- Milo… lo que siento por ti es mas fuerte incluso que mi lealtad como caballero.. – su voz comenzaba a quebrarse.- .no quiero perderte, no quiero que me separen de ti, que demonios podemos hacer… si las cosas siguen así, ellos pronto nos… - silencio sus palabras-
Sus labios temblaban por tristeza y coraje y por fin una lagrima se había hecho presente, recargo su rostro en el pecho del escorpión mojándolo con sus lagrimas al instante, Milo le abrazo con ternura, su corazón le dolía por la impotencia que la situación le producía, maldecía el día que se había convertido en caballero, por sus ojos una lagrima también rodo, aparto un poco a su amado de si, y con ternura busco su hermosos y cristalinos ojos turquesa, seco sus lagrimas con delicadeza dejando su mano en la mejilla de Camus y en un susurro le dijo
.
- no me perderás, Camus, lo juro… tu y yo siempre estaremos juntos, aun que eso me cueste la armadura, o mas aun la vida, nadie te apartara de mi.. entendiste nadie, te amo y ni una orden del mismísimo patriarca podrá cambiar eso, luchare por ti, por nosotros, luchare por la vida que hemos soñado, donde solo estemos tu y yo.
Mentía, estaban consienten ellos sabia que eso era imposible, pues de intentarlo incluso uno de ellos moriría, sin embargo ambos quisieron creer en la mentira, firmando esta con un pasional beso, un beso que por un momento les hiso olvida como tan solo en algunos días sus vidas habían sido destruidas por quien una vez consideraron su amigo..
Milo y Camus estabas consientes de que su relación era un pecado en santuario mas nunca les importo, desde el primer momento en que sus miradas se entrelazaron se enamoraron instantáneamente aun que ellos eran aun unos niños, intentaban estar el mayor tiempo posible juntos lejos de los duros entrenamientos, incluso cuando Camus tuvo que marcharse a seguir su entrenamiento en otro lugar Milo siempre le espero, deseoso de verlo regresar con su armadura y lo mas importarte volverlo a ver con vida.
Los años pasaron , Camus regreso con la armadura y sus relación con Milo no cambio aun después del tiempo fuera, sino incluso se fortaleció aun mas, sin embargo el trascurrir de los años no paso en vano, sus cuerpos de niños habían desaparecido ahora eran hombres con un físico excepcional, sus mentes también habían cambiado, haciéndoles notar poco a poco que lo que uno sentía por el otro era mas que simple amistad o deseo y asi fue cuando cumplieron solamente 16 años se entregaron al poder de eros, iniciando su amor en secreto mismo que por muchos años habían podido esconder de todo y de todos.
Hasta aquel dia… el día en que su desgracia comenzó.
Lo recordaban ala perfección, ambos se encontraban en el templo de acuario sentados en las escaleras degustando de la hermosa puesta de sol, guardaban silencio solo admirando el paisaje.
- entremos.
Dijo Camus con tranquilada al escorpión al terminar de meterse el sol, ahora todo era oscuridad.
- espera, quiero apreciar mas la noche… quiero ver las estrellas, porque sabes estas me recuerdan a nosotros, durante el día están ocultas ateniéndose alas normas de no salir mientras el sol domine, pero en la noche, en la hermosa oscuridad de la noche pueden ser ellas misma y brillas con toda intensidad.
Camus sonrió a lo que escuchaba decir a Milo, se mantuvieron un rato mas recargando su espalda contra el suelo buscando sus respetivas constelaciones.
No saben porque, mas en ese momento olvidaron todo lo que les rodeaba, olvidaron que su amor solo era posible tras cuatro paredes y sin pensarlo un apasionado beso surgió en la oscuridad acompañado de muchos más, sin embargo olvidaron que la crueldad de la oscuridad consiste en que esta cobija a todos por igual, a lo lejos alguien los observaba con suma repulsión.
Al día siguiente Camus había sido hecho ha llamar con urgencia con el patriarca, su primera impresión fue que le mandaría alguna misión, sin embargo al cruzar por el templo de piscis encontró al guardián de este sentado en las escaleras de su templo fingiendo leer un libro el cual por mas que intentara no podía brindarle toda su atención , cuando paso a su lado afrodita dejo por completo el libro, dirigiendo su mirada a los ojos de Camus, le miro con culpa y pena e incluso un poco de tristeza, parecía como si quisiera advertirle algo mas guardo silencio y volviendo al libro, por un momento un fuerte nerviosismo se apodero de Camus, aquella expresión en afrodita era rara a pesar de que siempre estaba aislado de todos, las vez que pasaba por su templo se le notaba sonriente e indiferente en algunas veces, por un momento tomo eso como un mal presagio mas continuo su camino.
