Si no hubiera sido por los gritos de atención que le mandaban, Ryo, Marik y Jonouchi, era un hecho que se quedaría en pie, en donde estuvo hace unos pocos minutos, aquel auto negro que recogió a su amado profesor y unos ojos azules, que a pesar de todo no lo miraban a él directamente, sentía que se burlaban de él, por haber llegado demasiado tarde a la vida de su Yami. Aquellos zafiros que era una clara amenaza a todas esas hermosas fantasías que creo al estar en esa clase que se volvió su favorita en el primer día.
No se dio cuenta cuando salió de su chance después de un pequeño coscorrón en su cabeza por parte de su rubio amigo, fue de nuevo a la universidad para ponerse los zapatos y seguir a sus amigos. La lluvia de preguntas e interrogantes comenzó a llenarle, tanto que era demasiado incomodo, las excusas de que “todo está bien” “No sé qué paso” no era creíble para sus tres amigos y evitaba en toda costa decirles la verdad, eran los mejores amigos, sí, pero algo le decía que no verían con buenos ojos sus sentimientos por Atem, los quería, pero no aceptaría esa opinión.
A pesar de todas sus negativas de querer hablar sobre lo que le paso en la clase sociales, al notar aquel anillo burlón en aquel dedo de su maestro y lo que paso al salir de esa manera de la universidad, para mala suerte de sus amigos, tuvieron que parar, no porque no quisieran, estaban preocupados por el pequeño tricolor de ojos amatista, era porque habían llegado a la casa de Yugi, la cual, era la más cercana a la universidad, después seguía Marik, Ryo y al final Jonouchi, al ver la casa tienda, el más pequeño logro sentir alivio.
Con la advertencia de que él lunes por la mañana, no se libraría del interrogatorio que le esperaba, el de ojos amatista se despidió de sus amigos que seguían con su trayecto directo a sus casa, solo le rogaba a todos los dioses existentes, de que sus amigos se les olvidara todo lo pasado ese día, realmente no quería hablar con ellos con nadie, deseaba que fuera secreto hasta él que Atem le diera el sí oficial y estuviera completamente seguro que los dos vivirían felices y para siempre, era lo que gustaría que pasara… y pasara.
Entro a la casa-tienda de su abuelo, notando como, aprovechando que era la hora del cierre, su abuelo mostraba esa personalidad de coleccionista y amante de los juegos, nueva mercancía llego y eso era algo que el abuelo Sugoroku le levantaba mucho el ánimo, sobre todo cuando llegaba los sobres de “Magic & Wizard”(1), un juego muy famosos que a pesar de ya tener varios años en el mercado, seguía teniendo nuevos jugadores, duelistas como se les solía llamar a los que jugaban el juego. Él amaba también el juego, su deck lo fue construyendo desde que tenía ocho años.
De repente la imagen de la carta más preciada de su abuelo llego a su mente, “Blue-Eyes White Dragón” llego de tal manera que se lo imagino volando hasta formar la misma posee que estaba en el anillo que hace unos minutos miro de una mala manera, diciendo una excusa de que se sentía muy mal, fue a su habitación a encender la computadora que tenía en su habitación, nunca se imaginó que ese anillo de oro y “Magic & Wizard” tuvieran alguna conexión ¿Por qué Atem llevaría un anillo del Dragón blanco, exactamente en ese dedo en particular? ¿Era por alguna razón?
Muchas cosas venían e iban por su cabeza mientras que esperaba a que la computadora estuviera completamente disponible para comenzar a navegar por internet y buscar todo lo relacionado con “Magic & Wizard” y su maestro. Lo primero que escribió estando en “Google” fue el nombre de su maestro: Atem Halakti, en cuestión de mini-segundos obtuvo varios artículos de hace varios años a la alcance de un click, entrando inmediatamente en el primer artículo en donde su mirada amatista encontró, reconocería esa mirada carmesí y ese cabello tan parecido al suyo en cualquier parte, realmente el juego y Atem estaban conectados.
En los artículos que encontraban hablaban de diferentes torneos del famoso juego de cartas, que su maestro en su juventud, cada año participaba jugando y la final terminaba con alguien más que nunca llego a quitarle su trono como el rey duelista, el nombre del otro jugador era Seto Kaiba, también mostraban una fotografía de él y lo reconoció como aquellos ojos zafiros que fueron a recoger a Atem esa tarde en la universidad, así que ambos se conocieron en uno de esos torneos y la rivalidad que tenían se volvió en una obsesión peligrosa para Seto.
Sus ojos se detuvieron un momento al leer que hubo un año en donde Atem no participo en el torneo y ese año fue Kaiba quien lo gano, en dicho artículo no mencionaba esa razón por la cual su futuro maestro no participo, pero si mencionaba que fue hasta el siguiente año que participo de nuevo, pero que esta vez, fue Seto quien no participo en dicha competencia (aunque el resultado fue el mismo, siendo su Yami el ganador), pero, fue muy frustrante no saber la razón por la cual Atem no participio un año, un secreto más de aquel tricolor que le robo el corazón.
Con esa relación ya explicada, el anillo del dragón y Atem con “Magic & Wizard” resuelta era fácil imaginarse, que posiblemente a su profesor le gustaba jugar el juego aun a pesar de que se había retirado hacia años (si sus cálculos eran correctos, se retiró justo después de haber entrado en la universidad) y por eso llevaba ese anillo, a cualquier persona que le gustara un objeto, grupo o cualquier otra cosa, lo llevaría como un accesorios o ropa, era totalmente normal decirle a las personas que te gustaba algo con la vestimenta.
Era un alivio que no fuera algo más el significado de ese anillo, regreso a la lista de búsqueda solo para darle una vista rápida y cerrar el navegador, pero un artículo más abajo le llamo un poco su atención: “Empresario Kaiba Seto, contrae nupcias con…” el titulo no salía completo en el enlace que “Google” pero sin más, se escuchó un click en la habitación y lo que la noticia tenia, volvió a destruir a su corazón, la noticia hablaba que efectivamente, el gran CEO, Kaiba Seto se había casado con Halakti Atem, era un artículo largo, pero por el shock que recibió, únicamente atino a cerrar el navegador.
Lagrimas que no habían salido en la clase de sociales lo estaban haciendo ahora, esa esperanza al encontrar una posible razón del porque ese adorno en su dedo se desvaneció lentamente, la fotografía de la boda, ambos comprometidos vestidos de negro, rostros serios que en esa ocasión mostraban alegría contenida ante las cámaras, era como una burla a su ser, y sobre todo, aquellos ojos azules que miraban a su pareja con amor y burla a su parecer, esa persona castaña e importante no debería estar ahí, en su lugar, la Amatista debería de reemplazar al Zafiro.