendo que el chico rubio y de cabello largo se envolviera en una sabana y se pegara a la cabecera de la cama, mirandole aterrado.

El menor no podía estar más asustado, sabía lo que se venía; el castaño se enojaría y se acercaría a golpearlo para sacarlo de su casa, eso había pasado las últimas tres veces que lo habían adoptado. Pero él no tenía la culpa de ser un híbrido, no tenía la culpa de no poder hablar siendo un conejo.
Trato de ponerse en pie sin decirle aún una palabra al mayor; su plan era correr hacia la puerta e irse antes de que el mayor le hiciera daño, sin embargo, no contó con que se equivocaría de puerta y en lugar de correr a la sala, se metió al baño. Estaba asustado aún y respirando agitado, pero al menos ya no estaba al alcance del castaño. Se encerró en el baño arrastrando uno de los muebles para atajar la puerta, sentándose en el borde del lavabo mientras pensaba que hacer.


Mientras tanto, SeungCheol se había quedado en shock. No había corrido tras el rubio simplemente porque vio un par de orejas blancas adornando su cabeza, si, un par de orejas iguales a las que tenía su conejito la noche anterior. ¡Eso no podía estar pasándole a el!
Corrió a la sala al instante, buscando su teléfono como un loco desesperado y en cuanto lo halló marcó el número de su mejor amigo, el único que podía ayudarle en ese momento :


—¡JiHoon! Tienes que ayudarme— replicó un tono más agudo del habitual en cuanto el más joven le contestó, recibiendo un sonido que le hizo saber que el menor aún no estaba bien despierto — ¡JiHoon!— grito de nuevo, a punto de ponerse histérico.

—¿Qué quieres?— gruño el menor mientras se sentaba en su cama, no tenía idea que hora era, pero sabía que era temprano.

—¡Tienes que venir! ¡Hay un hombre conejo encerrado en mi baño! ¡Y esta desnudo!- chillo completamente agitado, mordiendose los labios mientras caminaba de un lado a otro, sin embargo, no contó con que el menor soltaría una carcajada.

—En serio Cheol, ya tienes que dejar de ver esas películas de ciencia ficción... Ahora déjame dormir— replicó JiHoon riendo sin poder contenerse, acurrucándose en las sabanas de nuevo.

—¡JiHoon! De verdad, está ahí, en la mañana desperté y mi conejito no estaba, ¡Estaba ese chico! Luego se levanto y corrió al baño y lo vi, ¡Tenía orejas! — relato Cheol con un lloriqueo de frustración, escuchando a su mejor amigo resoplar.

—Esta bien, voy para allá...— suspiro largamente el rubio antes de abandonar su cama por fin, cortando la llamada segundos después.


SeungCheol soltó un largo suspiro, mordiéndose los labios mientras caminaba de un lado a otro en la sala, sintiéndose ansioso. Quince minutos pasaron hasta que escucho la puerta, y básicamente corrió a abrir, encontrándose con un JiHoon en pijama puesto que estaba seguro de que el mayor estaba alucinando y volvería pronto a su hogar:


—Esta en el baño de mi habitación, ve a verlo para que me creas...— refunfuñó suavemente mientras dejaba al menor pasar. El cual aún se encontraba demasiado escéptico. JiHoon caminó tranquilamente al lugar indicado seguido por su mejor amigo, sin embargo, cuando trato de abrir la puerta se encontró con un obstáculo atajando la puerta.

—No puedo abrir SeungCheol...— replicó el rubio rodando los ojos, estaba cansándose ya de esa alucionacion del mayor y aún tenía sueño— En serio, si esto es una mala broma...

—¡No lo es! Está encerrado ahí... Por favor, trata de sacarlo — pidió desesperado antes de retirarse de la habitación por un momento puesto que su teléfono sonaba.

Mientras tanto JiHoon soltó un largo suspiro, tocando la puerta suavemente antes de tratar de abrir de nuevo, logrando una pequeña rendija donde asomo un ojo:


— ¿Hola? — llamo suavemente, tratando de ver algo dentro— Mira si es que estás aquí dentro y eres tan aterrador como SeungCheol dice, por favor dame una señal — pidió sintiendose algo ridículo, sin embargo, pronto recibió un pequeño golpe en la puerta como respuesta. Y no es que el híbrido dentro quisiera hacer ruido, simplemente se le había resbalado de las manos una pequeña botella con la que estaba jugando para calmarse los nervios; se sonrojó por completo mirando a todos lados, tratando de huir— Oh... Así que si estás aquí... Bueno, no tienes nada que temer, no te haré daño, solo quiero verte ¿si? — pidió JiHoon con la voz más dulce que tenía. El conejito dudo un poco, sin embargo, decidió que no podía ser tan malo.
Poco a poco se movió para poner todo su peso y poder arrastrar el mueble a su lugar, escuchando como la puerta se abría ; se acurrucó en la sabana mirando fijo a la persona desconocida, quien increíblemente era más bajito que él y parecía buena persona. El híbrido soltó un suspiro de alivio. Mientras tanto, JiHoon se había quedado helado, SeungCheol no lo había inventado, en verdad había un hombre conejo ahí mismo; se aclaró la garganta tratando de pensar coherentemente al tiempo que daba un paso al interior del baño:


