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La vie in rose. por Baozi173

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«He aquí el retrato sin retoque, del hombre a quien pertenezco.»

Cuando Chanyeol se enamoró de Baekhyun; Oh, vaya, que tiempos. Baekhyun aún no sabía combinar las camisas con sus zapatos y su pulso temblaba al colocarse el delineador bajo los ojos. Sonreía con los ojos adormilados y no le importaba mucho si su cabello llegaba deshecho a los ensayos. Aún conservaba ese color marrón azabache y no hacía más que ponerse un poco de colonia cuando iba a salir con sus amigos después de las prácticas.

Fue por la época de antes de las fans, los viajes y conciertos.

Ahora Chanyeol estaba molesto, apretaba los dientes con fuerza. Quería mantener la mirada dentro del refrigerador, pero las voces por detrás solo provocaban que el ajuste de su mano en las paredes del congelador se forzara, haciendo blancas las yemas de sus dedos. Fingiendo indiferencia aclaró la garganta e irguió su postura.

-Sehun-ah, ¿cómo mantienes ese abdomen?

Pero la indiferencia no era la cualidad mejor entrenada de Chanyeol, y al escuchar la voz de Baekhyun su ceño se frunció automáticamente. El más alto cerró de golpe la puerta de la refrigeradora con una botella de agua fría en la mano derecha.

Todos sabían que estaba haciendo un berrinche, porque desde que Chanyeol había vuelto de las grabaciones de su película Baekhyun no le había podido mirar directo a los ojos sin regalarle esa sonrisa chueca. Claro, eso lo notó todo el mundo, todos excepto Chanyeol, que solo se dedicaba a terminarse la botella de agua de un solo trago en lo que regresa a la habitación.

Apretó el envase, intentando reducirlo.

La primera vez que cayó en la cuenta de que su Hyung abarcaba más su mente de lo que debería fue un par de semanas después de escuchar sus notas altas. Como sus pulmones se expandían y sus ojos se cerraban al tiempo que la melodía llenaba la habitación con notas que Chanyeol no lograba distinguir cuando su atención se perdía con lo bonito de sus labios.

-¿Piensas aplicar tu destrucción con mis adornos? Porque algunos son muy valiosos.

Jongdae lo miraba desde su cama cuando Chanyeol entró enojado a la habitación. Estaba cruzado de piernas y con el celular entre las dos manos. Los anteojos redondos reposaban sobre el puente de su nariz. Estaba con la tentativa de bajar sus pies al suelo y empezar a guardar todo lo que fuera frágil. Un Chanyeol enojado era muy extraño, y peligroso.

-Lo siento, Jongdae-Hyung. Es, solo que… ugh.

El más alto suspiró con dejadez, colocándose sobre las sábanas, arrugando un poco los edredones en el proceso. Jongdae le sonrió de lado, inclinando la cabeza. Cada que Chanyeol agregaba el «Hyung» al final de su nombre indicaba algo malo. Las formalidades solo se usaban como código silencioso para una llamada de auxilio, señales de humo verbales para decir que algo no iba bien.

-¿Dónde está Minseok? ¿No tendrás planes con él?

-Tiene horario hoy, no llegará hasta la cena.

Jongdae se terminó de convencer, apagó la pantalla de su celular. El interés en su vida personal ya era malo, solo Junmyeon se preocupaba por interrogar a cada uno de los miembros sobre cómo se sentían, que hacía y que era lo que sentían al hacerlo.

-Sehun está mucho con Baekhyun, eh.

-¿Y aquí quien mencionó a Baekhyun? –gruñó molesto de la nada.

-Yo, ¿ahora quieres venir aquí? Me estresas.

No se movió, si Chanyeol no estaba de humor para hablar, menos para moverse de su cama. Sus cobertores parecían los únicos comprensivos en esos momentos, por lo que terminó de subir por completo las piernas dejando las sandalias que resbalaban de sus pies al suelo.

Jongdae se levantó de la cama, cogiendo las pantuflas con la punta de los pies y caminando a tropezones hasta la cama ajena. Se acomodó al borde moviendo la cabeza de un lado, acomodando el flequillo castaño que caía sobre su frente.

