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10 cosas por hacer antes de morir. por LaGataenelTejado

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Notas del capitulo:

Realmente... no tengo palabras con las que poder agradecerles todo el apoyo que me han brindado a raiz de lo ocurrido en Metropolitan. Jamás podré agradecer sus ánimos lo suficiente :) gracias a todos, y espero que puedan tener paciencia para que al final de la semana estén mis historias actuales en proceso actualizadas (o al menos eso quiero).

A esta historia no le quedan muchos capítulos, porque ya dije que no era exesivamente larga. Y bueno, tampoco es la mejor historia del mundo pero a mi me hace feliz publicarla y espero que a mis lectores les haga feliz leerla.

Capítulo 15. Mete hocicos.

 

 

Light se echó a reír, acompañando así las bromas de sus amigos. Hacia ya un par de días que había regresado de sus pequeñas vacaciones en Japón y ahora al fin se había reunido con Jessica, Lawliet y Near. Estaba sentado al lado de su novio, enlazando la mano sobre la que el chico tenia en la mesa. 

 

-Fue espectacular. Jamás olvidaré la cara de la chica. - Jessica picoteó algunos frutos secos del pequeño plato con el que acompañaron las cervezas que habían pedido. 

 

Habían probado a ir a otro sitio nuevo, alejado de la universidad y donde mas bien frecuentaba gente adulta. Apenas había estudiantes allí. 

 

-Me recuerda a la profesora psicópata que tuvimos en primero. ¿Te acuerdas, Elle?. - Near arqueó la ceja, con una sonrisilla traviesa debido al alcohol de la cerveza. 

 

-Me acuerdo. Como para olvidarse de ella. - Lawliet sonrió cuando sintió un fugaz beso de Light en su mejilla. 

 

Le rodeó los hombros con el brazo, besándole el cuello y rozando su cara contra la del castaño, dirigiendo sus labios a su oído. 

 

-¿Por que no te vienes a la residencia conmigo?...Near se va con Rob esta noche... - le susurró aquella petición, erizando todo el vello corporal del muchacho. 

 

-Vaya tortolitos, si vais a follar no lo hagáis aquí. - Jessica fingió traumatizarse, tapándose los ojos. 

 

El castaño sonríó, evitando hacerlo tontamente. Asintió cuando Jessica dejó de mirarlos y acarició la mano de Lawliet sobre la mesa.

 

No recordaba haberse sentido tan jodidamente feliz desde hacia semanas. 

 

 

--o0o-- 

 

 

El castaño se apretujó contra Lawliet, gimoteando y escondiendo el rostro bajo el edredón de la cama. 

 

-Será idiota, va a matarlo. ¿Es que no lo está viendo?. 

 

Los brazos de su novio le rodearon con mas seguridad la espalda, regalándole un beso en la sien. 

 

Tras haber pedido cena a domicilio, Lawliet ganó el juego de “piedra, papel, tijera” con el derecho de poder elegir la película que verían aquella noche en la cama. Y por supuesto, no desperdició la bonita oportunidad presentada para poner algo de terror que hiciese que su castañito temblase y buscase su protección entre las sábanas.

 

-Eres un miedica. 

 

-Lo soy. Sabes que odio estas películas, lo que pasa es que te aprovechas para poder meterme mano. 

 

Riendo, el otro lo acunó en sus brazos, sonriendo feliz por lo bien que el cuerpo de su chico encajaba junto al suyo. Parecía que cada día se amoldaban un poco más. 

 

-No necesito recurrir a esos trucos de adolescente para meterte mano... - un susurro sexy en los oídos del castaño, provocaron que jadease débilmente. 

 

Joder. Realmente le encantaba sentir que tenia el maldito poder para que Light se derritiese entre sus brazos, y disfrutaba con su cara sonrojada y como se dejaba hacer sin dificultad cuando le tocaba. 

 

Terminaron poco pendientes de la película, aunque los gritos de la protagonista hacían que Light se sobresaltase, elevando la cabeza para mirar la tele sobre el hombro de su novio, que se había tumbado sobre él sin apoyarse del todo. 

