Lee Jongdae estaba amarrado a la silla del escritorio de su despacho. Tenía un paño amarrado al rededor de su boca y su cuerpo dolía mucho luego de la paliza que había recibido en la calle. Abrió sus ojos lentamente sintiéndose mareado y aturdido para rápidamente comenzar a sacudirse desesperado y ansioso al darse cuenta del estado en el que encontraba. Miró con angustia y recelo a todos lados, más la puerta estaba cerrada y las luces apagadas por lo que le era imposible saber si había o no pasado mucho tiempo desde que había quedado inconsciente.
Intentó desatarse pero le fue imposible, gritar tampoco era una opción, puesto que lo que llenaba su boca no le permitía casi ni respirar, por lo que comenzó a desesperarse. Se movía y gruñía esperanzado de que alguien fuera por el, hasta que recordó; nadie iría a rescatarlo, él estaba más que seguro que la única persona que podría ayudarlo era la qué tal vez lo había puesto ahí en primer lugar. Volvió a sollozar en desesperación y esperó.
Intento llamar a la calma y obviando su actual condición, se concentró lo más que pudo en saber que sucedía afuera del despacho y más rápido de lo que pudo imaginar la puerta fue abierta de par en par dejando entrar la luz del corredor.
-Así que ya despertaste- la voz de la que alguna vez fue su esposa sonaba rasposa e insípida.
La mujer camino hasta él y se agachó a la altura de su rostro, analizándolo, juzgándolo.
-Te haré un par de preguntas JongDae, y quiero que respondas- inhalo fuerte alejando sus deseos de llorar y se sentó en la mesa del despacho atrayendo al hombre frente a ella -Es lo menos que me debes, después de haber destruido a mi familia- finalizó
El hombre sobre la silla, bajo la cabeza y asintió, permitiéndole a Jaeri quitar la cinta que tenía sobre su boca.
-Jaeri querida yo... lo siento... yo..- pero no termino de hablar, ya que su esposa golpeó su mejilla fuertemente con su palma.
-No lo sientas... querido- murmuró sujetando su mano que dolía -No quiero escuchar tus lamentos, solo responde a lo que te preguntaré.
Los ojos de la mujer estaban acuosos, más se desafió a sí misma y no boto lágrima alguna. Por otro lado, Jongdae volvió a asentir resignado.
-¿Como te llamas? ¿Cuantos años tienes? Y ¿A que te dedicas?- pregunto rápidamente Jaeri.
-Lee Jongdae, tengo 50 años y soy...- la duda en sus ojos no llego a persuadir a su esposa y continuó -Soy gerente de marketing en una empresa privada- terminó.
-¿A que te dedicas fuera de tu trabajo regular?-
-Jaeri, no es necesario-
-Solo responde, maldita sea- gruñó la mujer.
-Soy estafador, traficante y ocasionalmente me deshago de personas que interfieren con mis negocios- No era orgullo, si no que la soberbia fue lo que más destacó en su respuesta.
-Por Dios...- suspiró Jaeri incrédula.
Miro los ojos de su esposo y las lágrimas que había querido contener, rodaron sin remedio por sus mejillas, al no ver un atisbo de arrepentimiento en los cristalinos de su contrario.
-¿Cuando comenzó todo esto?- continuó luego de que regulara la firmeza en su voz, carraspeando un par de veces.
-Hace ya 20 años más o menos- suspiró -Era dinero fácil, ya sabes, comienzas con un par de entregas, vas subiendo de categoría, hasta que ya estás tan adentro de esto que es más fácil morir, antes de quitártelos de encima si no eres cauteloso- término, y ya no había vergüenza en su relato.
Los ojos de la mujer estaban abiertos de par en par, ya sabía por obvias razones que su esposo estaba atrapado en esos asuntos, pero ¿20 años? Como era que jamás sospecho un poco sobre todo eso.
Jaeri espero un momento, intentando procesar todo eso, ya sentía que todo era una broma, puesto que nada de lo que ocurría podría parecerle verdad.
-T..tu y el padre de Taehyung... ustedes..- la pobre mujer no quería colapsar, pero el solo hecho de hacer esa pregunta se le estaba haciendo muy difícil.
-Yo no mate a tu hermana- respondió de inmediato -Fue su estúpido esposo, que tuvo su merecido después de querer llevarse todo lo que era mío- declaró algo molesto.
Jaeri frunció el ceño, algo pérdida -¿A que te refieres? ¿Cual merecido?-
-Yo fui quien le dijo a los Kim de Seoul que el padre de Taehyung estaba intentado abarcar todo el mercado de Daegu- respondió altanero -Creyó que se saldría con la suya, y fue tan imbécil que pensó que había sido JaeEun quien lo había delatado-
La sangre dejó de circular por las venas de Jaeri, se sintió enferma por la situación tan nauseabunda por la que estaba pasando. Su esposo, el hombre que había elegido para amar hasta la muerte había sido el causante de la muerte de su única hermana. Él, el hombre frente a ella, a quien había visto todos los días al despertar, era el mismo hombre quien por un poco de sucio dinero había sentenciado a muerte a toda su familia. Simplemente no podía creerlo.
