Aun pensaba en su situación con Afrodita, fue hace unos meses que tuvo su primer encuentro con el joven sueco. Y pasados los días comprendió que no debía esperar pedir mucho de una relación así, una relación que se creo solo por pasión, por un momento de atropellar a la soledad, a la amargura.
Pero esta respuesta no llego a él después de estudiar la situación. ¡No!,esta se presento ante él de forma directa. Porqué Afrodita lo dejo en claro...Lo había encontrado muy feliz y cercano a Capricornio, sus ojos que demostraban gran sorpresa y un poco de indignación causaron cierta gracia en él menor.Que con una sonrisa le recordó que su relación no era de tipo cerrada.
-Que idiota-Se recriminaba una y otra vez- Pero no sucederá de nuevo...no dejare que nadie se acerque de nuevo a mi. Ese ridículo sentimiento es tan solo una distracción. un obstáculo para adquirir el poder absoluto.
Después de aquella noche el caballero de Cáncer se volvió mas esquivo, agresivo. Y no volvió a tener ninguna relación cercana con Piscis... o con cualquier otro santo. Tenia claro algo; no se enamoraría de nuevo, no permitiría que su corazón fuese tocado por otro. Se recubriría con un caparazón de acero. Y a partir de ahora llevaría una mascara...daría todo de sí para alejar a otros.
Los años pasaron, ahora los caballeros dorados eran adultos, traidores o devotos ciegos. Y uno de esos devotos causaba gran enojo en el Italiano...
-Ese idiota...¿Como puede ser tan bondadoso?-La rabia lo invadía cada vez que pensaba o se encontraba con el guardián de la quinta casa, detestaba esa actitud hipócrita con la que desfilaba el león, y detestaba aun mas que lo admiraran.¡Ja!...¿Admirar a alguien que se inclina ante su verdugo?...pero existía algo mas, no odiaba al león en si. Detestaba sentir cierta curiosidad por el joven griego. De saber que se escondía detrás de esa sonrisa, despertar los instintos mas oscuros del castaño, sentir que lo devora con desesperación, dolor...
-¡Maldición!- su puño se estrello contra el pilar.No podía, no podía permitir enamorarse-Lo odio, ¡Yo odio a Aioria!-Y tenia que convencerse de eso...el amor no era para él.No podía permitirse sentirlo. Pero...¿Como odiar Aioria?, ¿Como detestar su sonrisa, sus ojos verdes? ¿Como no desear su tacto?, rió, con dolor y amargura. Su mano se coloco sobre su corazón, que latía desesperado por sentir la cercanía del León-No te emociones tanto...no viene por gusto.
Lo vio entra tenso y tal vez desilusionado, paso de largo y él no lo detuvo se quedo ahí, disfrutando ese embriagador aroma de girasoles.
Se acerco a uno de los pilares, donde el castaño se recargo por un instante. poso su mano ahí, sintiendo el calor ajeno, su cosmos...si se llevaran bien, si no discutieran tanto. El podría ir,¿Que le sucedía? Tenia que dejar de pensar en eso, dejar de pensar en Aioria.
Miro en dirección a la quinta casa, viendo como su guardián se acercaba cada vez mas, en un instante ya no lo vería mas.
-Me haces débil...y estaría gustoso de serlo. Pero solo si tu estas para protegerme.