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La escuela solo para señoritas por Sputnik_Mi_Amor

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CAPÍTULO I

 

Después de la división "por capacidades" que se realizo a lo largo de todo el mundo, me di cuenta de que llegamos a uno de los tantos puntos mas altos de la estupidez humana, Einstein lo advirtió, pero esta no seria la primera vez en la historia de la humanidad que consideran que un genio se equivocó en algo muy obvio.

Nunca me queme tanto la cabeza tratando de pensar en como a un ser humanos, un éxito de años de evolución, un sobreviviente a la pelea de la fecundación, pudo haber bajado la esperanza de fe en la humanidad a ceros.

La ley mundial dictada ya hacia 20 años, considerado un corto periodo de vida para una ley mundial y nueva tradición, la ley "libre humanidad" se trataba tan solo y simplemente de dividir a las personas por su preferencia sexual y tolerancia. En conclusión, no les basto encerrar animales en un zoológico ni amurallar países, sino que ahora las personas tambien estaría limitadas a un espacio en especifico.

Las persona que osaban el no seguir la naturaleza hombre-mujer o de igual forma fuesen en su contra, serian separadas del resto de la gente que si la respetaba.

Lo pienso e imagino la expresión que se formo en el rostro de todas las personas años atrás, de cada una de ellas. Felicidad, tristeza, confusión, angustia, euforia, enojo o simplemente no vieron la noticia hasta dias después.

En un momento en cuestión intente imaginar la razón de el porque las personas accedieron a esto o es que tal vez si fue difícil llevarla a cabo ya que algunas personas lucharon en contra de esa ley, fracasando sin duda. Sin embargo, ahora entiendo como fue que con el tiempo las personas se rindieron, tristemente, pero asi fue.

Mi conclusión a esa duda fue respondida por mi misma con el pasar del tiempo. Si bien ahora, estoy a solo unas horas de salir de este infierno, antes no lo pensaba ni en broma. Era yo contra el mundo de la discriminación en su más puro nivel, no tenia miedo antes ni ahora, pero finalmente mis capacidades de resistencia se fueron al suelo. De igual forma como le sucedió a los demás que alguna vez lo intentaron.

Si en un principio fue fácil y alardeaba incluso de mi resistencia, ahora veo que esto no es un juego para uno. Con el paso de los dias me di cuenta de que simplemente no es sano vivir en un ambiente donde la hostilidad es el pan de cada dia. Me atrevía a imaginar de cuando en cuando ¿Qué pasaría si una persona tuviese que vivir en este entorno? El suicidio seria lo mas seguro.

 A diferencia de muchas personas, no quiero pensar que soy la única, crecí y me eduque en este entorno, pues deseaba demostrarle al mundo algo. Finalmente no lo logre.

Yo sola decidí colgarme, nadie me intimidó para hacerlo, no en un principió. Cuando decidí decirle a mi familia la verdad de mi, lo único que recibí fue tardes enteras de "meditación familiar" en la que mis padres se trataban de convencer de que no mencione las palabras "gustarme" y "mujeres" en la misma oración. Es por eso y que desde los 12 años ese secreto no salio de las puertas de mi casa y yo tampoco.

He vivido mi vida entera tras cuatro paredes para asi ausentar mi realidad del mundo y poder proteger la dignidad de mi familia. Ahora la gente solo me conoce como la misteriosa y reservada hija del "medallón blanco", apodo que mi padre obtuvo gracias a su posición y a la de su hermano, quien le apodan "medallón negro". Ya que al contrario de mi padre, su hermano esta en la otra mitad de la país, "con los impuros".

Me encanta el melodrama que arma la gente, pero con el tiempo la falsedad me ha consumido a tal grado que mi "lealtad" familiar a pasado a segundo plano. Con ayuda del hermano de mi padre y con mi valor, el cual imagine que ya había muerto, tomé un vuelo que me sacara de este lugar. Siendo la primera chica, según se de esta ciudad, en nacer del lado sur del país y mudarse al lado norte sin haber nacido en ese lugar y con la ley iniciada tiempo atrás. En otras palabras, los del lado norte no conocen el lado sur y viceversa, todos excepto yo.

Iniciare mi universidad en aquel lugar, asi que será un inicio en su totalidad. Estudiare en un lugar que no es mi casa, conoceré personas que no escupen cada ocasión que escuchan o mencionan la palabra homosexuales, caminare por calles en las cuales no hay símbolos racistas en cada esquina. Lo imagino, solo un poco, pues no es algo que pueda ser imaginable para mi.

Tras tres horas de vuelo, finalmente estoy aquí, y es como si llegara a la Atlántida. Estire un poco mis manos y pies pues me había quedado dormida sin desearlo y por consecuencia dormí sentada. Podía ver el amplio aeropuerto desde la comodidad de mi ventanilla, antes de aterrizar no me había parecido tan grande, aunque puede que allá sido por estar un poco adormilada.