—Bueno... Esto sí que es raro...— replicó rascándose detrás de la nuca, mirando al chico de cabello largo fijamente— Mi nombre es JiHoon... Tú uhm... ¿Puedes entenderme? — preguntó algo inseguro, mirando como el chico-conejo daba un paso hacia adelante, observándole curioso antes de asentir con la cabeza; el más chico no pudo evitar notar la manera en que las orejas ajenas se balanceaban ante su acción. — ¿Sabes hablar?— preguntó de nuevo, mirándole con la cabeza ladeada; sabía que debía estar aterrado porque tenía un chico mitad hombre mitad conejo frente a él, pero no estaba asustado, al contrario, estaba muy curioso.

—  JeongHan — soltó en un susurro agudo, mirando al más bajo con las mejillas encendidas en un sonrojo. Él no usaba mucho su voz, los conejitos no hacen ruido, y como humano nadie quería hablar con el, le tenían miedo y hasta cierto punto asco.

—¿JeongHan? ¿Es tu nombre?— preguntó JiHoon ciertamente impresionado, ganándose un asentimiento de cabeza del chico bonito de cabello largo. Sin embargo, antes de poder seguir cuestionándolo escucho la puerta de la habitación de nuevo, informándole que SeungCheol había vuelto. El conejito se puso alerta, mirando alternativamente a JiHoon y a la regadera, decidiendo si ocultarse ahí o salir corriendo.— Oh no, no, no te asustes, él no te hará daño, puede que sea un tonto, pero no es mala persona — aseguró rápidamente el pequeño rubio, girandose para poder mirar a su mejor amigo con el ceño fruncido— Eres increíble Cheol, asustaste al pobrecito y ni siquiera le ofreciste ropa, seguro que tiene frío en tu baño— resopló negando con la cabeza ante los pocos modales de su amigo.

—¿Qué? ¡JiHoon apareció de un momento a otro desnudo en mi cama!— replicó frunciendo el ceño también, negando con la cabeza.

—¿Y eso que? ¿No pensaste que estaría asustado después de tus gritos de loco? — resopló de nuevo el rubio, negando con la cabeza mientras caminaba hacia Cheol- Querías un conejito ¿no? Ahí lo tienes, ahora cuídalo — replicó en tono amenazante antes de caminar hacia la puerta —Oh, y su nombre es JeongHan— informó justo antes de huir, queriendo volver lo más pronto posible a su cama.

SeungCheol se quedó parado frente al baño sin saber qué hacer; si entraba así nada más asustaría al pequeño, pero por el otro lado no podía quedarse ahí toda la mañana. Así que armándose de valor camino un par de pasos hasta entrar ahí; el chico rubio estaba pegado a la pared aferrandose a la sabana como si su vida dependiera de eso, una visión bastante tierna, si SeungCheol lo pensaba:


—¿JeongHan?— llamo suavemente, notando como una oreja del menor se levantaba, alerta— Yo... Lo siento, es solo que me asustaste mucho, no esperaba encontrar un chico en mi cama al despertar, mucho menos uno tan bonito como tú...— admitió mordiendose el labio inferior, mirando al pequeño sonrojarse y bajar la mirada, cosa que le pareció adorable.— ¿Puedes hablarme? — preguntó suavemente mientras se acercaba un paso más a él.

—Sí— replicó el rubio en un susurro, no sabia hablar más alto. SeungCheol sonrió suavemente dedicándose a mirar cada rasgo del chico frente a él, era muy bonito y delicado y estaba seguro de que podía pasarse la vida contemplándolo, aunque pensó que eso no sería muy cómodo para el contrario.

—¿Tienes hambre?— preguntó ganándose un pequeño asentimiento de cabeza de parte del contrario— Bien... Desayunemos, pero primero tienes que vestirte— replicó soltando una risita al tiempo que estiraba una mano hacia el pequeño.
JeongHan dudó en tomarla, sin embargo, al final decidió confiar un poco, después de todo, el mayor se había disculpado con él y eso que ni siquiera había hecho algo muy grave.

SeungCheol le guió de vuelta a la habitación, dejandole ahí sentado antes de acercarse al armario, eligió algo que estaba seguro le quedaría al pequeño, aunque un poco grande y volvió a él, dejando la ropa doblada a un lado. JeongHan miró la pila de ropa curioso antes de volver la mirada a  su amo


—N-no sé...— susurro bajito, mirando al mayor inquieto. Cheol elevó una ceja curioso, sin embargo, no tardó en darse cuenta de cuál era el problema; se mordió el labio inferior arrodillandose frente al pequeño ser hermoso.

