Andrew & Ford.
Era una tarde como cualquier otra, repleta de trabajo. Sin embargo, hoy se sentía más cansado de lo usual. No había motivo específico del porqué, había sido un día como cualquier otro, incluso con un poco menos de movimiento, y aún así él se sentía más agotado de lo normal. Reviso nuevamente la pila de papeles que se encontraba sobre su escritorio, ninguno de ellos era tan importante como los que ya había atendido.
Tal vez pueda tomar un descanso, pensó. El simple pensamiento de que podría marcharse a descansar le provocó una sensación de alivio. La mayor parte de su tiempo se lo pasaba en la oficina, su trabajo lo demandaba; solo acudía a su departamento cuando eran altas de la noche y su cuerpo ya suplicaba por un merecido descanso. Pero hoy se daría un poco de tiempo.
Por primera vez volvería a llegar temprano a casa. Podría ver una película, prepararse algo de comer o simplemente tirarse en su cama hasta que se quedase dormido. Guardo un par de cosas en el primer cajón de la derecha, tomó su saco y se dispuso a marcharse. Al abandonar su oficina le llegó una sensación de alivio, era como si su cansancio hubiese desaparecido por el simple hecho de saber que iba a casa.
-Es la primera vez que lo veo marcharse temprano, Sr. Ford.- Se escuchó una voz familiar que irrumpió y terminó con todos los pensamientos de las posibles cosas que haría al llegar a su departamento.
-De vez en cuando hay que descansar, ¿No crees?- Dijo, a secas para poder terminar la conversación lo más pronto posible.- Les encargo lo demás a ustedes.
Cruzó la recepción de manera habitual. Trató de evadir cualquier tipo de contacto con las demás personas presentes para así poder abandonar ese lugar más rápido, sin distracciones de ningún tipo. La puerta se abrió justo cuando él estaba frente a ella.
-Sr. Ford.- Hizo una leve mueca que fue totalmente imperceptible para el otro hombre.- Que bueno que lo encontré antes de que se marchara.
-¿Qué sucede?- Preguntó. La manera en que pronunció cada una de las palabras que componían su pregunta hizo notar que ya estaba ansioso por marcharse, y que aquel hombre solo lo distraía.
-Es, Andrew.- Comenzó.- Lo encontré en el parque cerca de aquí. Por más que intenté levantarlo no lo logré.- Ford soltó un enorme suspiro, desde que aquel chico había comenzado a trabajar ahí no hacía más que traer problemas.
-Esta bien, yo me ocupo.- Acepto, sin muchos ánimos, ir a ver qué sucedía con Andrew.
Por fin había abandonado el edificio, pero ahora tenía que ir a hacerla de niñera. Camino en dirección al parque Jefferson, era el único que se encontraba cerca del edificio. La mayoría de los días se encontraba vacío, las únicas personas que llegaban a visitar ese lugar eran turistas que se habían perdido y buscaban desesperadamente como volver a su ruta planeada. Desenfundó su paraguas para conseguir algo de protección contra la lluvia; según lo pronosticado el día sería totalmente soleado sin ninguna probabilidad de lluvia, ¿Pero qué puedes esperar de los pronósticos? Poco a poco la lluvia se fue intensificando, llego un momento en el cual más bien parecía que alguien lo estaba rociando directamente con una manguera, por suerte, al poco rato se tranquilizó y se volvió "decente".
Cuando por fin se encontraba en el parque miro en todas direcciones, pero no logro ver a Andrew. Se maldijo a sí mismo por no haber preguntado más acerca de su locación, pero lo que él realmente quería era ya estar en casa, lo demás no importaba. Se adentró un poco más en el parque y fue ahí, que a lo lejos, logró ver a Andrew. Se encontraba sentado en una banca, desde la posición donde se encontraba Ford no parecía tan mala la situación. Decidió acercarse para averiguar que estaba sucediendo y por fin poder marcharse. Una vez que estuvieron frente a frente, Andrew lo observo y decidió que él quería ser el primero en hablar.
-No esperaba que vinieras.- Sonó un poco entrecortado, como si se estuviese forzando para poder pronunciar cada palabra.
-Ah.- Soltó un suspiro.- Solo estás borracho, Ronnie dijo que estabas peor.
-Yo le pedí que te dijera eso.- Con cada palabra que pronunciaba su tono bajaba y posteriormente subía sin motivo aparente. Solo era consecuencia de la gran cantidad de alcohol que circulaba por su sistema.
-Si lograste hacer eso, puedes pedir un taxi que te lleve a casa.-
Giró para darle la espalda al hombre sentado. Se dispuso a marcharse cuando el otro le sujetó la manga del saco para evitar que se fuera.
-No te vayas.- Está vez sus palabras sonaron más fluidas y con un tono continuó, sin bajadas ni subidas.- Por favor, no te vayas.-
Ford chasqueo la lengua y se maldijo a sí mismo por ser lo suficientemente bueno como para no abandonarlo ahí a su suerte. Colocó su paraguas de tal modo que Andrew también pudiese protegerse de la lluvia; Andrew ya estaba demasiado mojado por lo que cubrirlo no haría diferencia alguna.
Aún sentado, se recargó en el estómago de Ford para tratar de entrar en calor.
-¿Qué haces?- Preguntó.
-Calentándome.-
-No es mi culpa que tengas frío.-
Trató de hacerlo a un lado y evitar que siguiera recargado en su estómago, pero fue en vano. Se rindió y dejó que Andrew permaneciera ahí.
-Levántate, te llevaré a casa.-
Andrew se levanto con brusquedad haciendo que Ford soltara el paraguas y este cayera al suelo.
-Espera, nos moja...-
Las palabras de Ford murieron antes de poder salir de él. Andrew tomó el cuello del saco de Ford con ambas manos y lo acercó lo suficiente, sus labios chocaron.
El rostro de Ford revelaba confusión, temor; probablemente estaba en shock. Aún así, Andrew se negó a retroceder. Mordió los labios del otro, ante la sensación de dolor, Ford, abrió sus labios y Andrew aprovechó esto para deslizar su lengua dentro. Al no saber cómo reaccionar Ford se dejó llevar.
Sus lenguas bailaban juntas y se separaban a penas unos segundos, los suficientes, para poder tomar un poco de aire antes de volver a enredarlas. Después de un rato ambos se encontraban jadeando debido a la respiración irregular por lo que tuvieron que romper el beso. Los ojos de Andrew se mantuvieron fijos sobre los de Ford durante unos segundos, posteriormente la cabeza del primero volvió a caer en el torso del otro, fue ahí cuando Ford reaccionó.
Acaricio suavemente el cabello del otro, pero no logró observar respuesta alguna. Preocupado lo sacudió más fuerte solo para darse cuenta de que este se encontraba totalmente inconsciente.
Ford se maldijo a sí mismo, recogió el paraguas del suelo y se sentó junto a Andrew a esperar que este despertara.
Se encogió de hombros y con una cálida sonrisa en su rostro pensó "Mañana no recordaras nada de esto."