Capítulo 16. Planes familiares.
-Light, ponte allí.
El aludido observó el lugar que le señalaba su novio, sonrojándose y suspirando. No había solución posible ni tampoco podía negarse, no cuando el proyecto de final de curso de Lawliet era una exposición de fotografía cuyo protagonista era exclusivamente Light.
Al principio se mostró muy emocionado con la idea, e incluso le avergonzó el dar un par de saltitos de alegría porque iba a ser de mucha ayuda para su novio. Pero conforme pasaban los días, Light fue consciente de que sus fotografías estarían expuestas en el museo de arte, concretamente en una de las zonas fotográficas mas visitadas por la gente. Le daba vergüenza y mucha timidez imaginarse a sí mismo en un museo, mostrado en fotografías que aún ni sabía de qué índole serían. Pero tenía que confiar en su chico, y sobretodo confiar en su talento, que no era poco.
-Está bien.
Lawliet sonrió satisfecho, ayudándole a subir a un borde de piedra que daba a una de las zonas más chulas de aquel barrio. No le había dicho aún a Light en qué consistiría el tema fotográfico, porque era una sorpresa que se guardaba para él.
Además de la alegría por finalizar al fin el curso escolar, Lawliet estaba jodidamente hiperactivo porque habían planeado junto a sus amigos el famoso viaje a Europa, uno que al fin haría con Light tras haberle convencido de que dormiría siempre a su lado en los albergues tan temibles para el castaño, que era muy “señorito” a la hora de dormir fuera de casa.
-Extiende los brazos y sonríe. Como si estuvieses muy feliz. - se llevó la cámara al rostro, enfocando bien a su chico que miraba hacia ambos lados seguramente para asegurarse de que no había nadie cerca de ellos.
-Elle...me da mucha vergüenza... - mordiéndose el labio, extendió los brazos hacia arriba algo tenso.
Lawliet sonrió de medio lado, aprovechando para sacar un par de fotos rápidas.
-Light.
-¿Uhm?.
-Te quiero. - le observó a través de su réflex, haciendo rápidamente una foto cuando consiguió sonsacarle a su chico una sonrisa muy tierna y sincera tras aquellas dos simples palabras.
-Te aprovechas. - se echó a reír, claramente más relajado.
Entonces obedeció sin rechistar a su novio, posando tal y como el otro le ordenaba y preocupándose cada vez menos por la gente que pudiese verles haciendo eso. ¿Que importaba?. Era muy feliz por ser modelo para Lawliet.
--o0o--
-Jessica me ha llamado, ¿quieres que cenemos esta noche con ella?.
Lawliet le rodeó la cintura al castaño, dándole un fugaz beso en la mejilla. Al final se les había echado la hora encima y casi había anochecido.
-Si, queda con ella y nos vemos después. - se detuvo cerca de la parada de metro donde ambos solían separarse. - Tengo que dejar las cosas en la residencia y ducharme.
El chico asintió y abrazó por voluntad propia a Lawliet, hundiendo su nariz en la curvatura del cuello del moreno, esa que tanto adoraba. Su novio ya había conseguido que Light fuese el que tomaba la iniciativa de aquellas cosas a menudo, y agradecía que todo estuviese saliendo a la perfección. Después de meses, ya no se sorprendía cuando era Light quien buscaba con insistencia su cariño.
-Nos vemos luego...no tardes.
La carita de cachorro que le puso Light le hizo reír, acariciándole el cabello y mordiendo su mejilla.
Se despidieron y Lawliet tomó con algo de prisa el vagón del metro, porque tenía frío y bastante hambre. Además habían sido unos días bastante ajetreados por culpa del trabajo final, pero ya casi lo tenía al completo y eso le llenaba de orgullo.
Cuando llegó a la residencia y saludó a un par de compañeros de carrera, Lawliet fue rápidamente al dormitorio, escuchando la voz de Near al otro lado de la puerta. Tardó un par de segundos en girar el pomo porque últimamente le incomodaba muchísimo llegar y que su mejor amigo estuviese en plena discusión con Rob, al que hacía tiempo que no veía. Ahora comenzaba a preguntarse si realmente la cosa estaba tan tensa entre ellos como parecía.
