Sawamura se dirigía con rapidez hacia la oficina del entrenador Kataoka. Estuvo pensándolo toda la noche y había tomado una decisión final. Su corazón esta algo vacío y se sentía solo, ya que los de tercero se habían ido. Pero, no solo era por ellos, si no también por él.
Su senpai...
*
—Entrenador, ¿puedo hablar con usted?— el mencionado se mostró sorprendido ante la seriedad con la que hablaba Sawamura Eijun, quien siempre estaba con una gigante sonrisa y siendo ruidoso.
[.....]
—¿Qué...? Sawamura, tú...— el chico le interrumpió.
—Tranquilícese, no es lo que usted cree. Solo, no quiero hacerlo más.— Kataoka lo miró pensativo.
—Como tu entrenador, no puedo permitirte que hagas esto. Eres un gran pitcher, ¿es Furuya? ¿te sientes menos que él?
—Esto no tiene que ver con Furuya, entrenador. Es mi decisión, solo digo esto por el bien del equipo, y quizás suene egoísta, pero no pienso dejar que por mi culpa perdamos más juegos. No tiene nada que ver conmigo sino con los de tercero. Yo tomo responsabilidad por ese último juego, y aunque ustedes quieran disfrazar la verdad, yo sé lo que valgo. Y ahora mismo, no soy de ayuda para ganar. Solo no le diga a los demás, no quiero preocuparlos.— Sawamura suspiró, mirando ahora, a los ojos del entrenador. Sus ojos amarillentos sorprendieron una vez más a Kataoka.— Solo estoy diciendo que quiero pulirme en otras actividades. No es como si fuera la estrella, así que mi ausencia en el montículo no hará diferencia alguna. Confío en las habilidades de la batería de Furuya y Miyuki, así como también confío en sus habilidades, jefe. ¿Me... permitirá el gimnasio?— el entrenador Kataoka se quedó en silencio durante varios segundos.
"Este chico...no es que se haya dado por vencido. Él sabe que le falta mucho por aprender, él sabe que puede mejorar. Él... es una verdadera estrella." pensó el entrenador Kataoka y sonrió internamente.
—No sobre esfuerces tu cuerpo, y llega temprano a las prácticas. Corre todos los días y en la noche te daré un régimen de entrenamiento. Pero, Sawamura.— el nombrado observó atento a su entrenador. —Espero que sepas que con tu decisión, no subirás al montículo en los juegos oficiales, ni tan siquiera en las prácticas. Si tanto quieres servir en las demás funciones, deberás primero pulir éstas. Así que cuando completes tu entrenamiento, me veré lo que conseguiste hacer. Cómo dijiste, no eres la estrella, pero pronto veremos cómo le irá al equipo sin ti y espero que eso sea una buena experiencia para todos. No le diré nada a Miyuki ni a los demás, así que estás solo en esto. Muéstrame lo que puedes hacer, Sawamura Eijun. —la sonrisa de Eijun iluminó la oficina.
—Por supuesto que lo haré.
*******
—Veo que te has hecho más fuerte...¿quieres lanzarme algo? ¿o acaso quieres hacer otra cosa? es hora de probarte Eijun...— un escalofrío subió por su espalda, mientras veía esos ojos lujuriosos.
—Hazme lo que quieras...Chris-senpai....
Capitulo 1:
4:00am
La alarma sonó y Sawamura solo tuvo que abrir los ojos ya que no había dormido en toda la noche. Todo estaba oscuro afuera, solo la poca luz que lograba dar la luna entraba por su ventana, acompañada del delicioso frío de la madrugada. Estirando sus brazos y oyendo crujir su espalda, se preparó para correr. La brisa estaba húmeda y hacía que Sawamura tuviera la sensación de muchas pequeñas gotas azotando contra su rostro, pero poco le importó. Sus pensamientos eran un gran revoltijo de recuerdos. El sol ya había salido, comenzó a sudar y sus piernas gritaban para descansar, y, aun así, él mantenía su vista hacia el frente.
Varios miembros del equipo comenzaron a llegar, preguntando quién diablos corría tan temprano y al notar que era Sawamura, el respeto que le tenían, crecía. Todos lo observaban, incluyendo Furuya y Miyuki; observaban su intensa mirada. Luego de que algo le despertara, paró de correr y tuvo que aguantarse de la cerca un instante, resultado de no desayunar nada. Sin mirar a nadie, secó su sudor con su camiseta y caminó despacio entre todos hacia el gimnasio, en el que solo habían par de chicos. Siguiendo sin decir ni una sola palabra, tomó unas pesas e hizo la rutina que el entrenador Kataoka le había dejado. Hizo abdominales, lagartijas, ejercicios para las piernas y terminó tomando un bate, haciéndolo girar como si estuviera bateando en ese momento. Las miradas seguían en él.
—Oye, ¿estará bien?
—Escuché que el último juego le afectó mucho.
—No parece deprimido, más bien está más motivado que nosotros.