-A él le hace mucha falta Luhan, con Sehun no es tu molestia, por si acaso.

-No estoy molesto. –repitió intentando convencerse a sí mismo.

-Como digas.

Pudo sentir un poco de remordimiento por haber maldecido a Sehun para sus adentros cuando Jongdae mencionó la ausencia de Luhan en la casa. Suspiró largo, aflojando los hombros y dejando caer el cuerpo sobre el respaldar de la cama.

-Tienen que hablar.

-Así no me ayudas mucho.

-Lo sé, pero si no te niegas a lo que digo significa por lo menos que no estás totalmente en contra de la idea. Es un avance, ¿no crees?

Chanyeol solo le devolvió un ceño fruncido a cambio de las palabras. Jongdae no dijo nada por varios segundos más, tampoco era como si su objetivo fuera meterse donde no lo llamaran. Aunque fuera su actividad favorita sabía cuándo no era necesaria su alegría ni consejos.

Solo se levantó de la cama, acomodando sus anteojos empujándolos hacia atrás para luego andar hacia la puerta de la habitación.

-Solo alargan el proceso, y si no se arreglan pronto, Junmyeon entrará en acción son su terapia grupal y ahí todos los odiaremos por hacernos perder un día entero en la sala de estar disfrazada de consultorio, de nuevo.

Jongdae salió del cuarto estirando los brazos y sacudiendo las piernas en el proceso. El más alto sacó el celular del bolsillo de su polera, desbloqueando la pantalla. La foto de su mejor amigo; o amigo raro si le quieren decir así, deslumbraba en el fondo de bloqueo e inicio.

¿Por qué amigo raro? Pues porque en lo que respecta a títulos eran solo eso, amigos; y lo retenía por completo, así como Jongdae censuró las palabras «de parejas» junto al anuncio de la terapia, Chanyeol oscurecía los recuerdos del quebradizo inicio de toda esa puntiaguda relación.

-¿Cómo fue…?

Recordaba por completo la respuesta, solo quería sentirse un poco mejor al recibir la pregunta y no atraer los recuerdos sin razón. Aunque incluso se viera más raro hablando solo.

, una risa que se pierde sobre su boca.»

La piel de Baekhyun era apetitosa, y para Chanyeol  que adoraba morder a sus compañeros era el premio mayor. Lo mordió hasta dejar marcas en sus hombros, jugaba con Baekhyun a correr por la sala de estar en una ronda ridícula e infantil. Junmyeon y Minseok los regañaban a diario; antes también YiFan gritaba de forma constante por el ruido que se expandía por todas las habitaciones. Pero nada detuvo el color negruzco que pronto adquirió la marca sobre su piel.

El mayor quería vengarse, y lo acorraló una tarde en lo solitario de la sala de ensayos. Ese fue el instante. Baekhyun lo besó por primera vez, lo tomó de los hombros. Chanyeol se preparó para recibir el golpe, cerrando los ojos con fuerza para que el dolor se disipara con los pequeños dientes del contrario. Pero no, solo sintió el suave de sus labios que le contraían los latidos. ¿Era que Baekhyun nunca había besado o su boca temblaba siempre? No lo sabía, tampoco se lo preguntó, solo continuó el contacto tanto como la respiración y la contracción en el pecho se lo permitió.

«¿Qué somos?» Estaba ansioso por escuchar la respuesta, que se lo digiera de frente y pudiera tomarle en sus brazos para probar una vez más de su sonrisa. «Somos amigos, amigos extraños, creo.» Pero no lo hizo. Se quedó en una etiqueta errónea paralizada en el salón de ensayo. La situación se repitió, se amplificó. Los momentos a solas se hacía frecuentes, los buscaban, por que únicamente solos podía darse a conocer, se dejaban explorar de maneras exquisitas, pero solo eso.

Alguna vez sí salieron, debo agregar, luego de súplicas y repetir la misma pregunta millones de veces Baekhyun aceptó. No duraron mucho, nada duraba con ellos que tendían arruinarlo todo las contadas veces que pudieron intentarlo. Una y otra vez Chanyeol continuó con su correteo. Sin obtener nada a cambio, nada duradero.

, palabras diarias, y eso me hace algo.»

