Dulce aroma, piel desnuda rozando la mía, que suaves ronquidos y la mejor sensación del planeta entero justo en ese momento.
Llevaba cerca de media hora despierto, solo observando como el pecho de Hoseok subía y bajaba al ritmo de su respiración, solo apreciando las finas líneas de su rostro y su pecho, media hora solo preguntándome por qué ese extraño me tenía pendiendo de un hilo solo con ofrecerme su calor... su amor.
Sin embargo no me atrevía a tocarlo, sentía que tan siquiera con mirarlo ya era un sacrilegio, perturbar su calma con mi impertinente deseo no sería justo, mas lo quería, quería que sus brazos me protegieran, quería acurrucarme en la curva de su cuello y olvidarlo todo, sentirlo mío... solo mío.
-En que piensas tanto bonito- me sorprendió hablando con voz ronca -Ven aquí-
Y con un simple movimiento sin siquiera haber abierto sus ojos, me atrajo a él, abrazándome con fervor.
Me deje hacer sonriendo sin poder evitarlo, y es que era como si Hoseok supiera exactamente lo que necesitaba.
-Así debe ser bonito, juntos, tan juntos como sea posible- y me rodeo incluso con más fuerza.
Respire profundo cerrando los ojos, llenando mis pulmones con su esencia, sujetándome con alegría a los músculos de su espalda, apreciando a su vez lo fuerte que era, y eso era todo lo que necesitaba, sus brazos y sus besos, sus caricias y sus lindas palabras.. todo lo que necesitaba era a él.
-Como resistirme a ti cuando haces eso..- dijo sonriendo y alejándose lo suficiente para que lo viera.
Fruncí el ceño -Hacer? Que hice?- le devolví la mirada en confusión.
-Esto- subió una de sus manos hasta mi cabello y lo aparto de mi rostro -Dejar que te ame- continuó con sus mimos -Dejarme ser importante, permitirme llegar a ti...- beso suavemente mis labios, dejando los suyos presionados un tiempo más largo sin llegar a hacer del beso uno profundo -Sin embargo tengo miedo bebe...- pronunció al alejarse, más no se apartó por completo.
Nos miramos por un momento, tenía tanto que decirle... y ya sin poder evitarlo más las palabras comenzaron a salir solas de mi boca.
-Pero te quiero...- confesé despacio llevando mis palmas hasta su rostro de la misma forma -Y el que tú me lo dijeras antes me hizo fuerte... estar contigo me hace fuerte- sonrió -Quiero ser tu valor Hobie... no tengas miedo cuando esté contigo, no temas cuando tome tu mano, porque yo seré fuerte por los dos si tú lo quieres... ya no seré cobarde nunca más... no dejaré que nada nos pase, lo prometo-
Las palabras abandonaron mi garganta con libertad, dejándome ser sincero como nunca, desahogándome con Hoseok y conmigo a la vez, y no estaba mintiendo, yo sería fuerza, sería valor y jamás nos abandonaría, no como lo hice antes... no otra vez.
Hobie sonrío aún más grande, uniéndonos al instante en un beso de primavera, fresco y encantador. Un beso como todos los anteriores, pero con un sabor distinto.. que en ese instante no supe distinguir.
-Seré tu fuerza también bebe.. dije que te protegeré y lo haré, porque te amo- volvió a arrullarme como antes -Y ambos seremos valor... el valor de cada uno, lo prometo-
La paz volvió como antes dejándome perderme en ella y sin quererlo caí rendido por la tranquilidad y la calma, terminando en el mundo de los sueños sin remedio.
-Taehyung, hijo despierta- abrí los ojos asustado, observando de lleno el rostro fino de mi tía.
Ella me miraba a su vez con cautela y luego de haber cumplido su cometido de despertarme se dirigió a la puerta de mi habitación.
-Tia?- pregunte conmocionado.
Di una vuelta rápida con la mirada a mi cuarto y a mí mismo. Ya no estaba desnudo... Que?!! Y Hoseok?!
La respiración comenzó a faltarme
-Son cerca de las 10 de la mañana Taehyung, llevas días sin ir al instituto- vociferó cansada y sin voltear salió cerrando la puerta
Me senté raudo en la cama, ¿que estaba pasando?, Hoseok no estaba, todo parecía no haber cambiado desde que decidí salir anoche... y si...
-Acaso lo soñé?- tome mi pelo en confusión desordenándolo, no podía ser.
<pero... pero todo fue tan real...>
Volví a recorrer todo el lugar buscando algo fuera de lo normal, pero nada. Todo estaba igual y yo ya me estaba empezando a desesperar, por lo que decidí levantarme y hacer algo, pero apenas lo hice un dolor algo intenso cruzo la parte baja de mi espalda y tuve que volver a sentarme en la cama, provocando así que algo cayera de ella.
Aún consciente del dolor molesto en la cola, intente alcanzarlo y cuando ya lo tuve en las manos descubrí que era un papel.