 

-Te quejas pero eres un curioso. - le sonrió de forma traviesa, tironeando de su labio inferior y besándolo con dulzura unos segundos. 

 

Light suspiró flojito, cerrando los ojos y enlazando sus dedos entre el cabello de Lawliet, asombrándose de lo mucho que había desarrollado aquel hábito que incluía pasarse el día peinándole con los dedos. No podía creer que cuando vio al moreno por primera vez, pensase que le hubiese venido bien un corte de pelo. 

 

Los brazos del castaño tomaron de forma posesiva al otro, entreteniéndole con ayuda de sus caricias para librarse también de terminar viendo la película. Le daba miedo, y prefería estar acariciando a su chico que sufriendo por una tetona vulgar típica de estos largometrajes. 

 

Se mordió el labio cuando Lawliet se escondió bajo las sábanas y deslizó su lengua caliente y húmeda por toda la extensión de su cuerpo, llegando hasta sus oblicuos y dándole un mordisquito. Le gustaba tanto el olor del castaño que se embriaga tan solo oliendo su piel. 

 

-¿Que vas a hacerme?. 

 

-¿Que quieres que te haga?. 

 

Aquella voz juguetona le hizo suspirar, sonriendo de medio lado. Cuando Lawliet se hacia el interesante, Light terminaba vergonzosamente rogándole que le tocase de formas poco decentes. 

 

-Elle... - casi un ruego, como si le diese mucha vergüenza pedirle que acompañase el movimiento de su mano y lo combinase con la lengua. 

 

El aludido sacó un poco la cabeza de las sábanas, observando a su chico, sonrojado y respirando de forma algo agitada. Entre risillas, le dio un fugaz beso en el pecho. 

 

-Si no me dices lo que quieres yo no puedo adivinarlo. 

 

Y lo dijo con toda la naturalidad del mundo, como si él no estuviese también cachondo perdido por la situación. 

 

Light se cubrió los ojos con timidez, sonsacándole así una sonrisilla satisfecha al otro, que elevándose, le quitó la mano para poder besarle los labios de forma demandante mientras sus dedos se ocupaban de darle placer masajeando su erección. 

 

-¿Ves?...al final consigues lo que quieres sin tener que pedirme nada. 

 

Sonriendo y jadeando levemente, Light le lamió parte del cuello, moviendo por inercia las caderas buscando algo de mas roce. El calor se apoderó de su cuerpo, ruborizándolo y haciéndole encorvar la espalda. Estaba algo molesto porque la ropa de Lawliet entorpecía el contacto. 

 

-No es justo, aún sigues vestido. - pegó su frente contra la de su novio, gimiendo con mucho placer sin poder evitarlo cuando los dedos del otro lubricaron su extensión. 

 

-Eso tiene fácil arreglo. - se puso de rodillas en la cama, sonriendo maliciosamente al escuchar el gemidito de protesta de su chico ante el cese de la caricia. 

 

Se quitó la ropa, despacio, viendo satisfecho como los ojos miel de su novio se perdían sobre su torso y como se relamía muy sutilmente el labio inferior. 

 

Y justo cuando se enlazaron rozando sus cuerpos de manera bastante sensual, la puerta del dormitorio se abrió repentinamente, provocándoles un sobresalto y que se metiesen bajo las sábanas asustados. 

 

Near les observó con la ceja arqueada, chasqueando la lengua y cerrando la puerta. 

 

-Que asco. Parecéis monos en celo. - tiró las llaves del dormitorio sobre la mesa y observó con desinterés la cara cabreada de ambos chicos que esperaban una explicación. 

 

-¿Pero tu no dormías hoy con Rob?. - Lawliet, molesto, se puso rápidamente la ropa interior bajo las sábanas. 

 

-Hemos discutido. - le dio la vuelta a la silla, sentándose de cara al respaldo con los brazos doblados en el reposa cabezas. - Siento joderos la noche. 