El mayor no lo dejaba avanzar, no le daba nombre a lo que hacía, mucho menos rienda suelta a sus actos; y Chanyeol no pasó de ser el chico con las hormonas al aire que lo volvía loco.

Cuando la gente se acercaba era silencioso, risas amicales y abrazos por encima de la cintura.

Ustedes se ven lindos juntos; les repetían siempre. Baekhyun era el primero en negar todo, en acusar burlonamente a Chanyeol de invadir su espacio personal y luego compensárselo repartiéndole cariño a espaldas del resto. El espectáculo para las fanáticas, todo ese amor contenido que solo podía soltar con libertad en conciertos o presentaciones.

-Chanyeol, levántate.

Sehun entró a la habitación con unas ansias que lo alaban dentro. Cerró la puerta por detrás, sin cerrojo, solo se aseguró de escuchar el click del picaporte al encajar bien y continuó avanzando. Tomó la silla giratoria del otro lado de la habitación por el respaldar. Chanyeol lo miraba atento como se acomodaba en el asiento frente a su cama.

-Hola, yo también estoy bien, gracias por preguntar.

-No vine a molestar. Baekhyun vendrá en un rato, solo me adelanto a la situación.

La advertencia hizo que Chanyeol se enderezara de forma inconsciente y automática. Se imaginaba claramente a Baekhyun entrando a la habitación, cerrando la puerta por detrás y justificando su comportamiento con una pequeña recompensa para el más alto. Pero no, esta vez Chanyeol estaba molesto, diferente a las otras ocasiones en las que el tacto se buscaba por pura necesidad y tras él razones tan insignificantes como el incumplimiento con la reserva muda que se tenían entre ellos. Ese sentido propiedad que mantenían era la causa de muchos encuentros, pero esta vez Baekhyun no había sido víctima de una situación a la que debía seguir la corriente, Chanyeol no había olvidado abrazarle durante un concierto ni cumplir con sus escenas en servicio a las fans.

No, esta vez Baekhyun lo había buscado todo, y con ganas.

-Tienen que hablar.

-¿Acaso todo el mundo se ha enterado que peleamos o qué?

-Digamos que somos shippers de corazón.

Reconoció el término de inmediato. Arrugó el entrecejo y continuó moviendo la pantalla del celular esperando que entre las ventanas algo saltara a la vista y lo hiciera olvidar por completo la incomodidad que se acumulaba en su pecho.

-¿Piensas escucharme?

-Aún no me has dicho nada.

Sehun resopló, si era él el menor de los integrantes por lo menos podía jactarse de no ser el más infantil dentro de la manada de chicos que vivían ahí.

-Chanyeol, ¿Cuánto tiempo más van a seguir con ese teatrito?

-No entiendo de qué hablas.

-¡Oh, por favor! No es secreto lo que hacen cuando todos nos volteamos, por si no lo sabían. ¿No has notado que Jongin los deja solos adrede? O que KyungSoo los manda a limpiar para que le bajen a las hormonas, incluso Yixing con sus viajes a China se limita a pasar solo el día con Junmyeon para no incomodarles. ¿No han notado nada de eso?

Sonrió ampliamente mientras miraba a su mayor. No recibió respuesta, necesitaba espacio y él lo comprendía. Chanyeol parpadeó perplejo, observado expectante a Sehun que, aun apoyando la cabeza en uno de sus brazos que se sostenía en la bracera, se notaba sincero sin una pizca de ironía en lo que decía. Se levantó.

 una parte de felicidad »

-Baekhyun dijo; uhm, algo como… «Cuando me toma en sus brazos, me habla todo bajo...» -le recitó Sehun las palabras que Baekhyun le había repetido más de una vez desde que por su resentimiento con Chanyeol pasaba todo el tiempo libre del que disponía a su lado- Soluciona con Baekhyun rápido, ¿Qué tanto quieren retener todo eso?

Sehun se dio la vuelta cerrando la puerta por su tras. Pudo ayudar un poco a despejar el ambiente si hubiera evitado el último cuestionamiento, ahora el enojo regresaba a Chanyeol con violencia.

Él no retenía nada, era Baekhyun.

