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10 cosas por hacer antes de morir. por LaGataenelTejado

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Capítulo 14. Una despedida algo revoltosa.


 


Light se sentó en la cama, con la espalda apoyada sobre el cabecero y mordiéndose la uña. Dentro de dos días estaría tomando el avión rumbo a Japón donde pasaría unas breves vacaciones con su familia. 


Eso implicaba que al acercarse la nota del trimestre, todos estaban bastante ocupados y hacia unos días que no sabia mucho de Lawliet, pues el moreno tenia dos entregas decisivas y apenas habían podido hablar y mucho menos verse. Light agradecía que gracias a su ayuda, había podido ir superando poco a poco el tema de Axel. A pesar de que aún le daba algo de pánico salir a la calle. 


Harto de la situación, decidió telefonearle, porque realmente se moría de ganas de verle antes de machar con sus padres. Pensó que lo mejor seria llamar directamente al teléfono del dormitorio de la residencia, asegurándose así de que al menos uno de ellos le contestaría. Fue Near quien cogió el teléfono: 


-¿Diga?. 


-Near, soy Light. ¿Está Elle por ahí?. 


Si el castaño hubiese visto la sonrisa maliciosa del albino en aquel momento, quizás no estaría tan contento porque hubiese sido él quién respondió al teléfono. 


-Está con Bryan. 


¿Bryan?. ¿Otra vez?. Ya era la tercera vez que Lawliet estaba con ese compañero de clase. Y sabia que era debido a una de las entregas que compartían juntos pero empezaba a estar algo celoso, y se odiaba a si mismo por aquello. 


-¿Le dices que he llamado?. - su voz insegura, hizo sonreír mas a Near, que disfrutaba enormemente con todo aquello. 


-Claro...se lo diré. - la sonrisilla cruel de Near casi era palpable. 


Cortó la llamada, dejando el teléfono a un lado y mordiéndose el labio. Joder, si, necesitaba ver al moreno con bastante urgencia.


 


--o0o--


 


Cuando entró en el dormitorio, gruñó cansado, tirando sobre la cama su bandolera y la cámara de fotos. Near estaba de espaldas, concentrado en las tareas que tenia sobre el escritorio. 


-¿Que haces, pelusa maquiavélica?. - Lawliet se puso tras su amigo, con las manos en la silla. 


-Terminar trabajos. - giró un poco el rostro, mirándole. - ¿Que tal con Bryan?. 


Encogiéndose de hombros, su amigo se sacó del bolsillo un pastelito de fresa y nata, comiéndoselo de un par de bocados. 


-Bien, trabajar con él es bastante cómodo. - se rascó el cabello, ojeando aburrido el dormitorio. - ¿Ha llamado Light?. 


Near frunció el ceño ante aquello. ¿Como diablos se había percatado de eso?. Esperaba que el castaño y su amigo, no estuviesen desarrollando algún tipo de relación extraña que conectara sus cabezas como en esos documentales televisivos de ciencia ficción. 


-Si, hace un rato. - volvió a centrar la atención en su trabajo, algo enfurruñado. 


No quería que Lawliet siguiese con Light porque sinceramente, le había tomado bastante manía al muchacho. En cierta parte, estaba algo celoso desde que Light había entrado en sus vidas y pese a todo lo ocurrido, parecía que Lawliet solo tenia ojos para él. 


El moreno ya estaba con el teléfono pegado a la oreja, sonriendo tontamente y dándole pataditas a una bola de papel que había en el suelo. Near se preguntó cuantos días llevaba por el dormitorio. 


-¿Light?. Hola, perdona, estaba con el trabajo. 


-Lo entiendo. No pasa nada. - sonrió de forma suave, acomodándose mejor en la cama. - Elle, me gustaría verte antes de irme a Japón. ¿Crees que podrías venir un rato?. 


Light intentó que su voz no sonase muy anhelante, porque realmente necesitaba con urgencia ver a su amigo. Y referirse a Elle como “amigo” era algo que ya se le estaba quedando corto. Quizás ya era hora de plantearse dar otro paso. 


-Si, dame media hora y me paso por tu apartamento. 


-Vale, nos vemos ahora. 


Se despidieron, ambos con una sonrisa enamorada en la cara. Por mucho que se obligasen a si mismos a ir despacio y no precipitarse como aquella primera vez desastrosa, las cosas eran mas difíciles de lo que pensaban. 


