Shizuru habia terminado de realizar una llamada a su madre, cuando golpearon la puerta de su oficina/despacho. Shizuru sin meditar demasiado abrió. Frente a sus ojos tenia a quien llamaba en sus sueños. A quine quería contemplar y sentir desde hacia tiempo. Natsuki apenas formo un intento de sonrisa ya que Shizuru no le había dado tiempo a más. La abrazaba del cuello mientras le susurraba al oído cuanto la había extrañado. Natsuki la aparto unos centímetros para mirarla y la beso. No tardarían mucho en dar rienda suelta a aquello que venían reteniendo por mucho tiempo. Amanecia cuando Shizuru miro a Natsuki quien estaba con una bata de baño sentada en la cama, mientras le daba la espalda. Habían compartido pocas palabras desde que se conocían pero ese gesto era algo que a Shizuru le ocasiono sorpresa. Natsuki como si pudiera sentir la mirada de Shizuru atravesándole los huesos, se giro y le dedico una sonrisa. Esa sonrisa. Si no fuera porque Shizuru trataba de descifrarla, no se hubiera resistido. Shizuru mientras la miraba, decidió empezar. Hablaron por largas horas. Natsuki le compartió recuerdos de si misma que pudieran desviarla del tema principal. Por el cual estaba ahí.
Tal vez no existiría otra oportunidad para que se volvieran a juntar. Natsuki lo sentía, era tan real ese sentimiento que temia por ellas. No quería dejar a Shizuru sola. Pero ¿Qué podría hacer? La amaba. Y cada dia estaban mas cerca del casamiento. Podría sacarla de su prisión pero ¿Qué pasaría luego? Natsuki se ausentaría por meses, trataria de sobrevivir para poder verla de nuevo. Si lo lograba vivirían el momento para revivirlo constantemente en sus recuerdos, cuando a una le falte la otra. Natsuki no le veía futuro a esto. Shizuru se merecía alguien que la pudiera ver todos los días, amar todos los días, quien le pudiera brindar todas las comodidades, quien pudiera darle hijos y llenar de honor a su familia. Sin embargo ella era una mujer que no tenia nada en sus manos, mas que temores. Tendría que haberle hecho caso al padre de esta. El viejo Fujino tenia razón, no era nadie como para que su hija mirara, amara, ni mucho menos alguien con quien soñara construir su futuro. Solo era una perdedora.
Al viejo Fujino tuvo el placer de conocerlo cuando había vuelto de su viaje a China. Habian sidos mese agotadores que volvían sus esperanzas marchitas. Hasta que finalmente una mañana calurosa, llegarían buenas noticias volvería por unos meses hasta nuevo aviso. El señor Fujino gestionaba una importante fábrica de armas donde Natsuki iría a chequear unos envíos. Natsuki como había sido merecido por su desenvolvimiento en el campo de guerra ascendió. Sería una misión bastante sencilla pensó, -“solo tengo que ver el pedido, aceptar, una firma aquí otra allí e irme a casa”.
El señor Fujino a pesar de tener un carácter aterrador, se tomaba su tiempo en la contabilidad, conocía a cada uno de los que estaban ahí. No eran épocas para ello, trabajadores que empezaban a gestionarse de manera autónoma. Todos anhelaban sus futuras acciones revolucionarias, lo cual a algunos le costarían la vida. Los que quedaban debían limitarse a poco. El viejo no dudo cuando se acerco a Natsuki, esta con tono cortes y seco solo quería organizarse lo mejor posible para evitar riñas. Pero el Señor Fujino no dejaría que se escape de las manos tan rápido ya que le ofreció una vuelta guiada por su lugar de trabajo. Natsuki mientras lo seguía pudo ver a todas esas personas armando fusiles automáticos, semiautomáticos, granadas de mano, etc. Los vehículos en el playón central demostraban la enorme variedad de producción. La enorme dedicación del señor Fujino se veía en los rostros de cada uno de sus trabajadores y luego pensó en Shizuru. Quien para su sorpresa estaba en la oficina de su padre junto a Kanzaki. El señor Fujino la invito a pasar ya que allí firmaría los papeles de Natsuki. Cuando ingresaron la sorpresa en Shizuru fue inolvidable sus ojos se abrieron se tornaron de un rojo intenso se la estaba comiendo con la mirada. Había sido mucho tiempo desde la ultima vez que la vio asi. El viejo y Kanzaki no pudieron evitar darse cuenta de lo que mas temían. Tenían a su peor enemigo enfrente. Natsuki agregando mas leña al fuego que se estaba empezando a formar en su interior. Le dedico una sonrisa a Shizuru mientras le besaba la mano.