Y se lo podía echar en cara una y otra vez. Baekhyun congelaba la relación en todo lo contrario a una. Y cruel como era lo seguía paralizando a su lado, ¿Chanyeol era el premio de consolación? ¿El amante que no podría ser más que eso? Si era así el corazón de Chanyeol se veía totalmente herido por el chico del que se había enamorado hacía años.

La puerta de abrió de golpe, dejando ver por fin a quien tanto se esperaba. Baekhyun con el ceño fruncido. Su camiseta negra con el pantalón deportivo que le quedaba un tanto largo para sus cortas piernas.

.

-Estás enojado conmigo.

-Algunas personas tocan la puerta, -le dirigió seco- solo digo.

Levantó la cabeza, con el celular aún en mano. El semblante rígido localizó a Baekhyun en la entrada que también con el aura peliaguda se cruzaba de brazos mirándole de frente y sin vergüenza. Dio varios pasos al frente luego de cerrar la puerta. Con el pie izquierdo dio un empujón a la silla giratoria, la cual salió deslizando sin problemas.

-Esa no es la forma en la que las personas normales se disculpan.

Se levantó de su cama a pies descalzos, poniéndose de pie a menos de un metro del mayor, sin invadir ni un poco su espacio ni entregar el suyo.

-¿Yo debo disculparme? Eres tú el que anda por ahí haciendo escenas innecesarias haciendo que todos me culpen a mí por tu mal humor. –le habló en voz alta, casi queriendo gritar.

Chanyeol se pasó las manos por la cabeza, halando un poco de sus cabellos ahora teñidos de rojo. Las raíces castañas se hicieron notar cuando estiró su cabellera hacia arriba y la soltó junto a un gruñido lanzando contra Baekhyun.

-¿Y no eres el culpable?

-Tú eres el que hace una tormenta en un vaso de agua.

-Me enojo contigo por algo muy razonable.

Y para él era razonable, no sabía si lo mismo para el otro. Estaba seguro de que era consciente de lo que hacía, el manoseo con Sehun y las sonrisas con Jongin, se lo presumió toda la semana de vuelta en Corea y ya estaba cansado.

-¿Qué quieres que haga? Estás colmando mi paciencia y la de todos.

-¡Quiero dejar de ser el idiota que te sigue a sabiendas de que soy solo un juguete!

El vómito verbal lo dejó con una mueca bien marcada.

-¡¿Ahora yo soy el que juega contigo?! ¡No me vengas a joder con eso!

-¡Dile eso a tus coqueteos con los demás! ¡No soy estúpido para no darme cuenta!

A Baekhyun se le torció la boca y aflojó la mandíbula. No creyó tolerarlo más, casi siete días con el ambiente tan quebrado. Intoxicado y partido, él era el culpable. Y tenía miedo de admitirlo.

-¡Eso no te importa! ¡Deja de controlar mí vida!

-¡Y tú deja de malograr la mía! Estoy detrás de ti como un idiota ¡Toda la vida pidiendo algo más que ser solo tu ligue! Hasta que tú decidas qué quieres ser yo puedo encontrar algo mejor, ¡Pero no contigo alrededor presumiendo lo rápido que puedes deshacerte de mí!

Los ojos de Baekhyun estaban un poco aguados, con el dolor anclado en el pecho queriendo escapar. -¡Fuiste tú quien se besó con esa chica en cámara!

La respuesta tardó un segundo en llegar, junto con los brazos que se soltaban y perfectamente audible «¿Qué?» salió de la boca de Chanyeol. Las explicaciones vinieron solas. La distancia que el contario había formado, la brecha tan grande que se llenaba con Sehun y Jongin, todos los coqueteos forzados y la falta de contacto. Chanyeol por fin le vio sentido a todo eso, las variables tomaban su lugar y como factor principal se colocaba a Yuan Chan, su coestrella extranjera.

-¿Es que acaso no lo notas? –preguntó Baekhyun con un hilo de voz.

­-Baekhyun, yo…

-¡No quiero tus disculpas! 

La molestia le había quebrado el ceño en un tembloroso puchero. Chanyeol avanzó, sacudió un suspiro y le tomó a Baekhyun por las mejillas. Sus ojos se veían de cristal, a punto de romperse, con las grietas que le recorrían las esquinas.

-Bésame, por favor.

