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Kevin & Ernesto por Diario de un chico Bisexual

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Notas del capitulo:

Hola gente muy muy buenas...

Bueno, como ya dije en su momento, esto es una serie de relleno que sólo sirve para que se haya un poco más de contenido.

Esto lo había subido como One shot (por que estaba seguro que lo era) pero al ver que era demasiado texto supe que lo podía dividir en Capítulos.

Originalmente fue subido a una página Yaoi (de Facebook) aunque desconozco quien sea el o la creador/a por lo que el mérito es de ella o él, AUNQUE decir que todos lo errores de narración u ortografía son culpa de él o ella.

Pero no tengo tiempo para corregirlo ya que estoy atareado con tareas y pues eso.

RECUERDEN: éste es el 3er o 4to día de actualizaciones masivas (no lo recuerdo xD) y esto durará hasta el día 15 de éste mes. Se actualizarán 3 de mis series principales (El chico de ojos de esmeralda, Yo a tu lado, ~El vuelo del ave~ por si los quieren leer [Guiño, Guiño, Codo, Codo ;D])

Sin más, comencemos.

— Acaso ¿me estás siguiendo?
— No, para nada, yo tengo que ir por este camino para llegar a la casa de mi familia.
Los dos siguieron caminando pero a Kevin se le seguía haciendo muy extraño que fuera justo por el mismo camino que él. Casi al llegar, vio al padre y la madre de Javier en la puerta de su casa ellos estaban mirando hacia donde él estaba y decidió caminar un poco más rápido pero antes de llegar junto a los padres de Javier, Ernesto se le había adelantado y se encontraba abrazando primero a la señora Margarita y después al señor Cristian, Kevin se quedó muy sorprendido por la escena y se acercó a ellos.
— Buenas tardes, ¿cómo esta Javier?
La madre de Javier le respondió muy emotivamente a Kevin.
— ¡Oh! Cariño, él está mejor, creo que mañana podrás ir a la escuela con él como de costumbre.
Ernesto interrumpió la conversación un poco preocupado.
— ¿Qué tiene mi hermano?
Kevin se sorprendió mucho por esa declaración.
— ¿Tú hermano?
— Si, ellos son mis padres.
— ¿Eh? ¿en serio?
— Sí, pero eso ahora no importa, ¿qué tiene Javier?
Cristian le dijo a su hijo que Javier no tenía más que un resfriado, pero como había tenido una fiebre bastante alta era imposible que asistiera a la escuela. Ernesto al escuchar eso, se alivió bastante. Kevin, no estaba muy satisfecho con eso quería verlo así que pregunto.
— ¿Puedo entrar a verle?
— Claro, ve a dejar tus cosas y vuelves — le dijo Margarita.
— Si, gracias.
Kevin se marchó apresuradamente a su casa pues tenía grandes ganas de verle, en todo el día no le había visto, quería contarle algunas cosas.
— ¿Dónde vive él? — preguntó Ernesto a sus padres.
— Vive aquí a lado — le dijo su padre sin más.
— Y ¿es un buen amigo de Javier?
— Si, actualmente es su mejor amigo.
— Ya veo.
Los tres entraron en su casa y al poco rato llego Kevin, la madre de Javier le dejo pasar conduciéndolo hacía la habitación de Javier, a pesar de que Kevin sabía perfectamente donde estaba ya que había ido innumerables veces. Al llegar Kevin toco la puerta y acto seguido entro. Vio a Javier recostado en su cama con una manta encima.
— Hola, ¿Cómo te encuentras?
— Bien, estoy mejor que en la mañana jeje
— Toma, es la tarea que tienes que hacer para el lunes, ¿quieres que te lo explique?
— ¿De qué es? ¡Oh no! Matemáticas, que mal no entiendo nada, explícame por favor.
— Jajajaja claro, mira aquí tenemos una ecuación…
Kevin comenzó a explicarle a Javier todo lo que necesitaba saber sobre su tarea de matemáticas y otras cosas, sin saber que Ernesto le estaba escuchando por detrás de la puerta. Margarita llego a la habitación con dos vasos de limonada uno con hielo y otro sin hielo, lógicamente le dio el de sin hielo a Javier y el otro a Kevin. Después de eso se retiró y vio a Ernesto ahí parado en la puerta.
— ¿Qué haces aquí?
— Nada, quería saber cómo era el nuevo amigo de Javier.
— Y ¿por qué no simplemente entras y conversas con ellos?
— ¡No! Mamá no molestes, déjame.
— Ok, ok no te digo nada, pero tú tampoco los molestes.
Ernesto se sintió un poco avergonzado por su comportamiento y que su madre lo viera. Mientras tanto en la habitación ya habían terminado su limonada.
— Ahora ¿qué harás Kevin? ¿te irás? ¿te quedaras? ¿quieres jugar a algo?
— Mmmm bueno pues no tengo nada importante que hacer y la tarea esta fácil así que puedo hacerla después.
— ¡Vamos quédate! He estado aburrido toda la mañana, juguemos UNO.
Ese era un juego de cartas que les gustaba mucho, así que Javier no tuvo que hacer mucho para convencer a Kevin de quedarse con él un rato más.
— De acuerdo, ¿Dónde está?
— En aquel cajón