-Hola. - saludó al albino con una sonrisa, sin echarle en cara el gesto furioso que le dedicó unos segundos antes de gritar de nuevo por teléfono y sentarse de mala gana sobre la cama.
Intentó ignorarlo, de veras que si, pero Near se estresaba con suma facilidad y entre las peleas con su chico y el fin de curso el chico estaba insoportable. Ahora sí que parecía una pelusa del infierno.
-Voy a ducharme. - con un hilo de voz, Lawliet esquivó hábilmente un peluche que casi llega a darle en la cara por lo enfadado que estaba el muchacho, que se desquitaba tirando contra las paredes todo lo “achuchable” que había en su camino.
-Tu madre ha llamado. Dice que la llames cuanto antes.
Asomó el rostro por el hueco de la puerta del baño y asintió con la cabeza, volviendo a desaparecer antes de que su cabeza peligrase. Se sentó en la tapa del inodoro y se sacó el teléfono del bolsillo para llamar a la mujer. Se sorprendió porque en otra situación habría maldecido y por supuesto ni siquiera habría devuelto la llamada, pero Light le hacía sentirse tan alegre que casi se le olvidaba aquella guerra familiar que se traía con sus padres.
-¿Mamá?.
-Oh, Elle, cariño, ¿donde estabas?. - la mujer no lo pretendía, pero le salió aquella voz que su hijo tanto odiaba. La sobre protectora casi castigadora.
-Con mi novio, haciendo unas fotos para el trabajo final. ¿Que quieres?. Near dice que has llamado.
-Bueno...umm...quería invitaros a ti y a tu novio al cumpleaños de tu padre...
Apretó los dientes, arañándose la rodilla sin darse cuenta debido al estrés inmediato que le entró en el cuerpo. Su padre. Odiaba a su padre.
-No, gracias.
-Vamos cielo, esta pelea absurda que os lleváis entre ambos tiene que terminar. Estoy cansada de ver a los hombres más importantes de mi vida estar en disputa. Una que parece no tener fin.
-Es su culpa, él me echó de casa.
Le dolía enormemente acordarse de aquello. Y más le dolía recordar que cuando estuvo en el hospital por lo ocurrido con Axel, su madre fue la única que estuvo a su lado. Ni rastro de su viejo padre.
-¿Y él qué piensa de que me invites?.
-Él hará lo que yo quiera. Estoy harta, en serio. Cariño quiero conocer bien a tu novio y poder cenar con mi hijo cuando me apetezca. Sin peleas de por medio, vamos...¿por tu madre?. Hazlo por mi.
Quizás fue de nuevo la presencia de Light en su vida, pero Elle estaba cansado de tener conflictos continuamente. Estaba seguro de que era el castaño quien le llevaba por el camino de la tranquilidad.
-Bueno, está bien. Pero a la primera cosa que me diga fuera de tono nos largamos, ¿me oyes?.
-Si, gracias cielo. Os veo dentro de dos días.
Cortó la llamada y se desnudó con rapidez para ducharse. No tenía ganas de pensar más en aquel cumpleaños al que hacía muchísimo tiempo que no asistía, porque eso le ocasionaba una ansiedad importante.
--o0o--
-No sé por qué te hago caso.
Near bufó enfadado, con los brazos cruzados mientras caminaba junto a Lawliet hacia el restaurante donde cenarían aquella noche con Jessica y Light.
-Porque tienes un humor de mierda Near, necesitas distraerte.
-Ya, y has pensado que lo mejor es que cene contigo y tus amigos. Mirando como el pesado de Light te come la boca o te pone morritos. En serio, es asqueroso.
Lawliet puso los ojos en blanco, chasqueando la lengua. Su humor era perfecto, pero su madre había encendido su rabia y ahora Near parecía llenar el cupo de su aguante. Dios, ¿como podía joderse un día magnífico de aquella manera?.