 

Light suspiró, abrazando a su novio por la espalda y besando uno de sus omoplatos, rozándole con los dientes. Desde ahí, observó la mirada seria de Near que le hizo fruncir el ceño al ver como parecía esconder una sonrisilla diabólica en el rostro. 

 

-¿Nos vamos a mi apartamento?. - el castaño rozó la oreja de su chico al susurrarle aquello, mirando de reojo como al albino parecía molestarle muchísimo su presencia. 

 

-Está bien. - vencido, Lawliet salió de la cama tan solo en ropa interior, cogiendo del suelo la sudadera y los pantalones. - Voy a cambiarme y ahora cuando salga nos vamos. 

 

Caminó hasta posicionarse al lado de su amigo y le revolvió el cabello. 

 

-¿Necesitas que me quede un rato?, ¿quieres hablar?. - se observaron y Near rozó sutilmente la muñeca del moreno, siendo consciente de que Light no se perdía ninguno de sus movimientos. 

 

-No. Puedes irte. 

 

Asintió y le dedicó una ultima mirada a su novio antes de desaparecer hacia el cuarto de baño. 

 

-¿A que ha venido eso?. - el castaño comenzó a vestirse, un poco harto de las miradas de Near y de que no era la primera vez que los interrumpía. Light estaba seguro de que lo hacia a propósito. 

 

-Es mi dormitorio. ¿Tienes algún problema?. 

 

-No te hagas el inocente, se perfectamente que lo haces aposta. - se peinó el cabello con los dedos delante del pequeño espejo del dormitorio y se abrochó los pantalones. - ¿Tienes algún tipo de problema?. Se que me odias, y tú no me caes especialmente bien, pero te estás portando de forma celosa. 

 

-Lo que tú digas, Yagami. - desvió la mirada, frunciendo el ceño al ver de nuevo otra enorme bola de pelusa que se deslizaba bajo la cama de su amigo. 

 

Light rió un par de segundos, porque la situación comenzaba a ser bastante cómica. Miró a Near a través del reflejo del cristal y apretó los dientes. 

 

-Es como si te gustase Elle. - chasqueando la lengua, sonrió por su propia teoría absurda. 

 

Sin embargo, el albino no contestó. Light, lentamente se giró hasta encararlo desde donde estaba, con la boca algo entreabierta. 

 

-Dios mio...¿¡te gusta!?. - alzó los brazos un segundo, incrédulo, comenzando a ver la luz al final del túnel con respecto al extraño comportamiento del albino.

 

-¡No!, ¡claro que no!. ¿Te recuerdo que estoy casado, pedazo de pijo imbécil?. 

 

La puerta del baño se abrió y Lawliet los observó curioso sin enterase de nada. Solo veía la cara furiosa de su novio y la extraña de su amigo. 

 

-¿Que mierda os pasa ahora?. - se llevó a la boca un pastelillo de chocolate que había cogido del cajón del baño, porque los tenia escondidos por todos los malditos rincones del dormitorio. 

 

-Tu novio, que es un imbécil. - Near se puso en pie, chocando contra el moreno y tumbándose en la cama con un libro en las manos. - No hagáis ruido al salir. 

 

Lawliet miró a Light, con la ceja arqueada y con un mutismo que dictaba...”¿Y a este que le pasa ahora?”. 

 

El castaño besó la mejilla de su chico, mirando de reojo como el albino había desviado un par de segundos la mirada hacia ellos. 

 

-¿Nos vamos ya?. 

 

Asintió, agarrándole de la mano y girándose antes de salir del dormitorio para mirar a su amigo. 

 

-¿Seguro que estás bien?. 

 

-Que si. Joder. Largaos ya. 

 

Lawliet tomó aire, negando con la cabeza. Odiaba cuando Near se ponía en modo destrucción pelusa asesina y no atendía a razones. Además, no era la primera vez que discutía con Rob y el moreno se preguntaba si no habían cometido una estupidez al casarse tan jóvenes.  

