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¿Y la fiesta? por hatzune

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Notas del capitulo:

Hola..... n.n/ aquí Hatzune con su primer fanfic publicado, yei...!

pues este es mi escrito, Astaroth espero te guste...

de ante mano pido una disculpa por alguna falta de ortografía y/o coherencia, a veces suelo comerme letras o palabras completas… no entiendo por qué… XD

que lo disfruten…

disclaimer: Kuroko no basket es propiedad de su autores y quienes lo trabajan

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sie…te… un chico alto llamado Shintaro Midorima estaba recostado en su cama con la mirada perdida en algún lugar de su techo, festejando ya que esa era la fecha, un día que supuestamente debería ser especial pero no, bueno realmente el no podía definirlo con claridad, estaba seguro de dos cosas: la primera, sus padres se habían lucido con el regalo y segunda, Takao estaba enojado, no, mejor dicho estaba emput….* Por así decirlo, con él.

Aun lo recordaba, la escena estaba más que clara en su mente como si… como si hubiese pasado la tarde anterior aunque realmente si había ocurrido la tarde anterior… las palabras le retumbaban en la cabeza desde que se despertó “pues lárgate con ese” “quiero ver que te aguante” y la mirada de odio y desprecio que la mirada de Takao mostro en ese momento no se alejaba.

¿Pero qué cosa tan mala le había hecho a Oha-Asa para que lo castigara de aquel modo? No. Era mejor preguntarse ¿Qué clase de trato diabólico tenían el destino y Takao que cada vez que este se molestaba con él acaba todo patas pa´ arriba? Esa era una pregunta que después de sus tres años de relación, sin contar con los de amistad, aun no podía responder. En la mañana sus padres y su hermana lo habían despertado con las mañanitas* y le habían llevado un enorme y hermoso pastel, lo felicitaron y le dieron sus presentes, su hermana le dio su lucky ítem de ese día y sus padres, muy emocionados, le regalaron su primer auto, un Honda pequeño y alargado pero bastante amplio por dentro en color azul marino, agradeció el gesto infinitamente pero realmente no tenía muchas ganas de celebrar, aun tenía un mal sabor de boca de la tarde anterior, de algún extraño modo su madre lo convenció de bajar a desayunar, su comida favorita, le costó mucho mantener una conversación normal con su familia su cabeza solo repetía y repetía como un disco rayado la misma cantaleta….

“Así que ¿no saldrás conmigo?”

 “Lo siento Takao pero ya te dije la cena con los Akashi es importante”

“¡Claro, un Akashi tenía que ser! Sabes Shin-chan no entiendo porque sigues conmigo si al final de todo siempre me cambias por un Akashi…”

“Takao mi padre y sus negocios…”

“Shin-chan basta… ¿para ya con esto sí? Al fin puede comprender el lugar que tengo en tu vida”

Después de eso solo le había dado un ligero beso en la mejilla y se había ido, lo dejo marchar así sin más… y es de esta manera es que llegamos al punto donde nuestra historia comenzó, un Midorima pensando en la inmortalidad del cangrejo bueno no, más bien pensaba en el trato diabólico que Takao tenía con Oha-Asa y en como podría remediarlo. Estaba tan metido en sus pensamientos que no había escuchado a su madre tocar la puerta, para cuando se dio cuenta ella ya estaba frete a él mirándolo hacia abajo –hijo arréglate, ya nos vamos- le dijo la encantadora mujer de pelo verde. Él se incorporó y le contesto, de la mejor manera que pudo, -de acuerdo-, su madre salió de la habitación y no le quedo de otra más que obedecer, en unos cuantos minutos ya estaba listo, tomo sus cosas y salió de su habitación en busca de sus padres. Su familia ya estaba lista, su madre con un hermoso vestido azul agua, su hermana uno rosa, su padre y su singular traje gris y él, en ese momento se sentía el menos elegante y arreglado, su ropa semi casual no encajaba con ellos, pantalón de mezclilla entubado, camisa azul lisa y un suéter tejido y unos zapatos cafés, estuvo a punto de darse la vuelta para cambiarse pero su madre lo detuvo –eres muy guapo- le dijo la mujer mientras tomaba su mejilla y le dedicaba una enorme sonrisa, lo tomo de su mano y lo jalo hacia afuera justo en el momento en que su celular sonaba, la soltó y saco su celular para ver quién era, lo que su pantalla mostraba le sorprendió un mensaje de Takao… con mucha prisa lo abrió y lo que leyó lo dejo helado….

“Shin-chan terminamos”

¿Qué?

¡No!

Eso no podía ser cierto, definitivamente no, como que le estaba terminando, no, no, no y menos el día de su cumpleaños, Oha-Asa, no… estaba de pie en la entrada de su casa, con la cabeza gacha como reflexionando sus acciones, hasta que su padre lo interrumpió, -Shintaro sube. Llegaremos tarde- levanto su cabeza, miro a su padre y luego a su madre que se encontraba dentro del auto y contesto. –Lo siento pero no puedo ir, tengo un asunto que arreglar- y en ese instante cuando intento caminar se dio cuenta, todo su cuerpo estaba temblando, -Shintaro no puedes…- demasiado tarde su hijo ya estaba arriba de su propio auto manejando de reversa para salir del garaje, corrió, debía detenerlo, -¡Shintaro!- pero este lo ignoro y solo acelero más para poder salir del residencial, mientras conducía marco un número que aunque nadie se lo hubiera impuesto él se aprendió …

Uno, dos, tres, cuatro…

-¿bueno, Shin-chan?- la voz del otro lado sonaba sorprendida

-¿Takao dónde estás?- pregunto demasiado alterado

-¿Shin-chan estas bien? Yo…

-¡con un carajo! Dime donde estas…

-afuera de mi casa…

-bien quédate allí y espérame- después de eso colgó el teléfono precipitadamente y piso más el acelerador, llego a casa de Takao en escasos 10 minutos cuando normalmente llegaría en 25 obvio se saltó unos cuantos semáforos y manejo unos cuantos kilómetros arriba de lo permitido, pero salvar su relación se lo permitía ¿no? Al llegar se encontró con un chico sentado en la puerta de una pequeña casa, que lo miro sorprendido al verlo bajar de aquel hermoso auto. Midorima no sabía exactamente que iba a hacer, la adrenalina de hace unos instantes se había ido por quién sabe dónde, solo estaba seguro de una cosa su relación hoy no acababa.