Entraron en el restaurante y la risa de Jessica se hizo eco casi hacia donde estaban. Sonrió y se encaminó hacia la mesa con el albino, sentándose junto a su novio que miraba de reojo a Near como si fuese un aparición fantasmal.
-¿Qué hace aquí?. No está invitado. - se lo susurró al oído, cuando Lawliet le besó la mejilla.
-Light...por favor... - respirando profundamente, ignoró aquella pregunta porque lo que menos le apetecía era discutir.
Near por su parte saludó efusivamente a Jessica, sentándose a su lado, por supuesto. Lejos de Light. Pidieron la cena y se enfrascaron en una conversación que al menos relajó el ambiente hasta el punto de olvidar que dos de ellos no podían ni verse.
Mientras Jessica y Near charlaban, Lawliet aprovechó para acariciar la mano de su chico sobre la mesa, mirándole a los ojos.
-¿Quieres venir conmigo al cumpleaños de mi padre?.
Le pilló con la guardia baja, y Light entreabrió la boca asimilando aquella información. Admitía que era un chico romántico, de los que disfrutaban conociendo a familiares de su pareja, pero el moreno le había contado tantas cosas sobre su padre que se extrañó enormemente por aquello. Como Lawliet consideraba a Light un libro abierto cuando quería preguntar algo, le acarició la barbilla con dulzura.
-Se que es raro, pero creo que estaría bien ir...quizás consiga relajarme y pasar un verano tranquilo.
-Está bien. - le sonrió, apretándole la mano. - Iremos.
El moreno asintió, bastante más tranquilo y disfrutando del resto de la cena.
Cuando salieron del restaurante, Lawliet agarró la mano de Light con decisión, acariciándole los dedos porque su novio estaba bastante frío. No era un secreto que el castaño era un chico friolero y bastante sensible al cambio de temperatura, que por desgracia resfriaba a menudo con facilidad.
-¿Que vais a hacer ahora?. - Jessica se frotó las manos para entrar en calor, sonriendo de forma graciosa cuando miró al moreno y a su mejor amigo en actitud cariñosa.
Near frunció el ceño, sobretodo cuando de reojo miró a Lawliet y lo pilló haciendo una leve mueca dolorosa que no le pasó desapercibida. Los demás no se dieron cuenta, y Light propuso ir a un pub bastante tranquilo que no estaba lejos de allí. Cuando echaron a andar, el albino se tomó la libertad de colocarse junto a su amigo, pegándose bastante a él y aprovechando que su novio estaba charlando con la otra.
-¿Te pasa algo?.
-No, ¿por?. - apretó los dientes, respirando profundamente.
Si que le pasaba algo, claro que le pasaba. Hacía un par de minutos que aquellos pinchazos dolorosos habían vuelto a su pecho, los cuales había sentido de forma intermitente aquella misma mañana. Parecía que el pensar en sus padres le había estresado un poco más.
-Porque tienes cara de querer morirte. - dijo, aburrido y malhumorado.
Near siempre tan directo. Lawliet puso los ojos en blanco y chasqueó la lengua, relajándose y caminando con algo de lentitud tras ellos. Se sujetó del brazo de Near por inercia, porque notaba las piernas un poco entumecidas y esperaba que fuese por el jodido frío.
Light miró hacia atrás, haciendo una mueca de disgusto al ver a su novio enganchado del albino.
-Elle, ¿qué te pasa?.
-Nada, tranquilo. - le sonrió falsamente, rezando porque su chico volviese a darse la vuelta y caminase junto a Jessica. Cuando lo hizo, miró de reojo a Near. - No me encuentro bien...
Near, preocupado, le sujetó mejor, dándose cuenta de que su amigo cada vez andaba con más dificultad.
-Lawliet tenemos que llevarte al hospital.
-No, no es nada. No es nada grave, solo estoy cansado. - se sentó en uno de los bancos de piedra del camino, mirando hacia abajo y respirando despacio.