 


--o0o-- 


 


Se quedó mirando la sala de estar, asegurándose de que estaba perfectamente limpia. Lawliet no tardaría en llegar y Light no había perdido la costumbre de ordenar todo con esmero. Incluso tras haberse duchado, había elegido ropa cómoda de la mas formal que tenia, antojando su imagen así a un modelo de revista. Se había perfumado con el aroma de vainilla que tanto adoraba el moreno y joder, estaba nervioso. Mucho. 


El timbre de la puerta le hizo dar un sobresalto, gruñéndose a si mismo y tomando aire antes de dirigirse a la entrada. En cuanto abrió, sonrió al ver la mirada curiosa de Lawliet sobre él. 


-Hola... 


Lawliet le observó en silencio de arriba a abajo, evitando abrir la boca. Light estaba tremendamente guapo, demasiado para una persona que está cómoda en su casa. El olor a vainilla le inundó las fosas nasales y por dentro, se sintió satisfecho al pensar que el castaño lo usaba solo para él. 


-Hola. - entró en el apartamento cuando el muchacho le dio paso, escuchando como se cerraba la puerta tras él. - Estás muy....guapo. - le acarició el brazo un par de segundos, perdiéndose en el dulce aroma de su piel. 


Light sonrió tímidamente, carraspeando la garganta cuando caminaron hacia la sala de estar. Se mordió el labio mientras Lawliet le comentaba algunas cosas de la universidad. Se dio la vuelta, sujetando al moreno por las muñecas. 


-Me voy dentro de dos días a Japón. 


-Lo sé, Light. Y menuda mierda, ¿sabes?, porq... 


No le dio tiempo a terminar porque la boca del muchacho ya estaba buscando consuelo contra la suya. Jadeó debido a la impresión y sus manos se deslizaron velozmente hacia la cintura de Light, acariciando sin demora la piel que tocaban sus delgados dedos. 


Torpemente y besándose con tanto ahínco que incluso se hicieron algo de sangre en los labios, Lawliet no supo como consiguió sentar a Light sobre uno de los muebles del pasillo, tironeando de su labio inferior con los dientes. Se separó unos centímetros de su rostro, observándole agitado. 


-Light. - sus manos se movían sinuosamente arriba y abajo sobre los muslos del castaño. Quería apretar los dedos y clavarle las uñas, marcándolo antes de que se fuese. - Te echaré de menos estas semanas. 


El castaño, ruborizado, le agarró del rostro con las manos, hundiendo los dedos entre sus cabellos. Juntó ambas frentes, aún mirándole a los ojos. 


-Estoy celoso porque no te he visto estos días. - la voz ronca, sorprendió un poco al moreno, que no estaba acostumbrado a verlo tan ansioso. 


-¿Ah si?... los amigos no deberían ponerse celosos. - movió la cara, hasta poder besar muy sutilmente la curvatura de su cuello, impregnándose por el olor de la vainilla. 


Su cuerpo se removió hasta colocarse del todo entre las piernas de Light, rodeándole la espalda con el brazo. Light, se mordió el labio, suspirando cuando sintió la boca del moreno deslizarse poco a poco por la piel que tenia expuesta debido al cuello de la camiseta. 


-A lo mejor...a lo mejor podemos ser otro tipo de amigos... - jadeó vergonzosamente cuando los dedos de Lawliet le rozaron muy sutilmente la entrepierna. Estaba tan excitado que aquel mínimo roce le produjo un escalofrío. 


Se dejó hacer cuando Lawliet se encargó de quitarle los pantalones, dejando que Light también le fuese desnudando con prisas y un poco de torpeza debido al ansia que le entró. 


Sin decir nada, el moreno le agarró el culo con fuerza, clavándole la uñas y mordiendo uno de sus pezones expuestos. Eso hizo gemir gustosamente a Light, que echó la cabeza hacia atrás tragando saliva y acariciando el pelo de Lawliet. ¿Seria descortés el pedirle que fuese deprisa y sin mucha consideración?. Tantos días sin verle le habían hecho darse cuenta de lo mucho que lo añoraba. Imaginarse al moreno pasando tiempo con el tal Bryan le había encendido de rabia hasta la sangre de las venas. 


Enlazó las piernas alrededor de la cintura de Lawliet, esperando que entendiese su desesperación. 


-Light... - se detuvo un poco, mientras el castaño acariciaba su erección con los dedos, importándole poco si aún estaba a medio desvestir. - No he traído condones. 


-Me da igual... - le mordió la oreja de forma suave, excitándose el doble al sentir como los dedos lubricados de saliva por el moreno, entraban con decisión en su cuerpo. - Despídete de mi antes de que me vaya. - sonrió de forma sensual, volviendo a comerle la boca como si no hubiese un mañana. 


