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Monster: You're my lucky one (OT12 KAISOO) por Ranamai

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Notas del fanfic:

Regresa Ranamai con probablemente la historia que más ha disfrutado escribir.

 

¿Recuerdan Overdose?

Pues "Monster: You're my lucky one" comparte ciertas cosas, como los poderes de EXO y la OT12

 

Jamás había sentido tanta necesidad por compartir una historia.

 

VIDEO TRAILER

Notas del capitulo:

Bueno, creo que jamás había estado tan emocionada,

 

No sólo es el comeback y lo que éste me ha provocado, sino también la facilidad para escribir y el enamoramiento que tengo con la historia y los personajes.

 

Como siempre, agradezco de antemano su increíble apoyo!!!!!

 

Vean el VIDEO antes de leer !!!!

Monster,
You’re my lucky one


1.El comienzo

Kim Jongin había conseguido una beca para practicar con una de las mejores profesoras del piano del conservatorio donde estudiaba. Desde que tenía cinco años se pasaba todas las tardes sentado en un banco con sus dedos pegados a un teclado blanco y negro. Era uno de los mejores intérpretes juveniles, muy reconocido en su ciudad y había participado y ganado varios concursos. Sus padres, músicos que no habían podido ejercer como tales cuando eran jóvenes, estaban orgullosos de que su hijo no sólo hubiera heredado sus habilidades, sino también esa pasión tan grande por la música, tanto es así que le perdonaban cuando pasaba el poco tiempo libre que tenía jugando vídeos o viendo películas en vez de hacer algo un poco más productivo como limpiar su desastrosa habitación.
El joven y talentoso pianista era también un muy buen estudiante y además, muy hábil usando la tecnología. Lo único que preocupaba un poco a sus padres era su falta de interés por tener amigos, solo tenía unas relaciones superficiales con otras personas que estudiaban en el conservatorio y limitadas compañeros en su escuela, pero Jongin era feliz, metido de lleno en su mundo musical.



Do Kyungsoo era violonchelista, un gran instrumento de precioso sonido que hacía que la piel se le ponga de gallina cada vez que conseguía un acorde perfectamente. Era bastante sociable y exageradamente responsable. A pesar de haber entrado tarde a aprender cómo tocar el violonchelo, es muy bueno. Sus padres no lo apoyaron como él hubiera querido al principio, diciendo que era preferible que crezca como un chico normal y sin muchas presiones, pero se rindieron cuando el muchacho logró convencer a su abuelo que haría cualquier cosa si le dejaban entrar a un curso. Con el tiempo, demostró su habilidad natural y terminó siendo aceptado en un prestigioso conservatorio que su abuelo no dudó en pagar con mucho orgullo de ver el esfuerzo que el muchachito estaba poniendo en su educación musical. Ahora, muchos años después había perfeccionado sus capacidades y pasó de ser su gusto y pasión a ser su prioridad en la vida. Kyungsoo quería ser un violonchelista que se presentara en los mejores teatros del mundo. Dotado con una bonita voz, logró también entrar al coro para pasar la mayor parte del tiempo de su vida vinculado a la música.

 *  *

El conservatorio donde Do Kyungsoo y Kim Jongin estudiaban había organizado un concurso interdisciplinar. Grupos de entre dos y cuatro participantes podían formar conjuntos con diferentes instrumentos y preparar un concierto. Los ganadores tendrían el apoyo económico y de publicidad para presentarse en diferentes ciudades del país.

Kyungsoo vio esta como la mejor oportunidad a su alcance para el inicio de su más grande sueño, así que se puso a buscar a los mejores intérpretes que hubieran, espiando los ensayos de varios chicos y chicas conocidos por ser de los mejores.

Una tarde, investigando en su computadora, vio un video de uno de los mejores dúos que hasta le sacaron lágrimas por la belleza de su pieza. Un pianista y un violonchelista haciendo arte con sus instrumentos. El chico decidió que quería transmitir lo que había sentido viendo una pantalla a un público mucho más grande, así que se propuso encontrar a un pianista.