•Tuve que irme antes de que pudieras despertar, pero no he olvidado nuestro acuerdo, bonito. Te veo en el cafe que está enfrente del parque cerca de tu casa. Te amo bebe•
Alivio, el más grande de todos los alivios fue lo que sentí al leer la pequeña nota que mi amante había dejado como despedida, y es que a decir verdad, en los últimos días no me había estado sintiendo tan estable emocionalmente y tal vez creía a mi mente capaz de jugarme una broma como la de haber imaginado todo lo que había pasado la noche anterior con Hoseok.
Con cuidado de no hacer mucho esfuerzo logre estar listo para salir en muy poco, pero no fue si no hasta que cruce la cocina cuando tia JaeRi me detuvo.
-Espera Taehyung- me llamó desde la oficina
-Que sucede..?- me volví hacia la habitación inquieto, mas simulando estar desinteresado, como de costumbre.
-La próxima semana es el aniversario de la muerte...- suspire.
-Lo se- la interrumpí.
-Se que lo sabes cariño, pero lo que me inquieta es otra cosa- pensó un momento guardando silencio, mientras yo ya estaba perdiendo la poca paciencia que tenía con respecto a ese tema.
-Que es tía...- me acerqué a su escritorio, sospechando la seriedad del asunto.
-Nunca te habías comportado así Taehyung, de un tiempo acá siento que eres incluso más distante y ese chico...- la posible mención de Hoseok me puso alerta.
-Que chico? Jimin?- intente parecer casual... y como siempre no resultó,
-Sabes de quién hablo- y sus ojos se oscurecieron -No soy ciega hijo... puede que no me digas mucho... o casi nada, pero sé que tú no eras así antes de conocerlo-
-Y como se supone que era entonces?- no sabía bien porqué, pero lo que estaba diciendo la hermana de mi madre estaba enfadándome.
Sus cejas cayeron en una clara señal de tristeza y eso me hizo vulnerable.
-No eras feliz me atrevo a decir... pero ahora temo... temo que esa tristeza de la que siempre te niegas a aceptar te lleve a donde no debes...-
-De que hablas tia, no entiendo-
Y es que esa expresión era tan similar a la de mama que sentía que no podría mirarla por mucho más tiempo.
-No hagas algo que te dañe mi vida... no podría soportarlo-
Silencio. Un silencio sepulcral recorrió nuestros cuerpos y el espacio entero, congelándonos a ambos impidiendo movimiento alguno.
Y yo sabía a lo que ella se refería..
-La próxima semana no tienes que hacer nada que no quieras hacer.. será como todos los años..- retomó el anterior asunto, percibiendo mi nula respuesta.
Simplemente asentí, y es que aquella insinuación me había dejado en jaque y todo lo que estaba sucediendo fuera de mi hogar comenzó a atosigarme y a hacerme caer en cuenta todo lo que estaba arriesgando.
-Debo irme- anuncie luego de otro silencio incómodo.
-Volverás temprano?- y su pregunta iba cargada de preocupación escondida en simple curiosidad.
-Te avisaré... nos vemos- y ambos sabíamos que no lo haría.
Tía JaeRi solo asintió rendida y me largue tan pronto como pude.
Las calles estaban desiertas y agradecí eso, camine tranquilo sabiendo exactamente a dónde me dirigía y con quién me encontraría. Sonreí, y es que al fin sabría todo, aunque no estaba seguro de que era a lo que me estaba enfrentando había prometido ser fuerte, y lo sería.
Apenas entre al pequeño local una chica sonriente y con el pelo tomado pulcramente me indicó un asiento vacío y me ofreció de beber, me pareció extraño no haber visto enseguida a Hoseok, pero confiaba en el y estaba seguro de que llegaría.
Mire por la ventana distraído, buscando inconscientemente a mi desconocido favorito, pero lo que vi lejos de causarme agrado me provocó un horrible dolor de estómago y piel fría.
Hoseok venía si, pero en compañía de otra persona... un hombre delgado, tan delgado como nunca vi antes, vestía totalmente de negro, al igual que Hoseok y su pelo rubio le daba un aspecto por demás peligroso. Ambos caminaban juntos pero tan distantes como si fuesen cada uno por su cuenta, y fuesen totales desconocidos.
En un descuido la vista del chico rubio se cruzó con la mía, y luego de haberme observado por un momento sonrío con malicia haciendo un gesto desagradable con la comisura de sus labios, un mal presentimiento cruzo mis entrañas y me sentí enfermo. No tardaron mucho en llegar, los vi cruzar la calle y entrar a la tienda, pero fue justo ahí que mi respiración se detuvo, los latidos de mi corazón se volvieron frenéticos y el sudor frío corrió por toda mi espalda cuando vi a Hoseok dirigirse a otro lugar y al otro tipo caminar hacia mi lugar con esa horrible sonrisa en su rostro, no tenía escapatoria y la única persona que podía protegerme, aparentemente me había abandonado... esto no estaba bien... venían por mi... estaba seguro, el iba a matarme...
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VH