Cuando vas a Roma has lo que los romanos dicen; y si vas a la habitación de Chanyeol, has lo que Baekhyun pide.

, u

Chanyeol pasó sus dedos de lado a lado sobre los pómulos del mayor. Él batió sus pestañas, sonriendo tímido. Le besó pleno en la boca, buscándole el sabor que había perdido de vista y tenía como deber recuperar. El otro no se resistió, dejó que el movimiento torpe por los nervios le guiara. Parecía que de la nada hubiera olvidado como besar, como buscarle la mejor dirección a Chanyeol. Él lo controlaba, lo manipulaba más de lo que él hubiera podido en toda su vida.

¿Había que seguir siendo cobarde?

Chanyeol pasó las manos por su cintura, le acarició con las yemas la cadera y los dedos se colaron por los bordes del elástico del pantalón ajeno. Baekhyun se estremeció un poco, dio un respingo abriendo los ojos durante el beso por el sobresalto. Vio a Chanyeol con las mejillas sonrojadas, y las cejas queriendo juntarse por el esfuerzo. Se enterneció, buscó el cuello del menor bloqueando la vista nuevamente y profundizando el contacto atrayendo su cuerpo, pegándolo más a él.

-Chanyeol. –suspiró perdiendo el aire.

Se separaron un segundo, casi imperceptible para ambos. Baekhyun dio un paso al frente, Chanyeol retrocedió con el empujón. Sus pantorrillas tocaron las tablas de la cama, tomando equilibrio de estas consideró la idea de tener a Baekhyun por completo. Sus muñecas temblaron con el pensamiento, pero antes de poder siquiera analizar por completo la escena y lo que estaba a punto de hacer, Baekhyun dio otro paso al frente, aprovechando el ligero despiste del menor, haciéndolo caer sentado sobre el colchón.

-Espera, -le pidió- Baekhyun, tú…

-Estoy bien –atinó de inmediato- Estamos bien, ¿no?

Tragó saliva, nervioso. Chanyeol le devolvió una sonrisa, pasando las manos por entre sus dedos y tomando su mentón para atraerlo nuevamente en un beso, más tranquilo por la intimidad de los actos.

Baekhyun posó una rodilla sobre la cama, la pierna derecha sosteniendo por completo el peso de su cuerpo mientras que el resto de su atención pasaba a sus brazos que recorrían los hombros y luego la camisa del más alto. El pelirrojo haló de él. La espalda baja del contrario cedió hasta caer de lado sobre el colchón. Chanyeol sobre él le miraba, estudiaba sus facciones y comenzaba a repartir besos pequeños sobre su pecho. Levantó la camiseta, pasó los labios por el abdomen del mayor, mientras este aferraba las manos a las sábanas. Apretó los dientes, esperando soportar el cortejo sin emitir ningún sonido.

Falló de inmediato, en cuanto Chanyeol pasó la lengua caliente por su ombligo. Un gemido ahogado se ocultó cuando su camiseta se le estaba siendo retirada. Levantó los brazos por instinto, sentándose para actuar igual. Admiró el pecho de Chanyeol unos segundos, lo había visto antes, durante las duchas o sus brazos entre los conciertos, pero jamás en una forma tan íntima, donde él era el único presente para el espectáculo.

Arrinconó al mayor contra la pared. Se encogió al sentir lo frío del muro contra su espalda, siendo distraído de inmediato con un beso más brusco de parte del menor.

Su lengua le exploró por competo, saliva entre sus bocas se anidaba. Chanyeol volvió a moverle el cuerpo, colocando su torso hacia la cabecera, y con ambas manos pasó a quitarle el buzo. Tan torpe y novato con el movimiento que se enredó un poco al querer tirar los pantalones junto al bóxer de un lado de la cama.

Las mejillas de Baekhyun estaban rojas, y a su cuerpo le subía la temperatura al tacto. Estaba aislado en un punto que nunca antes había alcanzado. Chanyeol estaba igual o peor. Le punzaba la piel debajo de los pantalones que aun traía puestos. Baekhyun estiró el cuerpo hacia arriba, alcanzando el cuello de Chanyeol con los labios, pasándole por las clavículas hacia los hombros. Nada como sentir la presión de los labios de Baekhyun sobre su piel.