No tardo en llegar delante de la puerta del patriarca sin embargo al estar delante de esta dudo un instante antes de tocar soltó un gran suspiro controlándose de todo , mostrándose con su mascara de frialdad e indiferencia que mostraba en todo el santuario, toco la puerta con firmeza casi al instante el patriarca la abrió como si solo lo hubiera estado esperando a el, le invito a pasar sentándolo frente suyo , su santidad como siempre usaba su marcara azul que protegía su rostro pero aun con esta Camus podía sentir como le miraba tranquilo y en silencio como si pensara cuidadosamente las palabras que diría, llenando con este acción la habitación con aura sumamente incomoda para Camus mas fingió control por completo.
- Camus – dijo finalmente y con firmeza el patriarca- te he llamado por un asunto que me tiene un poco consternado, sin embargo quiero que seas tu mismo quien me lo aclare, es con relación con tu compañero el caballero de escorpión.
Bastaron esas palabras para que no solo fuera su corazón quien latiera a mil por hora, si no ahora su respiración aumentaba y sus manos querían comenzar a temblar, nuevamente hiso su mayor esfuerzo por controlarse , limpio su garganta y con voz tranquila le contesto.
- ¿Milo? Su santidad ¿ que pasa con el?
Nuevamente el silencio reino la habitación, el patriarca miraba a Camus con ojos de águila, acto seguido soltó un profundo suspiro levantándose de su lugar acercándose a su ventana, logrando ver por esta el santuario por completo, nuevamente con su voz llena de firmeza dijo.
- sabrás, tu mas que nadie tal vez las reglas que logran tener el santuario en orden, una e esas reglas es que todo tipo de relaciones sentimentales están prohibidas, especialmente entre varones, dicho esto sabrás que es lo que ocurre, hoy en la mañana me han informado que te han visto a ti y a Milo besándose en la entrada de tu templo, confió sumamente en aquella persona que me lo ha dicho y dado ciertos comportamientos que ambos tiene solo confirmo lo dicho. – guardo silencio unos segundos y continuo- la razón Camus que solo te he convocado a ti es que yo se que tu eres mas racional que Milo y sabrás que lo mas correcto es que se alejen y terminen con su relación completamente amoral o si no seré yo quien se va en la obligación de intervenir y terminar con esta aberración.
Las palabras del patriarca mostraban asco, un asco enorme al saber que dos de sus guerreros de elite tuvieran esa clase de encuentros, simplemente su mente forjada con ideas arcaicas le impedía creer posible un amor así.
- Patriarca por favor – rechisto rápidamente Camus levantándose por inercia de su lugar- no me pida eso, si es verdad Milo y yo tenemos esa clase de relación pero no es lo mismo con Aioria y Marín todos en el santuario saben de ellos y aun así siguen juntos, ¿por qué entonces con nosotros es distinto? Milo y yo somos de sus mejores guerreros siempre hemos puesto nuestro compromiso con nuestra diosa antes que nuestros sentimientos como pareja, no puede separarnos, no puede alejar a Milo de mi … yo lo amo y el a mi.
- basta Camus. – interrumpí el patriarca alzando la voz- compórtate y entiende que su relación es totalmente a moral, si Marín y Aioria tiene un vinculo sentimental pero no es obvio porque no hay problemas con ellos, son hombre y mujer, con ellos las reglas hacen una excepción incluso si llegaran a engendrar su hijo terminaría siendo un guerrero en el santuario, pero ustedes son hombres y dado que son caballeros dorados deben de dar el ejemplo ante los demás, ¿qué respeto les tendrán ellos si supieran las aberraciones que realizan? ¡no les tendrán ninguno! y yo no interferiré por ustedes, no condonare su actos tan despreciable, anormal y sinceramente asquerosos… dejen de deshonrar su armadura de una vez.
Por primera vez en su vida los ojos de Camus se llenaban de odio ante el patriarca, nunca se había sentido tan humillado como en esa ocasión , apretó sus puños con fuerza en un intento mas de auto control pero esta vez fue inútil , su ira lo había dominado respondiendo alas palabras del patriarca.
- nunca.. y escúchelo bien.. ¡nunca! Me separare de Milo y menos por una orden tan absurda y homofóbica y sinceramente estúpida como esa, perdóneme pero no entiendo eso de deshonrar nuestra armadura, soy acuario mi signo esta directamente conectado con la relación que el dios Zeus tuvo con su copero el príncipe troyano y en cuanto a Milo bueno el es griego con eso ya he dicho suficiente, asi que no encuentro nada de anormal en esto… su santidad…
Sentencio con un poco de sarcasmo Camus lleno de ira, enfureció por fin al patriarca.
- pero que insolencia la tuya, ¿has perdido la razón? ¿ acaso no conoces el castigo por desobedecerme?