Kyungsoo se escabulló por los pasillos de las aulas de piano, como si estuviera cumpliendo una misión secreta. Pero, lo que no esperaba, es que en cuanto entró una melodía sobresalió entre todas las demás y prácticamente lo guió hasta una de las últimas salas. La puerta estaba ligeramente abierta y Kyungsoo vio unos largos, finos y elegantes dedos deslizarse por las teclas de un piano de cola, como si bailaran felices, perfectamente sincronizados para crear tan preciosa música. Le tomó un rato al hipnotizado violonchelista mirar el rostro de la persona que interpretaba semejante maravilla. Decir que se sorprendió, es poco.

Su cabello negro, perfectamente peinado hacia un lado, los ojos cerrados con cuidado, cejas espesas, labios gruesos y una línea del mentón que parecía que cortaría papel de lo perfectamente delineada. Una belleza total.

Tres días fueron desperdiciados hasta que el joven reunió la suficiente valentía para hacer una propuesta tan arriesgada a un total desconocido.Finalmente, Kyungsoo apareció de sorpresa en la sala de ensayo, cuando el chico tomaba un descanso. El pianista pensó un momento, después de escuchar las atropelladas palabras del violonchelista que prácticamente rogaba para que tocaran juntos.

-Para ser sincero, no tenía ganas de participar. Nunca he formado un grupo, siempre he tocado solo... pero... me agrada tu idea.- Jongin sonrió al ver la emoción en el rostro y en la mirada de Kyungsoo.- Ahora que lo que dices, un piano y un violonchelo pueden hacer mucho juntos.

Kyungsoo se sonrojó violentamente y agradeció mucho la colaboración del otro chico y prometió que iba a dar todo lo posible para que ganaran, porque estaba seguro que con la increíble habilidad de Jongin en el piano era seguro que ganarían.

Esa noche, ya en casa, Jongin subió a su cuarto y se tendió sobre la cama, con el corazón acelerado. Muchas veces le habían dicho que era bueno, incluso tenía una beca completa por su habilidad y los mejores profesores siempre querían ser sus tutores, pero jamás había sentido semejante emoción por ser elogiado.

  *    *

-Aquí está- Jongin le extiende un paquete de papeles sellados con un enorme “aprobado” en ellos. Kyungsoo casi se pone a saltar cuando los ve y abraza efusivamente a su nuevo compañero.
-Es oficial... ya somos parte del concurso. ¡No lo puedo creer! Estamos un paso más cerca. Ahora tenemos que practicar y practicar para ser los mejores. Para ser sincero, no sé cuál de todas las piezas nos salga mejor, creo que tenemos que intentar con todas.
-Calma, calma- interviene Jongin ante el efusivo monólogo de su amigo- no podemos hacer todo eso con el tiempo que tenemos. Creo que podemos escuchar o ver en vídeos y con la que nos sintamos más cómodos estará bien.

Kyungsoo curvó sus labios de corazón en una preciosa sonrisa con los ojos casi cerrados por su latente emoción. Jongin respondió al gesto. ¿Desde hace cuánto estaba sintiendo todas estas cosas? Últimamente había estado tanto tiempo al lado de Kyungsoo que hasta se había acostumbrado a las mariposas en su estómago.

-Quería agradecerte- dice repentinamente Kyungsoo- por hacer esto por alguien que no conocías, incluso si no tenías muchas ganas de participar. Sé que haces esto porque te lo pedí y lo aprecio infinitamente. Si algún día puedo hacer algo por ti, no dudes en pedírmelo.


El menor escuchó esas palabras y la idea se le quedó en la cabeza. Esa noche apenas si pudo dormir pensando en sus sentimientos y llegó a una firme conclusión: Sin importar cuál sea la respuesta de Kyungsoo, él tenía que decirle que le gustaba, arriesgando muchas, muchísimas cosas e incluso con el peligro de ahuyentar al mayor y arruinar su presentación. Pero Jongin no podía seguir con ese tormento. No era ni una semana que conocía al chico y ya se estaba volviendo loco.