-¿Señora Lee?- Jimin apareció por la puerta, y rápidamente se acercó a la adulta -¿Se encuentra bien?- y la tomó raudo para llevarla a la sala.
Jaeri, sin embargo, ya no podía siquiera contestar por lo conmocionada que se encontraba.
-Jimin..- hablo luego de un momento y enfrentó enfocar su mirada en los ojos del joven amigo de su sobrino -No puedo- lloró mudamente dejando que sus lagrimas cayeran -No puedo con todo esto-
Jimin suspiró -Por favor señora- cerro los ojos y con toda la voluntad de comprender le suplicó -Ahora no es momento de flaquear, debemos terminar de interrogarlo para ir a la policía- Pero ella seguía en shock -Si no puede usted, lo haré yo- y sin pensárselo demasiado, el menor volvió al despacho, tomó su celular y volvió a presionar el botón de grabación.
-¿Quien es Kim Namjoon y Kim Seokjin?- no perdió el tiempo, poniendo su expresión más dura intentando amedrentar al sujeto frente a él.
-¿Jimin?- el adulto rió -porque no me sorprende que estés aquí ¿eh?-
-Responda señor Lee-
-Ya estoy jodido, solo por eso responderé, no porque vengas aquí a exigirme algo- carraspeo aclarando su garganta y respondió -Los hermanos Kim, vaya personajes. El mayor, Seokjin, pertenece a la policía nacional, se encarga del departamento de homicidios y misteriosamente fue transferido a Daegu justo en el periodo de tiempo en que Taehyung debía ser asesinado- tomo un poco de aire y continuo -El otro, Namjoon, es un idiota. Fanático de la sangre y del poder, siempre detrás de su padre buscando ser el siguiente en tomar el control. Ambos son hijos de Kim, el mayor traficante, asesino e hijo de perra de todo Corea, no dudó porque todos los muñecos vinieron tras Taehyung luego de que el otro mocoso no pudiera matarlo rápidamente-
-¿Fue usted quien mando a matar a Taehyung?- la voz de Jimin temblaba al igual que su cuerpo, puesto que la frialdad del hombre frente a él lo aterraba.
-No, fue Kim- aclaró rápidamente -El idiota pensó que Taehyung estaba usando el nombre de su padre para mover el negocio nuevamente, pero siempre fui yo- se alzó de hombros desinteresado, dando por terminada la conversación.
Jimin volvió a presionar el botón para cortar la grabación y miró al hombre otra vez, juzgando el grado de ambición y codicia que tenía como para sacrificar todo a su alrededor.
-¿Con eso será suficiente para estar un par de años en la cárcel?- volvió a hablar Jongdae -¿Por que eso harán? ¿O no?- su petulancia y la sonrisa de medio lado, estaba enfermando al castaño, quien estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para mantenerse firme y no golpear al sujeto frente a él.
-¿De verdad cree que lo entregaremos a la policía?- susurró Jimin atrayendo la atención de Jongdae de inmediato.
-¿A que te refieres?-
-Usted solo espere tranquilo en ese asiento, porque el tal Kim o alguno de sus hijos llegara en cualquier momento- finalizó y retrocedió lentamente, deleitándose con la súbita expresión de pánico que generó en en rostro del contrario.
-No serían capaces- negó rápidamente el mayor -Jaeri no sería capaz- su cuerpo comenzó a moverse desesperadamente cuando intentó deshacerse de sus ataduras -No me dejes aquí, ¡NO!-
Y Jimin cerro la puerta dejando su cuerpo tiritando sobre la superficie. Sabía que no harían eso, pero no quería dejarle a JongDae la sensación de que se zafaría tan fácil de toda esa situación.
Tembloroso camino de vuelta a donde estaba la mujer y la encontró con las manos en su cara, sentada muy al borde del sofá.
-Ya lo tengo- avanzó hasta sentarse frente a ella -Podemos irnos ahora-
-Ve tu cariño- carraspeo la mujer -No creo poder llegar hasta la comisaría, estoy un poco débil, discúlpame por todo esto-
A pesar de sentirse muy inseguro por lo que la señora Lee le estaba pidiendo, confió en que sería capaz de hacer eso por su amigo. Quería poder hacer algo y no quedarse otra vez con los brazos cruzados y llorando por no saber que hacer, porque ahora si lo sabia, y muy bien.
-¿Estará bien?- apretó en sus manos su propio celular, también estaba preocupado por dejar a la mujer mayor sola en esas condiciones.
