No me importa cuánto tiempo pase, yo siempre te esperaré. Cumpliré mi palabra, la última que te pude hacer antes de que te fueras. No sabes cuánto me haces falta, cada día es un infierno para mí, el no tenerte a mi lado al despertar cada mañana.
A pesar de que nunca te demostré algún afecto romántico tú nunca me lo reprochaste, al contrario, sólo me diste más afecto… más amor.
Te extraño.
¿Por qué no vuelves a mi lado? ¿Es que acaso ya no me amas?
Ya han pasado dos meses desde que te fuiste, y no he recibido ninguna llamada tuya. ¿Estarás bien?
Kise Ryouta, ¿acaso quieres que te golpee fuerte por dejarme tanto tiempo abandonado?
Ok, esto ya es el colmo, no pienso esperar más, iré a buscarte y te traeré de vuelta si es necesario, aun así sea por las malas. Y me vale un pepino si por tu trabajo como modelo no te permitía volver.
-Yukio, ¿se puede saber, qué estás haciendo?-comentó a mis espaldas un hombre alto, peli negro el cual vive conmigo desde hace un tiempo… aunque no sé qué tanto tiempo.
-¿Qué acaso no ves lo que hago?- respondí de una forma brusca, pero a pesar de eso al parecer no le importó. Creo que ya está más que acostumbrado a mi actitud.
-Yukio…
-¿Qué es lo que quieres?- contesté más molesto.
-¿Irás a buscar a… Kise?
-¿Cómo lo sabes? Ammm… Moriyama- volteé a verlo sorprendido y con duda. Sorprendido porque supo qué es lo que planeaba, y duda porque no puedo recordar si así se llama.
Y ahí está de nuevo.
Esa mira que me dirige, hace que me dé un vuelco en el estómago y quiera llorar. Me mira con tristeza, y en sus ojos puedo ver un dolor inmenso, pero no sé por qué.
-Yukio…- su voz sale nostálgica, cómo si en cualquier momento fuera a quebrarse.
-Moriyama, lo siento, pero debo ir a buscarlo. Si no lo busco, él no va a venir, lo más seguro es que esté tan metido en su trabajo que a puesto que ni siquiera come como debe de ser.
Me mira por un momento, y después cierra los ojos dando un suspiro.
-Yukio…yo…yo te llevaré con él, siempre y cuando me prometas una cosa- al terminar de decir esto se acerca a paso lento hacía mí, y me toma de la manos. Su mirada se posa en la mía y puedo ver en ella mucho dolor, desesperación y llego a notar que hay un sentimiento más, que hace que mi corazón se aceleré… pero por más que quiera saber, no encuentro la respuesta. Es como si lo hubiera olvidado.
-Te prometo lo que quieras, pero sólo llévame con él- le dije lo más serio que podía en esos momentos. Trate de ocultar mi desesperación por ir a buscarte, ya que extrañamente sentí que sino hacía algo ya, tardaría más tiempo para ir por ti.
-Prométeme que lo recordaras todo por tu cuenta. No me preguntarás nada y no dirás nada, y que veas lo que veas, recuerda que estaré a tu lado.- la manera en que me lo dijo fue tan, pero tan seria y muy angustiante, que me entro un temor.
-¿Ah? No sé lo que quieres decir, pero… está bien, lo prometo. Ahora por favor llévame donde esta Kise, Moriyama- me volteé para seguir alistando las cosas, sin embargo una mano más grande que la mía detuvo mis acciones. Al voltearme pude ver a Moriyama cabeza abajo y su flequillo cubriendo sus ojos, para luego con un susurro decirme- No es necesario, vámonos- y sin poder decir más, me jalo con su mano y nos encaminamos a su automóvil.
El viaje me pareció interminable, en todo el camino ninguno de los dos dijimos nada, y sólo se oía el radio el cual pasaba una hermosa canción (el cual agradezco, ya que me sentía muy tenso).
Sólo observaba el paisaje, sin embargo no me di cuenta a qué hora me quedé dormido. Fue Moriyama quien me despertó, y para mi suerte ya habíamos llegado a nuestro destino. Sin decir nada me bajé del auto y miré incrédulo el lugar.
-¿Es una broma?- giré a verlo de manera incrédula y molesta, ya que esto no me parecía nada gracioso.
-Por favor no digas nada y sólo sígueme- me contesto tajante y sin decir más emprendió camino.
Esto me estaba empezando a cabrear. ¡No tiene sentido! ¿Qué mierda hacemos en un puto cementerio? No encuentro razón para venir aquí, además sin contar que me estoy empezando a sentir muy mal. Quiero irme de aquí, yo sólo quiero ir a buscar al insensato de Ryouta.
En el transcurso preferí no ver a mí alrededor, hasta que Moriyama se detuvo y por ende hice lo mismo.
-Aquí estamos…- esto lo dijo tan suave que apenas y logré escucharlo.