Camine con cuidad por el pequeño pasillo del avión para tomar mis maletas pequeñas, las mas grandes se encontraban en otro lugar y se me serian entregadas al bajar del avión. Esta atención me parecía muy de la realeza, pero suponía que asi era las cosas cuando alguien viaja en aviones privados. Esto era un lujo innecesario para mi, pero comprendía que tenía que acceder a este pues no había muchos vuelos entre el lado norte y sur del país, para ser mas exacta, no había ninguno, incluso estaba prohibidos. Pase de sentirme de la realeza a sentirme como contrabando.

En cuando me comencé a retirar de donde se encontraba el avión estacionado, ya con todas mis pertenencias en mano, me encaminaron por unos cuantos pasillos mas para asi poder llegar a donde se encontraban las demás personas. Definitivamente me sentía como contrabando.

-Puede continuar después de aquí por usted misma- el hombre que había estado en el avión como mi piloto fue quien amablemente me condujo a mi salia a la libertad, refiriéndome a la libertad de pasillos, no a la otra.

-Muy bien, gracias por todo- al ser incapaz de dar mi mano, por la cantidad de maletas, me limite a solo afirmar con mi cabeza.

El hombre sonrió y dando la vuelta comenzó a marcharse, lo mire por un momento mas antes de darme vuelta hacia la puerta, mire el letrero de "salida" que posaba sobre la parte superior de la puerta y después respire profundamente. Por fin estaba aquí.

Empujé, con toda elegancia perdida, la puerta de la salida con mi cabeza. Era mas dura de lo que pensé, intente con mas fuerza pero finalmente la puerta se regreso bruscamente, regresándome a mi lugar.

Caí al suelo junto con mis maletas, asi que esta vez solo abrí la puerta con mis manos y una a una saque cada una de las maletas hacia el otro lado. Tarde un poco más y tambien literalmente perdí mi oportunidad de hacer una entrada de película, nada más lejos de la realidad.

Me puse un poco mas cómoda y me tome mi tiempo para observar un poco como la gente iba y venia por el pasillo. La puerta por donde había surgido yo estaba a la mitad de un gran pasillo en el cual habían varios locales, cafeterías, bibliotecas, de recuerdo y demás. Después note que la puerta que fue mi salida tenia un letrero de "personal autorizado", si alguien me hubiese visto salir de ese lugar pensaría que soy una chica muy descuidada que se equivoco de puerta, pero sin embargo la gente apenas y notaban lo que sucedía a su alrededor, parecían ir con mucha prisa.

Todo parecía normal.

Camine con un paso inseguro fuera de mi posición inicial y camine hacia donde se suponía debía estar la gente recién llegada, en ese lugar es donde me esperaban. Trate de caminar rápido pero me distraía mucho viendo de vez en cuando en algunos locales, la mayoría de recuerdos.

Llegue a un punto donde había mucha gente, la mayoría de ellas se estaba abrazando y llorando, desvíe la mirada avergonzada de haberles mirado fijamente, no estaba acostumbrada a ver muestras de afecto tan emotivas.

Después de buscar y buscar por fin pude ver a un hombre alto y lejanamente familiar, suponía por el gran parecido con mi padre, asi que finalmente tenia que ser el. Me acerque con cuidado hacia aquel hombre que parecía buscar a alguien.

-¿Hola?- hable con más inseguridad de la que esperaba.

Aquel hombre se giro hacia mi, me observó por un momento con mucho cuidado y finalmente sonrió.

-¿Eres tu?- extendió sus y con total descaro aquel hombre mayor me abrazo- ...  Skay ¿Cierto?

-Cierto- mis palabra sonaban con mucha inseguridad ante su abrazo

-¡Valla!, pero mira- el hombre se separó de mi- has crecido bastante, casi y no te conocí

-He cambiado mucho ¿No?- por fin sonreí alejándome un poco para que el me pudiese ver

-Bastante, solo recuerdo que tenias muy poco cabello y nada de dientes, ademas de que eras rosada- el hombre con su gran sonrisa aun, me miro pensativo mientras depositaba la mano en su barbilla  

-Bueno, si, generalmente asi lucen los recién nacidos- le perdone mentalmente el que no me reconociera, pues para ser sincera, sino fuera por el gran parecido con mi padre ni yo lo reconocería

-Bueno, bueno- tomando algunas de mis maletas, el me ayudo y comenzó a caminar- vamos... Dime, tienes habré, sed, sueño

-Estoy bien, dormí un poco en el avión- le seguí mientras hablaba- solo tengo un poco de hambre

-Entonces vallamos a casa y después a comer un poco.