Kevin se dirigió al cajón y saco las cartas, se la pasaron un gran rato jugando y haciendo bromas que no se dieron cuenta que ya era tarde, ninguno de los dos había comido por lo que la madre de Javier subió para pedirles que bajaran a comer algo.
— Chicos sé que se están divirtiendo, escucho sus risas hasta allá abajo, pero tienen que comer algo, no pueden estar sin comer nada, en especial tu Javier.
— Muchas gracias señora, pero creo que me iré a casa ahora para no molestar más. — dijo Kevin, realmente preocupado por molestar a Margarita con sus risas.
— Vamos nunca dije que me molestaras, no lo haces en absoluto, así que anda quédate.
— De verdad muchas gracias pero mejor me voy a casa.
— Vamos ¿qué tiene? Quédate a comer. — sugirió Ernesto que había irrumpido en la habitación hace muy poco.
— Si, quédate, de todas formas yo también he ido a tu casa a comer y a molestar un gran rato así que no te cortes. — menciono Javier.
— Está bien solo porque tú lo dices.
Kevin se dio por vencido al fin, de verdad tenía hambre, pues en realidad ya era hora de la cena. Sorprendentemente ninguno de los dos se había percatado de cuanta hambre tenían. Bajaron y se sentaron en la mesa que ya estaba acomodada con todo listo para comer, Margaret les sirvió a todos un poco de sopa. Todos estaban comiendo en un gran silencio hasta que Javier decidió romper el silencio.
— ¿Hasta cuándo te quedaras hermano?
— Mmm pues estaré por aquí más o menos un mes, tome vacaciones en el trabajo después de tanto tiempo sin descansar ni un poco.
— Será raro tenerte por aquí.
— Si es así me quedare por más tiempo para hacerte la vida imposible.
— Vamos ya me la haces bastante imposible sin estar aquí, recibo todos los regaños de mamá, no es justo acaso ¿quieres matarme?
— Hey!!! — Margaret irrumpió en su conversación de una manera brusca.
— Apúrate y crece, trabaja y vete a vivir solo, es la manera más fácil de alejarte de mamá jajajaja —
Dijo elocuentemente Ernesto.
— ¡Chicos! ¡Son muy malos! —Margaret se sentía un poco ofendida al pensar que sus hijos la querían lejos.
Kevin se río bastante por primera vez desde que había empezado la cena, terminaron de cenar todos muy tranquilamente, Kevin decidió marcharse a casa pues ya era bastante tarde y aún tenía que hacer la tarea. Kevin se despidió de todos acordando con Javier que mañana irían juntos a la escuela.
Kevin llego a su casa disculpándose con su madre por no haber ido a comer ni cenar, su madre realmente estaba preocupada por si había comido algo, aunque era una preocupación innecesaria pues sabía bien que Margaret seguro le daría algo. Kevin fue a hacer su tarea y luego a dormir.
Al día siguiente como casi siempre Kevin y Javier se reunieron en la calle para ir juntos a la escuela, iban jugando y haciendo bromas como siempre. Al regresar de la escuela esta vez Kevin no paso a la casa de Javier pues esta vez seria Javier quien iría a su casa pues jugarían videojuegos. A Javier le gustaban mucho los videojuegos pero su madre no le deja tener una consola pues decía que solo perdían el tiempo con eso y no cumplía con sus deberes. Ya los dos chicos en casa de Kevin jugaron tanto que de nuevo no se percataron del hambre que tenían hasta que Julia les hablo para que fueran a comer, la comida de Julia era deliciosa según lo que Javier decía por lo que le gustaba mucho comer ahí.
Los días transcurrían así casi siempre, con ambos chicos jugando. Kevin y Ernesto se llevaban muy bien a pesar del poco tiempo que tenían de conocerse. Lo extraño era que cada vez que Kevin veía a Ernesto se emocionaba y esperaba con ansias la siguiente vez en que lo vería.
En uno de esos días la familia de Kevin le dejo solo en casa pues tenían que ir a la ciudad a arreglar algunas cosas, pero era lógico para Kevin que también irían de paseo, no entendía como le había hecho su hermana para no tener clases justo ese día mientras él tenía que quedarse ahí solo. Aunque de alguna forma también estaba contento pues irían Ernesto y Javier a jugar videojuegos. Tocaron a su puerta y Kevin fue a abrir.
— Hola, pasen, vamos a mi cuarto. — dijo Kevin hospitalariamente.
— Perdón, yo no me puedo quedar hoy, solo venía a avisarte, mi madre me ha estado pidiendo que la ayude con algunas cosas desde ayer y sé que si no lo hago hoy se enfadara mucho y no podre venir más, si termino pronto, vendré. — se disculpó Javier
— Está bien no te preocupes, ¿tú te quedas? — pregunto esperanzadamente Kevin...

Notas finales:

Bueno eso a sido todo por hoy.

Mañana: O un BETA o actualización de El chico de ojos de esmeralda.

--REDES Y CONTACTO--

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(De hecho acabo de hacer un anuncio "importante sobre las actualizaciones a futuro)

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