Lawliet movía los dedos de forma circular, rozando el interior del castaño con una destreza que había adquirido las veces que se habían acostado juntos. Le gustaba escucharle gemir temblorosamente, porque el timbre de voz de Light se convertía en algo sumiso y muy sensible. Sentía las uñas del muchacho contra su espalda, terminando por tirar de los muslos del castaño para posicionarse mejor contra él. Elevó su trasero, notando como los talones de Light le pegaban mas contra él. 


Le penetró despacio pero de una sola vez, provocando que el mueble se moviese contra la pared. Cerró los ojos, mordiéndole el cuello y quedándose quieto unos segundos, disfrutando de aquel interior que lo engullía sin una pizca de misericordia. 


-Uhhmm...Elle... - gimió de forma muy placentera contra Lawliet, sintiéndose satisfecho al sentirle dentro, sin un preservativo de por medio que pudiese evitar el contacto piel con piel. 


Lawliet sonrió traviesamente, comenzando a moverse despacio para hacer que se desesperase un poquito más. Le gustaba como Light le miraba cuando follaban, con aquel brillo en las pupilas dilatadas y ruborizado por completo. Jamás había sentido tanto deseo hacia otra persona como el que sentía por él. 


Cuando ya sintió que su cuerpo pedía a gritos que fuese mas rudo, terminó cogiéndolo del culo para levantarlo y ponerlo contra la pared, cara a cara. Las piernas enlazadas con fuerza alrededor de su cintura fueron la guinda del pastel. Comenzó a embestirlo de forma rápida, gimiendo fuertemente junto a Light, sin importarles que seguramente los vecinos podían escucharlos. Lawliet pudo jurar que era la primera vez que el castaño estaba tan malditamente caliente y excitado. 


A Light le encantaba que el moreno, pese a su imagen de chico delgado, tuviese una fuerza lo bastante grande como para poder manejarlo a su antojo. Se relamió los labios, pidiendo por más y perdiendo el control cuando la polla del moreno chocaba con fuerza contra su próstata. Ahora si fue consciente de que jamás podrían ser solo amigos. 


-¡¡Ahhhh!! ¡Elle!, te voy a echar de menos cuando esté en Japón... - dejó salir un gemido ahogado, notando como el sudor del moreno se le pegaba a la piel.


-¿Si?, yo también te echaré de menos. - le mordió traviesamente, arrancándole otro gemido y notando como la polla del castaño temblaba al hacer fricción entre ellos. Se excitó cuando vio a Light comenzar a masturbarse torpemente debido a la dificultad de la posición. 


Lawliet se dio el placer de pegar mas aún si eso era posible la espalda de Light contra la pared, apretando con sus manos los muslos del castaño cuando sintió como el muchacho se corría entre ellos, con un gemido placentero y desesperado que provocó que él no tardase mucho en llegar al orgasmo. El interior de Light le había apretado demasiado, ocasionando que no pudiese aguantar mucho más. Llevaba demasiado tiempo necesitando aquello. 


Dejó caer despacio sus piernas, ayudándolo al sostenerle unos minutos hasta que su respiración y su cuerpo se normalizaran poco a poco. 


-Ummm... - su nariz se paseó por el cuello de Light, disfrutando del olor de la vainilla mezclado con el del sexo rudo. - ¿estabas celoso?... - le besó la barbilla, deslizando la lengua sobre sus labios. 


Light se abrazó a él, ruborizado y en silencio. Después de la excitación del momento era consciente de sus palabras y odiaba el sentir celos de un tío que esperaba que no significase nada para Lawliet. 


-No nos hemos visto mucho. - cerró los ojos, respirando tranquilo. - No quería irme sin verte. 


Lawliet le acarició la espalda con cariño, sonriendo y besando su mejilla. Sin previo aviso, cogió en brazos a Light como si fuese una princesa y entre risas lo llevó al cuarto de baño, dejándolo en la puerta. 


-Te espero en el salón, principito. - burlonamente y bajo el gesto refunfuñón de Light por haberse dejado manejar así, camino hacia la otra sala para esperarle. 


No tardó en unirse al moreno, que reposaba sentado en el sofá viendo la televisión. Se tomó unos segundos para mirarle, disfrutando de lo peculiar que era Lawliet. Con aquella piel tan pálida, las ojeras y los gestos que hacia inconscientemente con el pulgar. Se rió de si mismo, al pensar que hace un tiempo, habría visto impensable liarse con un chico como él. Ahora estaba jodidamente colgado por aquel muchacho tan diferente. 