- si –contesto inmediatamente Camus- la he perdido, perdi la razón por completo, pero la perdí por amor a Milo y respeto a mi diosa, solo ha ellos dos tengo que darle alguna cuenta no a usted, ya que por lo que veo usted no nos entenderá no comprenderá que sin el yo no soy nada, sin el yo no existo, por mucho que todos piensen que esto es un delirio, es la verdad y nadie cambiara este hecho.
El patriar ahora mas que enojado estaba sorprendido la razón por la que no había mandado a llamar a Milo era exactamente para evitar esos comportamientos, no esperaba que Camus explotara de esa forma, suspiro profundamente tomando nuevamente asiento, miraba a Camus sin compasión tras aquella mascara azul.
- Camus como dijiste momentos atrás ustedes son de mis mejores guerreros, así que les daré una segunda oportunidad, para que recapaciten, yo se que esta enfermedad que los invade es curable o tal vez solo estén confundidos, les daré tiempo, no mucho pero lo suficiente para que piensen las cosas, es lo último que diré, lo demás depende de ustedes, piensen bien las cosas a no ser que quieran ser considerados traidores, ahora por favor retírate o si no mi aun existente benevolencia ante ustedes terminara .
Camus no dijo mas, solo salió con rapidez de la habitación bajando nuevamente los escalones rumbo a su templo, su ira comenzaba a disiparse, mientras recordaba que le había prometido a Milo bajar a su templo tras concluir la visita con el patriarca, mas no pudo, no sabia como miraría a su amante para comunicarle la cruel noticia, no sabia que pasaría de ahora en adelante, entro a su templo con pasos pesados, buscando su habitación y dejándose caer en la cama boca bajo quedándose inmóvil un largo tiempo absorto en sus pensamientos, con un nudo en la garganta por la humillación ala que había sido sometido por alguien a quien el respetaba, sus ojos se comenzaban a cerrar, hasta que sin saber como unos brazos lo envolvían en un tierno abrazo por la espalda.
- Milo..
Dijo sorprendido a ver como este se encontraba encima suyo abrazándole, no noto ni siquiera la llegada de este ha su habitación.
- Camus, me prometiste que bajarías y como no lo hiciste decidí venir .
Respondió juguetonamente Milo mientras besaba traviesamente el cuello de Camus, este no dijo nada solo se dejo llevar por aquellas traviesas acciones de su escorpión.
- que te dijo el patriarca ¿todo esta bien? ¿te mandara a alguna misión?
Cuestiono curiosamente Milo al dar ligeros mordiscos ala oreja de Camus, este se aparto un poco de Milo volteándose para verle ala cara, sus ojos tristes y llenos de preocupación alteraron a Milo al instante,
- ¿que paso?
Volvió a cuestionar Milo pero esta vez sentándose en la cama, Camus igualmente se sentó se miraron fijamente en silencio, Milo sabia de antemano que eso no era nada bueno.
- el patriarca lo sabe –dijo finalmente Camus- sabe todo sobre tu y yo y me convoco para pedirme… no exigirme que me alejara de tu lado, nos llamo enfermos, confundidos, amorales, aberrantes y otras cosas mas,
Un sudor frio recorrió el cuerpo de Milo, se encontraba en shock por lo que escuchaba, Camus noto esto y con ternura se acerco a Milo entrelazando su mano con la suya.
- dije –continuo Camus.- que no me alejare de ti, que sin ti no existo por completo, el me pregunto si había perdido la razón y con gran ira Milo le conteste que asi era, que la perdí por completo, pero la perdí por amor Milo por amor a ti mas que a nadie, contigo a mi lado la razón esta de sobra, sin embargo esta respuesta no le gusto nos ha dado una supuesta segunda oportunidad, para recapacitar las cosas, pero no hay nada que recapacitar… yo no sin ti no quiero nada, ni soy nada, nunca te apartare de mi… te amo Milo…
Eso ultimo lo dijo con la voz quebrada, no podía mas con esa situación, en verdad sufría con lo ocurrido, Milo le abrazo en silencio, ni el sabia que decir, ambos se recostaron en la cama en total silencio, no sabían que pasaría pero estaba seguros que no seria nada bueno, optaron por no salir del aquellas paredes que formaban el templo de acuario durante todo el día, intentando olvidar momentáneamente lo ocurrido dedicándose el tiempo juntos para estar en paz el uno con el otro.
Sin embargo aquella misma persona que había arruinado sus vidas, mira casas atrás rumbo al templo de acuario donde había visto entrar a Milo, una mueca de desprecio se formo en sus labios, con desprecio salió por su templo en rumbo a contarles a los demás caballeros sobre lo que ocurría con sus compañeros.