-Mhn… -gruñó suave contra su oído.

Pasó las manos a su bragueta, la diestra trabajaba en liberarse de la tela, colocando su peso restante en la mano izquierda. Apretó el gesto cuando los dientes del mayor se colaron contra el lóbulo de su oreja y fueron bajando.

No tuvo más por lo que contenerse. Buscó con los dedos la entrada de Baekhyun y se colocó entre las nalgas con poco aguante si hablamos de la opción de esperar más. Entró sin advertencia ni preparación, los ojos de Baekhyun se torcieron y mordió con fuerza el hombro del menor. Aferró los brazos y manos a su espalda sintiéndose deshacer con la presión que el contrario provocaba en su entrada.

-Maldición. –suspiró pesado dejando caer el cuerpo.

Las paredes le apretaban de una manera inimaginable, las corrientes le recorrían desde el abdomen y la imagen de Baekhyun sonrojado debajo de su cuerpo era más que placentera.

-Hey, -le llamó ahogado- ¿estás…?

-Sí, claro. –habló entre cortado y controlando la respiración que se le iba.- Solo… dame un segundo.

Baekhyun apretó los ojos, controlando la tensión que le atravesaba la espalda y colocando mejor sus rodillas, alineándolas con la cadera de Chanyeol. Pronto el dolor también se fue liberando, atrayendo consigo una sensación extraña. Su miembro estaba ahí, duro. Sus mejillas se encendieron al pensar un poco más lo que hacía.

Miró a Chanyeol a los ojos, asintió con la cabeza; oprimiendo los labios y botando el aire por la boca. El otro comprendió, se enterró más en Baekhyun, le arrancó un ronco gemido que moría en su garganta.

Colocó ambas manos sobre el colchó a cada lado del pequeño, su cabeza más cerca de las de Baekhyun. Volvió a besar suave para luego recórrele nuevamente, moviendo la cadera arriba y abajo. Adelante y atrás, provocando los jadeos que se escapaban solos de la boca de ambos e interrumpían cada tanto el beso.

Baekhyun pasó sus manos a su miembro, jugando con sus dedos y siendo torpe con las manos.

Chanyeol aceleró, el cuerpo le pedía más y no se negaba. Le rompía la garganta a Baekhyun, sacándole los gemidos con el tacto en sus paredes y el calor de su lengua que le recorría el cuello.

-Chan, Chan, Chanyeol. –gimió.

Se le acalambraron las muñecas y sintió como se le cortaba la respiración. Contrajo los dedos y echó la cabeza para atrás. Se esparció, el semen que le cubría el abdomen y a la vez manchaba a su acompañante. Un par de golpes más a su interior y Chanyeol también se vino, dejando caer el cuerpo sobre el mayor y regalándole su último jadeo. Salió de él con lentitud, una tortuosa paciencia; para recostarse luego a su costado. Le acomodó el cabello, el sudor perlado que le bajaba por los costados y le sonrió una vez más.

-Baek… -habló acelerado- Si nosotros, hipotéticamente, llegáramos a terminar, ¿podría seguir siendo tu amigo raro?

-Ni preguntes.

Baekhyun volvió a besarlo. Por primera vez sabía que ese sería uno de muchos. La primera vez que Chanyeol se sintió seguro al rosarle los labios a Baekhyun dejando de lado el sinsabor de pensar en que pasaría mañana, qué pensarían los demás si los descubrieran, nada de eso era trascendental. Tal vez debería enviarle un mensaje a Mabel para agradecerle, quizás más tarde.

-Chanyeol, estás agitado –mencionó Baekhyun con la cabeza apoyada sobre el pecho desnudo de su menor- ¿Estás respirando bien?

-No te preocupes, es mi corazón que pega.

Cuando se pasaba el agua fría por el rostro, la base y ligero rubor desaparecía, y su piel olía a lavanda, Chanyeol se enamoraba aún más de Baekhyun, porque lo amaba aún más así. Sin pinceladas ni matices que ocultaran sus labios, sin el sabor artificial sobre su cuello.

.

Porque Baekhyun no era su mundo, era su lugar preferido. Su realidad por descubrir.

«Veo la vida en rosa.»


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