Kanzaki no se andaba con rodeos en el tema. Su idea de hacerse rico, le recorría por la sangre. Apoyado por su padre. Estaba a la cabeza en el proyecto de invasión y sometimiento en China. Con conocidos por todos lados, organizar retoques dentro de las juntas militares no seria problema. ¿Como se relacionaba Shizuru? Pues sencillo. Los padres de ambos eran socios hacia mucho tiempo ya. No dejarían que sus negocios se torcieran por el amor. O por su falta en este caso. lo que necesitaban eran convertir todos sus acciones en una sola firma.
Y para ello debían preparar todo para que esto se efectuara con total éxito. Shizuru le extiende una taza de té, mientras espera el veredicto. Los pasos a realizar serian: Primero la ceremonia se llevaría acabo en la residencia Fujino. Lugar donde los amplios jardines permitirían, “grandes debates políticos”. Como si fuera eso lo que se celebrase. Haría presencia uno que otro funcionario público. Pero lo que debían resaltar eran ellos ambos lucirían como figuras intocables, más que mortales. Le sonreirían a todos y a cada uno de los invitados. Festejarían a ojos de todos y finalmente terminarían en su lecho de feliz pareja.
Ninguno de los dos ardía en deseos de cumplir todo tal cual dictaba la lista. Pero eso a pocos le importaba. Shizuru se había dado cuenta antes de que Kanzaki no la deseaba carnalmente, lo cual le serviría mas adelante. Por desgracia nadie ayuda a salir beneficiado sino es individualmente, debía persuadirlo, tendría que tener un punto débil. Mai hacia un par de horas que se había retirado. Y Kanzaki había hecho presencia solo para alardear un puñado de palabras pretenciosas. A lo cual Shizuru se incorporo, y de su licorería saco un vaso y su mejor ayudante para conciliar el sueño. Quería aferrarse a la idea de que Natsuki era su boleto de salida. Pero no debía abusar de ella. No lo veía justo.
Natsuki también había jugado con la idea del compromiso. Pero Natsuki no quería a nadie más a Shizuru. Esa mañana en el tren, ese deseo que le broto desde su interior solo con ver sus ojos carmesí, no eran cosas que sucedieran porque si. Su segundo encuentro lo confirmo ese mediodía en el mar de Mai empezó un fuego que no se extinguiría tan fácil. Quería recordarle a Shizuru cuanto lo sentía a ese amor y lo recordaba con todo su ser cada día de su vida. Pero ¿Cómo impedir un compromiso?
“Seria todo mucho más fácil si estuvieras aquí”- pensaba Shizuru, mientras ingería su bebida toxica.
“Debo seguir”- se decía Natsuki mientras desembarca el cargamento de provisiones y armas. “Unas días más”- se alentaba a seguir.
Por desgracia Tomoe seguía pisándole los talones no la dejaría ir tan deprisa. -“Todo lo que quiera era alguien con quien jugar”- le dijo mientras sujetaba el rostro de Natsuki con su mano. Natsuki le escupió el rostro, se suponía que el enemigo estaba ahí fuera. No aquí, debía librarse de ella. Tomoe habia encontrado otro juguete mientras se limpiaba el rostro. Uno latigo de por lo menos 2 metros de largo con tres puntas. Le exigiría a esta que se detuviera a gritos. Natsuki después del segundo golpe recibido en su espalda. Podía escuchar como Tomoe se empezaba a excitar por la sangre que brotaba. Al tercer golpe Natsuki cayó. Luego de ello.
Todo sucedería muy deprisa. Natsuki volvería esa misma mañana.