—Quizás tengas razón.
—Quiero ser como él.
—Yo igual.
Los chicos seguían susurrando y Sawamura seguía en lo suyo, fingiendo que no escuchaba nada. No podía imaginar porque esos chicos querían ser como él, en su mente, él era un jugador común, incluso ellos le pasaban por mucho en habilidades básicas, por eso hacía todo esto. Luego de media hora haciendo rutinas, Miyuki, Furuya y Kawakami entraron en el gimnasio y cómo todo el mundo concentraron su vista en Eijun, quien paró, colocando el bate donde estaban los demás y tomando otro, se secó su sudor una vez más. Miyuki aprovechó y se acercó.
—Eh, Sawamura. Vayamos al bullpen, quiero practicar algunos lanzamientos. —ofreció Miyuki. Eijun lo miró por un segundo y luego se agachó para amarrar sus zapatos.
—Lo siento, Miyuki. Hoy no lanzaré, estaré en la caja de bateo. —le miró desde abajo y se puso de pie, estirando sus piernas. —Puedes practicar con Furuya y Kawakami, yo me voy ahora.— dijo y seguido, pasó por el lado de Miyuki, quien, al igual que todos estaban más que sorprendidos.
—¿Eh? ¿Sawamura no quiere lanzar?
—¿Estará lesionado?
—¿Le habrá deprimido el último juego?
—Quizás ya no siente confianza en el montículo.
Más susurros.
—¡Ya cállense!— gritó Miyuki.—¡Todos al parque! comenzaremos con los entrenamientos.— dirigió su vista a Kuramochi quien ya estaba en el gimnasio antes que él. —¿Desde cuando Sawamura entrena aquí?— Kuramochi se alzó de hombros.
—¿Hace una semana? no estoy seguro. Además, ¿no eres su catcher? deberías saberlo. Hace tiempo que no lo veo lanzar.— Miyuki se quedó pensativo.
—¿Una semana? ni siquiera me di cuenta. Ya no me ha gritado que atrapara sus lanzamientos, así que le pregunte hoy y...—Kuramochi interrumpió.
—Si, te rechazó. ¿Qué se tiene, Miyuki? — bromeó y Miyuki rodó los ojos.
—Jah, que gracioso. Pero esto es demasiado extraño. Siempre anda molestando y ahora no busca ninguna excusa para lanzar. ¿De verdad estará traumatizado por el último juego?— Kuramochi suspiró.
—Eso sería un problema. Aunque, mira el lado positivo. Ya no nos dolerá la cabeza por tantos gritos. — ambos rieron.
[...]
Varios días pasaron.
—¡Sawamura! ¡el entrenador te llama!—gritó un chico de segundo, a lo que Eijun contestó con un asentimiento mientras dejaba las pesas en su lugar.
—Sawamura, ¿Cuándo piensas lanzar?— la voz de Furuya le sobresaltó.
—No lanzaré hoy, debo ejercitar mi torso. Tranquilo, el bullpen es tuyo ahora, estrella.— Furuya abrió un poco más sus ojos y luego frunció el ceño.
—¿Cómo que ahora es mío?— Sawamura se encogió de hombros.
—El jefe me llama.— dejando a Furuya con la palabra en la boca y segundos después también a Miyuki, se dirigió a la oficina del entrenador.
—Pase.—dijeron luego de haber tocado la puerta.
—Aquí estoy, jefe.— la vena del entrenador de hinchó.
—No me digas jefe. Sawamura, ¿Cómo vas?— Eijun se sentó.
—Bien, ya casi no siento cansancio y tengo la sensación de que puedo hacer más.— Kataoka asintió.
—Bueno, ya llevas casi tres semanas, tu resistencia tuvo que aumentar, pero, no harás más que eso. Sobre esforzarás tu cuerpo y eso podría llevar a un esguince, o cualquier otra lesión mucho peor. Ahora, tómate el día libre y descansa.— Sawamura asintió.
—¿Y Miyuki?
—Yo hablaré con él. — Sawamura asintió por segunda vez y se retiró hacia la puerta.—Sawamura.— paró en seco.
—¿Si?
—¿Extrañas el montículo?
—Todo el tiempo.— el entrenador sonrió mientras Eijun abandonaba la oficina. Esa respuesta significaba que aún no se daba por vencido, y que estaba haciendo un increíble esfuerzo para no gritarle a Miyuki que atrapara sus lanzamientos. Eijun estaba madurando poco a poco.
—Si. —habló el entrenador por el teléfono.— Estoy seguro de que te extraña. Después de todo, le enseñaste muchas cosas y te tiene más confianza a que nadie.......No ha subido a él desde hace 3 semanas.....No, no sonríe......¿vendrás?......si claro, una semana está bien. Ah, y le di el entrenamiento que dijiste, fue muy bueno. Yo con todo lo que tengo que hacer con los demás, no hubiera pensado en eso.....No tienes que agradecer......Nos vemos en una semana.....Él te necesita, Chris....