Se acercó al chico de la puerta y sin siquiera saludarlo se agacho a su altura y lo beso, un beso demandante, lleno de sentimientos que el propio Midorima no sabía que tenía, en un principio Takao no se movió pero casi instantáneo como un reflejo respondió y no le costó mucho acompasarse al ritmo contrario, cuando por fin se separaron, por falta de aire, el de cabello verde lo tomo al contrario por la cintura y lo abrazo como si no hubiera un mañana, como si se fuera a ir en cualquier momento y así, pegado a su pecho, dejando de lado su tsunderismo le dijo –no quiero que esto termine, por favor Takao no me dejes- el aludido se sorprendio y su movió un poco para poder separarse y mirarlo a los ojos oh.. oh… lo que vio lo dejo sin habla, eso chico alto.. fuerte… su Tsunderima estaba frente a él con los ojos llorosos pero porque y en su cumpleaños..

-Shin-chan… no entiendo de que hablas…

-Tu mensaje de hace un instante…- después de  esto le monstro  su celular, con el mensaje recibido hace escasos 15minutos. Lo miro y no pudo evitar que una risita se le escapara de los labios, evadió el celular y lo abrazo con toda la fuerza que sus brazos le daban.

-Tonto… revisa bien te mande un segundo mensaje- la cara del más alto en ese momento fue épica… y obedeció leyendo un segundo mensaje que según si teléfono llego segundos después.

“Shin-chan terminamos. Terminamos de limpiar en mi casa, ya podemos salir XD”

Ok, ok… se levantó de su lugar no sabía cómo sentirse respecto a eso, ahora si, estaba seguro de que un regaño le esperaba a casa, acababa de dejar su coraza a un lado y había dicho cosas cursis… definitivamente Takao y Oha-Asa tenían un trato del demonio contra él.

Respiro y como siempre hace cuando tiene nervios, se acomodó los lentes y tenía la mirada perdida en algún lugar, para el otro esta era un imagen muy adorable, eran contadas las veces que lo había visto avergonzado y sobre todo sonrojado, muy lindo a decir verdad.

-Me voy…

-¡no Shin-chan! ¡Espera!- lo tomo del brazo y lo detuvo- quédate conmigo, no te vallas, entra por favor…- le suplico. ¿Tenía algo más que perder? A decir verdad no. Así que… ya que estaba allí… -de acuerdo…- contesto. El otro chico solo pudo saltar de la felicidad se adelantó a abrir la puerta y dejo que el más alto entrara primero, por dentro el recibidor esta en total oscuridad cuando de repente, la luz se encendió y…

Omedeto!!!

Se escuchó un grito y muchas serpentinas* y papelitos de colores comenzaron a caer por todas partes, delante de él estaba su ex-capitán sosteniendo en sus manos un pastel… raro…

-¿Qué haces aquí Akashi?

-¿Así es como saludas a la persona que organizo todo?- le dijo dándole una mirada de prepotencia que obvio al otro no afecto.

-No te des todo el crédito Cerecita….- contesto el pelinegro apareciendo detrás del más alto

-Kazunari tiene razón, fue idea suya y aparentemente se paso por alto los eventos organizados por nuestras familias- le recordó la cena a la cual obviamente habían dejado a sus padres plantados….

-Yo sé que Shin-chan prefiere est. ¿No?- y lo miro con a los ojos mientras señalaba a su alrededor. El peliverde miro y si, preferiría estar allí con todos, estaba todo el equipo de Shutoku y por alguna extraña razón también todos los milagros…

-Takao…

-Dime Shin-chan…

-Gracias…- lo miro con unos ojos tan tiernos y cálidos que el más bajo supo que no debía responder con  palabras si no con acciones, lo besó, un beso tierno, cálido y corto.

-¿Qué te parece si saludas a todos y recibes tus regalos?

-De acuerdo pero primero contéstame como es que…- el pelinegro lo interrumpió

-¿Traje conmigo a Akashi y los milagros?- el ojiverde solo movió su cabeza en un ligero “si”

-Bueno ayer después de nuestra pequeña discusión y supe que mi lugar estaba después de los Akashi- el otro quería interrumpir pero con un movimiento de mano no lo dejo –Así que me dije “si quiero hacer esto tendré que convencerlo” de esa manera busque a la cereza y le conté nuestra trágica historia y acepto ayudarme- le dijo con una sonrisa-no están mala persona como parece, él solo los llamo a todos, yo me dedique a decorar y hacer el pastel- con esto termino de hablar, Midorima no sabía cómo sentirse, en verdad Takao era una persona increíble, mira que hablarle al “enemigo”, como él lo llamaba, nada más para planearle una fiesta sorpresa, definitivamente superaba sus expectativas. Lo miro y antes de irse a saludar le dijo

-Te amo

-yo te amo más Shin-chan, Feliz cumpleaños….!

 

Fin…

Notas finales:

Si algo falló agradeceria mucho el que me avisen...

Besos, hasta la proxima... bye...


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