Se tomó la libertad de sentarse entre las piernas de Lawliet, apoyando la cabeza contra su torso y agarrándole las manos para que las enlazase en su vientre. 


-¿Tienes que volver a la residencia?. - su voz aniñada y molesta, hizo reír al moreno, que lo apretó mas contra él. 


-Mañana tengo que entregar un trabajo, pero puedo quedarme contigo esta noche e irme muy temprano para que me de tiempo. - le besó fugazmente la mejilla, pero Light giró la cara para chocar sus labios contra los de Lawliet. 


-Quédate. 


Él sonrió acariciándole el pelo. No sabia por qué de repente Light estaba tan receptivo, pero no iba a ser él quien se quejase. Lo abrazó, acomodando la espalda en el sofá y mirando la televisión. 


 


---o0o---


 


Lawliet paseó las manos sobre la cintura del castaño, mirándolo con una sonrisilla traviesa en la cara. El otro se la devolvió y se contorneó sobre él, sentado a horcajadas en su cuerpo y rozando ambas entrepiernas. 


Se habían duchado juntos tras la cena y volvían a estar acaramelados en la cama. Light decidió que aquel día se dejaría llevar, asegurándose de que Lawliet no le olvidara cuando estuviese ausente en otro país tan lejos de él. 


-Te voy a extrañar. - miró la cicatriz que el moreno tenia cerca del corazón, acariciándola con los dedos. Se había vuelto tan dependiente de su presencia que temía el tener que soportar dos semanas sin él. 


-Y yo a ti. - se sentó en la cama, aún con el cuerpo del otro sobre él. Le besó la mejilla, lamiendo sus labios. - Va a ser raro no verte. 


No supo cuando, pero Light de repente estaba tumbado boca arriba, con la boca de Lawliet jugueteando sobre su pecho. Incluso había perdido la noción del tiempo, olvidándose aquel día de cualquier cosa que no fuese estar con el moreno. 


-Elle... 


-¿Uhm?. - bajó por su vientre, besando son suavidad sus oblicuos. 


-¿Y si somos amigos especiales que salen juntos?. 


Rió ante eso, mirándolo desde aquella posición. 


-Light, eso en mi mundo se llama ser novios. 


-Umm... a lo mejor si... - sonrió graciosamente, cerrando un par de segundos los ojos cuando sintió los labios del otro llegar a su entrepierna. 


-¿Estás seguro?. - tenia algo de duda ante aquello, aunque por su parte estaba mas que seguro, no quería que de nuevo las cosas se jodiesen como la primera vez. 


Light arqueó la espalda, relamiéndose el labio cuando la lengua del moreno rozó sutilmente su miembro. 


-Si...quiero...quiero ser tu novio otra vez. - se cubrió la boca por inercia, seguramente por la vergüenza del gemido placentero que iba a escapar de entre sus labios, justo cuando Lawliet comenzó a engullirlo poco a poco. 


El otro se acomodó mejor entre sus piernas, masturbándole con la mano a la vez que le chupaba y succionaba con bastante sensualidad, sonsacándole unos gemidos que lo único que conseguían era ponerlo a cien. 


-¿Seguro que tienes que irte?. - sonrió maliciosamente, aumentando el ritmo de sus succiones y masajeando toda la piel expuesta. 


Light decidió dejarse llevar, porque ni si quiera era capaz de coordinar algunas palabras para crear una frase que tuviese sentido en ese momento. Gimió y jadeó hasta correrse en la mano del moreno, quedándose exhausto después de aquello. Disfrutó del beso que le dio Lawliet en la sien y se dejó abrazar en la cama tras haberse limpiado. Ladeados de perfil y cara a cara, ambos se observaron en silencio, acariciándose las espaldas. 


-Te llamaré. 


Lawliet sonrió ante eso, mordiéndole el labio. 


-Mas te vale que lo hagas o tendré que ir a buscarte. 


El castaño se acurrucó en plan cucharita contra el otro, posando las manos en su delgado torso y cerrando lentamente los ojos. Lawliet se encargó de cubrirlos con las sábanas, enlazando sus piernas sobre las del chico. 


Sentía un alivio inmediato por lo que había ocurrido, como si convertirse de nuevo en pareja fuese lo que realmente necesitaba para terminar de volver a enderezar su vida. No iba a negarlo, estaba un poco acojonado porque la cosa no saliese bien, pero una parte de él le decía que esta vez habían esperado lo suficiente y que ambos habían tomado la decisión correcta. Esperaba no estar equivocado.


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