Asentí con la cabeza. Continuamos con el camino sin decir nada mas, no tenia mucho que contar y suponía que el tampoco. Ambos siendo familiares nos sentíamos como desconocidos, y era razonable, jamas lo conocí a nivel personal y el a mi tampoco, lo único que conocía de el era a través de los insultos de mi padre, esa fue mi forma de conocerlo en un principio y la segunda, y mas intima me atrevería a decir, fue por medio de letras y promesas virtuales las cuales me sacaron de aquel infierno. Lo único que me costo fue interferir la red de la mitad de mi país, fue difícil y por un momento creí que podrían haberme descubierto.

Entre al auto y espere a que mi acompañante lo hiciera tambien.

-Bien, aquí vamos- hablo mientras abrochaba su cinturón de seguridad.

Durante un tramo de camino el se mantuvo callado y la verdad yo no pensaba en romper el silencio, pero finalmente el lo hizo.

-¿Qué te parece la ciudad?- intento mirarme de reojo mientras preguntaba

-No se ve mas distinta, no salia mucho, pero no se ve distinta- el pareció un poco desconcertado con mi respuesta- ... Pero se siente diferente

-¿Cómo es?- su entusiasmo regreso, aunque parecía nostálgico- ¿Cómo es ahora?

-No sabría decirlo, aun estoy en blanco- no me atreví a mirarle esta vez

-No importa, tenemos tiempo... Ahora estas aquí.

Efectivamente fuimos a casa, pero decliné a entrar a esta, ya había pasado mucho tiempo encerrada, asi que me limite a esperar fuera mientras el llevaba cada una de las maletas. Una vez que finalizó continuamos nuestro rumbo hacia otro lugar.

Llegamos finalmente a una pizzería, ordenamos una pizza mediana, secretamente la acepte, aunque no me gustaba ese tipo de comida.

-Bien, ahora hablemos sobre la escuela- llevábamos ya buen rato hablando de muchas cosas, conociéndonos un poco más

-¿Qué con ella?- pregunte mientras intentaba comer

-¿A dónde quieres ir?- pregunto el con mucha atención

-No lo se, pero por favor que no sea una tan lejana- quería libertad pero aun estaba insegura de como eran las cosas aquí

-Puedes venir a mi escuela- se me olvidaba que el era el director de una universidad- tienes libertad y a la vez estarás cerca de mi por si algún imprevisto.

Pensé un momento, esa parecía se la mejor opción, se que me atenía mucho a el, y eso era lo que buscaba ya que quería salir de mi zona de confort, pero no a paso rápido.

-Me parece buena idea- dije finalmente- ¿Cómo es esa escuela?

-Bueno tiene muchas cosas buenas tanto en educación como en ambiente estudiantil- quedó en silencio un momento antes de continuar- ... Y uno que otro pequeño detalle, por ejemplo, es una escuela para un solo género de personas, una escuela de hombres, nada especial y ademas dan helado los miércoles.

Lo observe fijamente aunque el intento no mirarme a los ojos.

-... ¿Hombres?- pregunte con seriedad- ¿Te das cuenta de qué yo soy mujer?

-Por favor, no seas así- comenzó ha hablar rápidamente- seria mas fácil la situación, asi te cuido mas, ¡Ademas! Que hay de la liberta, no nos puedes restringir más

-No metas a la libertad en esto, ¡Es una escuela de hombre!- solté mi pedazo de pizza- eso significa que... Significa que...

-Lo vez, ni siquiera tienes excusas- me señalo triunfante con su pedazo de pizza mordida- todo es igual, solo que no es mixta... Mira, todo esto lo sugiero por que ya no hay inscripciones abierta ni siquiera en mi escuela, pero será fácil meterte, no nos costara nada y es mas practico, adema, si tanto extrañarías la compañía femenina a unas cuadras esta la escuela solo de mujeres

-¡Hey!, sabes que ese no es el asunto ni el problema- me avergoncé por su insinuación- pareciere que hablo con alguien de mi edad... Esta bien

-"Esta bien" ¿Qué?- pregunto con una sonrisa victoriosa

-Iré a tu escuela... La verdad no pierdo nada y es todo por no causarte mas molestia- respire profundo y tome nuevamente mi pizza

-Gracias, de verdad me quitas un peso mas... - tratando de no reír continuo- solo dime la carrera que desees, dame tus papeles y yo hago el resto

-Bien- hable con resignación- ¿Qué carreras tienes?

El pensó durante un momento mientras trataba de recordar las carreras que ofrecía su escuela.

-Por cierto- aproveche su silencio para cambiar de tema- allá te apodan "medallón negro".

Sonreí, pero el simplemente comenzó a reír.

Notas finales:

Gracias por leer hasta el final :D...


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