-…- no dije nada, no era necesario decir algo que ya intuía desde un principio; y del cual preferí ignorar.
Y aquí esto yo. En frente de esta lapida gris y con el nombre de mi amado grabado en ella. Por más que quiera creer que todo esto es sólo una pesadilla, que no es real, no puedo. Algo dentro de mí sabe que esto no es una vil mentira.
Quiero llorar, gritar, insultar y golpear. Quiero simplemente derrumbarme y dejar llevarme por el dolor de ver tu nombre en esa lapida… pero no puedo. Lo único a lo que mi cuerpo reacciona es en apoyarme sobre mis rodillas en ese frio suelo, posar mi mano en la lápida y delinear con mis dedos las letras escritas en ella, hasta llegar a tu nombre donde me detengo.
~Kise Ryouta~
No estoy llorando, eso lo sé. En serio quiero llorar, pero al parecer mis ojos no hacen lo mismo que mi corazón.
-Yukio… por favor, recuerda.- en eso siento un peso extra sobre mi espalda.-Yukio, por lo que más quieras… vuelve.- me abraza fuertemente y empiezo a sentir húmedo mi hombro izquierdo… está llorando.
No sé en qué momento él se aleja de mí, pero antes deja en mis manos una hoja doblada y por lo que veo ya vieja. Volteo a verlo, pero sólo compruebo que ya está muy lejos de mí, me ha dejado solo.
Desdoblo la hoja con cuidado, sintiendo una ligera punzada en mi pecho, tengo el presentimiento de que ya había tenido esta hoja en mis manos. Cuando lo abro por completo me doy cuenta de que se trata de una carta… una carta que tiene grabada tu letra.
Tengo un nudo en la garganta y no deseo leer esta carta. No tiene caso.
Miro al cielo y veo que ya es tarde, se ha puesto de color rojizo; el sol se está ocultando.
Y es ahí cuando algo hace clic y mis lágrimas se desbordan.
Y me doy cuenta, me doy cuenta de que ya es tarde, de que llegué tarde, de mi error fue quedarme a esperar en vez de ir por ti. Me doy cuenta de que YO debí ir a buscarte desde un principio.
Entonces empiezo a recordar…
Yo no tengo recuerdos de nada, salvo en donde estás tú. Sólo tú.
Empiezo a recapacitar que no se nada, no sé nada ni de mí. Todo este tiempo sólo fueron rutinas, sólo un monologo de mi cuerpo, no estaba consiente de nada, todo era monótono. Me apegué a algo que no quería perder, pero que hace tiempo perdí.
Lloro, lloró cómo cuando te lloré el día que te fuiste de mi lado. Ahora empiezo a recordar ese día… el día en que me dieron la noticia.
Pongo la carta en mi pecho y lo estrujo, mientras sigo llorando y de mi boca sólo salen gemidos de dolor.
Ahora recuerdo que ese día, tenía esta carta en mis manos y te estaba esperando…
“Hola Kasamatsu-sempai, jejeje sé que te molestarás al leer esta carta y te parecerá muy tonto, pero aun así quería hacer esto. Sabes, ayer vi a una pareja con su hermoso hijo, se veían tan bien que me dieron celos. Así como lo lees, sentí celos porque ellos se veían muy felices, entonces me dije a mi mismo; ¿Por qué no ser feliz igual que ellos? Por lo cual me decidí en hacer algo que quizá te enojes un poquitín… jajaj ya que para que yo pueda ser feliz, necesito arrastrarte conmigo.
Así es Kasamatsu Yukio, tú eres mi felicidad. Eres la persona del cual quiero pasar el resto de mi vida a lado tuyo, formar un hermosa familia, compartir momentos inolvidables y sobre todo sufrir los maltratos que sólo tú puedes darme.
Eres mi felicidad, no sabes cuánto te amo. Y aunque no me lo digas con dulces palabras, sé que igual tú me amas.
Por lo tanto seré egoísta por esta vez y cumpliré mi capricho; no hay vuelta atrás, y debes hacerte responsable.
TE AMO, TE NECESITO, QUIERO TENERTE A MI LADO CADA DÍA DE MI VIDA, QUIERO SENTIRTE, OLER TU DULCE AROMA, RESIVIR TUS GOLPES E INSULTOS, QUIERO DEMOSTRATE LO IDIOTA QUE PUEDO LLEGAR A SER POR TI, QUIERO, QUIERO, QUIERO, QUIERO…. Quiero que seas mi esposo.
¿Te casarías conmigo, Kasamatsu Yukio?
Siempre tuyo, Kise Ryouta.
PD: No podía esperar más, no es la forma correcta, sin embargo tenía que decírtelo ya. Por favor espérame, que cuando llegue te lo propondré con anillo y todo. Así que espero recibir un sí, o si no tendré que tomar medidas drásticas.
Espérame que pronto iré por ti, te amo no lo olvides.”
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Y te sigo esperando…idiota.