-Claro que si cariño, es solo que no me siento capaz de caminar ni siquiera hasta la puerta- Jaeri lo miro con ojos rojos y brillantes, se notaba cansada y angustiada -Estaré aquí esperando a que llegues-
-Entonces iré- Jimin se levantó y decidido camino hasta la mesa, tomó un par de las cosas que habían estado en la caja y salió de la casa.
Haría eso por Taehyung, lo libraría de la culpa y se aseguraría de salir de la comisaría con la ayuda suficiente para salvar a su mejor amigo y al rubio que podría muy bien estar en grave peligro justo en ese momento.
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El seguro de la enclenque puerta salió volando a causa del proyectil pero nada pasó. Hoseok se mantenía expectante justo en su posición y miro extrañado a Suga cuando después de un minuto Namjoon aun no aparecía por el umbral.
El corazón del pelinegro corría a mil kilómetros por hora cuando después de haber asomo su rostro por la puerta un disparo se dejo escuchar por todo el lugar. En un ágil movimiento retrocedió cayendo al piso de espaldas, haciendo que Yoongi corriera a ver si estaba lastimado.
Sin embargo esa fue la peor decisión que que el mayor pudo haber tomado, ya que, apenas su cuerpo se hizo visible por la luz opaca de los faroles de la calle, Namjoon presiono el gatillo de su arma sin perder el tiempo, logrando dar justo con el costado del rubio, quién cayó de rodillas por el súbito dolor que sintió.
-¡YOONGI!- gritó Hoseok al ver a su amigo con los ojos abiertos de par en par observando la sangre que había comenzado a caer por debajo de sus costillas.
Sin embargo, el pelinegro no fue tan rápido ya que no fue capaz de alcanzar su arma, cuando Namjoon entro finalmente al hogar fugaz y volteándose a ver a Yoongi en el piso volvió a dispararle pero esta vez a la altura del pecho, logrando derribarlo. Hoseok parpadeo incrédulo, y cuando al fin reaccionó, el menor de los hermanos Kim estaba apuntándolo con una pequeña sonrisa en el rostro.
-¿Creíste que seria así de fácil? ¿No, Hope?- lentamente avanzo hasta el pelinegro -Ustedes son tan predecibles- rió fuerte -Yoongi llamando tan de repente y tu dejándote vencer para que sea yo quien acabe contigo... que estupidez, ¿De verdad creyeron que vendría a entregarme así como así?- su expresión cambio dramáticamente a una muy seria.
Hoseok no podía quitar sus ojos del cuerpo inerte de su mejor amigo en el piso. La sangre había comenzado a correr por el piso, lo que desespero al pelinegro.
-¡AAAAAHHH!- grito con todas sus fuerzas, logrando hacer reír con mas fuerza al hombre frente a él -LO MATASTE HIJO DE PUTAA- y sin ser consciente de lo que hacia, llevado por la desesperación y locura de haber perdido a otra persona importante para él, tomo el arma que había soltado al caer y comenzó a disparar como loco con sus ojos cerrados, hasta que ya no quedo ninguna bala.
Todo quedo en silencio. Hope levanto sus parpados y varias lagrimas cayeron de sus lagrimales por tal acción. El lugar parecía mas oscuro que antes y no fue capaz de reconocer si el cuerpo que estaba frente a el era el de su mejor amigo o el del captor de su amante.
Su palma se abrió y la pistola cayo de su mano junto con su cabeza en un movimiento casi coordinado. El llanto nació desde lo mas profundo de su estomago y gritó nuevamente llevando sus manos a su rostro. Volvió a alzar su rostro y quiso correr a ver si Yoongi aun estaba con vida, pero no fue capaz de hacerlo puesto que al intentar moverse de su lugar un dolor tan grande como un rayo lo golpeo justo en el estomago. Llevo ambas manos al lugar exacto donde sintió el dolor, mas cuando apenas lo hizo sus manos se humedecieron de inmediato. Volvió a llevar sus palmas frente a sus ojos logrando distinguir que estas estaban cubiertas con sangre.
Rió. Rió tan fuerte que su vista comenzó a nublarse por el dolor. El maldito de Namjoon quien estaba mas que muerto en el piso, había logrado lastimarlo mientras el estaba disparando como demente y eso le parecía tan gracioso.
Continuo riendo mientras lagrimas hechas ríos corrían por sus mejillas, el ver a su mejor amigo morir, el haber matado al único que sabia el paradero de su único amor, y el pronto hecho de morir sin haber podido rescatar a Taehyung lo hacían tan desdichado que solo le quedaba deshacerse en sensaciones tan contradictorias que ya no podía razonar bien.
-Perdóname mi ángel, no pude llegar a ti- sollozo tan profundamente que cayo finalmente al piso a causa del dolor -Te amo Taehyung... n..no.. sab..bes cuanto- apenas articulo puesto que estaba perdiendo la conciencia.
De un momento a otro todo se volvió oscuro, el incesante dolor se desvanecía lentamente y el lejano eco de una sirena fue lo ultimo que sintió, cuando ya no fue capaz de sentir nada mas.