Al siguiente día, se sorprendió por estar tan nervioso. Usualmente, no tenía pánico escénico, estaba acostumbrado a que muchas personas le vieran tocar, porque estaba seguro de lo que hacía, porque tenía confianza en si mismo y en sus habilidades, pero esto era diferente. En su situación actual, sus sentimientos no eran los únicos que tenían que ser tomados en cuenta. Jongin ni siquiera sabía los gustos Kyungsoo, apenas si lo conocía. Y aún así, una creciente necesidad se formaba en su pecho y, si no salían en forma de palabras, se iban a estancar en su mente hasta matarlo. Así es como se sentía.

Kyungsoo estaba esperando en uno de los patios del conservatorio. Sus pies no llegaban al piso al estar sentado en una de las bancas y los balanceaba mientras se apoyaba en una mano y la otra sostenía una leche que sorbía con mucho gusto. Esa es la imagen que quedó marcada en la mente de Jongin. Podía ser el final de su amistad, como el principio de algo más. Ahora todo estaba en manos de el violonchelista.

-Soo Hyung- le llamó Jongin y no hubo respuesta, solo ahí se dio cuenta que estaba con audífonos y por eso no pudo escucharlo. Eso obligó al pianista a acercarse aún más, cosa que le hizo sudar frío.- Soo Hyung- repitió dado un ligero toque en su hombro que inmediatamente llamó la atención del mayor.

Se saludaron con normalidad y caminaron juntos hasta el aula donde practicaban arduamente para su presentación. Jongin se sentía miserable porque en su mente era muchísimo más fácil decir lo que tenía dentro, pero con Kyungsoo tan cerca de él sus planes originales cambiaban por completo.

-Soo hyung... vivimos bastante cerca ¿verdad?- el pianista se maltrata mentalmente. Esa no es la mejor forma de empezar una declaración de amor. Esa ni siquiera era una buena forma de empezar una conversación.
-Es verdad, el otro día que regresamos juntos te diste cuenta de eso... Apenas te demoraste en llegar a la tuya desde la mía ¿Verdad?
-Si- responde Jongin en medio de una crisis de pánico. Como sus palabras no habían estado para nada planeadas, no tenía mucho más que decir al respecto y temía quedar como un bobo frente al violonchelista.
-¡Oh! Ahora, que lo pienso, sería muy bueno si venimos y regresamos juntos. Eso nos ahorraría mucho tiempo y hasta podríamos organizarnos mejor. Eso... ¿eso era lo que ibas a proponerme?- la palabra “propuesta” despertó al menor y asintió con la cabeza, inesperadamente salvado por su amigo.
-Me lees el pensamiento- dijo Jongin con una sonrisa triste. En realidad, si Kyungsoo realmente fuera capaz de saber todo lo que está en su mente, las cosas no fueran tan fáciles para él.


Mientras Kyungsoo preparaba su grande y pesado instrumento, Jongin permanecía sentado frente al piano, pensativo y, más que nada, frustrado por su falta de empuje, así que finalmente se decidió. Se puso de pie con todas sus fuerzas y sin querer se apoyó sobre las teclas, provocando un escándalo.

-¿Jongin? ¿Estás bien?- pregunta preocupado Kyungsoo y deja todo lo que está haciendo para ayudarlo.
-No... Soo. En realidad hay algo que quiero decirte.
-¿Pasa algo?- la cara de preocupación de su amigo hace que aparte de los nervios y el miedo, se sienta culpable.
-Me gustas. Me han gustado muchas personas, pero contigo es diferente, mucho más intenso y a pesar de que puedo arruinar todo lo que hemos construido juntos... quería que lo sepas.- Jongin se estaba arriesgando, tenía más probabilidades de recibir una paliza que una respuesta y aún así tuvo el valor de decírselo.

Jongin miró a Kyungsoo guardar todo lo que había sacado, tomar con dificultad el enorme estuche que cargaba generalmente con gran fuerza y habilidad, y salir de la habitación tan rápido como pudo.

Por primera vez desde que había aprendido a tocar el piano, Jongin lloró y lloró, plasmando su tristeza en melancólicas piezas improvisadas, intentando expresar de esa forma lo roto que había quedado su corazón.

Notas finales:

Les he dicho que las amo?

 

Todavía no termino de sufrir por el final de Renacer y ya estoy como loca por el comienzo de este

 

 

LOOOOOOVE!!!!!


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