 

--o0o--  

 

 

Light observó como su chico iba de un lado a otro del apartamento, con mantas y cojines en las manos para acomodarse junto a él en el sofá. Le gustaba mucho que tuviesen la confianza necesaria para poder hacer aquellas cosas libremente, como si viviesen juntos. 

 

-Elle, creo que a Near le gustas. - se cruzó de brazos, haciendo un mohín con los labios. 

 

Los ojos abiertos de par en par y la risilla del moreno le hicieron suspirar algo enfurruñado. Lawliet se sentó a su lado, besando la punta de su nariz de forma traviesa. 

 

-No digas tonterías. Es Near, nos conocemos desde hace años. - apoyó la espalda en el sofá, atrayendo hacia su cuerpo el de su novio y acariciándole el pelo como si fuese un niño pequeño. Le gustaba hacerle rabiar. 

 

-¿Y no te parece raro que esté tan pendiente de nosotros?. 

 

-Siempre ha sido un “mete hocicos”, suele ser malhumorado y su instinto de protección hacia mi crece a menudo. 

 

-Pues a mi no me hace gracia. 

 

La voz seria de Light le hizo detener un poco el movimiento de sus dedos, le apartó y le miró a los ojos, dándole un beso en el mentón. 

 

-¿Estás celoso de Near?... - rió sobre la piel de su cuello. Porque a Lawliet todo este tema no le preocupaba demasiado. 

 

¿Near enamorado de él?, eso era absurdo. 

 

-Es que no me gusta que esté siempre metiéndose en la relación. - Light se dejó tumbar en el sofá, rodeando con las manos la cintura de Lawliet. - ¿No podrías hablar con él?. 

 

Lawliet gruñó de forma graciosa, mordiendo el pecho del castaño y metiendo las manos bajo su camiseta a la vez que se acomodaba entre sus piernas. No quería quitarle importancia al tema pero él veía tan normal el comportamiento del albino que tampoco le preocupaba. Near siempre se había portado como un hermano furioso y protector con él, y sabia de sobra que si no se comportaba bien con Light era por todo lo que les había ocurrido. Y ese era un tema que Elle no quería volver a remover. 

 

-Si...hablaré con él... - casi distraído, le besó de forma ansiosa el cuello, haciéndole gemir levemente. 

 

Eso pareció complacer al otro, que se rindió finalmente a las caricias sensuales de su chico. Se desnudaron con prisa, sin dejar de comerse a besos y retomando lo que se había interrumpido en el dormitorio de Lawliet. El moreno acabó boca arriba en el sofá, con el cuerpo de Light a horcajadas sobre él y sus manos arañando suavemente su torso. Se inclinó para besarle, moviendo dulcemente la lengua junto a la suya y contorneando su cuerpo hasta rozar ambas erecciones de una forma que lo único que consiguió fue sonsacarles un gemido placentero casi al unísono. 

 

Dejó que el moreno se incorporase, sentándose y clavándole las manos en la espalda mientras lamia y saboreaba su nuez con gula. 

 

-¿Ya te gusto mas que el azúcar?. - riendo, Light se abrazó contra él, cerrando los ojos y suspirando. 

 

-Uhm...deja que lo piense... - se hizo el interesante, ganándose un pequeño golpe por parte de su novio. - Estás a la par, ¿eh?. Tendrás que trabajar más para complacerme. 

 

Light negó con la cabeza, tumbando de nuevo al moreno y mordiéndole el labio. Era increíble la confianza que había depositado en Lawliet y como poco a poco se iba amoldando mas a ese tipo de comportamientos tan sensuales en la intimidad. 

 

Porque Light, nunca se había considerado un chico realmente sensual o activo en temas sexuales. Con su ex novio normalmente obedecía y tímidamente se dejaba llevar, pero Lawliet le había ido enseñando a que no debía contenerse y menos con él, que disfrutaba enormemente de aquella parte tan sexy del castaño. Y eso le hacia muy feliz, porque estaban encajando con facilidad, como piezas que al fin habían encontrado su otra mitad. 


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