¿Quieres ser mi osito polar? (AoFuta)
Era una hermosa mañana de un catorce de febrero del instituto técnico de Date. Se podía observar el ambiente rosa por toda la escuela. Parejas caminando alegremente, muchos corazones de papel en los salones de clases, el olor a chocolate en el aire y en especial a un castaño, alto, ojos-café que refunfuñaba mientras caminaba al club de vóley. Futakuchi odia aquella época, no solo porque le recordaba lo solo que estaba ni por lo empalagosa que se ponía la escuela aquel día sino porque no había sido capaz de declararle sus sentimientos a la otra mitad del muro de acero. A aquel chico que le robaba el aliento con las pocas sonrisas que daba, ese que evita que mate a alguno de sus kohais, ese que lo ha apoyado como vice-capitán. Si señoras y señores nada más ni nada menos que Aone Takanobu.
Al llegar al club todos sus compañeros notaron su cara de pocos amigos por ello todos trataron de portarse bien o ese era el plan hasta que Koganegawa empezó a atacarlo con preguntas
-Capitán ¿Por qué esta tan enojado? ¿Lo rechazaron? O… ya se ¿no le dieron ningún chocolate? No espere tal vez…-
- Kanji por favor deja al capitán solo ha tenido un mal día- comentaba el pequeño libero mientras trataba de alejar al grandote del castaño que suspiraba pesadamente. Se tenso al sentir una mano tocando su hombre. Tensándose aun más cuando esta persona le decía –buenos días- reconociendo instantáneamente esa voz.
-Buenos días Aone- comento levemente sonrojado sin dirigirle la mirada al grandote mientras que el peli-blanco lo miraba extrañado por su reacción pero todo se vio interrumpido por un grito del entrenador mandándolos a hacer sus ejercicios matutinos. El día de san Valentín iba a ser un fiasco.
La predicción del castaño fue tan exacta que estaba que abría un consultorio para ver el futuro. Después de un entrenamiento riguroso y algunos chocolates (que la manager les regalo por su esfuerzo) las clases no se salvaron de aquel ambiente festivo que rodeaba a la escuela. Los profesores cayeron en los encantos de este día y les permitieron compartir dulces y momentos de amistad y amor con sus respectivos compañeros pero Kenji como el ogro que era se quedaba sentado mirando por la ventana o eso tenía planeado cuando le llego un whasapp a su teléfono. Como todos estaban tan distraídos no vio problema en sacar su teléfono y revisar el mensaje.
El grandote
Futakuchi…como no tenemos entrenamiento en la tarde ¿quisieras comer un helado conmigo después de clases?
El sonrojo no se hizo esperar el castaño contesto un sí de inmediato. Lo iba a hacer, se le iba a declarar hoy al grandote.
*******************************************************
El nervio lo atacaba, realmente estaba nervioso ¿Cómo era posible que el chico que te gusta te invite a comer un helado un 14 de febrero sin ningún motivo? Pues viniéndole de Aone no le debe sorprender aquel chico era muy dulce como para tener algún motivo oculto.
Ambos ya estaban en la heladería esperando sus pedidos mientras Futakuchi busca en su mente las mejores palabras posibles para declararse a Aone para no darle oportunidad de rechazarlo pero todo se fue al pozo al escuchar
-MIRA HERMANO ES OSITO POLAR-
-¡NATSU VEN AQUÍ!- Grito Hinata mientras su pequeña hermanita se acercaba a la mesa de los dos muchachos de Date.
-Osito polar-chan toma- decía la pequeña ya frente de Aone entregándole un bombón de chocolate. Causando una gran sonrisa al peli-blanco –muchas gracias- contesto alegremente.
-Lo siento mucho, mi hermanita te tiene mucho cariño e insistió para traerla- comento Hinata a la atenta mirada molesta de Kenji que tenso al pequeño sol – bueno nosotros nos iremos, vamos Natsu- tomo a su hermanita de la mano y comenzaron a caminar –nos vemos después Osito polar- con esa frase la pequeña Hinata se despidió y la cita siguió como antes.
*****************************************************
Futakuchi estaba molesto toda aquella situación le había hecho perder la oportunidad de declararse y muy pronto llegarían a casa. Recordó como aquel sobrenombre le causo esa gran sonrisa a Aone por eso ni corto ni perezoso comento
-Aone- el nombrado gruño para que supiera que le estaba prestando atención. El castaño respiro hondo era el momento sin más soltó
-¿quieres ser mi osito polar?- paso aproximadamente dos o tres segundo y se arrepintió completamente por lo que dijo –es broma yo…no…- bajo su mirada avergonzado esperaba que el muchacho lo rechazase para irse a su casa a llorar como nena pero sintió como el grandote le acercaba algo a su persona. Al alzar la mirada se dio cuenta que había sido correspondido.
Era obvio porque no todo el mundo te regala una hermosa caja de chocolates con una nota encima con las palabras ¿Quieres ser mi osito pardo? Escritas. Desde ese día Futakuchi dejo de odiar San Valentín