-¡Eh!. - Near avisó a los otros, que deteniéndose, se quedaron en silencio mirando al moreno.
Light se acercó rápidamente, agarrando el rostro de Elle entre sus manos y mirándolo muy preocupado.
-Elle, ¿qué te pasa?.
-¿No deberíamos ir al hospital?. - Jessica miró a los chicos, sacando el teléfono dispuesta a pedir un taxi.
A partir de ese segundo, para Lawliet todo fueron siluetas borrosas y voces entrecortadas. Sintió como su cabeza desfallecía y su cuerpo se rendía a un dolor que parecía aumentar rápidamente, concentrando el foco de molestia en su pecho. No fue consciente de que sus amigos tuvieron que pedir con urgencia una ambulancia, ni del camino que hicieron entre sirenas ruidosas dentro del vehículo hacia el hospital.
--o0o--
Light caminaba de un lado a otro, moviendo nervioso los dedos y soportando cada vez menos el ruido de los médicos del hospital. Aún no sabían nada de Lawliet y veía injusto que no les informasen debidamente solo porque ninguno era pariente directo del muchacho. Casi le gritó en la cara a una enfermera que solo hacía su trabajo. Estaba estresado y Jessica a pesar de intentar calmarle, no había funcionado.
-¿Familiares de Elle Lawliet?.
Los tres se acercaron deprisa al doctor, mirándolo como si el pobre tuviese la culpa de que su amigo estuviese ingresado.
-He llamado a sus padres, no tardarán.
La voz de Near le enfadó en demasía, sobretodo odiaba que fuese el albino quien tuviese relación directa con sus “suegros”, siendo siempre el encargado de avisar y que pareciese que Lawliet y él tenían una relación más fuerte que la suya propia. Sabía que era un pensamiento horrible y celoso pero estaba estresado y no podía evitar sentirse así.
-¿Nos puede decir algo, por favor?.
-Está estable, no deben preocuparse. Sin embargo parece que su medicación ya está comenzando a fallar.
Near, extrañado, gruñó entre dientes y se cruzó de brazos.
-¿Como que fallando?. Lawliet suele ir a revisiones periódicas y nunca se ha saltado un día de medicación.
-El corazón de su amigo está débil, y por desgracia la medicina no puede hacer que rinda al cien por cien eternamente, ¿entienden lo que quiero decirles?. Debo hablar con sus familiares para tomar una decisión.
-¿Qué decisión?. - la voz ansiosa y desesperada de Light, casi hizo que el médico sintiese bastante lástima por aquel castaño.
-Es posible que Lawliet tenga que someterse a un trasplante tarde o temprano. Es una operación extremadamente delicada, por eso necesito el consentimiento de sus parientes más cercanos.
Los tres se quedaron en silencio. Light tuvo que sentarse para digerir la noticia. Sabía que la salud de su novio no era la mejor pero un trasplante eran palabras mayores, pues tenía la esperanza de que no tuviese que llegar a esa situación. Se apartó el pelo del rostro y elevó la vista cuando el médico les dijo que solo uno de ellos podría pasar a verlo. La rabia le inundó la garganta cuando le pareció ver a Near dispuesto a ver a su chico. Se puso en pie y le sujetó el brazo haciendo que hasta Jessica tuviese que intervenir.
-¿Dónde te crees que vas?. Es mi novio, entro yo.
-¡No iba a ningún lado!, de verdad, estás paranoico, imbécil. En qué mala hora te conoció Lawliet. - se apartó de los dos amigos para sentarse alejado de ellos, bufando muy nervioso y enfadado.
Ignoró las palabras de calma de su amiga, ignoró la cara de odio del albino. Se dirigió con prisa hacia la habitación donde su novio estaba ingresado y tomó aire antes de abrir la puerta, pensando en si Lawliet sabría o sería consciente de su situación. Que tan delicada se había vuelto y tan difícil sería a partir de ahora.