—¿No sabes cómo usarla?— preguntó con voz suave, mirando como el chico de cabello largo negaba con la cabeza— Bueno... Te ayudaré a vestirte — aseguró con una pequeña sonrisa, tratando de que las manos no le temblaran al tomar en primer lugar la camiseta— Si quieres puedes ponerte en pie y girarte...— sugirió suavemente aunque el menor le obedeció al instante, bajando su cabeza algo avergonzado mientras se dejaba hacer.
SeungCheol tomó la prenda y la deslizó por el delgado cuerpo del menor mientras esté dejaba caer la sabana poco a poco hasta sus pies; el castaño agradeció a todos los dioses existentes que la camiseta le quedase algo al contrario, sin embargo, no pudo evitar notar el pequeño bulto que se formaba entre el trasero del menor - y no es que estuviese mirando ahí... O tal vez solo un poco-. Curioso paseo delicadamente los dedos por esa pequeña protuberancia, sin embargo, no contó con que el rubio diera un respingo y se alejara de el, al parecer era realmente muy sensible en esa parte:


—N-no toques la colita de JeongHan...— pidió el híbrido sonrojado hasta las orejas mientras tironeaba del borde de la camiseta para ocultar mejor sus partes íntimas.

—¿T-tu colita?— preguntó SeungCheol contagiado del sonrojo ajeno. Bueno, al menos entendía porque el menor había reaccionado de esa manera ante su caricia— Lo siento, lo siento, no volveré a hacerlo

—JeongHan no puede usar pantalones— susurro el rubio suavemente, bajando su mirada mientras trataba de controlar su sonrojo. SeungCheol comprendió al instante, asintiendo con la cabeza mientras se alejaba un par de pasos hacia la puerta.

— De acuerdo, buscaré algo que te quede... Por ahora podemos desayunar así ¿bien?— replicó suavemente mientras salía de la habitación, dejando la puerta abierta, invitando al híbrido a seguirle a la cocina.

SeungCheol se movió a la cocina escuchando los tímidos pasos del híbrido detrás de él. Sonrío suavemente empezando a preparar huevos revueltos para ambos, no era el mejor cocinero del mundo, pero al menos no se moría de hambre; escucho como el rubio se sentó en una de las sillas del pequeño comedor mientras el servía ambos platos, sentandose a su lado.
Tenía muchas preguntas que hacerle al pequeño, pero no quería ponerlo nervioso, así que se limitó a empezar a comer junto con el. Pudo notar que su acompañante de verdad estaba hambriento pues básicamente había devorado su desayuno:


—En el refugio... ¿Te cuidaban bien?— preguntó el mayor tanteando terreno, escuchando al menor dejar su tenedor sobre el plato antes de encogerse de hombros.

—Ellos le daban de comer a JeongHan una vez cada dos días porque le tenían miedo— respondió el pequeño fijando su mirada en un punto de la mesa. SeungCheol descubrió que no era un tema agradable para el, sin embargo, la curiosidad le picaba.

—¿Miedo?— preguntó suavemente, inclinandose más hacia el, visiblemente interesado— ¿Por qué?

—La primera noche...— inicio removiendose un poco en su asiento- La primera noche que JeongHan llegó al refugio él se convirtió en humano... Pensó que era su hogar y que estaba bien...— susurro haciéndose bolita en su silla, ocultando su cabeza entre sus rodillas— P-pero los cuidadores se asustaron mucho y... Y no quisieron volver a jugar con JeongHan... Ni siquiera acercársele...— murmuró triste y por la manera en que sus hombros temblaban, SeungCheol supo que estaba sollozando.
El mayor se puso en pie al instante para arrodillarse frente a él, acariciando sus largos cabellos delicadamente.

—Pequeño, aquí estarás a salvo— prometió suavemente, sintiendo una opresión en su pecho , sin embargo, no pasó mucho tiempo para sentir al pequeño híbrido entre sus brazos. SeungCheol lo abrazo fuerte, meciéndolo suavemente en sus brazos para que se calmara.

—¿N-no le tiene miedo a JeongHan?— preguntó el pequeño entre suaves sollozos, haciendo que el castaño le abrazara más fuerte.

—Claro que no, para mí no hay nada más bonito que tú — aseguró el mayor suavemente, inclinandose un poco para poder besar la mejilla del rubio como prueba de que lo que decía era cierto.

Sin embargo, no contó con que el pequeño rubio giraría su bonito rostro, logrando que sus labios se unieran en un suave y delicado roce que hizo a ambos estremecer. SeungCheol sintió como toda su piel se erizaba con una corriente eléctrica que sacudió también su corazón. JeongHan por su parte se encontraba avergonzado pero al mismo tiempo demasiado feliz; había visto que las personas que se querían hacían eso, juntaban sus labios en una caricia especial.
Se separaron suavemente después de un par de segundos que parecieron eternos, mirándose a los ojos completamente sonrojados pero con una sonrisa tiroteando de sus comisuras.

Ese pequeño roce había cambiado por completo la vida de ambos, podían sentirlo en cada latido de su corazón.

 

Notas finales:

¡Hola! ~ aquí tienen el primer capítulo, espero que les guste~. Cualquier duda, sugerencia, critica, es bien recibida ^^ Dejenme muchos hermosos reviews que tanto me animan a seguir ~ ¡Nos leemos! XO. <3


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